Camino de Santiago: primera etapa

Camino de Santiago: primera etapa

¡Hola a todos y todas! En esta entrada les platicaré sobre mi experiencia en mi primer día haciendo el camino de Santiago, con algunos consejos e información sobre el trayecto.

La primera etapa de mi camino (el camino más corto para obtener la Compostela) fue desde Sarria, pueblo del que les hablé en la entrada pasada. La etapa va desde Sarria hasta Portomarín (también le suelen llamar 'Puertomarín', lo que constituye un total de veintitrés kilómetros.

Salida de Sarria

Yo tenía planeado despertarme a eso de las seis y media, para salir del albergue un poco después de las siete de la mañana, pues la señora que atendía en el albergue me dijo que la hora promedio de salida eran las siete de la mañana. Sin embargo, no lo logré, sino que me desperté mucho antes y salí mucho antes de lo que planeaba.
Ya que estaba en una habitación compartida con tantas personas, fue inevitable despertarme por el ruido de sus alarmas y de sus movimientos cuando despertaron, lo que fue más o menos a las cinco de la mañana. Me desperté, me bañé y desayuné, y a las seis cincuenta que estaba lista para salir, el albergue estaba prácticamente vacío. De las casi veinte personas que éramos, solo quedábamos tres a esa hora. Entonces me di cuenta de que la gente en realidad suele salir entre seis y seis y media.

Comienzo del camino

La encargada del albergue el día antes me había dado un mapa y me había explicado la ruta para salir de Sarria y encontrar el camino que me llevara a Portomarín. Entonces una vez que tuve mis cosas listas, me puse en marcha en la dirección que me marcó. Me dijo que en cuanto estuviera fuera de Sarria me encontraría con las señalizaciones y las famosas flechas que indican hacia dónde continuar, y es verdad, el trayecto está muy bien indicado y no resulta difícil seguirlo. Cada señalización suele tener el número de kilómetros que faltan para llegar a Santiago de Compostela, que a la salida de Sarria son ciento trece. Si se llegara a tener alguna duda sobre hacia dónde continuar, lo más sencillo es seguir a los demás peregrinos, pues, al menos en los trayectos que yo he hecho, siempre hay mucha gente tanto adelante como atrás.
Lo normal era que cada que me iba encontrando a alguien yo lo saludaba y le deseaba 'buen camino'. Hablen el idioma que hablen, todos y todas entienden las palabras 'hola, ¡buen camino!', y responden generalmente
con lo mismo. A mí esto me parece muy bonito, pues con apenas estas palabras se puede empezar una conversación y conocer a personas que comparten el camino contigo, o por lo menos se puede establecer cierto contacto y se da y recibe una sonrisa siempre.

En el camino

La primera etapa, sea donde sea, siempre es muy difícil, pues es cuando el cuerpo se enfrenta por vez primera a la realidad del camino. Empezar en Sarria es iniciar con una pendiente muy alta y muy empinada que se encuentra más o menos a dos kilómetros de que se sale de Sarria. No es tan larga, pero sí es una prueba inmediata bastante ruda. Después de esa no hay tantas pendientes el recto de este trayecto, y si las hay no son ni tan largas ni tan pesadas.

Me encantó el paisaje en esta zona, era todo boscoso, con algunos riachuelos y puentes muy bellos de ver. Como salí tan temprano, una buena parte de mi trayecto estuvo acompañado de la niebla, que hacía que los paisajes y la naturaleza se vieran todavía más espectaculares. Además de esto, el clima está riquísimo cuando hay niebla, pues es bastante refrescante sin llegar  hacer frío, y no hay sol que fatigue. En mis últimos diez kilómetros de este trayecto fue que se despejó y salió el sol, entonces fue cuando saqué el sombrero y el bloqueador y me apresuré para que no me tocara hacer tanto tiempo bajo el sol, que poco a poco comenzaba a ser más abrasador. Entr más temprano se salga, más se podrán evitar las horas de calor insoportable.

Kilómetro cien

Una vez que faltan cien kilómetros para llegar a Santiago de Compostela hay que sellar la credencial del peregrino al menos dos veces al día para poder obtener la Compostela. Así que recomiendo estar atentos y atentas a la señalización del kilómetro cien y después de eso buscar los lugares donde se pueda sellar.

A lo largo del camino se van atravesando pueblos y aldeas donde suele haber albergues y cafeterías para reposar un poco. Cuando yo pasé el kilómetro cien encontré un lugar con una especie de bufet de comida típica (croquetas, tortilla), fruta y bebidas que funcionaba por cooperación. Todo lo que tomé estaba muy rico y fue un verdadero alivio para mis pies y mi espalda que ya estaban muy cansados.

Llegar a Portomarín

Cuando se está a punto de llegar a Portomarín se alcanza a ver el río. Es una vista preciosa con el río Miño y detrás de este el pequeño pueblito entre las colinas. Me contaron que antes el pueblo se encontraba donde hoy está el río, pero debieron desplazarlo más hacia arriba y transportaron la iglesia principal piedra por piedra para volverla a colocar en el nuevo pueblo.

En este último tramo hay dos opciones para llegar a Portomarín, por lo que verán dos señalizaciones del camino en diferentes direcciones. Realmente da igual cuál se tome, pues ambas conducen hacia el mismo sitio.

Hay que atravesar un puente muy ancho y largo desde el que se tienen vistas preciosas del río, y una vez que se está del otro lado se ha llegado a Portomarín. Hay que subir unas escaleras y ya a partir de ahí cada quién buscará su albergue.

El pueblo, a pesar de ser tan pequeño, es muy encantador. La zona de la iglesia, la plaza principal y las calles alrededor es muy linda y muy agradable para pasear o tomar algo en algún café. Es tan pequeño que en menos de media hora se ha visto todo, pero de todas maneras es muy encantador.

Para comer me recomendaron el menú del restaurante 'Mirador', que no probé, pero del que escuché muy buenas reseñas, y el pulpo de 'Casa Pérez', con el que quedé encantada. Con una rica cena de pulpo, pimientos de Padrón y chupito de oruja, en la agradable compañía de mis compañeros y compañera de albergue, fue que terminé mi primer día. Después de esta primera etapa tan larga y esta cena tan buena, no necesité de mucho tiempo ni esfuerzo para quedarme dormida, muy feliz y muy satisfecha.

Fue simplemente un inicio magnífico para una experiencia magnífica. Y apenas era el primer día.

Si quieren saber qué sucedió en la siguiente etapa, pueden dar click aquí.


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