Experiencia Erasmus Prácticas en Valencia

¡Hola a todos!

En este artículo os voy a hablar de Valencia y de mi experiencia como estudiante Erasmus Prácticas en esta ciudad.

¡Valencia es una ciudad hermosa y vale mucho la pena visitarla!

Una vez llegados al aeropuerto de Valencia, el primer consejo que te doy es comprar la tarjeta Twin, que te permitirá ahorrar en el precio del metro al centro de la ciudad, cuesta 2 euros, en vez de 3, 90 euros y trasladarte de una zona de la ciudad a otra, sin necesidad de comprar más tarjetas (cuesta 1 euro cada una). El único "problema" es que debes recordar validar la salida del metro, de lo contrario pagarás el precio incrementado en unos 0, 50 céntimos (esto no será necesario para el tranvía, en el que solo se valida la entrada). También hay otra tarjeta, llamada bonometro. Consiste en la compra de 10 viajes a una sola zona de la ciudad a un precio rebajado. El "problema" es que en caso de que quieras cambiar de zona, tendrás que comprar otra tarjeta, o esperar a terminar todos los viajes de la que ya tienes, para poder cambiarla.

¿Cómo en el clima en Valencia?

En Valencia hay un clima mediterráneo, templado y húmedo. La temperatura media anual ronda los 18º C y las precipitaciones se concentran en los meses de otoño, donde son bastante intensas. Estuve en Valencia del 29-03-17 al 23-05-17 y solo llovió dos días. Fui a la playa tan pronto como llegué y también me bañé. Sin embargo, las playas ya estaban bastante transitadas y más tarde se llenaron de gente.

¿Cómo son las playas de Valencia?

Las playas de Valencia son largas y arenosas.

La playa más cercana al centro de la ciudad es la de La Malvarrosa, de fácil acceso en tranvía o autobús (recomiendo el tranvía, ya que el billete de autobús cuesta 1, 50 euros, por lo que es más caro y lleva incluso menos tiempo, ya que no hay tráfico en el tranvía). En mi opinión, la playa no es nada especial aunque por la mañana es hermosa, limpia y con agua transparente.

Pero por la tarde, el agua se llena de fastidiosas algas marrones.

Además, para llegar a donde no se hace pie, hay que caminar mucho (nunca he llegado tan lejos).

La playa tiene kilómetros y kilómetros de largo, incluyendo la Playa de las Arenas y la Playa El Cabanyal, todas las playas están equipadas con duchas públicas y canchas de voleibol disponibles para todos. (Por favor recuerda traer un balón bastante pesado, ya que siempre hay mucho viento).

El mar es muy bonito, lleno de palmeras, fuentes, pequeños restaurantes donde se puede disfrutar de una excelente paella valenciana y jardines con columpios (muy bonito para aquellos que, como yo, viajan con un niño). El único defecto es que la zona cercana a la playa está llena de casas abandonadas, pobladas por gitanos. Uno de los primeros días cuando llegué a Valencia, estaba con mi hijo cerca del muelle y buscando un bar para comprar una botella de agua. Me sentí atraída por la música y me acerqué, pronto me di cuenta de que estaba en medio de una pandilla salvaje de rumanos, a los que mi presencia les molestaba y me dijeron que me fuera, tirándome petardos. Fue bastante desagradable esta experiencia. Así que os recomiendo mucho cuidado, incluso en la playa: no dejéis vuestras cosas desatendidas, porque está llena de ladrones esperando que te vayas a bañar para luego robar tus objetos de valor.

¿Recomendarías Valencia como destino Erasmus?

¡Sí! ¡Pero en los meses de primavera y verano, para que puedas aprovechar el mar y el sol! Desgraciadamente, no sé cómo funcionan la Universidad de Valencia, porque tuve la oportunidad de realizar unas prácticas Erasmus y por eso no he asistido a clases. Así que no puedo darte ninguna información sobre la Universidad. Si estás interesado en realizar una prácticas Erasmus y eres estudiante de idiomas o de gráficos publicitarios, puedes ponerte en contacto con mi tutor, Antonio Devis, propietario de la compañía Mylanguageskills. La compañía se ocupa de publicar libros gratuitos en línea para aprender todos los idiomas del mundo. La tarea de los distintos estudiantes Erasmus es escribir y publicar los contenidos de sus libros de gramática de su lengua materna. Mi caso era especial, porque el tutor necesitaba un estudiante portugués y al no encontrarlo, me ocupé yo del libro de gramática portuguesa, porque mi nivel de portugués es C2. La oficina está situada en Godella (a pocas paradas de metro del centro de Valencia) y es prácticamente la casa del jefe. Así que todo es bastante informal. Antonio es joven y servicial. Quiere que los estudiantes trabajen durante 30 horas semanales, para ser manejados por él. Teóricamente, el horario de trabajo es de lunes a jueves de 9 a 18:30 horas, con una pausa para el almuerzo de una hora. Y por si eso no fuera suficiente, al ser una oficina pequeña, a veces trabajas desde casa, lo que es fantástico, en mi opinión.

