¡Gardaland!

¡Por fin llegó el miércoles! Nada me hacía más ilusión que levantarme temprano para ir nada más y nada menos que... ¡al parque temático de Gardaland! Gardaland es uno de los parque temáticos más famosos de Italia. La primera vez que oí hablar de él fue por mi amiga Lucy (otra Lucy) y, después, leí una guía que lo mencionaba varias veces. Por lo general, ¡estoy enamorada de este tipo de parques! Mi primera experiencia con ellos fue en Inglaterra, donde decidí visitar uno con mi amiga de Grecia. Experimenté una locura de montaña rusa donde te ponen boca abajo y me encantó esa sensación de adrenalina. Recuerdo que además de las atracciones, los restaurantes y las casas, también había actuaciones con leones marinos. Siempre recordaré ese día, porque disfruté del día entero y de la experiencia.

Mi siguiente experiencia en parques temáticos fue Disneyland. Fue inolvidable. Además, ya escribí un artículo enorme sobre este parque. El parque está pensado para personas de cualquier edad. Fui con gente de Erasmus, por lo que fue aún mejor. Lo único malo en Disneyland fue el tiempo, porque hacía mucho frío. Pero, esta vez, fue al contrario. Hacía más de 30 ºC, así que en lugar de preocuparme que cerraran el parque a causa del mal tiempo, esta vez me preocupaba más el hecho de pasar todo el día ahí metida. Sin embargo, habíamos comprado las entradas con antelación, por lo que no había vuelta atrás. No fue fácil convencer a mis amigos para ir y pagar las entradas. Matej dijo que no le gustaban las montañas rusas y los demás no estaban muy emocionados. Yo me moría por ir. Me gustaba mucho la idea de ir a otro parque temático. Incluso quería ir a Alemania solo por esos parques (no tenemos ninguno en la República Checa). El precio normal del parque es de 39 €, pero las sacamos con antelación por lo que nos costó solo 31 €.

También estaba preocupada por las colas, porque era temporada alta con un tiempo espléndido, que es la combinación perfecta para ir al parque. Aunque tuvimos suerte de no ir durante el fin de semana. Me sentía responsable de esta experiencia, porque era la única que quería ir. Por otra parte, estaba emocionada aunque no sabía lo que esperar. En un principio queríamos ir después de comer, pero mi amigo me advirtió que podía haber más gente, así que decidimos ir a la hora de apertura del parque, las 10. 00.

Cuando llegamos, hacía un calor sofocante. Nada más llegar, tuvimos que esperar una cola enorme porque no éramos los únicos que habíamos decidido ir a las 10. 00. Teníamos un mapa del parque y empezamos a planear en qué atracciones nos íbamos a montar, es decir, las montañas rusas más locas y con más adrenalina. Por lo que nuestra primera opción fue el Blue Tornado (tornado azul). Cuando la vi, no estaba segura de si quería que fuese mi primera atracción. Prefería empezar por algo más sencillo, pero había poca cola, por lo que era más sensato ir primero ahí. Al verla, no me podía creer que ya hubiera experimentado algo parecido en Inglaterra. De hecho, estaba asustada. Sabíamos el tiempo de espera aproximado porque había carteles en cada atracción. Eso estaba bien porque así podíamos decidir si la espera merecía o no la pena. Ponía 15 minutos, así que fuimos allí. Aún cuando estábamos esperando la cola, no estaba convencida de la montaña rusa. Mara parecía tranquilo y seguro. Por eso decidí sentarme a su lado.

Fue una locura. Iba muy rápido y boca abajo todo el tiempo. Sin embargo, no estaba tan emocionada porque los asientos estaban hechos de una manera extraña y me golpeé a mi misma varias veces durante el viaje. Debo decir que había mejores montañas rusas. ¡Luego fuimos a una acuática! Todos nos sentamos en un gran neumático. Había carteles que decían: «Cuidado. Pueden mojarse en esta atracción». Nos llamó más la atención, aunque tuvimos que dejar fuera las mochilas. Tenían sitios específicos para eso. El problema es que el sitio no tenía vigilancia y tampoco se cerraba. Aún así, no queríamos que se mojasen las cosas así que las dejamos, pero estuvimos preocupados. Al menos yo estaba muy preocupada.

El tiempo de espera era de unos 30 minutos, pero fueron por lo menos 10 minutos más. Cuando nos subimos, fue divertida. El viaje era largo y estuvimos flotando en el río. Nos mojamos un poco pero queríamos refrescarnos. En el centro de todo había un gran volcán. Todo era del mismo estilo y no es solo una montaña rusa colocada ahí en el medio. Todas las construcciones eran del estilo.

