Depresión post-Erasmus

Sí, la depresión post-Erasmus es algo que realmente les pasa a la mayoría de las personas tras volver del Erasmus +; independientemente del lugar al que fueron o de la duración del programa. No se le presta la atención necesaria. A veces, es algo que puede hacerte suspender el año siguiente porque no eres capaz de concentrarte en los estudios. Y también me ha afectado a mí a gran escala.

Te encuentras en el final de tu Erasmus y acabas de llegar a casa. Estás feliz de ver de nuevo a tu familia y amigos y de contarles historias sobre tu intercambio. Entonces vas a tu habitación y es cuando te viene esa sensación: se ha terminado. Se ha terminado de verdad. Y empiezas a pensar en el ambiente tan animado que tiene Madrid, en que siempre está soleado, en las veces que has bebido en el Templo de Debod asegurándote de que la policía no te viera... Empiezas a echar de menos incluso a la multitud de gente saliendo de la estación de metro. Empiezas a sentirte muy melancólico y te gustaría estar allí en Madrid todavía, el lugar donde has llegado realmente a ser tú mismo sin estar limitado por cómo piensa la gente de tu país, donde eras un exótico estudiante de intercambio y donde podías ir a cualquier sitio sin encontrarte siempre con 10 personas conocidas.

Estar de vuelta te hará sentir como si nada realmente hubiera cambiado. Pero tú lo has hecho. Ahora, tienes la mente más abierta y tu punto de vista es bastante más crítico. No puedes soportar las conversaciones sobre lo malos que son los refugiados para el país y cómo viajar es tan peligroso. Puedes ver la vida del resto de personas atrapada en su propia caja pequeña donde no son felices de verdad, pero que se han acostumbrado a ello y no quieren cambiar nada de sí mismos. Y te juras a ti mismo que no vas a terminar como ellos.

Al final del día, lo único que tienes que hacer es aceptar que estás de vuelta. Es el final de una etapa de tu vida y de la cual nunca vas a olvidar los increíbles recuerdos que has creado, pero no lo olvides: aún quedan muchos otros por venir. Me gustaría poder ayudaros a superar la depresión describiendo algunos métodos que me ayudaron a aceptar la nueva (y a la vez antigua) situación.

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Madrid, Madrid, Madrid...

Búscate un nuevo hobby

Puedes hacer que tus días sean más entretenidos buscando un nuevo hobby. Puede ser cualquier cosa: pintar, actuar, cocinar, tocar algún instrumento, practicar algún deporte... Llena tus días con algo. Yo empecé a hacer ejercicio con un entrenador y me sentía muy orgullosa de mí misma al final de cada hora. No se trata tanto de conseguir el cuerpo de verano perfecto, sino de conseguir liberarme del estrés de cada día y como forma de dedicarme a algo. Me ayudó a pensar menos en el pasado y a estar de vuelta de verdad. También es bueno probar hacer algo que antes te daba miedo o algo de lo que creías que no eras capaz. Permítete experimentar.

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Mantente activo

No te dejes sumergir dentro de la depresión quedándote todo el día en la cama mirando el techo. Llena tus días de actividades para que no tengas tiempo de aburrirte por no tener nada que hacer, como en algunas de las novelas. No estoy diciendo que debas sobrepasar tus capacidades y estar realmente agotado, ya que también tienes que tener tiempo para descansar después de un día en la universidad. Pero haz que cada día sea interesante de alguna forma en especial: si no sabes que hacer por la tarde, llama a ese amigo con el que no has hablado durante dos años, ve a dar un paseo por el parque más cercano o apúntate a clases de swing. También puedes optar por escribir tus experiencias creando tu propio blog.

Renueva tus viejas amistades

Recuerda a tu vuelta lo que te hace conectar con los amigos de tu ciudad. Quedad para tomar algo en el centro y charlar sobre anécdotas ridículas de hace unos cuantos años. Riéte de las cosas que pasan en tu país y de las que no podrías haberte reído con tus amigos del Erasmus. Cambia esas noches de fiesta interminables de Madrid por cotillear sobre la gente de tu país y por ir a eventos interesantes. Ve alguna noche al cine o haz algún viaje por carretera al río más cercano. Probablemente, se cansen pronto de tus historias sobre el Erasmus así que intenta no hablar demasiado de ello, pero sí puedes hacerlo con tus nuevos amigos internacionales.

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Encuentra la felicidad en las cosas pequeñas

Esto es algo en lo que todavía sigo trabajando. Pero en realidad, no es sano anclarte demasiado en el pasado y olvidarte de vivir el presente. El tiempo pasa muy deprisa y hay una gran cantidad de cosas buenas por las que estar feliz en tu país, solo tienes que encontrarlas; como los croissants que tanto te gustan de la panadería de la esquina o esas cafeterías del centro donde puedes pasarte dos horas mirando el río. Pensar constantemente en el Erasmus solo hará que te sientas triste y deprimido (lo puedo decir por experiencia). Así que haz esto: permítete estar triste por el fin de tu Erasmus durante unos pocos días y luego, déjalo ir. Deja que las pequeñas cosas de tu alrededor te hagan feliz y saca tiempo para tí: tíñete el pelo, ve al restaurante al cual llevabas tanto tiempo queriendo ir, empieza a leer ese libro que no hace más que coger polvo en la estantería...

Ve a encuentros internacionales

Has estado en contacto con gente de culturas muy diferentes a la tuya y te das cuenta de lo mucho que te gustaban esas conversaciones. Estar de vuelta no quiere decir que no puedas tenerlas: puedes ir a fiestas Erasmus y a encuentros internacionales. Presentarte como voluntario para ser el padrino o madrina (buddy) de algún estudiante internacional, y ofrecerte a ayudarles y enseñarles la ciudad. También puedes coger un trabajo para estudiantes en un hostal o en un centro turístico donde puedas hacer amigos de otros países. Invita a tus amigos Erasmus a tu país y pasad un fin de semana loco juntos.

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Empieza a planear tu próximo viaje

A la mayoría de los estudiantes internacionales les encanta viajar. Y lo hacen de diferentes maneras: a algunos les gusta viajar solos y ver la ciudad y visitar museos, mientras que otros prefieren ir con amigos para beber y comer en restaurantes. Pon esa pasión por viajar que tienes en planear tu próximo viaje. Visitar a tus nuevos amigos de otros países es solo una razón más para hacerlo. Yo hice el mío en cuanto tuve la primera oportunidad, visité a mi compañero de piso de Madrid que ahora está en Varsovia; nos comunicábamos en spanglish con un poco de polaco y esloveno. También puedes romper los límites viajando solo, ir a un continente nuevo, viajar como mochilero, haciendo autostop o un voluntariado.

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