¿Fue fácil encontrar alojamiento en Valencia?

Fue muy difícil para mí encontrar alojamiento en Valencia por dos razones: la presencia de mi hijo y la corta estancia de solamente 2 meses (ya que ya llevaba 10 meses en Portugal y no se puede superar los 12 meses por curso escolar, por lo que no podía quedarme más de 2 meses). Empecé a buscar alojamiento varias semanas antes de irme en varios sitios (incluyendo este), pero la mayoría de ellos requerían una estancia mínima de 3 meses. Entonces empecé a contactar con particulares en la página web www.milanuncios.com y también requerían estancias de más de 2 meses o no aceptaban niños. También pensé en alquilar un estudio, pero solo había apartamentos lujosos a precios exorbitantes (700 euros). A precios más bajos (450 euros) se pueden alquilar apartamentos de 3 dormitorios. En cualquier caso, a tí te será más fácil encontrar el alojamiento adecuado a un precio razonable.

El día antes de irme, encontré por fin un alojamiento para compartir con la propietaria, que era una mujer de Guatemala de 30 años, con un niño de 8. El precio de la habitación, que era realmente pequeña, con una cama individual y sin escritorio, era de 225 euros. No fue una solución asombrosa, pero me pareció que era la única, después de tanta búsqueda y además, me alegré de que hubiera un niño en la casa que pudiera jugar con mi hijo. Fue el mes más horroroso de mi vida. La dueña tenía fijado el consumo y no podíamos secarnos el pelo (le tuve que rapar a mi hijo al cero, para que no tuviera que secarse la cabeza y lavárselo solo 4 veces al mes, para que no se pusiera malo), no podíamos usar el horno, no podíamos lavar la ropa por más de 15 minutos en la lavadora. Además, no tiraban de la el cadena después de usar el retrete para evitar consumir agua, y me he encontrado con cosas desagradables. Además, su hijo llenaba el inodoro con pis y entraba en la cocina con zapatos. Mientras cocinaba por la noche, venía a apagarme la luz. Por la noche me lanzaba una pelota que rebotaba contra la puerta de la habitación. Además, miraba a mi hijo "con malos ojos" y le hizo una señal de coserle la boca. En resumen, inmediatamente empecé a buscar otra casa, sabiendo que esto sería una tarea aún más difícil, y después de un intento de estafa, inesperadamente, tuve lo que pensé que era un golpe de suerte, pero resultó ser un desastre.

Encontré una casa, en un quinto piso sin ascensor, para compartir con la dueña, una chica de Barcelona de 23 años que, según ella, había ahorrado el dinero y comprado la casa. Sabía hablar italiano y pasaba poco por casa. Todo iba bien, hasta 10 días antes de mi vuelta a Italia, me dijo que tenía que haber ido a Barcelona (una semana antes de mi partida) durante un mes y que no quería que siguiera alquilada en su casa. Fue muy chocante para mí. Intenté hacerle pensar, explicarle que sería imposible para mí encontrar otro alojamiento a un módico precio y no a precios desorbitados. Le juré que no hice fiestas en su ausencia, que no incendiaría su casa, que no robaría nada. Pero no había nada que hacer. Ir al hotel me habría costado un ojo de la cara.

Pensé en hacer un interrail por España y también estudié el itinerario: sería un pase válido para 3 días de desplazamientos en un mes. Costaría alrededor de 200 euros (incluidas las reservas de trenes, que desgraciadamente se pagan por separado). La salida, evidentemente, sería desde Valencia. Primera parada, mañana: Sagunto. La segunda parada, por la tarde: Zaragoza. Salida y llegada por la tarde a Madrid. Y ya estaría completo el primer día de viaje. Me habría parado dos días en Madrid para ir con mi hijo al Parque Warner, un parque para adultos y niños, con todos sus superhéroes favoritos. El precio de la entrada al parque es de unos 25 euros y el segundo día se entra por solo 5 euros (necesitas comprar la entrada para el segundo día en las tiendas que hay antes de salir del parque). El segundo día del viaje incluí una parada matutina en Córdoba, antes de llegar por la tarde a Sevilla. El día siguiente se dedicaría íntegramente a la visita de esta ciudad y al día siguiente rumbo a Málaga. Después de visitar la ciudad, regresaremos a Valencia. Y así puedrás aprovechar al máximo los tres días de interrail.

