Té y más té.
Que se quite el té verde de China o de Japón o el té del Kilimanjaro, porque no hay nada como un buen té moruno marroquí.
Si vais a Marruecos, seguramente os daréis cuenta de que casi todo el mundo en las cafeterías está tomando té y no un café como hacen en Europa.
No sé si es algo que a todos los árabes les encanta, pero sí que sé que a los marroquíes les vuelve locos el té.
Si alguna vez tenéis la oportunidad de pasar algunos cuantos días con una familia marroquí en Marruecos o incluso en España, acabaréis de té hasta arriba. En vez de tener sangre en las venas pasará a ser té.
Y que conste que no exagero para nada, eh. Os pasaréis literalmente todo el día, todos los días, bebiendo té.
Hoy ha tocado hacer visitas familiares a los parientes de mi padre que viven en Tánger. Y son muchos.
En total hay creo que unas 7 u 8 familias a las que tenemos que visitar porque hace un año que no nos vemos y si se enteran de que estamos en su ciudad y no vamos a visitarlos se lía parda.
Hablando de ir a visitar a la familia estando de vacaciones en Marruecos, quisiera comentar algo que no me gusta nada de la cultura árabe en general.
Lo que no me gusta es que tras hacer un viaje de más de 10 horas para llegar hasta aquí, una vez instalados en la casa, tenemos que pasarnos varios días visitando a la familia y a nuestra casa volvemos sólo para dormir, y a penas tenemos tiempo libre para disfrutar de las vacaciones a nuestro gusto.
Yo estoy acostumbrada a que si alguien viene de otro país a Madrid de vacaciones, lo menos que puedo hacer es desplazarme hasta donde esa persona se encuentre en esos momentos, como si es en la Sierra de Madrid o incluso en Toledo, me cojo el coche y me voy a verle, sobre todo si se trata de un familiar o un amigo muy cercano; no espero que sea esa persona la que venga hasta las puertas de mi casa para vernos.
No sé, me parece un poco falta de respeto por parte de los que exigen ser visitados si alguien va a su ciudad, sobre todo si se va de vacaciones.
Pero aquí en Marruecos, después de haberos hecho el viaje de vuestra vida por estar conduciendo casi un día entero, debéis ir a visitar a los demás. Y si no vais, preparaos para que os echen mal de ojo.
En cierto modo entendería esa manía de ir a visitar a los demás si no tienes casa propia, porque de estar alojados en un hotel pues no va a venir la familia entera a meterse en la habitación.
Pero en mi caso, tenemos un piso bastante espacioso que no lo disfrutamos casi nada por estar siempre yendo de un lado a otro y lo usamos más que nada que para dormir y ducharnos.
Nuestra urbanización se encuentra un poco lejos del centro de la ciudad (no tan lejos eh, se coge un taxi o bus y en 10 minutos se está aquí), pero en mi opinión no es excusa suficiente para decirnos que somos nosotros los que tenemos que ir a verles porque así no tienen que desplazarse.
Para mi esa excusa es razón suficiente para no ir a verlos a ellos.
Desgraciadamente, es una tendencia bastante arraigada en la cultura del país, me atrevería a decir que desde el origen de los tiempos, y por muy europeos que se hayan vuelto mis padres, cuando llegamos a Marruecos se sienten obligados a visitar a los demás.
Pero oye, cuando estamos en España hay que ir a ver a los que vienen de fuera, que sino es de mala educación...
En fin, volvamos a la obsesión del té.
En total hoy he tomado una media de 7 vasos de té en menos de 18 horas.
Normalmente, los sirven en vasitos pequeñitos y, dependiendo de si vais al norte o al sur de Marruecos, los vasos los llenarán hasta rebosar o sólo por la mitad.
En Tánger, por ejemplo, siempre os llenarán el vaso hasta arriba y a penas os quedará un espacio para sujetar el vasito con los dedos.
Hemos ido a ver a unas 3 familias y en cada una nos han servido té.
Lo peor de todo, o lo mejor de todo para los amantes del té, es que incluso si no queréis tomarlo os acabarán "obligando".
Que a ver, nadie os va a poner un machete en el cuello, abriros la boca y haceros tragar el té. No.
