¡5 ideas para matar la nostalgia durante el Erasmus!

Erasmus es un período de enorme enriquecimiento académico pero también un gran reto personal. Al principio, con tantos desafíos y actividades que ocupan nuestro tiempo, la nostalgia pasa más desapercibida, pero una vez que te acostumbras a la rutina, no siempre es fácil de soportar. No hay nada que unos pocos abrazos no puedan "arreglar" este problema. Dejo aquí algunas ideas para seguir estando "presentes" en la vida que hemos dejado atrás y para "matar" la necesidad de consuelo en los momentos más tristes y durante los desafíos más difíciles - sí, porque el Erasmus no es siempre una maravilla!

1 - Hacer Skype con frecuencia

Esto es algo obvio pero, por supuesto, extremadamente útil. Skype nos permite ver y escuchar a nuestros seres queridos en tiempo real. Es una buena manera de mantenernos en contacto a diario y compartir los momentos más importantes de nuestra vida cotidiana. También tienes la posibilidad de hacer una llamada de grupo - lo que es muy útil para reunirte por Internet con otros colegas que están en otros destinos Erasmus, por ejemplo.

No olvides también que Skype tiene otras posibilidades que pueden ser muy útiles. El sistema de chat permite dejar pequeños recuerdos que pueden hacer que alguien del otro lado se despierte con una sonrisa. Dejar un mensaje en versión de video es también una excelente opción en caso de dificultad en la coincidencia de horarios para chatear.

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2 - Escribir cartas

Un método tradicional pero que en mi opinión no debería ser olvidado en absoluto ya que es una forma mucho más personal de enviar nuestros recuerdos a aquellos que más queremos. Yo, por ejemplo, desde que estoy de Erasmus, me he comprometido a escribir una carta cada semana a mi familia y a un amigo cercano. Se trata de una muestra de compromiso y afecto hacia los que queremos. No todos los días son alegres, como dije antes, así que mientras preparas estos recuerdos, compartes, incluso desde la distancia, un pequeño momento con los que están al otro lado, aunque no estén físicamente cerca.

Las cartas tienen también otra ventaja: son físicas, no desaparecen. El día que vuelva a casa, mi madre las tendrá todas guardadas y serán, también para mí, un bello recuerdo de lo que he vivido, experimentado y sentido durante estos meses.

Una alternativa a las cartas, ideal para los que tienen el tiempo contado o para los que no son muy buenos para expresarse por escrito, son las postales. En un primer momento, apenas acababa de llegar a Milán, fui a comprar una postal diferente para cada uno, según el gusto y el interés, y la envié con un breve mensaje. Las cubiertas son hermosas y algunos incluso me han dicho que las están usando para decorar la cocina, unidas con un imán a la nevera.

Para los que les gusta, otra buena sugerencia es recogerlos y guardarlos en una pequeña caja o usarlos para decorar la habitación de Erasmus, que siempre tiende a ser fría e impersonal. Al final, son recuerdos que no ocupan mucho espacio. Luego se guardan fácilmente en la maleta y se transportan a Portugal.

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3 - Preparar recuerdos

Otra excelente idea es preparar, a lo largo del semestre, una pequeña cesta con objetos simbólicos e icónicos de este período, para luego llevársela a nuestros familiares y amigos. Recordar aquel chocolate que nos pidió nuestra madre de ese pueblo que está incluso cerca de donde estamos de Erasmus para llevárselo en Navidad es, al menos para mí, reconfortante.

Por ejemplo, tengo un colega que está haciendo Erasmus en Bolonia, que incluso veo bastante a menudo porque estamos en ciudades cercanas. La última vez que estuvo aquí en casa, en Milán, se fue a Lisboa por unos días con la familia y amigos en nuestro querido Portugal. Me preguntó cuál era la especialidad gastronómica típica de Milán y le respondí en consecuencia. Mi colega quería saber por qué desde septiembre - cuando comenzó esta hermosa aventura en Italia - había estado coleccionando un pequeño objeto gastronómico o especialidad típica de cada ciudad. Pues le dije que había estado creando una cesta para mis tíos para ofrecérsela en Navidad. Trae un poco de Erasmus a la familia y los amigos y haz que también "viajen" en nuestros recuerdos y aventuras.

4 - Hacer algo que solíais hacer juntos

Otra cosa que he descubierto, que también me ayuda a "matar" los anhelos, es no dejar de hacer actividades que solía hacer con gente como mi madre y uno u otro amigo íntimo, aunque sea sola.

Es un momento de evasión, de relajación de toda la presión e información nueva que recibimos. A mí, por ejemplo, me encantaría ir a la playa en invierno con mi madre y ver el mar y las olas rompiendo en la arena. Es un hermoso recuerdo que tengo con ella y que siempre guardo en mi corazón cuando estoy lejos. Aquí en Milán no hay mar, y me hace mucha falta. Está Navigli, el mayor punto de agua cerca del centro de la ciudad. Así que, cuando me siento deprimida o echo de menos a mi madre, me levanto temprano y justo antes de la facultad, voy allí, me siento en el muelle y observo, leo un libro o tomo algo. En ese momento, ¡siento una melancolía buena!

5 - Salir de la zona de confort

Si es bueno recordar, también es esencial no quedarse con lo que se deja atrás. La experiencia Erasmus no se repite, es única - como la mayoría de las experiencias en nuestras vidas - y es una gran oportunidad para reinventarnos y adquirir nuevas habilidades.

Por supuesto que será necesario salir de la zona de confort muchas veces, para forzar una conversación en un idioma que nos es extraño y en el que aún no nos sentimos cómodos, pero al final todo vale la pena. Todo sea por una experiencia más completa, sin remordimientos.

Conozco muchos casos de estudiantes cuyas cabezas han permanecido en Portugal, que constantemente comparaban su vida en su país de origen con la actual, generalmente en detrimento de la segunda...

Las diferentes experiencias y etapas de nuestras vidas deben ser vistas como complementarias. Normalmente no hay nada peor y mejor, sólo diferente. Un cambio de perspectiva, suele hacer de una experiencia que al principio no parecía muy prometedora, una experiencia irresistible, que cada día nos desafía y nos hace ser mejores, más completos y "más ricos" como personas.

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