Por qué decidí mudarme a Madrid

Traducido por flag-es Marta Sanz — hace 6 años

Texto original de flag-us E M

Blog: Blog de traducciones de Marta en Español
Etiquetas: General

Advertencia: si te vas de Erasmus, puede que te enamores o que incluso encuentres a tu alma gemela.

¡Qué asco! Esa fue la primera reacción que tuve hace tres años cuando me mudé a Amiens (Francia) para estudiar cuatro meses y la gente me decía que el Erasmus te cambiaba la vida de diversas maneras y que incluso encontraría al amor de mi vida.

Yo estaba en plan, ¿pero qué dices? Yo he venido aquí a hacer amigos, con suerte a mejorar el francés, viajar y aprobar el curso. No tengo tiempo para ningún tipo de romance. Además ya tenía una pareja en mi país y ni de lejos quería meterme en otro lío. Estaba feliz tal y como estaba y punto.

Pero no, así no es como funcionan las cosas.

No quiero insinuar que el Erasmus acaba con tu relación amorosa, porque tengo a muchísimos amigos que se fueron de Erasmus y que fueron fieles a sus relaciones a distancia (bueno vale, solo dos personas, yo incluida). Sin embargo, el Erasmus te abre los ojos y te presenta a una gran variedad de humanos, hasta que te das cuenta de que la pareja de tus sueños sí que existe.

Simplemente no lo descubres hasta que decides irte a estudiar a otro continente.

Creo que todos los estudiantes Erasmus estamos de acuerdo en que toda la experiencia es única, especial, y "ojalá nunca acabe porque mi vida social nunca ha sido tan buena y tan llena de amigos de verdad". Así que cuando te encuentras con alguien que ha vivido la misma experiencia Erasmus que túf, automáticamente tienes una conexión especial con esa persona.

Es una conexión secreta que nadie puede explicar, pero es algo que sabes si te has ido de Erasmus. Sé que todos me estáis entendiendo.

En fin. Aquí os hago un pequeño resumen de cómo conocí a mi alma gemela en Amiens y por qué tomé la decisión de mudarme a Madrid.

Cómo empezó todo.

Pequeña introducción de mi Erasmus en Amiens

Hice un montón de amigos internacionales. Italianos, españoles, griegos, turcos, un cubano y un alemán. Ni un francés, y eso que estaba estudiando en Francia. Hmm...

Bueno, todos solíamos salir mucho, hacer cenas de grupo, alternando cada noche quién iba a hacer un plato típico de su país. Salimos de fiesta y nos divertimos. Una de mis nuevas amigas españolas vivía en la misma residencia que yo.

La residencia en la que estábamos era solo para chicas y se llamaba Residence St. Leu, en el centro de Amiens. A pesar de que fuese un edificio muy viejo comparado con las otras residencias y que tuviésemos que compartir baños y duchas, tenía la mejor ubicación de todas y no podría haber elegido nada mejor. Eso sin mencionar que tenía las mejores vistas de la Catedral de Amiens.

Por qué decidí mudarme a Madrid

Impresionante. Y además tenía el placer de tener estas vistas cada mañana cuando me despertaba. Era demasiado bueno como para ser verdad, y por suerte era todo verdad.

Poco a poco, la chica española y yo nos empezamos a hacer muy amigas. Solíamos cocinar juntas y comer juntas, ver películas y series juntas, ir a clase juntas, salir de fiesta juntas, etc.

Y como Amiens es una ciudad muy pequeña, siempre íbamos a los mismos sitios.

  • Le Carre Rouge (la pequeña discoteca a la que todo el mundo va y que es un poco vieja pero tampoco hay mucha variedad de elección).
  • The English Pub (un bar discoteca bastante decente al que puedes ir para bailar o tomar algo mientras se hacen juegos. Creo que antes tenían una Playstation, pero creo que la quitaron y ahora tienen un billar).
  • Le Lipstick (una discoteca muy grande a la que solo fui una vez)
  • Baobar (un bar tranquilo con temática africana en St Leu).

Todo el mundo nos conocía como las gemelas siamesas. Así si nos veías a una de nosotras, sabías que la otra estaría cerca también. La gente incluso confundía nuestros nombres.

