Portami via: viaja ligero y con un presupuesto limitado por Florencia

Florencia, capital de la Toscana, cuna del Renacimiento, caracterizada por su arquitectura geométricamente perfecta y sus fachadas de mármol blanco y las líneas de color rojo y verde. Florencia, obra maestra de los más grandes genios artísticos como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Florencia, ciudad de la perfección y patrimonio de la Humanidad de la Unesco por la que pasan nada más y nada menos que 16 millones de turistas cada año. Visitar Florencia es como visitar un museo. ¿Y qué más hay? Más museos dentro de un gran museo. Si eres un apasionado del arte, tienes para una semana, un mes o un año. Tres o cuatro días tampoco está mal.

Partimos para Florencia con una política de gastar lo menos posible. Algo más bien fácil cuando eres una estudiante en Arquitectura con entradas a precio reducido o bien gratuitas. En seis días gastamos 100 € cada una. Para todo (transporte, alojamiento, visitas, comida... ). Hicimos Florencia y Boloña en una semana con una pequeña mochila a la espalda. En el mes de marzo. Eso significa lluvia, nieve y calarse de vez en cuando. Pero vimos todo lo que queríamos. He aquí qué visitamos, dónde y por qué:

Lo que hay que ver en Florencia (por orden de prioridades)

• El Duomo (La catedral de Santa María del Fiore) y sobre todo su cúpula.

• El campanario de Giotto.

• El baptisterio de San Juan

• El museo de las obras del Duomo.

• El puente Vecchio.

• La plaza Michelangelo

• La basílica de la Santa Cruz.

• La galería de los Oficios.

• La plaza de la Señoría y el palacio Vecchio.

• La galería de la Academia.

Nuestro plan de visita:

Comenzamos por el baptisterio porque llovía a cántaros y no había mucha cola. El primer lugar que visitábamos ya era digno de la más grande admiración. El interior de esta espléndida obra está cubierto de motivos dorados y de frescos religiosos que relatan escenas bíblicas. Al salir fuimos a reservar nuestra visita para subir a la cúpula y mientras esperábamos visitamos la galería de la Academia. Gracias a esta estratagema pudimos escapar de la lluvia durante dos horitas y al mismo tiempo secar lo que se nos había calado antes.

En la galería podemos encontrar las estatuas de la fachada de la catedral, el auténtico portón de oro del baptisterio y otras obras de arte como La Pieta de Miguel Ángel y La Madalena de Donatello. La visita puede durar hasta dos horas.

Al salir fuimos directamente al Duomo (todo está en la misma zona) y la suerte se puso de nuestra parte porque dejó de llover mientras subiamos las 463 escaleras. Pudimos subir hasta el techo, al nivel de la linterna. Y una vez arriba la hermosa Florencia se extendió ante nuestros maravillados ojos. Los rayos de sol que se infiltraban entre las nubes grises creaban una atmósfera embaucadora y qué decir del contraste con los tejados rojos y el valle de fondo que daban el toque final a un paisaje majestuoso. Nos cautivó de tal manera que pasaron 30 minutos antes de que empezáramos a movernos.

Como las 463 escaleras no nos bastaban, hilamos nuestra ruta con una visita al campanario con sus 85 metros de altura y 414 escalones. Pero no hace falta que subas hasta arriba: hay pisos desde los que cuales ya podrás admirar la ciudad. Al fin y al cabo el campanario ofrece la oportunidad de observar de otro ángulo la cúpula de la catedral ya que, si las comparamos con las de la linterna, las vistas son exactamente las mismas.

La siguiente mañana la pasamos buscando nuestro albergue juvenil. También nos hubiera gustado haber visitado entonces la catedral, pero la fila seguía siendo interminable. Por eso decidimos ir directamente al Uffizi donde también tuvimos que hacer cola. Una hora de hecho. Nos comimos unos panini que compramos en All' Antico Vinaiomientras hacíamos la cola. Pero os aseguro que una vez dentro nos tomamos nuestro tiempo como buenas estudiantes en Arquitectura. Salimos hacia el anochecer y nos dirigimos a la plaza de la Señoría donde tuvimos la ocasión de ser testigos de un desfile de disfraces tradicionales. Después fuimos a la plaza de la Santa Cruz, pero desgraciadamente no pudimos entrar (cierra a las 17 h). Por eso tomamos otro rumbo hacia el palacio Rucellai y efectuamos nuestro registro de llegada en el albergue. Todo para acabar nuestro día en la galería de la Academia para visitar al David. Dentro de la galería también podemos encontrar diversas obras de Miguel Ángel. En especial maquetas o obras jamás finalizadas.

