Mantener la nevera llena

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Hacer la compra para mantener la nevera llena o al menos, que no se quede vacía, es algo a priori muy sencillo y que todo el mundo sabe y puede hacer. Pero siempre hay que andarse con ojo y mucho más si eres un estudiante Erasmus con lo justo para pasar el mes y cubrir los caprichos, véase fiesta y viajes en la mayoría de los casos. Siempre en nuestros destinos hay mucha variedad, ya que las ciudades con universidad de acogida suelen ser ciudades dinámicas y con mucha demanda. Y aprovecharse de esa variedad es un punto a nuestro favor para no pagar ni un euro de más y exprimir al máximo nuestro normalmente corto presupuesto. Cada uno tiene que saber lo que consume, lo que va a comer y lo que no, y no hay que comprar nunca por comprar, (abstenerse de caprichos). Yo personalmente hago las compras semanalmente y trato de comprar un poco de todo y no tener que ir al supermercado hasta la semana siguiente. Básicamente compro siempre lo mismo, sabiendo que a lo largo del día voy a tener que prepararme el desayuno, la merienda, la cena y no todos los días la comida de medio día, ya que algunos días y siempre que el horario está muy apretado me acerco a comer al comedor del IUT Saint Nazaire, donde los precios son muy asequibles y suele haber bastante variedad. Tampoco me rompo la cabeza, ya que lo que es cocinar, realmente cocino poco o nada, (nada de huevos fritos, tortillas de patata o guisos especiales).

Pero hay ciertas cosas que en mi nevera no faltan nunca y me cuido mucho de que así sea. Me refiero a varias cosas que te pueden salvar una cena fácilmente o un tentempié a media tarde, como pueden ser:

• Fiambres. En esto, se incluyen todo tipo de productos como salchichón, lomo, chorizo, jamón York, chope… Y no voy a añadir el jamón serrano porque lo aquí llaman jamón serrano a cualquier cosa y los precios son prohibitivos si te quieres comprar unas lonchas de algo de mayor calidad. La fiambre, te puede apurar la comida, la merienda y la cena y además el precio de las grandes cadenas de supermercados no son exagerados. Además es un producto que dura bastante si lo conservas tapado en el frigorífico y que al venir partido, lo puedes racionar de forma muy sencilla.
• Fruta. Algo de fruta es indispensable y ni es que presuma de ser un gurú nutricionista, pero si de algo nos han advertido nuestras madres desde que tenemos uso de conciencia es de que hay que comer fruta y verdura. Las verduras hay que cocinarlas, así que la forma más sencilla de hacer honor a los consejos que te dio tu madre de pequeño, es comer algo de fruta todos los días. Entre mis favoritas aquí en Francia las naranjas, las manzanas y los plátanos, ya que todas ellas además de estar muy buenas, son fáciles de pelar.
• Leche. Esto es algo que como la fiambre te sirve para todas las comidas del día. Para desayunar, imprescindible. Para comer, bueno, un café nunca viene mal. Para merendar volvemos a la teoría de que un café nunca viene mal. Y para cenar, también se puede tomar sin café acompañada de unos cereales o algo por el estilo. Pero eso sí, la leche entera, nada de semis o desnatadas, que eso sabe a agua con polvos.
• Café. Ya que he mencionado la leche, a esta no la puede faltar un buen complemento como es el café, muy útil para empezar el día con ganas y ponerte a tope en un momento.
• Pan de molde. Yo personalmente, aquí en Francia y durante mis años en Valladolid, no me molestaba en ir a comprar el pan todos los días. Siempre tengo mi bolsa de pan de molde preparada, que aunque no es lo mismo, se acerca bastante y mucho más si lo tuestas antes de comértelo. También vienen bien otras variedades del tipo, pan tostado, corruscos de pan, flautines, panecillos de ajo… Cada uno el que más le convenga.
• Patatas fritas. Ante el coñazo de tener que poner la freidora, (que no tengo), o en este caso la sartén con aceite, que luego tienes que reciclar, coger sitio en la cocina común, pelar las patatas, etc, yo siempre tengo en mi armario de comida un par de bolsas de patatas fritas para acompañar en algunas cenas y comidas. Las patatas fritas te sacan de un apuro rápidamente y aunque es verdad que engordan mucho, a mí personalmente me importa un carajo. Y como diría nuestro señor presidente del vino, “vivan las patatas fritas”. Pero claro, si hay patatas fritas, (véase también doritos, nachos, y derivados), tiene que haber a la fuerza algo para untar. A mi personalmente me gusta la mayonesa, por encima de tomate, Ketchup, mostazas y otras salsas raras por el estilo y en mi frigorífico siempre hay un bote abierto de mayonesa
• Quesitos. Y sí, no digo queso, digo quesitos. ¿Por qué? Pues muy sencillo. El queso es más bien caro y a mi personalmente me gusta juntarlo con otros condimento, así que buscando un buen sustitutivo elegí la opción de los quesitos. Son más baratos y untados en pan van bien con todo tipo de fiambre.
• Cerveza. No es que la beba a menudo, pero nunca se sabe cuando te van a hacer falta unas cervezas para ir a casa de unos amigos a echar una partida de cartas o a pasar la tarde. La cerveza lo bueno que tiene es que es un producto de lo más variado. La que yo suelo comprar aquí en Saint Nazaire es una que se llama königsbacher, que además de estar bastante bien, no es muy cara. Siempre puedes comprar de las baratas, pero en este caso hay que buscar una buena media calidad – precio.
• Galletas, cereales, etc. Para desayunar como ya he dicho, me gusta tomar un café por la mañana, normalmente acompañado de un bollo de chocolate o unas galletas. Los cereales normalmente los como por la tarde para merendar o por la noche para cenar. Además si se tiene hambre y se quiere picar algo entre horas, un bollo o una galletilla te pueden sacar rápidamente del apuro.
• Precocinados. Esto es un mundo totalmente a parte. Lo normal es que durante la semana haya un par de días en los que como platos preparados, que simplemente hay que calentarlo en el microondas y listo. Hay muchísima variedad, platos de carne, pescado, pasta, arroces con guarniciones varias… Yo después de probar la gran mayoría de los que hay en tres supermercados diferentes, tengo que decir que te puedes encontrar de todo. Desde platos que están muy buenos y que te les comes con gusto, hasta otros que cuando comes el primer bocado, se te quita el hambre de golpe. Los que tiene carne no suelen ser muy buenos y sin embargo los de pescado están bastante mejor. A mi personalmente me gusta uno que viene con puré de patatas y un par de salchichas. O también otro en el que viene algo así como pescadilla con una salsa muy buena y arroz. Está claro que no igualan los guisos de una madre o una abuela, pero eso no lo iguala ni el mejor cocinero del mundo.
• Tomates. Soy un enamorado de los tomates y es que ni hay que pelarle ni hay que aliñarle, simplemente con partirle es suficiente y pasa como con el queso, pega con todo, (o casi todo), y por no hacer una ensalada muy elaborada…
• Pizza. La pizza es la cena perfecta, (por lo menos para los estudiante, ya que alguien en dieta no diría lo mismo). La variedad también es un punto a favor en este producto y los precios son de lo más variado. Te puedes encontrar desde pizzas por menos de un euro y medio o te las puedes encontrar de las buenas por cinco euros. Yo con esto de las pizzas soy muy tradicional y reniego de las pizza – kebab, burrito, y sabores raros. Donde esté una buena de jamón y queso, atún, romana o cuatro estaciones que se quite todo lo demás. Otra opción es comprar la masa y los condimentos por separado, pero para esto tienes que tener horno claro.

Por unos veinte o veinticinco euros y teniendo que comer siempre algún día en el restaurante de la universidad, se puede ir tirando para una semana. Mirar los precios y comparar es la mejor opción para no gastar de más y buscando las marcas baratas es como se puede hacer bien todo esto.

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