Solo amigas

Teníamos (y todavía tenemos) muchas cosas en común. A las dos nos gustaba el anime, andar en monopatín, los deportes, la pizza, los videojuegos, la música árabe, veníamos de familias muy parecidas con tradiciones muy similares, las dos teníamos nombres exóticos que todo el mundo pronunciaba mal. Aunque nuestras lenguas maternas fueran diferentes, nos apañábamos perfectamente hablando la una con la otra en francés.

Éramos tan diferentes pero a la vez tan parecidas, y gracias a esas similitudes, nos entendíamos la una a la otra muy bien.

De todas maneras, en ese momento yo tenía pareja en Estados Unidos, así que no tenía ningún tipo de interés sexual per se en mi nueva amiga española (aunque, ahora que lo pienso, era totalmente mi tipo), pero desde luego era una persona y una amiga importante para mí.

Después de un mes viviendo en Amiens, mi ex y yo rompimos en buenos términos (seguimos siendo amigas) y, aunque estuviese triste, no estaba emocionalmente destrozada y empecé a mirar hacia adelante y a vivir mis aventuras Erasmus como una mujer soltera.

No me arrepiento de nada, ni siquiera un poco.

Algo más que amigas

Las cosas con mi nueva amiga se movían muy lentamente, empezando desde ser amigas íntimas a besarnos borrachas en fiestas (pero todo el mundo lo hacía así que no significaba nada... ¿no? ), y después hablar como si nada al día siguiente.

Después de dos meses así, empecé a darme cuenta de mis sentimientos hacia ella y me sentía celosa y me dolía cuando besaba a otras personas, a pesar de que yo hiciera lo mismo.

Al final lo acabamos hablando y todos los sentimientos empezaron a salir poco a poco. Para cuando llegó mi cuarto y último mes, ya nos habíamos confesado que sentíamos mucho por la otra persona y todas esas bobadas. Estábamos felices y destrozadas a la vez porque nuestro romance y amistad de los últimos tres meses y medio se acababa y yo tendría que volver a Estados Unidos "para siempre".

Una promesa

Una de nuestras últimas noches juntas le hice una pregunta, cuya respuesta decidiría mi futuro. Le pregunté "si, hipotéticamente viviésemos en la misma ciudad, ¿tú querrías ser mi novia? " La respuesta, que fue "¡claro! ", todavía resuena en mis oídos y me acelera mi corazón un poquito.

En ese momento, supe que movería mi culo a Madrid. No sabía ni cuándo ni cómo, pero decidí, justo en ese momento, que pasaría, y le pedí que por favor tuviera paciencia y me esperase.

Por qué decidí mudarme a Madrid

Nuestra promesa quedó guardada en alguno de estos candados de un puente de París. No me puedo creer que hiciésemos uno porque siempre he pensado que son demasiado cursis. Supongo que es una monada.

Desde ese momento, yo estaba llena de esperanza y mi cabeza empezó a trabajar, a contar mis ahorros, a practicar mi español básico que aprendí en la primaria, a buscar clases como profesora de inglés y apartamentos compartidos en Madrid.

Depresión post-Erasmus

Volví a casa en diciembre para celebrar las Navidades más deprimentes de mi vida (básicamente me emborraché muchísimo en el sofá junto con toda mi familia, recordando los buenos momentos de mi semestre de Erasmus que sabía que nunca volverían.

Mis primos y tíos me llamaron borracha, lo que considero que no es justo porque en mi vida había bebido alcohol antes de cumplir los 21 años, que fue justo ese año, y porque estaba muy deprimida al volver a casa de una vida increíble y de dejar a mi churri atrás. Así que, por favor, dadme un respiro.

En resumen, cuando acabé mi último semestre en la universidad de Eckerd College, donde tenía a mis amigas para distraerme durante mis síntomas de depresión post-Erasmus que me duraron meses y meses.

Algunos de los síntomas de la depresión post-Erasmus son:

  • Empezando por sentirte la mayor parte del día nostálgica.
  • Romper a llorar cuando las canciones de tu Erasmus salgan en la radio.
  • Pensar que la gente que no se ha ido de Erasmus son mezquinos y poco interesantes.
  • Sufrir en todas las clases de la universidad que son realmente exigentes y requieren horas y horas de estudio.
  • Beber sola porque echas de menos beber con tu gente de Erasmus.
  • Quedarte en la cama un viernes por la noche porque salir de fiesta ya no es lo mismo.
  • La vida pierde el sentido

Nota: me siento muy identificada con la película de L'Auberge Espagnole (El albergue español). Si no la has visto, tienes que verla para entenderlo todo.