Pero lo que harán es miraros con una sonrisa de paranoicos mientras os dicen "yallah, yallah, otro más, que sí que sí que el té es bueno para la salud, yallah", y cuando os toméis el té que os han forzado a beber, harán lo mismo para que os toméis otro, y así sucesivamente :)
Como mínimo, creo que hay que aceptar tomar 2 vasos de té, para no ser maleducados y que no se ofendan.
Aunque si a alguno no os gusta el té, no digáis que no os gusta, simplemente decid que el médico os ha dicho que no podéis tomarlo porque tenéis la tensión muy alta o algo que suene como muy grave para que no os fuercen a que toméis cinco mil vasos de té.
A mi, personalmente, no me desagrada el té. Es más, me gusta mucho cuando tiene mucha hierba buena y está dulce.
En una de mis anteriores entradas, concretamente Restaurante Fairuz, os comenté un poco por encima cómo debe ser el sabor del té moruno, y aquí os explico con todo detalle cómo preparar un buen té moruno.
Técnicamente, se supone que ha de ser amargo y fuerte, con un toque ligero agrio debido a que dejan que las semillas del té se quemen más de lo debido para que suelte un sabor más fuerte.
Luego le añaden un par de ramas de hierba buena y azúcar a la tetera, y unas ramitas también en el vaso.
Yo odio con todas mis fuerzas el té así de fuerte.
Hoy por ejemplo he tomado sólo siete vasos de té porque en dos casas a las que hemos ido el té lo han hecho muy agrio y me fue imposible tan siquiera tragar el primer sorbo. De verdad que no me bajaba por la garganta.
Se lo di a mi madre (que se toma el té sea dulce, agrio o amargo) sin que el resto se diera cuenta y luego les dije a la gente que ha había tomado té antes y que si seguía tomando té me acabaría desmayando porque la tensión me subiría demasiado.
Y ni aun así logré convencerles del todo, porque luego me decían "yallah yallah, tú bebe ya verás que bien te sienta"... *facepalm*
Por cierto, yallah significa "vamos", y se utiliza muchísimo para cualquier cosa, es como una palabra comodín.
Anyway, volviendo al té, también hay gente a la que le gusta el té tan dulce como a mi y es por eso que le echan bastante azúcar y no dejan que se queme tanto el té, sino lo suficiente para que suelte sabor, pero que se note más el sabor de la hierba buena que el de los granos de té.
Y tengo la increíble suerte de que mi abuela lo hace así, y además está obsesionada con el té, ¡lo toma a todas horas!
Antes de que compráramos una casa en Tánger, cuando veníamos de vacaciones nos quedábamos en su casa a pasar el verano, y bebíamos té a todas horas, con el desayuno, un par de horas después de desayunar, antes de comer, después de comer, durante la tarde caerían una o dos teteras de té, luego después de cenar y más tarde antes de acostarse para dormir bien.
Vamos que cualquier persona que no esté acostumbrada a tomar tanto té, acabaría todos los días como una moto debido a toda la cafeína ingerida a lo largo del día.
Yo, sin embargo, ya estoy acostumbrada a tomar té casi 24 horas al día todos los días, así que la cafeína realmente no me afecta, y además, incluso cuando tomo té antes de acostarme duermo mucho mejor.
A pesar de tomar tanto té en Marruecos y sentir que es parte de nuestra rutina, cuando volvemos a España a penas tomamos té, normalmente a la hora de merendar, un par de horas antes de cenar.
En cambio, sí que recuerdo que cuando era pequeña la hora del té era obligatoria y no había día en que no tomáramos té acompañado de unos dulces árabes y galletas, al menos una vez al día; pero con el paso de los años esa costumbre ha ido decayendo y a penas encontramos tiempo para reunirnos todos juntos a tomar el té.
Pero no pasa nada, para eso tenemos Marruecos, para recuperar todos los tés no bebidos a lo largo del año.
Respecto al precio del té si queréis tomarlo en una cafetería es muy barato, muchísimo más barato de lo que costaría un té de esos que vienen en una bolsita en los que pone "té moruno" en una cafetería en España.
Cuando vayáis a pedir ele té, si os gusta el dulce, bastará con que le digáis al camarero que no dejen quemar los granos de té y que echen mucha hierba buena y que además os traigan unas bolsitas de azúcar (por si acaso); pero si os gusta agrio pues le decís lo contrario. Casi siempre lo harán como lo habéis pedido.
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