Pero cuando le propuse mi idea a mi marido, se volvió loco y entonces opté por la alternativa más sencilla, que era comprar otro billete de avión y perder el dinero que ya tenía para el 1 de junio. Era un total de 45 euros, entre mi hijo y yo. Así que compré un billete para Nápoles (75 euros para los dos), para salir exactamente una semana antes de mi presunta salida. Afortunadamente, la dueña de la casa me devolvió una parte del dinero y el jefe de la empresa con la que trabajé fue tan amable de dejarme terminar el trabajo desde Italia, así que no perdí la beca. En cualquier caso, desde este punto de vista no ha sido una gran experiencia y como ya recomendé en otro artículo, siempre es mejor tener un contrato. Si yo hubiera tenido un contrato, la segunda propietaria no podría haberse comportado de ese modo. También es cierto que si yo hubiera tenido un contrato con la dueña de la primera casa, no habría podido irme tan tranquilamente como lo hice (el que habría sido mejor, visto cómo iban las cosas).

¿Cómo te las arreglaste sola con tu hijo?

En realidad, estoy acostumbrada a viajar con él. Cuando hicimos el primer viaje juntos, no había cumplido ni tres meses. Había comprado dos billetes de solo ida a Portugal. En ese momento todavía le daba de mamar. Así que no fue difícil. Por supuesto, tuve que llevar un cochecito y equipaje por mi cuenta, tuve que parar cada vez que lloraba, y es verdad que la vida nocturna no podía vivirla. Pero no pasaba nada. Me quedé un mes en Portugal, parando para saludar a varios amigos en las ciudades de Oporto, Coimbra y Lisboa. Luego regresamos a Italia. Pero desde entonces, hemos estado viajando sin parar. A la edad de 9 meses, lo llevé conmigo a Londres y Praga. A los 15 meses lo llevé a Egipto, a Hurgada. A los 24 meses ya había hecho dos cruceros, uno en el Mediterráneo Oriental y otro en el Mediterráneo Occidental, visitando Roma, Palma de Mallorca, Marsella, Savona, Bari, Santorini, Mykonos, Corfú, Dubrovnik y otras ciudades que ya no recuerdo. Después vivimos juntos 10 meses en Coimbra y en ese tiempo continuamos viajando. Hemos estado en las Azores, Salamanca, París, Estocolmo, Varsovia, Oslo, Bergen, Bucarest, Helsinki, Tampere, Turku, Kemi, Rovaniemi...

Mi hijo se ha convertido en un gran viajero. Se hace amigo de todos, no llora en aviones ni trenes. También ha cogido dos aviones en un día, o trenes de 14 horas, por ejemplo, para llegar al Polo Norte. Nunca se queja. No crea ningún tipo de problema. Come cualquier cosa y se adapta a cualquier tipo de situación. Vino a contestar a la gente que me preguntaba si necesitaba ayuda para llevar mi equipaje, que yo estaba tan acostumbrada a llevar sola. Ni siquiera tiene seis años y ¡ya sabe hablar italiano, napolitano, perugino, inglés, portugués y español!

Así que venir a Valencia solo con él, no me supuso ningún problema. Desafortunadamente, el colegio al que pensé que podría llevarlo estaba lleno y no fue fácil encontrar otro. Tuve que ir a una oficina más de una vez con archivos, documentos, fotocopias... ¡Pero al final encontré un colegio! El más cercano estaba a 20 minutos a pie de nuestra casa, caminando rápido. Y luego, para ir a trabajar, tenía que andar otros 30 minutos, cambiando dos metros. Y también tenía que llevar el cochecito conmigo, porque en el colegio no me permitían dejarlo. Afortunadamente, encontré una solución diferente después de unos días. Comencé a dejarlo atado a una de las cadenas de seguridad de un supermercado cerca de la escuela de mi hijo. Así me evitaba andar por la ciudad con un cochecito vacío. También porque los metros estaban a menudo llenos y el cochecito ocupaba mucho, aunque a veces, lo usaba para sentarme cuando no había asientos.