Por qué decidí mudarme a Madrid

Fuente

Mientras yo estaba intentando lidiar con los síntomas del post-Erasmus, seguía haciendo skype y mandándome mensajes con ella todos los días, viendo anime juntas, como por ejemplo Fullmetal Alchemist y Elfen Lied. Decidimos qeue teníamos que seguir hablando pero que no teníamos una relación de manera oficial hasta que estuviésemos cien por cien seguras de si podíamos y de cuándo podríamos estar juntas físicamente o no.

Salto de confianza

En febrero me dije a mí misma, vale, a la m****, me voy a Madrid en agosto después de graduarme en la universidad. De todas maneras, no tenía ningún plan para después de la universidad, así que pensé que también podría tomarlo como una oportunidad para volver con mi churri.

Y aunque no funcionase, por lo menos estaría viajando y aprendiendo español. Ella vino a Florida a visitarme en las vacaciones de Semana Santa en marzo y fue un sueño hecho realidad. Estuvimos en San Petersburg, Florida y Key Largo con un grupo de amigos. También fuimos a visitar Key West un día.

Por qué decidí mudarme a Madrid

San Petersburg siempre se quedará un cachito de mi corazón. Esta es una foto del puerto.

Durante esos diez días que estuvimos juntas decidimos que sí, que era oficial, que éramos pareja. En abril, me compré un billete de ida a Madrid para agosto. Ni siquiera tenía trabajo o casa ni nada.

¡Éxito!

A lo mejor al universo le encanto o algo así porque todo funcionó a la perfección tal y como estaba planeado, o incluso mejor. Al final encontré algún trabajillo como profesora de inglés, un piso compartido en Madrid e incluso conseguí unas prácticas haciendo investigación sobre la regeneración del nervio óptimo en la Universidad Complutense de Madrid.

Soy una tía con suerte. Mi plan era quedarme en Madrid por un año, trabajar, investigar y ver a mi churri lo máximo posible. Pero hice eso y mucho más.

Dónde estoy ahora

Al final acabé quedándome otro año más porque mi profesor mentor en la universidad me pidió que continuase con la investigación. Ese año lo hice y acabé haciendo un máster de un año en Optometría y Óptica en la Universidad Complutense de Madrid.

Pero, ¿qué ha pasado? Ni siquiera sabía español cuando llegué y ahora tengo un máster en un campo que me han enseñado en español. Tiene que ser un sueño o algo. Además, por si eso fuera poco, durante estos dos años aquí hice algunos muy buenos amigos en el trabajo, en clase y en el piso.

La clave es la espontaneidad y arriesgarte

Viajé a Portugal (dos veces), Bélgica, Inglaterra, Ámsterdam, Suecia, Austria, Marruecos, Alemania, Holanda, Francia (tuve que volver a visitar Amiens) y dentro de España: Barcelona, Valencia, Granada, Sevilla, Segovia y Toledo. Y mi relación es más fuerte que nunca. Llevamos juntas ahora casi dos años y medio y todo lo que nos queda por delante. Venir a vivir a Madrid de manera espontánea ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, y no solo porque me mudé para estar más cerca de mi churri.

Tomé la decisión de venir aquí conscientemente, sabiendo de que tenía la posibilidad de que las cosas entre nosotras no funcionaran, pero yo quería darle una oportunidad y asegurarme de que me haría mi propia vida aquí, junto con la vida que comparto con ella, y que siempre intentaría aprender cosas nuevas y ver sitios nuevos y que no me arrepentiría de nada. Y no me arrepiento de nada.

Me iré en mes y medio y me iré triste, pero también me gustaría volver a casa y ver a mi familia (y finalmente tener un perrito). Yo tendré paciencia y esperaré a mi chica, que se acaba de graduar de la universidad y tiene pensado venir a Estados Unidos en seis meses. ¡Ahora le toca a ella devolverme el favor!

Si te ha gustado, échale un vistazo a estos artículos que he ido escribiendo después:

Consejos para amores Erasmus: Cómo hacer que una relación a distancia funcione.

How to pick your a** up and be a successful spontaneous traveler.


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