10 Ventajas de hacer Erasmus en grupo!
Al principio, todo lo que quería era irme de Erasmus a un lugar más inusual, donde nadie más quisiera ir, para poder ir totalmente sola y tener que arreglármelas sin tener el apoyo de nadie. Estaba convencida de que sería la mejor opción para mí, ya que aprendería mejor el idioma y conocería mucho mejor los aspectos culturales más específicos.
Sin embargo, después de investigar un poco y eliminar otras opciones, llegué a la conclusión de que me gustaría venir a Milán para hacer Erasmus, que es uno de los destinos Erasmus con más plazas para estudiantes en mi universidad. Al principio no me gustaba mucho la idea, pero ahora, después de unos meses, y con el cambio de semestres que se aproxima, he llegado a la conclusión de que tuvo un impacto muy positivo, sobre todo en los primeros días, cuando todavía me estaba instalando en la ciudad. Así que, aquí están algunas de las ventajas de hacer Erasmus con más personas. (Este post probablemente vendrá seguido de otro, que se llamará, probablemente, "10 Desventajas de hacer Erasmus en grupo"! )
Explorando Milán en grupo - Septiembre de 2016
1 - Siempre hay alguien con quien hablar en tu mismo idioma
En Milán, esta situación no es tan dramática, ya que el italiano no es tan diferente del portugués. Aunque al principio no lo parezca, la verdad es que es muy cansado estar constantemente traduciendo nuestros pensamientos al portugués en frases con sentido en cualquier otro idioma.
Al principio, hubo días en los que tuve que alternar constantemente entre el portugués, el inglés y el italiano que ya sabía, manteniendo siempre cierta agilidad. Tener a alguien en casa al final del día con quien tener una conversación en nuestra lengua materna se convierte en un pequeño lujo en el extranjero. Es un pequeño consuelo al que no siempre le damos la debida importancia, pero ayuda a relajarse después de mucho trabajo en la universidad y a tomar un descanso mental.
En este momento estoy viviendo con otros tres estudiantes portugueses. Al final del día, nos reunimos todos en la habitación durante un rato. A menudo lo hacemos con nuestros ordenadores delante, ya que no tenemos tiempo que perder, pero aprovechamos también para tener una conversación divertida y relajada. Podemos contar chistes, porque tenemos un dominio total del idioma, algo que me cuesta mucho en italiano, porque no sólo el sentido del humor es ligeramente diferente, sino que aún no tengo el nivel suficiente para hacerlo.
2 - Planificar los viajes resulta más fácil y barato
El período Erasmus es un excelente momento para viajar, sin olvidar el trabajo académico, ¡por supuesto! Estando en Europa central y con aeropuertos de bajo coste muy baratos, no podía dar la espalda a las magníficas oportunidades de viaje que teníamos ante nosotros.
Por supuesto, también puedes viajar muy barato por tu cuenta, pero para algunas situaciones es muy conveniente, por ejemplo, tener unos pocos - pero buenos - compañeros de viaje. Por ejemplo, roadtrips (viajes por carretera). Alquilar un coche puede ser muy útil para acceder a lugares más inhóspitos y no tan accesibles por transporte público. Es ideal para ir a zonas de alto valor natural, que no permiten una gran afluencia de calles y transportes. Sin embargo, para alquilar un coche es necesario que vaya a su máxima capacidad, de lo contrario cada persona pagará mucho más de lo que tenía pensado.
Alquilar un espacio para una tienda de campaña en un camping, también tiende a ser más barato en grupo. Por supuesto que los parques cobran una cantidad x por persona, pero el valor de la tienda puede ser dividido por todos, compensando mucho en relación con un albergue o cualquier otro tipo de alojamiento local.
Podría estar enumerando muchos otros aspectos aquí, pero la verdad es que tener colegas nacionales facilita mucho el proceso de viajar, sin embargo, a veces no nos deja salir de nuestra zona de confort. ¡Hay que buscar el equilibrio!
Viajando juntos a Nápoles - Septiembre de 2016
3 - Siempre hay un hombro en el que apoyarse
Una vez que llegué a Milán, me di cuenta de que, por aquí, aunque estamos acostumbrados a oír que los italianos son gente muy afable, extrovertida y acogedora, la verdad es que mis colegas no me pintaron una llegada tan entusiasta como esperaba, basada en lo que pasa en Portugal con los Erasmus.