Por último, en nuestro tercer día en la ciudad, nos levantamos pronto para cruzar el puente Vecchio y subir hasta el Piazzale Michelangelo.

Subir hasta arriba es una tarea algo ardua, sobre todo si cargas con cosas a tu espalda. Pero no podíamos quejarnos, el sol había vuelto y nos había bendecido con unas vistas si cabe todavía mejores. La plaza es enorme. Se puede ver una gran parte de Florencia y sus monumentos emblemáticos e, incluso, algunos campos de olivo del otro lado. Nos tomamos el tiempo para admirar todo el esplendor que se nos ofrecía.

Y después partimos hacia la estación. De camino nos topamos con las iglesias de San Lorenzo y de Santa María Novella. No muy lejos encontramos un lugar donde comer (Shake Café). Desde luego un lugar digno de ser publicado en la cuenta de una bloguera sobre vida sana. Y nos embarcamos en nuestro bus dirección a Boloña.

Una historia de Arquitectura:

Porque se trata de la quinta catedral más grande de Europa (153 metros de largo en el interior), porque su cúpula de ladrillo es la más grande jamás construida y porque hoy en día sigue siendo un misterio de la ingeniería, dejame contarte en un pequeño párrafo la historia de este ejemplo de la grandeza humana:

La catedral de Florencia, llamada Duomo, data de 1294 y fue construida tras los restos de Santa Reparata. Las obras duraron más de un siglo y la construcción no finalizó hasta 1436. El arquitecto principal fue Giotto. Pero, la proeza ingeniosa que contiene se la debemos a Brunelleschi. Nadie sabe cómo solucionar el problema para construir semejante cúpula. Ninguna máquina puede alzar ningún objeto a 53 metros de alto y todavía menos se puede montar una cimbra de madera para un diámetro tan amplio (42 metros). Después de la famosa historia del huevo -una metáfora donde Brunelleschi soluciona el problema de mantener un huevo de pie sobre una placa de mármol- se le asigna al mismo Brunelleschi la dirección de la obra.

Propone entonces un sistema totalmente ingenioso, inspirado del Panteón de Roma y del baptisterio ya construido en Florencia. La cúpula se construye entonces con un sistema de doble bóveda. Una interna, construida a base de espinas de pescado y de anillos independientes de 2 metros de largo, y una externa, muy ligera y de 80 centímetros. El conjunto se estabiliza con una linterna en la cima. La estructura se basa en la geometría de una catenaria invertida. Los ladrillos que componen los anillos son de tamaño descendente y están cimentados con un cemento de secado rápido. De esta manera, Brunelleschi ingenia una construcción independiente, sin cimbrado, y construida por un sistema de poleas que levantan 7 toneladas de material cada día (fuente: Wikipedia).

Trucos para viajar con un presupuesto limitado:

1. Hay un dicho que dice lo siguiente: si no tienes dinero, paga con tu tiempo. Por eso, lo primero que tienes que tener en cuenta si quieres viajar por poco dinero es que vas a tardar 3 horas en bus, antes que llegar en tan solo 1 hora y media en tren. Para ir a Florencia usamos Flixbus. Bueno en realidad tardamos 8 horas en vez de las 4 previstas. Todo porque a los 40 minutos de haber salido el bus se averió. Y, seguramente porque ya estábamos demasiado lejos de Roma, el tipo que tenía que venir a sacarnos de la avería tardó 3 horas en venir. Y después de haber esperado bien pacientes, va y una hora más tarde pincha una rueda. Total, que llegamos a Florencia a medianoche. Gracias a Dios teníamos un couchsurfer súper simpático y esto me lleva a la regla número dos cuando no tienes mucho dinero.

