Tercera parada: Atenas

¡Buenas a todos! Hoy continúo hablándoos de un viaje que no olvidaré jamás, el crucero por las Islas Griegas que realicé junto a mis padres y mi hermano hace dos veranos. Si te gusta viajar y descubrir nuevos lugares, este tipo de experiencias te marcan para siempre ya que despertarse cada día en una ciudad diferente es una sensación única.

En mi publicación anterior, os estuve contando nuestra jornada por Santorini, una isla griega que nos enamoró por completo y a la cual estamos deseando de volver. En el post de hoy, voy a relataros la tercera parada que realizó este crucero, Atenas, la capital de Grecia, y la ciudad donde nació el arte, la cultura y la historia.

Aunque son necesarios un par de días para poder descubrir a fondo Atenas, el barco solo hizo escala de un día, así que vimos únicamente los puntos de interés más importantes o los monumentos más famosos. Aquí os dejo mi experiencia de un día descubriendo esta increíble ciudad.

Itinerario de un día por Atenas

Nuestra jornada comenzó temprano, con vistas desde el buffet del crucero a toda la ciudad de Atenas, una auténtica gozada. Una vez habíamos desayunado, el barco atracó en El Pireo, el puerto de Atenas, y desde ahí comenzó nuestra ruta por la capital griega.

Salimos del puerto, y nos dirigimos andando hacia la estación de metro más próxima, llamada Pireaus y ubicada a unos 10 minutos andando desde El Pireo, para coger la línea M1 que nos dejó en la parada Monastiraki, en pleno casco histórico de la ciudad. A otros diez minutos a pie desde esta boca de metro, se encontraba uno de los conjuntos arquitectónicos más emblemáticos y famosos no solo de Grecia, sino de todo el mundo, ¡la Acrópolis de Atenas!

Tercera parada: Atenas


Si es la primera vez que visitáis Atenas y solo tenéis un día, ya sea porque venís de crucero como fue mi caso, o porque vuestra estancia por esta ciudad es breve, no podéis desaprovechar la oportunidad de ver entrar a la Acrópolis, ya que es una visita imprescindible. Nosotros llegamos a las taquillas lo más pronto posible para que no tuviésemos que guardar cola, pero al ser pleno agosto era inevitable que tuviésemos que esperar, aunque la fila iba rápida, y tras media hora esperando pudimos comprar los tickets.

La subida hacia la Acrópolis se nos hizo bastante pesada, debido a la gran cantidad de turistas que subían o bajaban las escaleras y dificultaban el paso o por el calor sofocante, ya que las temperaturas estaban por las nubes. Pero una vez llegamos hasta arriba y vimos los propileos que servían de entrada a este alucinante conjunto, y admiramos desde estas enormes columnas la ciudad a nuestros pies, ¡valió la pena todo el agobio y el calor que pasamos!

Tercera parada: Atenas

Cuando pasas los propileos y accedes al recinto, a la izquierda nos encontramos con el Erecteón, un templo dedicado a los dioses donde se encuentran las famosas Cariátides, unas esculturas que funcionan a modo de columnas, las cuales sujetan parte de este templo. A la derecha de los propileos, vemos el Templo de Atenea Niké, otro de los monumentos que conforman la Acrópolis. Pero sin duda, el más importante se encuentra ocupando la mayor parte de este conjunto, el tan conocido Partenón de Atenas, una de las construcciones, junto con el Coliseo de Roma, más impresionantes que he visto en toda mi vida.

Tercera parada: Atenas

Al haber estudiado Historia del Arte y Griego durante los dos años de bachillerato, ver esto con mis propios ojos fue como un sueño. En clase, nos explicaron tantos detalles sobre cómo se construyó este monumento o sobre su historia, que no veía la hora de verlo en persona. Una curiosidad que la profesora de Historia del Arte nos contó y que me llamó muchísimo la atención, es que el Partenón, así como muchos edificios o esculturas del arte antiguo, estaban policromados, pintados con gran variedad de colores distintos, cuando yo pensaba desde siempre que su color original era el blanco, un dato que quería compartir con vosotros puesto que a mí me asombró bastante.

Tercera parada: Atenas

Tras hacer varias fotos a estos impresionantes monumentos y a las vistas de la ciudad desde la Acrópolis, bajamos de nuevo las escaleras y salimos del conjunto arquitectónico, ¡una obra de arte que es difícil de describir con palabras! A unos pasos de aquí, se encontraba el Museo de la Acrópolis de Atenas, que alberga en su interior restos arqueológicos. Nosotros teníamos la intención de entrar, pero por falta de tiempo tuvimos que quitarlo de nuestra lista, así que solo vimos su exterior.

Tercera parada: Atenas

Luego, almorzamos para reponer fuerzas y resguardarnos un poco del calor tan abrasador que hizo durante el día que estuvimos visitando Atenas, y proseguimos con la ruta en dirección hacia el Templo de Zeus Olímpico, del que ya solo quedan algunas columnas colocadas en una gran explanada, donde estaba situado este templo. Aunque no sé con seguridad cuál era el precio para entrar a este recinto, sí recuerdo que se trataba de un billete conjunto, que incluía la entrada al Acrópolis, al Museo de la Acrópolis y al Templo de Zeus Olímpico.

Tercera parada: Atenas

Salimos de este recinto y pasamos por debajo del Arco de Adriano, situado justo al lado de este templo, y seguimos andando un par de minutos para llegar a nuestra última parada, la Plaza Sintagma. Situada en pleno centro de Atenas, es la plaza más famosa de la ciudad, en la que se encuentra el Parlamento de Grecia, y otro de los atractivos turísticos de Atenas, la Tumba del Soldado Desconocido, custodiada por la guardia de la ciudad.

Tercera parada: Atenas

Arco de Adriano

Tercera parada: Atenas

En esta plaza, tiene lugar también el cambio de guardia, una atracción bastante famosa ya que es un auténtico espectáculo. Si bien creo recordar, aunque no sé si seguirá siendo así, este cambio de guardia se celebra una vez cada hora, por lo que es bastante fácil verlo y es prácticamente obligatorio si venís a Atenas.

Desde esta plaza, cogimos de nuevo el metro en la parada Monastiraki y nos bajamos en Pireaus, para andar unos diez minutos hasta el puerto de Atenas y subirnos en el barco, dejando atrás esta maravillosa ciudad, que tanta historia, cultura y arte tiene a sus pies.

Obviamente, nos quedaron por ver o visitar muchos monumentos importantes de la ciudad, como el Teatro de Dioniso, entrar al Museo de la Acrópolis, pasear por el Ágora y descubrir a fondo la capital griega. Sin embargo, esto solo nos sirve de excusa para repetir viaje y volver a Grecia.

Espero que os haya gustado este post, y que le echéis un ojo a nuestra próxima parada del crucero, las ciudades turcas de Kusadasi y Éfeso. ¡Gracias a todos!


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