¡Valencia en llamas!
“When there is nothing left to burn, you have to set yourself on fire”
- Stars
El 1º de marzo de 2017, tomé el último avión de la tarde con dirección a Valencia. El plan parecía sencillo, conocer Valencia y conseguir una guitarra valenciana. Cuando se acercó la noche, me di cuenta que era poco probable encontrar un lugar para dormir. Mi error, llegué a Valencia sin saber que algo importante se aproximaba y la ciudad estaba llena de espectadores.
Encontré un lugar para dormir a las dos de la mañana, pero ese incidente no venció mis ganas de levantarme temprano y conocer esa bella ciudad. Aquel segundo día de marzo, amaneció soleado. El cansancio, producto de un largo viaje, competía contra el poco tiempo que tenía para lograr lo planeado.
La Catedral
Al salir a la calle me encontré con una banda de jóvenes tocando a un costado de la Catedral de Santa María de Valencia, sí, la misma catedral gótica que custodia una variedad de estilos, con frescos del Renacimiento español, guarda del Santo Cáliz y albergue de ¡los primeros demonios de Goya!.
Este pintor español, Franciso de Goya, retrató a lo largo de su vida una serie de demonios contenidos en sus lienzos. San Francisco de Borja y el moribundo independiente es una obra atesorada por la catedral valenciana en la que se podrán observar los primeros esbozos de sus famosos demonios.
Crucé La plaza de la Virgen y pasé justo a lado de la banda de músicos. Se respiraba un ambiente alegre y festivo. La gente les acompañaba bailando en lo que parecía ser una fiesta importante.
Unas calles después, crucé con una pequeña manifestación que propugnaba por una educación incluyente. Se percibía una mezcla de vivacidad y ánimo de entereza en el entorno.
Las mascletàs
Dejé atrás la manifestación por Carrer de Sant Vicent Màrtir, con destino a la Plaza del Ayuntamiento; se respiraba un olor a pólvora. Una serie de pequeñas explosiones, que no sabía de dónde provenían, me alertaron, por un momento me imaginé en medio de algún tipo de conflicto. Hasta que me di cuenta que la gente se detenía, bajaba de sus bicicletas o simplemente dejaba de hacer todo lo que en ese momento les ocupaba y se dedicaban a escuchar.
Una orquesta de pólvora se adueñó del cielo. Lo que acababa de presenciar era la mascletà del día. Toda mascletà es diferente día con día, incluso cada una tiene su reseña de opinión en los diarios de la ciudad y los valencianos aprecian estas melodías explosivas tomándose el tiempo para dedicarles su escucha.
Las Fallas
Sin saberlo, me encontraba en medio de los preparativos de Las Fallas. En valenciano, Les Falles, que significa las llamas. Esta se considera su festividad más grande. Aunque la semana fallera es del 15 al 19 de marzo, las fiestas, desfiles, mascletàs, música, planificación, alegría y diversión empiezan desde el 1 de marzo.
Las Fallas es una celebración muy antigua que proviene del gremio de los carpinteros. El patrón de la festividad es San José y se dice que inició quemando todo aquello que en invierno fue necesario, pero que en primavera sobraría. Dándole la bienvenida, así, a la primavera. También se dice que la fiesta fallera pudo haber tenido su origen en los rituales paganos de culto al fuego, la fertilidad y la primavera.
Sea cual fuese su inicio, todas concuerdan con la idea de quemar todo aquello que no es necesario, dejar atrás, transformar y dar la bienvenida a un periodo de renovación a través de la música, la fiesta y el poder simbólico de las llamas. Sin olvidar su carácter satírico de los acontecimientos presentes y hechos censurables cargados de crítica social. Tal es su relevancia que desde el 2016 este espectáculo fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
La comida
Después de probar la paella valenciana a un costado de la catedral, me dirigí hacia la Plaza de toros. Al pasar junto a la estación de trenes, me paré en uno de los tantos puestos de churros y buñuelos que se pueden encontrar por las calles valencianas en tiempos falleros. Probé el buñuelo de calabaza, que no podía dejar pasar si iba a Valencia. Aunque también había churros naturales y con chocolate. Es una delicia al paladar que no puedes dejar pasar.
Tampoco me quedé con las ganas de probar la famosa horchata de chufa. Un tubérculo hecho bebida de sabor dulce con altas propiedades nutrimentales y que además es refrescante y muy rica. Esta bebida la puedes encontrar en la calle o en las llamadas horchaterías de la ciudad.
Y para finalizar mi tour gastronómico cerré con una mazorca al carbón que compré por las calles valencianas. Son deleites que no puedes dejar pasar.
El desfile
Cerca de las 20:00 horas un desfile me alcanzó. Estaba dividido por cierto tipo de locuras, las que más llamaron mi atención fue la sección de locuras políticas y una escena dedicada a la “relación” actual entre México y Estados Unidos. Por ser una escena vinculada con mi país, México, fue la que más me interesó.
El desfile iba avanzando y alcancé a ver dos pequeños personajes disfrazados del típico mexicano con el que nos relacionan: hombres con sombrero y ropaje tricolor, borrachos, pero con champagne; seguidos por un enorme cuerpo policial que enmarcaba al actor protagónico del acto, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Claro que al ver a unos niños tan enérgicos y divertidos representando aquella escena, resultaba de lo más cómico.
Me pareció interesante notar que mientras E.E.U.U. estaba representado por su presidente y todo el cuerpo que lo acompaña, México no lo representaba ningún presidente. Mi primera interpretación fue pensar en una sociedad “mareada”, posiblemente de las mentiras. A lo mejor, hastiada de los acontecimientos oníricos, del racismo, la discriminación, la violencia y de la nula participación o representación alguna. Sea cual fuesen esas múltiples interpretaciones de aquella representación, todo ello forma parte de lo que no queremos más en este mundo y esperamos que la llama lo transforme.
El desfile estuvo lleno de personajes y escenas cómicas que invitaban a participar de la locura y reírte por un momento de aquello que conforma una realidad tan poco cuerda de la que hacemos parte. No es que los disparates no sean necesarios, pero hay ciertos tipos de locuras disfrazadas de “cordura”, que vale la pena optar por unas más honestas. Quitarnos los disfraces y hacer del mundo un lugar menos ególatra, más insensato, rebelde y más ligero de vivir.
Hasta pronto
Me despedí de las Fallas con un montón de preguntas a mi alrededor. Con ganas de regresar a ver el cierre del festejo y con un ánimo de contagio de que los cambios aún son posibles y estoy en el justo momento para contribuir a ellos.
Si alguna vez vas a Valencia por los días de marzo, te recomiendo buscar un hospedaje cerca del centro o la catedral donde puedas disfrutar de todas las festividades que se viven día y noche para las Fallas. Te llevarás enormes sorpresas.
También, te sugiero hacer una reservación para esas fechas con días de anticipación, pues la mayoría de los hostales y hoteles están llenos en marzo.
Por cierto, si buscas una guitarra valenciana, me parece que el centro de la ciudad de Valencia no es el mejor lugar para comprarla. Es posible que encuentres con mayor facilidad una madrileña. De muy buena calidad, por cierto, pero las valencianas son escasas.
Espero esta crónica sea de tu ayuda en caso de que quieras visitar Valencia en plena festividad fallera.
- Nota: Todas las fotografías en este artículo son de mi autoría
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