Kusadasi y Éfeso

¡Hola a todos! El otro día, subí una publicación en la que os conté cómo fue nuestro itinerario de un día visitando nuestra tecera parada: Atenas, una ciudad de la que nos quedamos con ganas de descubrir más de ella, pero los cruceros es lo que tiene, muchos sitios que visitar en poco tiempo. La cuarta parada del barco ya no fue en Grecia, sino en tierras turcas, concretamente en la pequeña ciudad de Kusadasi en Turquía, sobre la cual me centraré en hablaros en este post, para informaros de algunos de los sitios más turísticos para visitar aquí.

Siéndoos sincera, tanto a mi familia como a mí no nos llamaba especialmente la atención esta parada, puesto que no habíamos oído hablar nunca de esta ciudad y pensábamos que no tendría mucho para ver. Aunque es cierto que no fue uno de los puntos fuertes del crucero, ya que ese lugar lo ocuparon Atenas, Malta o Santorini, este destino terminó teniendo su encanto y pasamos un día estupendo visitando Kusadasi y las antiguas ruinas de Éfeso. A continuación, os cuento cómo planteamos nuestro día por estas dos ciudades.

Itinerario

El barco atracó temprano en el puerto de Kusadasi, y nada más bajarnos me sorprendió la gran cantidad de tiendas o bares que había por la zona, puesto que me la imaginaba mucho menos viva, sin tanto ambiente.

En esta parada del crucero, queríamos contratar una visita guiada, para que nos llevaran a los puntos de interés más importantes y así poder aprovechar al máximo este día por tierras turcas. No recuerdo cuál fue la agencia con la que hicimos el tour, pero hay decenas de ellas que ofrecen excursiones similares, y todas a mejor precio que si contratas un guía mediante el crucero.

Contra todo pronóstico, esta excursión fue una de las mejores que realizamos durante este viaje, ya que nos enseñaron los lugares y monumentos más emblemáticos de la zona. Un autobús nos condujo hacia Éfeso, una ciudad situada a media hora de Kusadasi, conocida mundialmente por sus ruinas arquitectónicas y por encontrarse aquí la Casa de la Virgen María, nuestra primera visita del tour. Se cree que en este lugar religioso, la Virgen María pasó sus últimos años de vida, por lo que muchos cristianos vienen a visitar esta casa, a la que se puede acceder a su interior. En los alrededores de esta casa, había un muro enorme, donde tanto turistas como creyentes escriben notas o promesas y las cuelgan en esta pared.

Tras visitar este lugar de culto, el autobús nos llevó a lo que fue antiguamente la ciudad de Éfeso, que actualmente son todo ruinas, pero según nos contó el guía, hace siglos fue uno de los centros culturales, históricos, y comerciales más importantes de Turquía. Compramos los tickets para acceder al recinto, y luego nos adentramos en Éfeso. Estas ruinas están bastante bien conservadas, tanto que con la ayuda del guía puedes hacerte perfectamente una idea de cómo estaba organizada la ciudad o cómo eran las casas o calles.

Algunos de los atractivos más significativos que se pueden encontrar por Éfeso son los restos que quedan del que fue el Templo de Artemisa, la Biblioteca de Celso (absolutamente impresionante), el Odeón y el Gran Teatro, un anfiteatro al que se puede acceder y que si lo visitáis, os dejará con la boca abierta. Todos estos monumentos se encuentran en una explanada al aire libre, así que no os olvidéis de echar agua, protección y gorras para luchar contra el calor.

Biblioteca de Celso

Odeón

Gran Teatro

Tras quedarnos alucinados con las antiguas ruinas de Éfeso, continuamos la excursión con este tour guiado, el cual incluía la visita a una fábrica de las famosas alfombras turcas donde nos explicaron cómo se tejen a mano, su historia y evolución, o qué materiales se usan para producir estas alfombras, como seda o algodón. Luego, a mitad de la visita nos invitaron a un té típico de Turquía, e incluso probamos la calidad en la textura de estas alfombras, ya que pudimos caminar descalzos por decenas de alfombras de distintos tamaños, formas y colores.

Además, este tour incluía también la visita a una fábrica de joyas y a una tienda enorme en la que solo se venden prendas de piel o de cuero, un material típico de Turquía.

Si tenéis la oportunidad de realizar una visita a alguna de estas fábricas, no lo dudéis, porque la producción de las alfombras turcas no es para nada sencilla, tiene un trabajo enorme y es súper curioso las horas que se le puede dedicar a tejer una alfombra, y el precio que puede llegar a valer una de estas. Nos quedamos asombrados igual con la industria del cuero y de las joyas, ya que nunca nos habían explicado cómo se producen o venden estos productos, así que fue un verdadero descubrimiento.

Y tras visitar estos sitios y conocer un poco más sobre la cultura de Turquía, nos marchamos de vuelta al crucero, dejando estas ciudades que tanto nos habían gustado, y deseando volver a este país, para descubrir Estambul o Ankara.

Nuestra próxima parada fue la paradisiaca isla de Malta, la cual os cuento en mi siguiente post. ¡Muchas gracias a todos!

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