BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA
Por supuesto, si están pensando visitar Alejandría y solo disponen de unas horas, no se pueden decidir entre las múltiples diversiones y emociones que ofrece la ciudad , en mi opinión solo hay una opción: la histórica biblioteca de Alejandría.
Después de reseñar la ciudad de una manera general me pregunté con cual sitio seguir, y por supuesto la respuesta fue inmediata. La biblioteca.
Fui varias veces a ella, pero antes de relatarles mis experiencias les voy a contar algo de la historia. En primera no hay una sola biblioteca, según los registros existió una biblioteca de Alejandría muy grande y se fundó para congregar en un punto el conocimiento del mundo de ese entonces (el año 47 antes de Cristo), por Tolomeo y se hizo en medio del antiguo Egipto para “romanizarlo”. Su destrucción llega con la pelea por el trono, Julio Cesar, que apoya a Cleopatra, a su llegada se ve cercado y se inicia una batalla, como arma de contraataque Julio Cesar lanza teas ardiendo contra el enemigo pero al parecer varias de estas dan con la biblioteca que por su contenido de manuscritos y papiros, no tarda en arder. Se habla de que se destruyeron cuarenta mil rollos, unos por el fuego y otros por el agua intentando calmar el incendio.
Pero parte del contenido de esta Gran Biblioteca había sido llevado a la biblioteca hija, un lugar en una colina que se supone quedaba junto o dentro del templo del dios Serapio, el patrón de Alejandría de ese entonces.
Al parecer la gran biblioteca (la madre) no sobrevivió a este primer fuego, se piensa que también pudo existir algún fenómeno que la hundiera pues se supone que quedaba cerca al puerto. Lo cierto es que hasta el día de hoy no se han encontrado las ruinas de esta gran biblioteca, que tal vez fue la más grande de su época pero además fue un centro de conocimiento y cultura.
Bueno y ustedes se preguntaran ¿si no existen los restos, de donde se saca la historia de la gran biblioteca? De los documentos rescatados, a finales del siglo XIX se encontraron en el yacimiento de Oxirrinco, al sur de Cairo, miles de papiros que fueron estudiados y traducidos. En estos se contaba sobre la Biblioteca y a partir de ellos se logró hacer una lista de personajes históricos que habían hecho uso de la biblioteca, fuera para aprender, traducir, enseñar, consultar.
Entre los personajes conocidos están Arquímedes, Galeno y Euclides, como aficionada a la literatura de ciencia ficción resalto que se encontró entre estos nombres el de Herón de Alejandría, un filósofo que desarrolló mucho del movimiento de engranajes, pero que además es el autor de una obra llamada Autómata, es un relato sobre robots, el primero que se conoce. Aunque no se sabe si lo escribió como una obra ficcional, una utopía, una reflexión filosófica o una propuesta para un sistema social real.
En este texto Herón de Alejandría describe unos animales-maquinas que puestas al servicio del hombre le pueden ser de gran ayuda, además de que serían completamente predecibles, evitando de esta manera los problemas que se podrían presentar con los esclavos. Pero la cualidad que más resaltaba Herón de sus autómatas era la posibilidad del auto sostenimiento, tales criaturas no necesitarían comida ni bebida, no dormirían y serian siempre leales. Según otras obras rescatadas Herón logró construir varios aparatos que se movían por vapor, lo que hace pensar que su propuesta de los autómatas no pertenecía al terreno de la ficción, pero al final no hay pruebas tangibles de lo uno ni de lo otro.
Así que el fin de la gran biblioteca puede ser este, aunque también se propone que en el año 365 hubo un gigantesco terremoto que hundió parte de Alejandría en el mar, y que en esta catástrofe se hundió la biblioteca, todavía hoy día no se sabe a ciencia cierta donde estaba situada ni cómo funcionaba. Los registros más divulgados siempre son de la biblioteca hija, la que se cree estaba junto al templo de Serapio, en el siglo XVIII se descubrieron unos restos junto a las catacumbas que eran salas en las que posiblemente se albergaban los libros, pero esta es una conjetura imposible de confirmar.