La siguiente atracción también fue de agua. ¡Me encantó! Nos sentamos en fila y todo el recorrido era en el agua. Al principio subimos y luego bajamos muy rápido. La parte más impresionante fue al ir hacia abajo, cuando el agua nos salpicaba por todas partes. Tras cada viaje, te ofrecen comprar tus fotos. Cada una costaba 8 €, así que si hubiéramos comprado las cuatro, nos hubiéramos dejado 32 €. No compramos ninguna, pero sí que las vimos.

Suponíamos que la comida también era cara, así que nos llevamos algunas tostadas preparada. Fue una buena idea, ya que nos las pudimos comer mientras hacíamos cola. Estaba preocupada porque quizá la comida no me sentaría bien después de estar boca abajo. Por suerte, me sentí bien todo el tiempo. La siguiente atracción se llamaba Mammut. Fue una atracción normal, sin estar boca abajo. Nos divertimos mucho, pero la cola era muy larga.

La siguiente fue el Raptor: una atracción que debéis ver. De nuevo parecía una locura. Nos llevó algún tiempo decidir si subíamos. Sin embargo, Matej no estaba asustado a pesar de que me había dicho que no le gustaban mucho las montañas rusas. Solo había 10 minutos de cola por lo que venía bien, pero al escuchar a la gente gritar, me sentía incómoda. La montaña rusa parecía un pájaro de la era jurásica . Estaba sentada al lado de Matej y repetí como tres veces que estaba asustada antes de que empezase. Marek convenció a Lucy para estar en la primera fila. Cuando subíamos y vi que estábamos tan arriba, estaba que no cabía en mí de la emoción. Cuando alcanzamos el punto más alto, ¡comenzó la parte rápida! ¡Fue estupendo! Para mí, fue la mejor atracción del día. Era parecida a la primera, pero sentía como si volara. Estábamos muy altos y nos dejaron boca abajo al mismo tiempo durante 2 segundos (nos paramos un poco) y luego volvió a ser rápido de nuevo. Al bajar, nos salpicaron con agua. Esta experiencia fue impresionante. Los asientos estaban perfectos y no hacían nada de daño, incluso aunque fuésemos arriba y abajo una y otra vez. Queríamos subir de nuevo, pero lo dejamos para el final. Ahora sé que fue un gran error, porque nunca subimos de nuevo.

Después, hicimos un descanso. No sabíamos a dónde ir. Había una montaña rusa llamada Oblivion, que quedaba a los límites del parque. Era una parecida a las otras salvo por el hecho de que al principio hay un momento en el que dejan a la gente parada en el peor lugar, cuando podéis verlo todo desde arriba y no hay nada debajo y, luego, os dejan caer rápidamente, pero la caída es en picado.

Era una verdadera locura y no había decidido si quería subir o no. Cuando Lucy dijo que ella no quería subir, decidí lo mismo. Los chicos fueron valientes y subieron. Mientras, intentamos encontrar wifi para contactar con el casero del piso en el que nos íbamos a quedar y fuimos al cine 4D. Creo que era un sitio para niños, pero era divertido. Nunca había estado en un cine 4D.

En Disneyland fuimos a uno parecido, pero, comparado con el cine normal, la única diferencia era que los asientos se movían. En este cine, tenían hasta viento y lluvia. Fue genial. Estábamos viendo Ice Age y, durante la película, las luces se apagaban y encendían, nos mojamos un poco, experimentamos lluvia e incluso vimos burbujas. Duró unos 15 minutos.

Cuando nos encontramos de nuevo con los chicos, nos contaron que se habían montado en el Oblivion y en la caída libre también. Me alegro de habérmelo perdido, porque su descripción era demasiado. Nos contaron que subieron hasta arriba, luego les dejaron caer y no podían ni respirar, gritar o sonreír. Tenía que probarlo al menos una vez en la vida.

Estábamos cansados, así que nos tomamos un descanso. Tomamos un cuenco de fruta con Lucy, era carísimo. Un cuenco pequeño con fresas, mango y piña costó 3, 7 €. Al menos el mango estaba delicioso.

Los chicos tomaron un helado. Habíamos experimentado casi todos los sitios de más adrenalina, pero aún nos quedaban dos. Decidimos saltarnos uno, porque era bastante lenta y la mitad del tiempo estabas boca abajo, no queríamos que se nos revolviera el estómago. Por otro lado, había otra montaña rusa verde. También parecía una pasada, así que fuimos y estuvo genial. ¡La recomiendo!