Con el colegio me sentí muy bien. No tuve ningún problema. Era una escuela pública, por lo tanto, gratuita. Paguaba solo por las comidas, que eran casi comidas de restaurante, tanto por los platos servidos como por lo que costaban. Pagaba 150 euros al mes por el comedor, en comparación a los 50 euros al mes que normalmente pago en Italia. Se entraba era a las 9h y se salía a las 17h. Así que tuve que ajustar mis horas de trabajo de acuerdo a este horario. Claramente, tuve la suerte de estar en un trabajo que me permitiera trabajar desde casa y recuperar todas las horas perdidas en cualquier momento.

Sin embargo, uno de los primeros días en los que estuve allí, uno de los primeros días de colegio de mi hijo, volví del trabajo y el tranvía chocó con un autobús, así que estuvimos atascados por más de media hora. Tuve que ir a buscar a Pietro. Iban a dar las 17:00 y no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo. La única persona que conocía era la dueña de la casa, que en ese momento estaba trabajando y por lo tanto no podía ayudarme. Ni siquiera tenía una tarjeta española, pero lo peor es que no hablaba español y por eso no podía explicarme bien. Le pedí a una señora que me dejara el teléfono móvil y llamé a la escuela de mi hijo para decirle lo que me había pasado y pedirle que porfavor no dejaran a mi hijo solo. Fue muy difícil explicarme bien. Llegué a las 17:20 y encontré a mi hijo con un policía y el director de la escuela. Conté lo que había sucedido, también les enseñé algunas fotos para atestiguar lo que estaba diciendo. Todo salió bien, a pesar de que estaba completamente asustada en esos momentos y muy preocupada por mi hijo. Recuerdo que necesitaba tanto la presencia de mi marido, a quien conocí durante la experiencia en Portugal y que, en varias ocasiones, me había ayudado con Pietro. Por suerte, fue el único inconveniente menor. Bien superado.

Cuando me mudé a la segunda casa, fue mucho más fácil. Tenía la parada de tranvía a unos pocos metros, que me dejaba justo a la puerta del colegio de Pietro en un par de minutos. A menudo lo cogíamos sobre la marcha, sin ni siquiera comprar un billete, o andando que tardábamos unos 15 minutos. Además, al salir del colegio, siempre nos parábamos en el parque cercano a la casa, el Parque de Marxalenes, un parque muy bonito, totalmente nuevo e inaugurado en 2001, con muchos columpios para los niños. De hecho, siempre había mucha gente. Tenía una superficie de 80 mil metros cuadrados y tenía también algunos edificios, como un bar, un centro de actividades para jóvenes, un centro de actividades para ancianos, una fábrica de aceite abandonada...

¿Qué ver en Valencia?

¡Valencia es preciosa! ¡Hay que verlo todo! Se puede pasear por el Parque Turia, construido sobre el cauce del río Turia, que atraviesa toda la ciudad. Para mí, que estaba allí con mi hijo, fue espectacular. Pasamos días enteros allí. El parque está muy bien cuidado y bien equipado. Hay campos de voleibol, baloncesto, baloncesto, fútbol, muchos columpios, fuentes (por lo que no es necesario comprar botellas de agua; las llenábamos de vez en cuando bajo las distintas fuentes). En total, se pueden admirar 18 puentes, llenos de historia, y a lo largo de las orillas del río, se pueden ver muchos de los monumentos de la ciudad.

Aquí, por ejemplo, en las inmediaciones del Puente de los Serranos, la magnífica Torre de los Serranos, una de las 12 puertas que cruzaban las antiguas murallas de Valencia, símbolo de poder por la magnificencia de su arquitectura. Al estar situado al norte de la ciudad, era normalmente cruzado por los que venían de las montañas, los llamados "montanari", en español, "serranos". De ahí su nombre. Construido entre 1392 y 1398, ha sido declarado monumento artístico nacional por su gran valor estético. ¡Así que... habrá que verlo!

Fuente

Continuando el paseo por el Parque del Turia, se podrán observar diferentes especies de plantas. Mira estos árboles en la foto, ¡qué especiales son!

El parque tiene de longitud unos 9 km, y se puede recorrer también en bicicleta, por senderos especiales para estas. Aquí está representado en este cartel que he fotografiado.