Milán es una ciudad del Norte; aquí las relaciones parecen ser un poco más informales y como hay muchos estímulos, muchos eventos, mucha gente, no siempre es fácil alimentar y conservar nuevas y sólidas amistades. Al principio, esto me hizo echar de menos a mis amigos de Portugal, a los que podía contar casi todo y que siempre tenían una palabra amistosa y genuina para mí. Por supuesto, las amistades no se forman en tres días, pero es normal echar de menos a esas amistades en las que nos entendemos casi sin decir nada.
En esos momentos es muy conveniente tener cerca a alguien que hable el mismo idioma que nosotros, que nos entienda completamente y que entienda lo que sentimos y atravesamos en ese momento, porque no siempre es fácil expresarse en el idioma local con tanta facilidad.
Cuando mi tío murió al principio de mi Erasmus - alrededor de un mes y poco después de mi llegada a Milán - fue muy difícil lidiar con la noticia a tantos kilómetros de distancia y sin poder literalmente dar mi hombro a mi madre y abuelos. Fue muy bueno tener en casa a alguien que entendiera la situación sin tener que dar muchas explicaciones y que fuera paciente conmigo.
4 - Siempre hay alguien que entiende nuestras particularidades culturales
Sí, sólo cuando vamos al extranjero nos damos cuenta de que algunos hábitos y costumbres culturales son sólo nuestras, en este caso, sólo portugueses. A veces, para sentirnos como en casa o porque "echamos de menos" nuestras propias tradiciones, es divertido tener a algunos colegas nacionales alrededor para hacer una comida tradicional - ¡oh, nuestro querido bacalao! - o ver una película en compañía con subtítulos en portugués.
Es un pequeño consuelo que nos hace sentir más en "casa" cuando la nostalgia de nuestro país y de los que se quedaron allí se hace más fuerte. Antes de venir de Erasmus vivía con otros colegas en el centro de la ciudad en un apartamento, muy cerca de la facultad. Aún así, la mayoría de la gente siempre ha vivido con sus padres y están acostumbrados al ambiente familiar que los reciben con los brazos abiertos después de un día de colegio más complicado. Aquí no hay ningún padre que nos haga la cena o que nos ahorre la molestia de ordenar nuestra habitación en los días ajetreados antes de los exámenes. Por eso a veces es agradable tener a un colega que nos de un abrazo así en días en los que todo no siempre sale tan bien como esperamos.
5 - Siempre hay alguien con quien cocinar comida tradicional
¡Volveré a la historia del Bacalao! Pero la cocina tradicional portuguesa no es solo bacalao: Podría hablar también de los maravillosos postres - Arroz con leche y Pastel de Nata - por ejemplo, o de la "Dobrada" o del "Cozido à Portuguesa".
La verdad es que aunque no estemos muy apegados a la cocina nacional, siempre habrá un día en que nos apetezca comer algo que sepa a "casa", en un ataque de nostalgia.
Tener colegas portugueses es saber que de vez en cuando, si alguno de nosotros tiene apetito, hay bacalao congelado en el congelador y podemos compartir un momento agradable en la cocina haciendo una de las diversas recetas de bacalao que tenemos en nuestro país.
También está bien tener provisiones listas para cuando queramos ofrecer una cena característica de nuestro país a algún colega internacional. Los platos tradicionales portugueses suelen ser largos y complicados de hacer. Los pares de manos extras son siempre bienvenidos, para perderse una tarde entera en la cocina.
Cena portuguesa aquí en casa - Noviembre 2016
6 - Tener grupos de trabajo facilita mucho las cosas
Cuando llegué aquí a Milán, me di cuenta de que en la mayoría de las asignaturas, la evaluación continua se hace a través del trabajo en grupo. La verdad es que a menudo los italianos se reúnen con otros italianos y no siempre están muy abiertos a tener estudiantes internacionales en sus grupos.
La ventaja de la universidad donde estudio, el Politécnico de Milán, es que hay una gran cantidad de estudiantes internacionales - cerca del 25% - mucho más que en cualquier otra universidad. Es fácil encontrar otros estudiantes internacionales para hacer grupos, pero al principio no siempre es fácil ver si la gente trabaja y contribuirá al trabajo general o no. Muchos temen que esto les suceda y terminen formando grupos sólo de italianos o, por lo contrario, sólo de estudiantes internacionales.