Queríamos probar el recorrido en el que los asientos giran todo el tiempo, pero el tiempo de espera era de 50 minutos.

Debo decir que no me importó que hiciera 30 ºC, porque dio igual cuando estaba en la atracción. El único momento en que sufrimos por el calor fue haciendo cola. Sin embargo, la mayoría de sitios estaban cubiertos por un techo de tela. Había muchas fuentes y sitios con agua. También me sorprendió que había muchos baños y casi todos vacíos. Era muy bueno. Normalmente, los baños son mucho peores en los festivales o los parques temáticos.

Fuimos a una tercera atracción de agua para refrescarnos. Estaba en el rio y los asientos eran un tronco. Cuando vimos a la gente salir de la atracción mojada, entendimos que de verdad era un sitio con agua. El recorrido era en el agua y, además, la gente se salpicaba todo el tiempo. También se podía coger una especie de pistola para mojar al resto de gente del tronco. Por lo tanto, no llevamos nuestras mochilas. La cola era algo larga, pero la experiencia fue maravillosa. ¡Nos mojamos por completo! Nos deslizábamos por dos toboganes enormes y mientras tanto flotábamos en el río. Era bastante inclinado y cuando bajamos nos salpicaba todo a nuestro alrededor. Me encantó.

Eran las 16. 00 y todos parecían cansados. Fuimos de nuevo hacia donde estaba el Raptor. Había un sitio al que aún no habíamos ido, una gran torre móvil desde la que se puede ver el parque entero. En el camino vimos una carpa parecida a la de un circo y la actuación supuestamente empezaba a las 16. 00. Eran justo las 15. 58 cuando entramos. Tenía un poco de frío, porque estábamos mojados del tobogán de agua. No esperaba nada en especial, pero la actuación fue genial. Primero apagaron las luces, encendieron la pantalla y vino un hombre. Tenía una mesa con arena delante. Podíamos ver sus manos en la pantalla y comenzó a mover la arena para crear un dibujo que veíamos en la pantalla. Al principio hacía dibujos normales, pero después los dibujos eran espectaculares. Por ejemplo, dibujó la Torre Eiffel, Venecia y el Coliseo. Todo estaba oscuro, así que nos cansamos aún más.

Cuando nos fuimos, por desgracia, todos querían irse a casa. Yo me hubiese quedado hasta que el parque cerrase, porque quería subir a tantas atracciones como pudiera y quería quedarme todo el tiempo que pudiera, pero 6 horas y media en el parque eran suficientes (para mis amigos).

Después del parque, fuimos al norte del lago, a Arco. De camino queríamos bañarnos allí, así que paramos con el coche a mitad de camino y cerca del agua. El aire aún era caliente, aunque ya era de noche. Después de todo el día, estábamos emocionados por el agua y nos cambiamos muy rápido de ropa. Cuando vimos que los chicos todavía estaban fuera, supimos que algo iba mal. Me acerqué al agua. No estaba tan caliente como el día anterior. Bueno, quizá era demasiado tarde para nadar. O quizá solo era mi sensación. Intenté meterme en el lago. ¡Era imposible! Me estaba congelando solo estando de pie en la orilla. Al mirar a los chicos vi que tenían el mismo problema. El agua estaba demasiado fría. Diría que estaba a 18 ºC. Fue una locura. Teníamos muchas ganas de disfrutar del agua, pero no pudimos. Me sorprendió. No tenía ni idea de que podía haber esa diferencia si te movías del sur del lago al norte. Me arrepentí de movernos del sur. Aún así, esperaba que el agua estuviese caliente en otra parte. Pero no fue así.

Fuimos a nuestro alojamiento en Arco y nos tocó un casero muy amable. Era simpático y estuvo a nuestra disposición en todo momento. Nuestro piso estaba en la quinta planta, lo que era un poco molesto porque teníamos muchas mochilas, neveras y patines en línea. No teníamos elección y tuvimos que subir y bajar un par de veces para cogerlo todo. Esa noche decidimos cocinar. Antes del viaje, estaba preocupada por el dinero que se suponía que gastaríamos en Italia, porque el verano paso cuando fuimos a Roma, fuimos a restaurantes casi todos los días y, a veces, incluso un par de veces al día. Fue una locura. Es decir, fue increíble, pero cuando miré mi cuenta me quedé muerta. La cosa es que en Roma nos gustó un restaurante la primera noche y no pudimos resistirnos a ir el resto de nuestro estancia. Sirven la mejor pizza que jamás he probado. Además de ofrecer una enorme variedad de pizzas, también sirven postres y entrantes fantásticos. La primera vez fuimos para tomar una cena normal. Al día siguiente, compramos regalos para nuestros padres: aceite de oliva. Al otro día, probamos el licor italiano llamado Limoncello. La última noche era una ocasión especial, por lo que tomamos postre y entrante. No creo que fuese un error, porque nos encantó el sitio y disfrutamos mucho, pero fue horrible cuando vi cuánto había gastado en el restaurante en solo 4 días. Por eso, queríamos evitar ese problema e hicimos una gran compra en la República Checa. Cocinamos unas cuantas veces.