Además de las zonas recreativas y deportivas, hay muchos rincones románticos en los que te puedes perder. Siguiendo por el noroeste de la ciudad, cruzarás el Parque de Cabecera, con un gran lago precioso. Pasé un día entero allí, junto con mi hijo, y con unos sándwiches, toallas y protector solar. Si no te quieres hacer sándwiches, en frente del parque está el Burger King, donde cenamos. Si tienes niños, está hay un tobogán muy divertido para niños de hasta 12 años.

Inmediatamente después está el Bioparc, un jardín zoológico construido hace muy poco tiempo que sustituye al antiguo zoológico de Valencia. La entrada al parque cuesta unos 23 euros, pero es fácil encontrar descuentos (en plan 2 x 1), así que si planeas ir allí, equípate con antelación. Fui allí para llevar a mi hijo, de lo contrario no habría ido, sinceramente, después de haber ido a docenas de zoos. Quizá a él tampoco no le interesaban ya, honestamente. En una hora ya habíamos hecho todo el recorrido del parque. En mi opinión, ni siquiera había muchas especies de animales. Por ejemplo, hay leones y guepardos, pero no hay rastro de pumas ni de tigres. Hay varios tipos de monos, elefantes, jirafas, cebras, avestruces, rinocerontes, tortugas, suricatos (muy bonitos, pero parecían locos en su pequeño hábitat), hipopótamos, una sola hiena (pobre, iba y venía como una loca; parecía que no quería hacer nada más que saltar y desmoronarnos), varios pájaros, flamencos (muy hermosos), jabalíes, y muchos otros animales pequeños. En la siguiente foto: ¡Los suricatos!

Me impresionó la forma de comer que tenía el gorila, parecía un ser humano. Podéis verlo en la siguiente foto.

Lo que más me fascinó, precisamente porque nunca lo había visto, es la grandeza de los Baobabs, majestuosos árboles de África. Aquí hay uno en la siguiente foto, ¡junto con un precioso elefante!

Hay un show bastante bonito en el que se muestran varias especies de aves, erizos y otros animales. Todo el mundo parecía entusiasmado, personalmente no me pareció nada; pero repito, he visto tantas cosas así... De hecho, el Biparc debería tener el objetivo de fomentar el respeto a los animales, sensibilizando, en la medida de lo posible, tanto a los adultos como a los niños.

Continuando por el Parque del Turia, encontrarás muchas zonas interesantes, como el Parque Gulliver, amado por los niños pero también apreciado por los adultos. Pasé horas interminables allí junto con mi hijo. La entrada es gratuita y los horarios de acceso al parque son de 10:00 a 20:00 todos los días del año, excepto durante el mes de agosto, cuando el horario es de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00. ¡Tenlo en cuenta! Sería una pena llegar allí y encontrarlo cerrado.

Se puede decir que los Jardines del Turia conectan la sabana africana del Bioparc con el mundo submarino de la Oceanografía (el acuario más grande de Europa) y con el espectacular auditorio de ópera (muy bonito por la noche, iluminado). El Oceanográfico forma parte de un grupo más amplio llamado Ciutat de les Arts i les Ciències (Ciudad de las Artes y las Ciencias), que también incluye el auditorio. El parque acuático cubre una superficie de 100 mil metros cuadrados y reproduce los ambientes marinos más diversos de la Tierra. La parte más llamativa es sin duda el túnel submarino de 70 metros de longitud, donde parecerá que se camina por el fondo del océano, en medio de tiburones, rayas y una gran variedad de peces. También se pueden admirar morsas, belugas, delfines, pingüinos de Humboltd, focas comunes, patos, cisnes y numerosas aves, incluyendo flamencos e ibis rojos. Dentro del parque hay tres restaurantes, todos muy bonitos. Te sugiero que comas en ese submarino, ¡es realmente fascinante! La entrada al parque es gratuita para los niños menores de 3 años; cuesta 21 euros para los niños de 4 a 12 años, para las personas con discapacidad y mayores de 65 años; y cuesta 27, 90 euros para los demás. Una visita completa dura al menos 4 horas, pero por supuesto depende mucho del grado de interés y motivación. El parque está abierto todos los días, de 10:00 a 19:00, dependiendo de la estación del año.

Fuente

Además de los Jardines del Turia, también se pueden visitar: los Jardines Reales, que datan de la época en que los musulmanes reinaban en Valencia (siglo XI); el Jardín Botánico, fundado en 1567 por la Universidad de Valencia, como jardín de plantas medicinales; los Jardines de Ayora; los Jardines de Monforte; el Jardín de las Hesperides; y muchos otros.

