País de la Tierra Media

Mi amiga alemana, la que me acogió en su casa al principio y en Navidad, tenía un regalo muy bonito para mí. En realidad es porque dijo que había estado cuidando de su caballo dos años y medio y que me lo debía. Pero para mí, haber cuidado de un caballo adorable durante tanto tiempo y de gratis no es nada que me deba agradecer. Todo ese tiempo con mi caballo favorito era ya un regalo, pero mejoró. En verdad fueron dos regalos: dos clases de equitación en caballos de película.

La primera la tuve antes de ir a Samoa, fue en la escuela de equitación a la que iba ella. Tenían un caballo gris, llamado Gallaxy, que tenía 17 años y que había aparecido varias veces en El Señor de los Anillos. La profesora misma lo cabalgó en una escena en la que los elfos abandonan la tierra media y en otra (lo descubrí cuando la volví a ver) Orlando Bloom como Legolas monta en él cuando llega a Rivendell. Estoy segura de que es el mismo caballo. Lo describió como un poco rebelde, pero yo no estaba nada de acuerdo ya que era muy dulce y siempre te hacía caso. No está bien entrenado, ya que en las películas no tenía un papel importante y siempre aparecía poco tiempo y al paso, y en su vida real era un caballo de granja. Fuimos al paso, al trote, a medio galope e hicimos un poco de obstáculos, ¡se portó muy bien! Después de la clase, fuimos a ver uno de los caballos de los jinetes oscuros, que en realidad era marrón con las patas blancas. ¡Pintaron los caballos para la película! No daba mucho miedo y en realidad no era muy alto.

¡Gracias de todo corazón, amiga!

¡La siguiente parte fue incluso mejor! Por casualidad, ella conocía a la doble de Liv Tyler como Arwen en el El Señor de los Anillos y, como sabía que yo era muy fan, le pedió que viniera. Jane había comprado el caballo que había hecho de Asfaloth en las películas (se llama Florian), o más bien Viggo Mortensen lo compró y se lo dio a ella, ya que los actores y los actores principales siempre tienen prioridad para comprarlos. Él también compró su caballo, Brego, al que quería llevarse a Estados Unidos pero, después de una grave enfermedad, lo dejó donde estaba. Después de muchos años de una vida feliz, murió allí.

Florian, el caballo que hizo de Asfaloth, tenía entonces 28 años y estaba jubilado (ahora tiene más de 31 y sigue sano y activo). Pero Jane lo ensilló para mí y me dijo que me daría una clase con él. ¿Os imagináis cómo me sentí? Primero se montó ella para ver cómo estaba. Antes me había dicho que no me decepcionara si ya no estaba tan activo porque ya es muy viejo. No creo que sea capaz de estarse quieto. En cuanto lo montó, el caballo empezó como a trotar y a lucirse (había una yegua cerca). Después de una cuantas vueltas, se bajó y me dio las riendas.

Lo monté y me sentí como si estuviera en el paraíso. Era muy bueno y hacía todo lo que le pedía. Empezamos despacio al paso, trote y galope, y luego lateral en paso y trote, cambios de galope en el aire y al paso español. Fue increíble. La mayoría de cosas ni las había aprendido, ella me decía qué hacer, lo hacía y él me entendía. Al final me dijo: «Vale, para ahí. ¡Espectadores, sacad las cámaras y preparaos! Nadine, deja las riendas más cortas, más, ahora junta las piernas... » ¡Me sorprendió tanto cuando se encabritó! Me dijo que lo hiciera de nuevo y esta vez estaba más preparada y me reí, ¡estaba tan feliz! Con 28 años y tan en forma como cuando era joven, qué caballo más impresionante. ¡Y a él le encanta! Después de eso me ofreció ir a dar un breve paseo por el río. Ella, su perro y sus amigos me siguieron a pie y yo galopé por la orilla del río, igual que en las películas. Incluso conseguí un autógrafo y conocí a Clydie, el caballo de Gandalf.

¡También me llevé una de estas camisetas! ¡Además de este genial autógrafo en una foto de ella montada en Florian encabritado!

¿Alguna vez has visto un caballo más bonito?

Las dos clases fueron fantásticas, los profesores fueron muy amables y comprensivos y aprendí un montón. Incluso en inglés, no tuve ningún problema en entender lo que decían (el vocabulario de la equitación puede ser muy diferente), de alguna manera siempre pillaba el significado. Si Nueva Zelanda no estuviera tan lejos, daría clases a menudo con ellos. Quiero mucho a mi amiga que hizo todo esto posible, le debo muchísimo, ha hecho realidad mi mayor sueño.

El mismo día, mi novio y yo nos volvimos a despedir de nuestros amigos, y marchamos dirección al sur a las cumbre de Putangirua, donde (sorpresa) se rodó El Señor de los Anillos. De hecho, allí fue donde rodaron el Sendero de los Muertos y fuimos hasta allí. ¡Qué miedo! En realidad no. Con la deslumbrante luz del sol hace falta mucha imaginación para que se parezca a las películas. O quizás es que los muertos se han liberado y ya no viven aquí...

Pero sí, es una impresionante formación de rocas sedimentarias. Pasamos la noche al pie de las cumbres y el día siguiente cogimos un ferri desde Wellington hasta la isla del sur, después de haber estado en un atasco por un rebaño de vacas.

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