Para los que han tenido que quedarse

Escribo este artículo para aquellos que han tenido que quedarse durante las vacaciones de Navidad en su ciudad de Erasmus, aunque también para los que se han ido y quieren saber qué pasa en la ciudad. Para los europeos es muy fácil: viajar resulta sencillo cuando las familias quieran ver a sus hijos, y por eso pagan lo que haga falta. Para la gente de Smile (si no lo sabes, Smile es el programa Erasmus para América Latina) es un poco diferente. No se cruza el Atlántico solo para pasar unas semanas con la familia y los amigos, (bueno, tal vez yo lo haría si tuviera mucho dinero). De modo que te quedas aquí, y viajas a otra ciudad, o te quedas en tu casa, intentando no suicidarte. En mi caso, me quedé en la residencia Akropol, ¿te acuerdas? Al principio pensaba que iba a ser muy aburrido y triste, sobre todo porque en Venezuela en Navidad siempre estoy con mi familia, y créeme, somos una familia muy grande, y comemos cosas que normalmente lo hacemos durante estas fiestas. No te puedes hacer una idea de lo mucho que he echado de menos las hallacas de mi madre (puedes ver una hallaca en la foto de abajo) Es la mejor comida navideña que existe.

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Es muy duro no poder pasar las navidades cerca de tu familia; pero cuando estás de Erasmus haces amigos que se convierten en tu familia; llegas a tener una relación tan estrecha con estas personas que no crees que hayan pasado solo cuatro meses desde que los conoces, lo que significa que estás pasando las navidades con tu otra familia.

Esto fue lo que pasó: sobre el 20 de diciembre, nuestro ruidoso, irritante y precioso piso se convirtió en un desierto. La mayoría de los españoles se fueron y los turcos e italianos también. Todo el mundo... Yo los echaba de menos, hasta las personas con las que no salgo mucho. Y de repente, empecé a disfrutar del silencio que nunca tenemos aquí; tener la habitación para mí sola y la cocina tan limpia todo el tiempo... Era como vivir en un lugar de lo más normal. Esa fue la primera ventaja. Uno nunca sabe cuánto echa de menos estar solo hasta que finalmente lo está. No me malinterpretes, me gusta mucho la compañía y la gente.

No soy la típica ermitaña loca pero, vamos, compartiendo el baño con nueve personas y la habitación con otras dos... ¿Quién no estaría feliz de estar solo? Por fin, pude leer, escribir y empezar a pensar en todas las locuras que hice en los últimos meses. Estuve viendo programas de televisión sin auriculares y tenía toda la nevera para mí, por lo que me comí toda la comida que me dejaron mis compañeros de habitación. Era la gloria.

Nos pusimos a organizar la cena. Evidentemente, Lucija lo hizo casi todo, aunque la ayudamos un poco. No era mi plato navideño de siempre, pero estaba muy bueno, y pensar que hicimos nuestra propia cena lo hace mucho más especial. Al final, lo pasamos muy bien y finalmente pude usar mis tacones altos, algo que no habría hecho si hubiéramos salido, por el tiempo, claro está.

En Nochevieja, vino más gente a nuestra resi Akropol. En ese momento, las chicas y yo éramos expertas en organizar cenas en las habitaciones y conseguir que toda la gente entrase en un lugar pequeño. En un principio, queríamos cenar fuera, pero era tan difícil encontrar un lugar asequible para los estudiantes que nos dimos por vencidos y decidimos hacerlo fácil y cenar lo más típico de los estudiantes: pizza.

Aunque íbamos un poco bebidos, nos las arreglamos para ir a la Plaza Mayor de Cracovia y esperar allí el Año Nuevo. Estaba congelada, hacía -11 ºC, con música polaca, además, el agente de seguridad se llevó mi cerveza, aunque nosotros estábamos allí para divertirnos; y así lo hicimos. Hasta nos comimos las 12 uvas y pedimos 12 deseos, igual que en casa, llevaba mi ropa interior amarilla (por suerte) y cuando ya eran las 12 todos nos dimos un beso y un abrazo. Estaba rodeada de gente muy agradable y encantadora; todo el mundo estaba feliz y lleno de amor, así que no era tan distinto a lo que se hace en mi país. Aunque tengo que decir que los fuegos artificiales dejaron mucho que desear... ¡Vamos, Cracovia, tú puedes hacerlo mejor!

Por lo tanto, para aquellos que tengan que quedarse... No te preocupes. Te lo vas a pasar genial. Vas a vivir una experiencia única, compartirás con gente a la que quizás no vuelvas a ver cuando todo esto acabe; aunque es posible salir a cenar, te recomiendo muchísimo que prepares algo con tus amigos porque es mucho más divertido y así podrás entender lo mucho que trabaja tu madre por conseguir una bonita mesa al final de la noche... Créeme que ella sabrá apreciar tu empatía. Irás al centro de la ciudad y podrás celebrar el año nuevo con gente nativa y te sentirás por un momento como si pertenecieras a este país. Tendrás la oportunidad de acercarte a personas que no conocías muy bien y descubrirás muchas cosas sobre ellos, pues ahora tienes el tiempo y la posibilidad de hablar con personas que también han tenido que quedarse. Conocerás un lado diferente de tu nueva ciudad.

Ahora bien, si estás en Cracovia me gustaría darte algunos consejos personales. Por mucho frío que haga, tienes que ir a la plaza principal. Te divertirás y, seguramente será un buen recuerdo. Intenta incluir en tus planes a todas las personas que puedas, nunca sabes si alguien más está solo (gracias a Dani, por recordármelo). Siempre que puedas, ve al Mercado de Navidad situado en la plaza principal cada vez que puedas y especialmente durante el día, porque es precioso y hay que disfrutarlo mientras esté allí; compra una postal en el puesto de las fotos, son muy bonitas. Recorre la ciudad, aunque los bares estarán vacíos, créeme, ya lo intenté. Así que hay que divertirse en otros sitios. No sé si es porque son las fiestas religiosas, pero Cracovia se ve increíble en Navidad; y no solo es una ciudad preciosa, sino que también tiene un ambiente de felicidad y alegría, y hasta los polacos son mucho más simpáticos.

Así que, quedarte no es tan malo, en realidad. El hecho de no tener "un plan" para Navidad hace que sea más fácil porque abre un mundo de posibilidades. Míralo de esta manera: puedes visitar otras ciudades en cualquier momento, sin embargo, esta ciudad es especial: ¡Estás viviendo aquí! ¡Aprovéchalo!


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