Caminando por las calles del centro de la ciudad, se puede admirar la Basílica de la Virgen de los Desamparados, el Palacio de Correos, la Lonja de la Seda (La Bolsa de la Seda, sede de la Academia Cultural de Valencia, edificio gótico que se convirtió en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996), el antiguo Convento del Carmen, la Plaza del Ajuntament, la Plaza de los Toros, las Torres de Quart, el Plaza de la Reina, Plaza de la Virgen, la Iglesia de San Nicolás, Umbracle y por último y no por ello menos importante la preciosa Catedral de Valencia, adjunta en la siguiente foto:

Construida en el siglo XIII sobre un templo romano, a su vez construida sobre una mezquita árabe, es evidente que no tiene un estilo único. Solo al mirar las tres puertas de entrada, se pueden notar los diferentes estilos. El Portal Principal es claramente barroco. El Portal de los Apóstoles es de estilo gótico y el Portal de Almodaina, que domina el Palacio Arzobispal, es de estilo románico. Los interiores son simples y armónicos. En la bóveda del ábside se puede observar un hermoso cielo estrellado. Las partes más importantes para visitar son el museo y la Capilla del Santo Grial. La visita a la torre sobre la catedral de Miguelete (Micalet, en valenciano), desde donde se puede disfrutar de una espectacular vista del centro histórico, paisaje y playas de Valencia. Para llegar a la cima de la torre, hay que subir una escalera de caracol de 207 escalones, por la que se encuentran tres salas. La primera, de tan solo dos metros de ancho, se utilizó para acoger a las personas que pedían asilo. La segunda era la sala de campanas y en la tercera, que corresponde a la terraza, se encuentran 11 campanas, cada una con su propio nombre. La torre es octogonal y fue diseñada por Andrés Julià, de estilo claramente gótico. Es posible visitar la Catedral y la Torre todos los días, de 10:00 a 18:00, por un precio de solo 3 euros.

En Valencia, también se pueden visitar numerosos museos como el Museo del Patriarca, Museo de la Almoina, Museo de la Ilustración y la Modernidad, Museo Nacional de la Cerámica, Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, Museo de Etnología, Museo de Bellas Artes, Museo Soldaditos de Plomo, Museo de Ciencias Naturales y Museo de la Prehistoria de Valencia. Otra cosa que no puedes dejar de visitar es el Mercado Central, un magnífico edificio modernista de principios del siglo XIX. Su estructura de hierro, sus vidrieras coloridas a través de la luz solar, azulejos cerámicos y azulejos vidriados te dejarán con la boca abierta. En su interior encontrarás todo tipo de alimentos, desde pescados hasta carnes, desde embutidos hasta frutas y verduras. El horario de apertura es de lunes a sábado, de 7:30 a 14:30.

No muy lejos del centro, se puede admirar el parque natural de la Albufera, al que se puede llegar en unos 30 minutos en autobús en dirección el Palmar. Es una zona lagunar muy húmeda, rica en flora y fauna, pero muy importante y también conocida por el cultivo del arroz, que da lugar a la gastronomía típica.

¿Qué ver en los alrededores de Valencia?

Valencia está situada en una posición bastante favorable en el este de España. Desde aquí, llegar a otras ciudades históricas o sitios naturales es muy sencillo. Las carreteras locales están bien asfaltadas y permiten un transporte fácil. El transporte público también es muy eficiente.

Las ciudades valencianas comparten una larga historia caracterizada por la presencia secular de árabes, que han dejado huellas indelebles de su cultura en los numerosos monumentos que se pueden visitar.

Si tienes tiempo, te sugiero que visites estos lugares:

• Sagunto, una ciudad ideal para pasar un día al lado del mar y de la historia local. Se puede admirar la hermosa Acrópolis y el Teatro Romano;
• Peñíscola, que cuenta con una historia milenaria que parte de los fenicios. Podrás admirar el maravilloso castillo fortificado y luego bañarte en Playa Sur.
• Cullera, donde podrás pasearte por sugestivos senderos naturales en el Parque de la Albufera y admirar un casco antiguo lleno de monumentos y bellas iglesias.
• Elx, famosa en todo el mundo por sus palmeras, es también Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO;
• Cuenca, famosa por su maravillosa "Ciutad Antigua", a la que se puede ir andando a través de los puentes;
• Buñol, en el que se puede ver la famosa "Festa della Tomatina", un reto que supone el lanzamiento de tomates en las calles de la ciudad;
• Benidorm
• Alicante
• Castellón de la Plana
• La Vall d' Uixó
• Teruel
• Morella
• Gandia

Por último, no hay que perderse el Parque Natural de la Sierra Calderona, el Monasterio del Puig y la Gruta de San José, un espectáculo natural, en cuyo interior discurre un largo río subterráneo, navegable en pequeñas embarcaciones.