Normalmente abogo por una posición intermedia. Está claro que es bueno trabajar con personas de otras nacionalidades para conocer diferentes formas de trabajo y posiciones sobre diferentes cuestiones cotidianas. Sin embargo, para asegurarnos de que no nos quedamos completamente solos cuando se trata de entregar un trabajo que debe ser hecho por cinco o seis, es bueno tener otro colega a quien conocemos bien y que sabemos que nunca nos dejará solos en tiempos de problemas.
En este momento estoy trabajando con gente de todos los continentes en los diversos trabajos de grupo que tengo este semestre, pero en la mayoría de ellos también tengo otra colega portuguesa. Es un gran consuelo porque ya la conozco bien y sé desde un principio principio que ella trabaja.
7 - Es más fácil compartir casa
¡Encontrar una casa en Milán es un verdadero caos! Aparte del hecho de que las casas son muy caras y las condiciones no siempre coinciden con el valor del alquiler, la verdad es que es prácticamente imposible para alguien con un presupuesto portugués tener una habitación individual.
Actualmente estoy compartiendo habitación con otra colega portuguesa. Compartir una habitación no es precisamente fácil para alguien que siempre ha tenido su propia habitación durante 20 años. Hay que coordinar los horarios, respetar las rutinas de cada uno para mantener una convivencia sana y para que el espacio de la habitación siga siendo entendido como un lugar de refugio y privacidad.
No siempre se tiene mucho tiempo para encontrar un hogar y a veces no es propicio hacer entrevistas a posibles compañeros de habitación. Vivir con un extraño da a veces reparo, imagínate compartir una habitación con uno. Tener un colega que va al mismo destino que nosotros, es saber que siempre habrá un plan B, que si no encontramos a nadie más, siempre tenemos a alguien para compartir los costos de una habitación que de otra manera sería muy costosa.
8 - Dispones de un ambiente más "familiar"
Es importante que, incluso en un nuevo entorno, nos sintamos como en casa. Por supuesto que es posible conseguirlo con las personas adecuadas, pero cuántas historias habré escuchado en el transcurso de unos años de vida académica de pésima convivencia entre compañeros de piso.
Se necesita mucha suerte para encontrar personas con las que "conectar" inmediatamente y que estén interesadas en trabajar para conseguir armonía en el hogar, en una sociedad cada vez más individualista. El espejismo de vivir en una casa intencional, donde cada persona viene de un país diferente, es realmente muy atractivo pero la verdad es que es un caso entre un millón.
Vivir con gente del mismo país evita los dramas diarios por las cosas más pequeñas y hace la vida diaria mucho más fácil. El comienzo de las comidas y la hora de irse a dormir han de ser parecidas. Detalles como la forma en que pasamos nuestro tiempo libre, entre otras cosas que no parecen ser muy importantes, pueden marcan la diferencia.
Juntos en el transporte - Septiembre 2016
9 - Lidias con la burocracia una sola vez (pudiendo ser de forma rotativa)
Esto es un ahorro de tiempo, aunque no es necesario compartir piso para que funcione. Basta con que haya colegas con los que nos llevemos bien y sean de la misma facultad que hagan Erasmus en la misma ciudad.
Venir de Erasmus significa tener que rellenar mucho papeleo y estar muy atento a los plazos para no perder nada y tener que lidiar con grandes "tacos". Estos son documentos que deben ser tratados en casa, con la facultad anfitriona, a veces con el país en el que estudiamos.
Como esta burocracia es a menudo repetitiva, no tiene sentido que cada uno lo haga individualmente y pierda tiempo que podría disfrutar conociendo la ciudad. Es mejor hacerlo de forma rotativa: hoy se rellena una declaración y se pasa a los demás que sólo tienen que modificar sus datos personales porque el resto es similar; mañana otro envía un correo electrónico a la universidad de origen para hacer una pregunta que es común a todos y comparte la respuesta tan pronto como llega.
Es fundamental que sean personas responsables y podamos contar con ellos para estar seguros de que las cosas se hacen tan bien como si las hubiéramos hecho nosotros mismos.
10 - Siempre tienes dónde refugiarte
Seamos realistas: el período Erasmus no es sólo un mar de maravillas. Habrá días mejores y días peores. Días en los que sólo nos apetece volver a casa y otros en los que nos gustaría prolongar nuestra estancia indefinidamente.
Tener a alguien que nos acompañe en este viaje y que sea nuestro amigo es muy bueno, siempre y cuando haya algo de reciprocidad. Sobre todo, sabiendo que hay alguien que está pasando por lo mismo que nosotros y que no estamos solos en las dificultades diarias y las "piedras en el camino".
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