Día 3: Sábado 1 de septiembre: IKEA

Día 3: Sábado 1 de septiembre: IKEA

Día 3: IKEA

Sábado 1 de septiembre de 2012

Tras ver la que sería mi habitación durante los próximos diez meses, estaba claro que necesitaba muchas más cosas. No tenía platos ni nada de eso y quería comprar ese tipo de cosas para que mi habitación fuera algo más cómoda. Era el último día que mi madre estaría conmigo en Lyon y fuimos a una tienda muy conocida en Suecia, IKEA, en Portes des Alpes, que nos pillaba bastante lejos.

Anoche antes de dormir, estuve hablando con otros estudiantes. Una de ellas era una joven brasileña llamada Archangela, que viviría en la residencia André Allix igual que yo, pero en un edificio diferente.

Archangela me cayó muy bien. Era sencilla y tranquila y resultaba muy fácil hablar con ella. Archangela había viajado mucho y ya tenía un título de periodismo. Ahora estaba en Lyon para hacer un máster en la Universidad Lyon 3, Jean Moulin. Como buena inglesa, fue muy divertido escuchar que nunca antes había visto un radiador hasta que llegó a Irlanda.

Fue muy interesante para mí aprender lo que para los demás era normal y lo que no, debido a su cultura. Es muy importante ser abierto de mente porque podemos aprender más de las demás culturas y, en mi opinión, ese es el objetivo esencial del Erasmus. Hay personas de todo el mundo, juntas en la misma situación, y cada uno tiene historias y experiencias diferentes. Podemos comprobar los estereotipos de algunas culturas y descartar otros. Podemos confirmar determinados puntos de vista o aprender cosas totalmente nuevas.

Para facilitar el viaje, al día siguiente tuve que llevar todas mis cosas del albergue a la residencia. Mi madre me sugirió que sería una buena idea llevar algunas cosas a la residencia en maletas antes de ir a IKEA y, después, podríamos llevar otra maleta a IKEA para meter todo lo que comprásemos.

Archangela iba con nosotras e hizo lo mismo con sus cosas. Yo propuse coger el la línea D del metro hasta Guillotere, después el tranvía hasta Perrache y luego un autobús. Sin embargo, Archangela conocía otro camino menos complicado. Así que, cogimos el metro hasta Vieux Lyon, el teleférico hasta Saint Juste y luego caminamos durante diez minutos hasta llegar a la residencia. Fue más fácil. Era muy útil contar con Archangela.

IKEA estaba muy lejos de la residencia. La tienda está casi al final de la línea T2 en Saint Preist Bel-Air. Estaba muy cerca del otro campus de la Universidad de Lyon 2. Estaba muy lejos y nunca habría imaginado que tendría que coger un autobús así para ir a la universidad todos los días. Para ir a IKEA cogimos el teleférico más la línea D del metro en Grange Blanche porque aun no había empezado la universidad. Fue muy fácil cambiarse al tranvía TD. Normalmente, una semana cualquiera, es casi imposible montarse en el tranvía en Grange Blanche porque lo usa mucha gente. Media hora más tarde, llegamos a la parada de Porte des Alpes. Cruzamos el parking del hipermercado Alcampo y, por fin, podían verse las grandes y nuevas letras en mayúsculas de IKEA en el enorme edificio azul.

Día 3: Sábado 1 de septiembre: IKEA

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Me encanta IKEA porque hay de todo, pero también lo odio porque es muy fácil gastarse mucho dinero en cosas que realmente no necesitas. Estaba decidida a comprar solo lo estrictamente necesario.

Como era sábado por la tarde, estaba todo lleno y no era fácil ver todos los productos. Escogí lo que no era muy caro, para ahorrar, pero me tentaron demasiado unos platos en verde y rosa con flores... eran tan femeninos. Ahora que lo pienso, veo que habría sido más fácil comprarse los platos al acabar el Erasmus.

No me gustaban las sábanas de la residencia así que me compré un edredón, que no era ni muy caro ni muy fino, lo cual sorprendentemente me era suficiente, una almohada y unas mantas rojas con puntitos blancos. Además, compré la lámpara más barata que econtré, aunque me dio problemas porque pesaba muy poco y era muy fácil que se rompiese.

Pasamos mucho tiempo en la cola para pagar y al final la maleta fue muy útil, sobre todo para meter las cosas más grandes. No habíamos comido y estábamos hambrientas, así que comimos en una cafetería que había allí antes de ir a Alcampo a comprar algo para la cena. En Alcampo, había mucho ruido y me dio dolor de cabeza. Estaba cansada y nada contenta y, al final, no compré nada de comer. Así que, cuando volvimos al albergue tuve que comprar algo en una tienda que estaba cerca.

De camino al albergue, volvimos a la residencia con las cosas de IKEA. Fue una oportunidad para ver la habitación de Archangela, que era un poco distinta a la mía en cuanto a los muebles. Ella tenía más espacio junto a la cama, pero yo tenía mejor vista de la ciudad en vez de una pared gris.

Fue un día largo, pero al final llegamos al albergue. Había cancelado una noche allí así que esa era mi última noche, tanto para mí como para mi madre y otros de los que nos alojábamos allí. Nos relajamos hablando un rato. Era mi última noche con mi madre, así que estuve mucho tiempo con ella. He de admitir que me alegraba un poco de quedarme sola porque los últimos tres días con mi madre no habían sido fáciles y quería un poco de libertad.

Por la noche, con el resto de estudiantes del albergue, vi una película titulada "Rebelión adolescente" en la cocina, pero el título me era muy familiar. Al poco, me di cuenta de que ya la había visto con mi novio el año pasado, así que me fui a la cama.


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