Todo lo que hay que hacer antes de terminar el Erasmus

Hoy voy a hablar de lo que hay que hacer, sí o sí, antes de terminar el Erasmus. ¡No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy! Y te lo digo porque al final, en la última semana, te lamentarás de no haber hecho esto o lo otro.

Por ello, déjame aconsejarte qué hacer antes de que acabe tu estancia en el extranjero, probablemente la última etapa de tu juventud. El tiempo pasa volando, y en muchos casos demasiado rápido y sin piedad alguna. Solo tú decides en qué y cómo lo empleas.

Por todos es sabido que no hay nada mejor que ser joven y estar de Erasmus. Es una época en la que la fuerza, las ganas, la actitud, la salud y el dinero (el justo y necesario) juegan todos a una con un único objetivo: disfrutar al máximo de la vida exprimiendo cada minuto de esta inolvidable experiencia. Así que déjate de miedos, no seas vago y ni se te ocurra dejarte las cosas para luego; ¡venga! Será que no tendrás dónde elegir:

  1. Viaja todo lo posible, adonde sea, no importa cuánto tiempo te lleve. Seguramente te encuentres en una ciudad europea bien situada geográficamente, ¡pues aprovéchalo! Yo estoy en Polonia, que hace frontera con Alemania, República Checa, Eslovaquia y Ucrania. ¿Y qué estoy haciendo? ¡Visitarlos! O bueno, esa es mi intención. En este momento, Ucrania no está para tirar cohetes. La situación política del país no pasa por su mejor momento. Hasta donde yo sé, se debe a la posición prorrusa del presidente ucraniano actual, que se ha negado a firmar acuerdo alguno con la Unión Europea. ¿Qué pasa? Que una buena parte de la población está en contra de esta decisión y ha salido a la calle a protestar, forzando la salida del presidente. Desafortunadamente, viendo el panorama, no he podido ir aún a Kiev. A ver cómo termina todo... Así que como ves, hay mil sitios a los que ir. Encima, al hecho de estar en Europa del este súmale los vuelos tan baratos a países del centro como Hungría, Austria y Eslovaquia. ¡No dejes pasar la oportunidad de viajar a estos 6 países! Aunque tengáis toda la vida por delante, nunca se sabe qué nos depara el futuro, por lo que hay que vivir el presente al máximo.

    Doy por hecho que visitarás al menos las principales ciudades de Polonia: Varsovia, la capital, y Cracovia, el centro cultural, artístico y universitario del país. Sin olvidar las encantadoras Poznań y Zakopane. Tampoco es necesario tirarse dos semanas de vacaciones. Por ejemplo, con un día en Poznań, es más que suficiente. Así te ahorrarás el dinero del alojamiento, y mira que no supondría un gran gasto: ¡algunas pensiones ofrecen habitaciones por solo 7 €!

  2. Aprende una nueva lengua. En otras ocasiones he dicho que la vida es demasiado corta como para aprender polaco, sí, pero vale la pena saber decir, por lo menos, lo básico en el idioma del país en el que vayas a pasar una temporada. ¡Y qué mejor que aprovechar la estancia Erasmus para mejorar tu inglés! Conocerás a estudiantes de otros países con los que solo podrás comunicarte de esta forma. ¿Que no hablas inglés desde bachiller? ¡No pasa nada, ahora es el momento! Puedes incluso conocer a alguien que hable otra lengua que te interese, como me ocurrió a mí con el portugués. Por eso, ¡aprende! Lo que sea y como sea, pero ¡aprende! Asimismo, puedes apuntarte a una academia y obtener de paso un título oficial. En Polonia hay muchas academias de inglés que te preparan para diferentes títulos y sus respectivos exámenes. No tienes más que dejar que evalúen tu nivel para saber a qué clases debes asistir. Cuantos más títulos tengas, más puertas abiertas tendrás al mundo laboral.