Matej y Lucy propusieron cocinar risotto. No estaba de acuerdo con esa idea, porque solo he probado el típico risotto checo y no sabe nada bien. Aunque, al final, me hicieron prometer que probaría su risotto italiano; de hecho quería probarlo. Al comprar los ingredientes, no me hizo mucha gracia que comprásemos tantas legumbres y calabacines. La preparación no era muy difícil. Tuvimos que comprar un arroz especial, el arroz arborio. Primero, se supone que se debe freír un poco la cebolla, la carne y la verdura. Después, añadimos el arroz para tostarlo un poco. Luego añadimos agua para cocer el arroz. Tras 14 minutos, añadimos mantequilla, mucho queso (parmesano) y cebolleta. Mediante este proceso, nos aseguramos de que hay salsa de queso y no solo arroz con verduras. Para terminar la comida, añadimos especias, sal y pimienta. No me lo creía pero estaba delicioso. Disfruté la comida, aunque fuese saludable. Salvo por eso, estaba contenta de aprender a cocinar algo nuevo y ahorrar dinero.

Arco es una ciudad pequeña y bonita. Mucha gente sería feliz ahí, porque se pueden encontrar muchos carriles para patines en línea, bicicletas o para correr por los alrededores. Todos los senderos están situados en medio de montañas y hay flores cerca del agua, lo que los hace aún más agradables. Está cerca del lago, pero el único problema es que el agua está fría. Sin embargo, existe la posibilidad de practicar muchos deportes acuáticos como windsurf, paddle surf, etc. Hay muchos sitios para hacer senderismo. El centro de la ciudad es muy pequeña, pero los precios son más bajos que en el sur. Lucy nos habló de un helado estupendo y fuimos a probarlo la primera noche allí. Fui un poco escéptica, porque pensaba que no había mejor helado que el de Sirmione o Roma. No puedo decidir qué helado es el mejor, pero el de Arco estaba realmente delicioso. ¡Me encantó! Además, es más barato que el de Sirmione, lo que significa que por el mismo precio podéis tomar un helado más grande y con más sabores. Puede parecer increíble, pero te ponen un sabor por 1 €. ¡La porción es muy generosa! Suficiente para cualquier persona. Para los amantes de los helados, tienen dos sabores por 2 € y tamaños más grandes. Sin embargo, sigue siendo más barato y mejor que el de Sirmione. El único inconveniente es que el bar es tan pequeño que no pueden tener una variedad muy grande de sabores. Aún así, el segundo día me enamoré del sabor «biker's snack» (sabor a cacahuete) y no quería comer otra cosa. Era lo que se llamaba helado salado y tenía un sabor parecido al cacahuete. Era perfecto. En nuestro último día me tomé uno grande.

Ese día fue muy largo, porque teníamos otra aventura por la noche. Lo primero fue jugar a juegos de beber con cartas y, a medianoche, cuando estábamos mirando por la ventana al castillo, decidimos de pronto que teníamos que ir. Me fijé en el castillo a nuestra llegada. Me gustó que estuviera en mitad de las montañas y que fuese visible desde cualquier sitio. Nuestro plan inicial era subir al castillo por la mañana. Pero nos parecía mejor subir de noche y dormir por la mañana. Acepté solo porque me prometieron que podría dormir mucho por la mañana si iba. Cuando íbamos andando hacia allí, no me gustó mucho. El ambiente era espeluznante. Estaba muy oscuro y no había nadie en la montaña. Así que, cada sonido era aterrador. Cuando conseguimos llegar a la cima, me alegré al ver que la puerta del castillo estuviera cerrada. Marek tuvo una idea. Quería entrar por otro lado. Intentó convencernos para seguir, pero, por suerte, todos queríamos irnos a casa salvo él. Marek aceptó de mala gana y nos fuimos a casa. No se olvidó de mencionar varias veces que podríamos haber entrado, pero era muy tarde. Cuando llegamos a casa, me quedé dormida rápido y disfruté de un largo sueño por la mañana.