Lo que si se conoce es que la destrucción de la biblioteca hija se hizo en varias etapas. Primero los cristianos la saquearon junto al templo como medida contra el paganismo, de esto todavía se conserva la carta de emperador Teodosio prohibiendo el paganismo en Egipto. En el lugar del templo se erigió una catedral dedicada a Juan Bautista.
No se sabe cuánto del edificio de la biblioteca hija ni de su contenido sobrevivió, ni siquiera se puede afirmar a ciencia cierta que quedó algo de la biblioteca hija. Después hay varios mitos sobre la biblioteca hija, que fue trasladada, que fue quemada, saqueada, que rescatada, en fin. Una de las más conocidas historias es la de que el Califa Omar ibn alJatab ordenó quemarla cuando los musulmanes invadieron Alejandría, bajo el lema de: “Con relación a los libros [de la biblioteca de Alejandría] si los libros contienen la misma doctrina del Corán, no sirven para nada porque repiten; si los libros no están de acuerdo con la doctrina del Corán, no tiene caso conservarlos”.
Sin embargo hay varios problemas en los registros históricos que han repetido esta anécdota, hoy en día la teoría mas compartida dice que este hecho fue inventado por Saladino, (Salajudin), cuando retomó Alejandría para los musulmanes sunitas y mandó a quemar los libros de la tradición fatimí, y para justificar y sustentar esta accion diciendo que el Califa Omar ibn al Jatab ya lo había hecho con anterioridad.
El caso es que la biblioteca hija también desapareció y por lo menos desde el siglo trece no se había tenido historia de ninguna biblioteca en Alejandría.
La actual biblioteca, la que ahora se puede visitar y a la que pueden ir ya más informados, fue un proyecto de la Unesco, organización que en 1987 juntó fondos para recuperar uno de los hitos históricos y de saber de la humanidad. Así fue construida la nueva biblioteca que no tiene nada que ver con el emplazamiento antiguo de ninguna de las dos (madre e hija), se ubica sobre la vía al mar con una espectacular vista a este. Es un complejo de tres edificios con una arquitectura moderna.
Los tres edificios son: un cine domo, el cual por desgracia casi nunca está en servicio, un gran edificio de eventos, con dos salas grandísimas, otra más pequeña, un conversatorio y un espacio para presentación de músicos. Es un espacio muy usado y es común encontrar actividades durante la mañana en él, como todo en Egipto, pocas son gratuitas, la mayoría tienen precios que oscilan entre medio dólar y seis o siete dólares. Los eventos más costosos por lo regular son conciertos de artistas internacionales, como la sala de conciertos es pequeña se cobra mucho por la entrada pero si es un espacio muy acogedor.
El tercer edificio es la biblioteca como tal que cuenta con tres niveles, el nivel uno es la biblioteca general, el nivel dos es la sala para niños y jóvenes. Hay un nivel subterráneo en el que se encuentran dos museos, pero a este nivel le dedicaré la siguiente crónica. Este edificio en su fachada tiene letras de muchos de los alfabetos como una representación de la reunión de saberes.
Alrededor de la biblioteca de Alejandría, en un espacio que es solo para peatones y que es el que une los tres edificios del complejo, se encuentran varias obras de arte y una estatua de granito blanco del antiguo Egipto. Todas las obras fueron donadas por los distintos artistas después de una convocatoria de la Unesco. En el segundo piso hay una cafetería algo costosa y terriblemente mal atendida, se puede esperar hasta una hora para que alguien llegue por el pedido, así que no la recomiendo. También alrededor hay otros cafés como “Cilantro”, que siguen siendo costosos pero con una mejor atención, eso sí, en todos la comida es poco pasable, el café siempre es Nescafé y si pides un capuchino, un mocachino, un machiato obtendrás lo mismo: un Nescafé con espuma. En mi opinión ninguno de los sitios merece la pena. En cuestión de comida recomiendo que caminen un poco sobre la vía al mar, encontraran más adelante o más atrás de la biblioteca varios restaurantes de pescado y comida de mar, son excelente, y también sobre la vía al mar cafés de los típicos de Alejandría sobre el malecón, mucho más económicos y al menos obtienes tinto turco de verdad.