  3. Ve de Erasmus teniendo pareja... O no. Cada relación es un mundo y son muchas y diferentes las situaciones que te encontrarás de Erasmus. Yo voy a hablar bajo mi punto de vista, por si te sirviera de algo. En primer lugar, hay un tipo A de pareja; la enamorada, la que vive en la misma ciudad, la que está acostumbrada a verse todos los días, los que son felices con una relación estable. Vamos, la típica pareja empalagosa. La que suele llevar 3 años, vaya. En este caso, la base de su relación es la confianza, el apoyo y el mejor deseo para el otro mutuo. Si uno de los dos se va de Erasmus, lo pasarán mal porque se echarán de menos. Sin embargo, juntos superarán esta experiencia evitando las tentaciones del camino. Se verán muy a menudo por Skype y hablarán continuamente por WhatsApp, lo que hará que la distancia sea menos dura. Al final, se volverán a encontrar en el aeropuerto, donde retomarán su historia de amor con tanta fuerza como antes.

    En segundo lugar, está la pareja tipo B; tan feliz como la pareja A, pero al inicio de su relación (unos 3 meses juntos). Estos se sienten atraídos por la novedad, la euforia del comienzo. Les queda tanto aún por descubrir el uno del otro... pero tienen que separarse. Al principio, se les vendrá el mundo encima, más de lo normal. Pasar un tiempo separados habiéndose conocido desde hace tan poco posiblemente haga que una tercera persona sea el detonante del fin de la relación. ¿Para qué seguir adelante estando lejos el uno del otro durante tanto tiempo? Siempre que sean sinceros...

    En tercer lugar, está la pareja tipo C, la que menos entiendo. Llevan 2 años juntos, pero es supertóxica. Celos, discusiones, gritos, traiciones, desconfianza... el pan de cada día. Este tipo de parejas desearía no volver a verse, pero los dos morirían si ocurriera. En el momento en que uno decide irse de Erasmus y se lo comunica al otro, empiezan los problemas. La desconfianza carcomerá la relación. "¿Con quién vas a vivir? ", "¿Estarás en una residencia mixta? ", "Vale, en un piso, pero ¿con quién? " y "¿Adónde irás? " son solo algunas de las perlas que le dedicará uno al otro. En circunstancias normales, la solución hubiera sido terminar la relación, pero ninguno de los dos sabe hacerlo. Tres días después de haberse distanciado, volverán las peleas por Skype y por teléfono, haciendo que la persona que se ha ido de Erasmus no disfrute de su experiencia por la dependencia tan tóxica a la otra persona. Es que, ¿cómo puede haber una relación así? No lo entenderé nunca. Para mí, el único objetivo de tener una relación es hacerse felices el uno al otro, aprender el uno del otro, apoyarse el uno en el otro, ¡confiar el uno en el otro!; superar juntos lo que venga.

    No me seas tonto y vive la experiencia Erasmus al máximo. El tiempo dirá.

  4. Ve a conciertos. ¡Y no me digas que no tienes dinero! En ningún momento he dicho que tengas que pagar. En Polonia, afortunadamente, hay un montón de bares donde organizan conciertos en directo, sobre todo en OFF Piotrkowska. Suelen actuar grupos polacos. ¡Yo iría por lo menos una vez! A mí me encantó el concierto de un grupo llamado Utah Jazz. Lo forman 5 chicos que fusionan el jazz con rap y hip hop. Te puedo asegurar que aunque cantaban en polaco, ¡sonaban que te mueres! Aun así, si te lo puedes permitir, ve a conciertos de pago. A España no vienen muy a menudo estrellas internacionales, a no ser que se deje caer alguna por Barcelona o Madrid. Recuerda que los billetes de autobús para ir a los países vecinos son muy baratos. Si tu cantante favorito hace parada en alguno, no te vas a ver en otra. Sin ir más lejos, el fin de semana pasado un amigo mío de Galicia se pilló un vuelo por 20 € para ir a ver a Beyoncé en directo. Dime cuándo volverá a tener esa suerte... Otra amiga de Málaga fue a Londres a ver a una amiga que está allí trabajando y juntas fueron a un concierto de un grupo que las vuelve locas. En mi caso, el 5 de junio iré a ver a Linkin Park a Breslavia (una ciudad próxima a Łódź).