   

2. Hacer couchsurfing es ganar y ganar. Como llegamos tarde a la estación, nuestro anfitrión vino a buscarnos directamente en coche. Y es más, pasamos una noche muy divertida hablando de la ciudad, de nuestros viajes, de nuestras ideas todo con una copa de vino en la mano. Además de acogernos en su casa nos dio buenos consejos y sin tener que pagar ni un centavo. Ciertamente el principio esencial de couchsurfing es compartir una experiencia, el trato y no el dinero. En señal de debido agradecimiento, la noche siguiente hicimos comida para los tres (en vez de para dos si hubiéramos estado en el albergue, así que no alteraba demasiado nuestro presupuesto) y la pasamos hablando de nuestros viajes. ¡Gracias a esta aplicación ahorramos dos noches en Florencia!

   

3. La tercera noche la pasamos en un albergue porque nuestro couchsurfer ya no estaba en Florencia. La tercera regla es que debes darle la prioridad a los albergues juveniles antes que a los hoteles. Si no, siempre puedes echarle un vistazo a las ofertas en AirBnB, puede llegar a venir bien si sois un grupo de más de tres personas. En los albergues a menudo el desayuno suele venir incluido y la noche cuesta como mucho 15 €. Lo encontramos en el mismo día porque el plan que teníamos no nos acababa de convencer (alojarnos en un piso compartido). ¡Y no tuvimos ningún problema! Es más estuvimos de suerte porque, a causa de unos problemas de calefacción y gracias al hecho de que estaban lejos de estar al completo, nos dejaron dormir en una habitación con cama doble. Y por si no fuera suficiente, la guinda del pastel es que puedes conocer a gente dentro del mismo albergue porque hay un gran número de viajeros sin compañía.

4. Y ahí va un truco de más: ¡aprovecha tus contactos y conoce a nueva gente! Sean amigos o amigos de tus amigos, el primo de tu tía... cualquier excusa es buena para alojarse gratuitamente (porque el alojamiento es lo más caro) o tener la oportunidad de gozar de una visita personalizada por ejemplo. Nosotras, gracias a nuestras peripecias con la calefacción, nos llevamos bien con el trabajador del albergue juvenil y acabamos cenando en su casa. Hicimos nuevas amistades, comimos bien y sin gastar un duro. Te aseguro que funciona, seas un chico o una chica. La gente siempre está dispuesta a socializar, mostrar su propia cultura, gastronomía y compartir buenos momentos con turistas con una mente abierta y alegres.

   

5. Mi último consejo es saber hacer concesiones. Ten en cuenta que si tu presupuesto es mínimo, no podrás comer en un buen restaurante, ir a un spa o darte una vuelta en un zodiac. Deja todas esas cosas para más tarde, para cuando tengas un salario o hayas ganado la lotería. Simplemente, haz las cosas de manera más sencilla. Cuando eres estudiante, ya tienes bastante suerte con tener tarifas a precios reducidos o incluso gratuitos para visitas o transportes. Además puedes ahorrar dinero comiendo sándwiches o aún mejor preparándotelo tu mismo. Siempre tendrás tiempo de comer en Navidad en casa de la abuela. Por supuesto no digo que no puedas disfrutar de la gastronomía local. Sé que es una parte del viaje, pero un panini o una piadina son italianas y mucho menos caras que un menú en un restaurante. Además, más vale comer sencillo y que esté bueno que ir a un restaurante turístico donde todo es comida congelada. Y si ya puedes vivir de helados como yo, ¡no tienes nada que perder!

   

Otras cosas a tener en cuenta:

• Compra el billete por Internet para ver el Duomo (y su cúpula). También es válido para el baptisterio, el campanario, la cripta de Santa Reparata y el museo de las obras del Duomo. Vale 18 € y es válido durante 72 horas.

• Para visitar la galería de los Oficios tendrás que tener paciencia, la cola llega a dar la vuelta al patio, sobre todo los domingos gratuitos (los primeros de mes) y la espera puede llegar a alcanzar la hora. Lo mejor es hacer un picnic mientras esperas.

• Hay turistas durante todo el año, llueva, truene o haya ventisca. Por eso no hay una buena época en particular. Y quizás tengas que ser estratégico para las visitas y renunciar a algunas cosas.

• ¡Tápate! La mayoría de las visitas son religiosas, por lo que no te aceptarán si vas en short o camiseta sin mangas.

• Utilizar couchsurfing está bien, pero hay que tener cuidado. Puede haber personas con malas intenciones. Lo mejor es hacerlo con otra persona o en casa de una chica (sé que suena a cliché pero también es la cruda realidad).

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