¿Cómo es la gastronomía en Valencia? ¿Cuáles son las platos y la bebida típica?

¡En Valencia se come muy bien!

Evidentemente, el plato más famoso es la paella valenciana, símbolo por excelencia de la gastronomía de toda España, nacida en la zona de la Albufera (de la que acabamos de hablar). A diferencia de la paella, que se cocina con pescado o carne, la valenciana se cocina con carne de pollo y conejo, caracoles y judías verdes. El arroz se cuece en la salsa en la que se cuece la carne y de esta manera se mantienen intactos los aromas. El sabor es muy fuerte y auténtico. Las tapas también son muy famosas, se pueden comer en las llamadas "taperias" y consisten en una serie de aperitivos, servidos calientes en su mayoría, que a veces alcanzan picos de increíble bondad y destreza. Los bocadillosy pinchos también están muy buenos (especie de canapés).

Entre las bebidas, seguramente tendrás que probar la horchata de chufa, es una horchata buenísima, muy dulce y elaborada con una planta muy extraña que crece solo en esta zona. Recomendación: no compres la que se vende en los supermercados. Más bien, prueba el que venden en los puestos de Mon Orxata, que puedes encontrar en varias partes de la ciudad, por ejemplo, cerca del Oceanográfico. Los españoles los empapan habitualmente en los llamados fartones, brioches con mucha levadura con una forma larga y estrecha y cubiertos de azúcar glasé.

¿En qué lugares recomendarías comer en Valencia?

Personalmente, en Valencia me dediqué un poco al cuidado de mi cuerpo y a la salud de mi hijo, prefiriendo comer en casa, muchas verduras y legumbres, mucha fruta, unas cuantas salchichas, pocos embutidos, poca pasta, poca de carne, mucho pescado, cocinando al vapor o a la parrilla y eliminando por completo la sal. En cualquier caso, al principio de mi llegada tuve la oportunidad de comer en varios lugares que ahora voy a enumerar: Como una buena pizzera, no puedo dejar de mencionar la pizzería Spacca Napoli, una pizzería muy acogedora dirigida por chicos italianos guapos, donde se puede disfrutar de una excelente pizza napolitana a precios normales (muy buena también la tarta de queso pistacho, como postre); Un lugar barato para comer pequeños bocadillos en compañía de tus amigos podría ser el 100 montaditos, que ofrece un pan de buena calidad, siempre caliente y crujiente porque se hornea después de que el cliente haga el pedido; La Paz es un pequeño restaurante a lo largo de la playa El Cabanyal, con cocina abierta y comida fresca y de calidad (tomamos como aperitivo un exquisito arselle y pulpo, una paella de pescado ya limpia y un pastel de chocolate del miedo, una botella de vino blanco afrutado de la casa y una botella de agua; Éramos dos adultos y un niño y nos costó 70 euros, así que el precio parece bastante honesto. ); El restaurante La Perla también es muy recomendable, siempre en primera línea de mar (probamos la paella hecha con pasta en vez de arroz, que se llama "fidegua", bebimos un buen vino fresco "penascal" y acabamos con una taza de fresas y crema; no recuerdo cuánto gastamos exactamente, pero no más de 30 euros. ); El asombroso Forn del Carmen, un lugar pequeño pero muy bonito, que ofrece una paella de la más alta calidad, se debe reservar con al menos 4 horas de antelación, ya que se prepara con ingredientes frescos comprados especialmente para tí; Si quieres comer algo diferente a la paella, prueba Hansel & Crepel, un restaurante muy acogedor con un personal muy amable, que ofrece una amplia variedad de deliciosos crepes, dulces y ensaladas, a precios muy competitivos; o Mavalà, donde se puede degustar una excelente piadina romagnola; o incluso, una solución adecuada para una merienda rápida, ligera y barata podría ser begreen Salad Company, pero no hay que ser muy pretencioso, porque el restaurante no ofrece un servicio muy bueno (los camareros son casi inexistentes y los platos y cubiertos son de plástico). Finalmente, en los alrededores del Mercado Central, encontrarás pequeños clubs dispuestos a cocinarte los alimentos que acabas de comprar, con un ligero recargo.