  5. Deja tus miedos atrás. Muchas veces renunciamos a vivir por miedo o simplemente por vergüenza. ¡Estás en una nueva ciudad y tienes todo por descubrir y experimentar! El otro día, mis amigos y yo estuvimos en una discoteca llamada Futurysta en la que organizan juegos de varios niveles. Uno de estos consistía en hacer flexiones con unas latas de cerveza colocadas en los extremos de unos esquís que te echabas a la espalda. Cuando lo vimos, nos dejamos los bailes para probar el juego. Una de nuestras amigas no quiso participar porque no quería quedar en ridículo delante de todo el mundo, por lo que esperó sola a que fuese nuestro turno. El juego no era nada del otro mundo, solo había que hacer una flexión, y si se caían las cervezas pues repetir el proceso hasta hacer alguna bien. Al final nos ofrecieron hasta unos chupitos. Con esto, lo que quiero decir es que te dejes llevar. Salir de tu zona de confort te hará descubrir facetas de ti mismo que no conocías. De lo contrario, te perderás en un montón de aventuras y de experiencias por sucumbir a tus miedos. ¡No te pongas límites!

  6. Haz deporte. Ya he hablado en otra ocasión de los deportistas que se van de Erasmus y dejan el ejercicio físico de lado, así como también de los que suelen ser sedentarios de por sí y en el Erasmus empeoran su situación. ¡No caigas! No solo hay que cuidarse cuando estás en casa. Si te vas de Erasmus, continúa manteniéndote en forma. A lo mejor descubrirás nuevos deportes o formas diferentes de entrenar.

  7. Sal de fiesta. Los estudiantes Erasmus tienen la fama de salir demasiado... pero ¡es que es lo normal! O al menos yo lo veo así. Además, el Erasmus puede ser un punto de inflexión en la etapa de desfases. Para mí, una fiesta implica darlo todo bailando, escuchar música nueva (la aplicación Shazam es una muy buena amiga), conocer personas de todo el mundo, beber con control y disfrutar, sobre todo, de cada momento. Al fin y al cabo, aunque aún te quede un año de carrera por delante cuando vuelvas del Erasmus, no va ser lo mismo. ¡Hay que aprovechar cada minuto! No me malinterpretes. No estoy diciendo que cuando vuelvas a casa dejarás de salir, sino que es posible que cambien tus prioridades. Es posible que tengas que buscar trabajo y quieras tener cierta estabilidad. La fiesta quedará relegada a los fines de semana, y los planes quizá ya no sean los mismos. Lo mismo sales con la intención de ir a un local concreto donde poder bailar como si no hubiera un mañana o para beber un poco y pasar un rato agradable con tus amigos. ¡Ay, parezco una vieja hablando del futuro! Pero bueno, lo cierto es que el Erasmus te da la oportunidad de divertirte como nunca, ¡no la desaproveches!

  8. Prueba la gastronomía del país. Que sí, que te gusta mucho la pasta; la pizza y la comida basura te ahorran mucho tiempo y están buenísimas. Pero por favor, sal de ahí. Conozco gente que, tras 3 meses de Erasmus, todavía no ha probado ningún plato típico de la cocina polaca. ¡Hay que probar cosas nuevas! Por ejemplo, platos como los pierogi y las sopas tradicionales o los dulces como el macowiec y el pan de jengibre polaco con el que hacen incluso galletas (¿las de Shrek no te dicen nada? ). A ver, que no es necesario comer todos los días comida polaca, pero tampoco inflarse a porquería. Hay que saber mantener un equilibrio y no desperdiciar la oportunidad que te da pasar un tiempo en una cultura con tradiciones distintas. Si no, cuando vuelvas a tu país, te arrepentirás de no haber hecho esto y lo otro.

  9. No le guardes rencor a nadie. Sí, es normal que tengas roces con personas por muchas razones, pero si alguien te decepciona, simplemente pasa página. No le des la importancia que no merece. No creo que valga la pena enfadarse con alguien, porque al final es a ti a quien le hace daño. No dejes que una persona influya negativamente en tu experiencia Erasmus. Esto no quita que no tengas que enfrentarte a este tipo de situaciones, pero intenta relativizar las cosas y céntrate en lo bonito que te ocurre. Piensa que a la mayoría de esas personas no las vas a volver a ver una vez que termine vuestra estancia en el extranjero. Quizá sí a aquellos con quien forjes una relación sincera y fuerte de amistad, pero a veces ni eso es suficiente. "O aportas o te apartas".