Una de las cosas decepcionantes de la biblioteca es el horario, como fiel usuaria de la red de bibliotecas de Bogotá (amplia, hermosa y absolutamente gratuita) estoy acostumbrada a que una biblioteca es un espacio para estudiar hasta tarde, me gustaba salir de una y descubrir que ya había anochecido. Bien, eso en la biblioteca de Alejandría es imposible, lo primero que tienen que saber sobre este tema es que el horario cambia, hay días que es de diez de la mañana a siete de la noche, otros de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, los viernes cierran y a veces sábados o domingos también, los festivos también. Debo reconocer que su horario me parece sorprendentemente volátil para un lugar de estudio.
Hay dos maneras de enterarse: la primera es visitando la página oficial antes, desafortunadamente esta no siempre está actualizada por lo que no cien por ciento confiable; la segunda opción es ir y perder el viaje porque está cerrada. Lo cual me pasó con regularidad.
La entrada a la biblioteca se paga, cuesta medio dólar para estudiantes o dos para los que no lo son, o se puede acceder gratuitamente si se tiene carnet de afiliación a la biblioteca o de alguna universidad egipcia.
Obtener el carnet de afiliación puede ser un poco complicado para extranjeros, nosotros no lo pudimos obtener, y era algo que queríamos, poder chicanear de estar en la biblioteca de Alejandría. Para procesar la solicitud se requiere llenar un formulario, puede ser en árabe, inglés o francés, pasar una copia de un servicio público del lugar donde se viva y si se es estudiante, una fotocopia del carnet vigente, una foto de fondo blanco tamaño regular y pagar alrededor de quince dólares.
El proceso parece sencillo pero se interpone una burocracia egipcia, la ventanilla de afiliaciones parece un agujero negro, a veces está cerrada cuando dice estar abierta y cuando está abierta no hay nadie quien la atienda, te pueden aceptar la foto o pedir otra, o ser de muy buena suerte y hacerlo en un solo día y en diez minutos. Ya dependerá del destino.
¡OjO! Una advertencia que de haberla sabido me hubiera ahorrado un disgusto muy fuerte: está absolutamente prohibido el ingreso de niños menores de seis años de edad, ni en cangurera, ni en coche ni para ir a la sala infantil ni para nada, está prohibido. El día que fui con mi bebé me tocó esperar afuera todo el tiempo mientras mi esposo tomaba unas fotografías que tenía planeadas, menos mal la biblioteca cuenta con wifi gratuito y público, aun así fue desesperante y frustrante, así que si tienen bebés déjenlos en casa con la niñera o perderán el viaje.
La sala infantil es de acceso general, tiene libros excelente pero muy pocos para préstamo externo, ¿la razón? No la sé. La sala general, ubicada en el primer piso, no permite el ingreso a menores de dieciséis, si así como lo leen, los niños no pueden entrar, es la sala más bonita, cuenta con una muestra de imprenta y tipos de letra árabe, una colección de manuscritos preciosa y por supuesto las estanterías de libros y los computadores de consulta. Para mi resultó terrible que mi hijo de diez años, quien ama los libros, no pudiera disfrutar de la biblioteca y mucho menos mi bebé. La verdad planeé la salida pensando en que sería la primera entrada de mi bebé a una biblioteca y fue una gran decepción.
Así el paseo es un completo plan, se visitan las obras de arte, los edificios, si hay algún evento se puede asistir, se entra a la biblioteca y al museo debajo de ella, se puede caminar un rato o disfrutar del mar en el malecón y tarde o temprano terminar disfrutando una deliciosa comida de mar cerca. Un día muy completo.
Para terminar un dato curioso: en la biblioteca mayor los copistas cobraban por línea copiada, lo que los convierte en unos de los primeros FreeLancer de la historia.