¿Dónde recomendarías comprar en Valencia?

Mi supermercado favorito era "Mercadona", con precios baratos y una amplia gama de productos. Desafortunadamente, abre a las 9:00, como la mayoría de los supermercados, pero permanece abierto ininterrumpidamente hasta las 21:30 (el domingo cierra). Está equipado con cajas de seguridad y cadenas para la fijación de objetos de mayor tamaño. Dejé el cochecito de mi hijo atado después de haberlo acompañarlo al colegio, de esta manera no iba por la ciudad con un cochecito vacío mientras llegaba al trabajo. Recomiendo que pruebes sus muffins: tanto los de chocolate con relleno de chocolate blanco como los de bizcocho blanco, rellenos de chocolate (¡un chocolate mejor que la Nutella... y lo dice una gran fan de la Nutella! ). Incluso los croissants sin relleno, grandes y pequeños, con o sin azúcar, están muy buenos. Desayunaba los recién horneados todas las mañanas y con una botella de zumo de naranja de medio litro (1, 80 euros) recién exprimido por mí, gracias a una máquina especial suministrada por el supermercado, que permite al cliente exprimir las naranjas instantáneamente, llenando botellas de medio litro o un litro.

¿Por dónde recomendarías salir de fiesta en Valencia?

Al haber traído a mi hijo de 5 años conmigo, y al haber dejado a mi marido en Italia, el mío no era un verdadero Erasmus: mis salidas nocturnas eran pocas y seguramente diferentes de las que podrían ser las tuyas. Así que no puedo darte muchos consejos sobre la vida nocturna, pero supongo que está muy bien, de hecho lo sé con seguridad, ¡gracias a las cosas que contaban los chicos que trabajaban conmigo! En cualquier caso, se sabe muy bien que los españoles son muy fiesteros.

Cuando vivía en Campanar, era difícil para mí salir por la noche porque estaba bastante aislada. De vez en cuando llevaba a mi hijo al parque de juegos del centro comercial Nuevo Centro, hasta las 21:30 aproximadamente, donde estaban los Minions hinchables, los coches de choque, el sendero de aventuras y muchos otros juegos. En el centro comercial hay muchas tiendas (puedes encontrar: Zara y Zara Home, Women's Secret, Intimissimi, Imaginarium, Pull & Bear, Prenatal, Calzedonia, Yves Rocher, Super Nails, Tezenis, Ale-Hop, Bershka, Benetton, Foot Locker, Stradivarius, Mango, farmacias, centros telefonía móvil, bares como el Fika Coffee & Food, El Gran Cafè y restaurantes como el 100 montaditos, Mc Donald' s o La tagliatella.

Cuando me mudé a la segunda casa, cerca del parque de Marxalenes, fui a tomar unos aperitivos con mis colegas. Nos paramos a beber un vaso de sangría en las las Torres de Serranos, y luego nos dirigimos hacia el Barrio del Carmen, un laberinto de calles estrechas llenas de tiendas y pubs, que por la noche se convierte en un fantástico rincón de entretenimiento. Hay muchos bares y discotecas, como Bounty y Latex. La Calle Caballeros es la calle principal de la vida nocturna valenciana. Los bares más conocidos son el Ghecko (afroasiático), el Café Bahiano (brasileño) y el Café Negrito, perfecto para los amantes de la música soft-rock, situado en la Plaça del Negret, una plaza llena de locales de moda. La plaza de la Mare de Déu es también muy popular entre los jóvenes y los principales bares son el Café Saint Jaume, el Café de las horas y el Jimmy Glass Jazz Bar. En cuanto a la zona universitaria (Blasco ibanez, Alameda, Aragón), la vida nocturna no empieza antes de las 22:00 horas y se puede empezar la noche disfrutando de unas deliciosas tapas en la popular Sidrería El Molinón. Otro barrio de moda, muy popular últimamente, por los jóvenes es Ruzafa, lleno de cafés-bares y bares-librerías, como el Ubik Cafè y el Soho Terrace (con música chill out). A las 2:00 los bares cierran y los jóvenes se van a las discotecas (uno de las más frecuentadas es el Biscuit Club).

¿Tienes alguna otra información útil para dar?

Dejo algunos números de teléfono que pueden ser útiles en situaciones de emergencia:

Primeros auxilios 012

Consulado italiano +34 96 321 72 34 o +34 672 770 743

¡Lo único que me queda es desearte un buen viaje y una buena estancia en Valencia!