Venecia y Verona
De regreso a la isla
En lo particular no soy de las personas que les gusta visitar el mismo lugar dos veces, pero con Venecia ocurrió una excepción, mi mejor amiga de México se fue a realizar su intercambio en la ciudad de Oviedo, España, por las mismas fechas que yo en mi primer semestre, ella no había conocido Venecia y quería recorrerla, yo no le pude negar ese viaje y servía que de paso conocía más que la primera vez que fui, de por si siempre se conocen distintos ambientes cuando viajas con distintas personas.
Ella llegó en diciembre, queríamos ver que recorrimos y donde podríamos disfrutar de una bonita temporada navideña, yo había escuchado de un pueblo en el norte de Italia, Bolzano y alrededores, en el cual su encanto pintoresco la hace de las mejores opciones en Italia por visitar en esas fechas. Optamos por llegar a Venecia, pasar por Verona y subir a los más al norte que pudiéramos.
Yo siempre le comento a las personas que por más veces que visites una ciudad siempre son diferentes experiencias dependiendo de quien te acompañe, viajar en familia, con amigos, sólo, con tu pareja, con tu mejor amig@, etc. Y ese viaje no fue la excepción. Llegamos como a mediodía a Venecia, con el conocimiento previo que había adquirido ya conocía el camino, en la isla comenzamos a recorrer algunos lugares y a darnos el lujo de perdernos, sólo nos quedábamos un día así que paramos en una tienda, compramos para hacernos una especie de sándwich y un costal de manzanas y no dejábamos de caminar, ya de noche nos sentamos en una banca cual vagabundos y nos pusimos a cenar. Yo creo que lo curioso de esa situación fue lo que hizo que me acordará particularmente bien de este evento.
Una sorpresa de la noche
Eran como las 7 u 8 de la noche, teníamos galletas y leche, y por si nos sabía muy insípida nuestra cena le agregábamos sobres de azúcar, era temporada de frío y la gente que pasaba probablemente se extrañó de ver a dos personas cenando cereal en una banca de parque.
Después decidimos ir a algún hostal a preguntar por habitaciones (son más hoteles que hostales en la isla) y llegamos a un hotel en el que nos atendió una viejita muy amable, a la cual al ver a mi amiga le recordó una sobrina y le argumentamos que ya era de noche y no iba a rentar el cuarto esa noche por lo que pudimos conseguir una muy buena oferta 30€ por los dos.
En la foto: Una clásica cena romántica con una mejor amiga.
Un buen vino (en realidad el bueno no significa que derrochamos comparándolo) y una bonita vista de uno de los canales fue la forma en la que cerramos la noche.
La mañana siguiente desayunamos galletas con leche nuevamente y recorrimos un poco de Venecia, no cabe duda de que la pequeña isla siempre te sorprende, como la siguiente foto:
En la foto: En realidad no estoy muy seguro de que era, si no mal recuerdo era una especie de galería, pero me sorprendió el hecho que fue la única edificación con este tipo de arquitectura.
Otra foto curiosa de esa mañana, fue cuando vimos a una pareja joven paseando por la isla junto con sus dos pequeños, el papá tenía a uno de los pequeños en hombros y al otro en una especie de mochila o algo similar, en la imagen no se ve con mucha claridad pero al niño le colgaba tanto la cabeza que parecía que estaba desnucado, no tenía mucha fuerza como para sostenerse erecto y a sus papas no les parecía importarles mucho.
En la foto: El niño con los zapatitos rojos, iba revotando su cabeza con cada paso de su papá.
La ciudad de los enamorados
Después de un recorrido matutino por Venecia, nos encaminamos a la estación para irnos camino a Verona, la ciudad de Romeo y Julieta. Del recorrido en tren no recuerdo mucho, ni si quiera estoy seguro si nos fuimos en tren o autobús, quizá duro dos horas quizá un poco más, pero llegamos a Verona en la tarde, eso es lo que recuerdo.
El encanto de Verona es que aún conserva mucha arquitectura antigua e inclusive muchas de sus murallas y puentes están intactos, es por eso que la ciudad es reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, sus edificios cuentan la historia de los periodos medievales, renacentistas y modernos.
Por su ubicación la ciudad fue un punto crucial de comunicación, y por esto contaba con muchas protecciones para evitar su conquista, por lo que la ciudad en un tiempo representaba toda una fortaleza militar y en sus rios navegaban diversos comerciantes con materiales preciosos y artefactos de distintos lugares.
Nosotros estuvimos un tiempo prácticamente fugaz en la ciudad, una vez que llegamos comenzamos a recorrer de una manera rápida por todos los puntos turísticos, la casa de Julieta, la Arena, Piazza delle Erbe, un buen número de iglesias y la Torre dei Lamaberti esencialmente.
La casa de Julieta
En primera instancia debes hacerte a la idea de que va a haber una gran fila para tocarle un seno a Julieta, ¿Qué dije? Justo eso, en el patio de la casa se encuentra una estatua de Julieta la cual dicen, te encuentra tu verdadero amor si tu tocas uno de sus senos, uno lo tiene cubierto con un brazo así que es de esperarse que el descubierto sea el que reluce del sin fin de personas que se lo tocan al año.
Creo que está de más mencionar de que Julieta estamos hablando, pero por si las dudas voy a aclararlo, esta Julieta es nada más y nada menos que la protagonista de la historia romántica más famosa del mundo, escrita por el dramaturgo inglés William Shakespeare, historia de tragedia y amor entre una pareja con familias rivales.
La torre dei Lamberti.
Es una antigua torre medieval y es un gran punto para tener una panorámica 360 de la ciudad, se encuentra no muy lejos de la casa de Julieta y abre prácticamente todo el año a excepción del 25 de diciembre, el costo de la entrada varía dependiendo si eres estudiante, guía, anciano, menor de siete años, miembro de prensa, un grupo grande, etcétera.; siendo ocho euros lo máximo que vas a pagar, creo que yo por ser estudiante de arquitectura tuve acceso gratuito, o al menos en gran parte de los lugares en Italia tenía este privilegio, todo aquel estudiante y profesor de historia del arte, arquitectura o restauración, tiene acceso gratuito a los puntos con riqueza arquitectónica, como el Coliseo por ejemplo. Para subir a la torre, puedes tomar un ascensor o subir a través de las escaleras, cada determinada altura puedes tener una mirada distinta de la ciudad a través de sus pequeñas ranuras que juegan el papel de ventanas.
En la foto: Uno de los mercados navideños de la ciudad visto desde la torre dei Lamberti.
En la foto: La ciduad vista desde la Torre dei Lemberti, aquí lamento el no haber tenido una buena cámara en esa ocasión.
Galería de fotos
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