  10. Aprende a cocinar. Si te he dicho que es importante conocer la gastronomía de vuestro país de destino, aún lo es más aprender a cocinar. No puede ser que tu estancia se resuma en llegar, sentarse, comer y pagar. De Erasmus, vas a descubrir platos típicos de muchísimos rincones del mundo. Lo mismo tus compañeros de piso preparan platos que no conocías, o tus amigos, de otros países, se dejan el alma en la cocina por ti. Cada uno es de su padre y de su madre en la cocina; mejor o peor cocinero, pero por alguna vez hay que ponerse. De ahí que aproveches la oportunidad que te brinda este periodo. Hay platos más allá de los espaguetis a la carbonara, ¿sabes? ¡Hazte a la idea de que tienes que probar cosas nuevas! Que sea tu paladar el que juzgue un plato, no tus ojos, porque en este caso, una imagen no vale más que mil sabores. ¿En qué momento volverás a tener a una turca dispuesta a cocinarte algo? ¡Venga!

  11. Aprende un poco de historia. Qué mejor momento para interesarse por la historia de un país que cuando estás viviendo en él. Mi padre siempre dice que antes de juzgar el modo de vida de la gente de un lugar, me informe de su historia, tanto de lo bueno como de lo malo. Y por supuesto, de todo lo que lleva ocurriendo en el país en los últimos años. De esta manera comprenderás porqué su sociedad actúa como actúa, así como todo lo que la envuelve.

  12. Disfruta cada momento. En los primeros días del Erasmus, todo es un caos y el tiempo vuela sin que te des cuenta. Sin embargo, si sabes organizarte, puedes llevar a cabo todo lo que hemos visto hasta ahora. ¡Tómatelo todo con calma! Las prisas no son buenas. Disfruta de todo, las veces que te haga falta.

  13. Sé flexible con tus amigos y cede cuando sea necesario. Los grupos de amigos del Erasmus suelen estar formados por muchas personas (me atrevería a decir que por 20 o más). Por eso, llevarse bien o estar de acuerdo con todos no será fácil. Sobre todo a la hora de tomar de tomar decisiones. Por esta razón, a veces hay que bajarse del burro y ceder. No puedes imponer siempre tu criterio. Solo quien tiene manera de líder sabe salirse con la suya sin que le lleve mucho esfuerzo.

  14. No te encierres en una burbuja. A propósito de lo que acabamos de hablar. Seguramente conozcas a una, dos o tres personas de las que no te separarás nunca; con las que lo harás todo. Caeréis en el error de cerraros en vosotros mismos, poniéndoselo difícil a cualquiera que quiera entrar. Y así, déjame que te lo diga, ni tú ni ellos aprovecharéis el privilegio que os da el Erasmus de conocer a otras personas de otros países y de otras culturas. Por no hablar de que seáis todos de la misma nacionalidad. ¡Mec, error! Imagina que 2 de los 3 miembros del grupo se van para el segundo semestre. Quien se quede todo el año, se sentirá totalmente fuera de lugar con el resto de Erasmus y tendrá que currarse congeniar con otro grupo.

  15. Crea una red de contactos. No sabes dónde acabarás trabajando, viviendo o viajando en un futuro. A lo mejor, con el tiempo acabarás necesitando su ayuda o ellos la tuya. Y desde luego, no hay nadie mejor que un compañero Erasmus para echarte una mano.

Como ves, son muchas las ventajas de vivir la experiencia Erasmus. Solo tú decides si ponerle límites.

¡No te preocupes si ya ha pasado la mitad de tu estancia y al ver la lista te has dado cuenta de que te queda mucho por hacer. ¡Todavía te queda mucho tiempo por delante! Exprime el presente como si no hubiese futuro.

No te arrepentirás.

Todo lo que hay que hacer antes de terminar el Erasmus

Mira qué pedazo de vista me regaló una escapada a Praga. El edificio del fondo es el Teatro Nacional de la ciudad, a las orillas del río Moldava. Si te fijas bien, alguien te está saludando desde un barco, el río es tinto y el amor se respira con los ojos cerrados. ¡No hay nada imposible! ¡Todo depende de cómo quieras ver las cosas!


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