Lo que las aurora boreales me enseñaron el día que menos me lo esperaba

Las auroras boreales me han enseñado:

Fuente

Que no es cuestión de conseguir lo que esperas, sino más bien de salir ahí fuera con la única esperanza de que experimentarás lo que sea que haya allí esperándote con los ojos y el corazón abiertos.

Que la vista es una cosa, y que tu percepción es otra. El guía Francesco nos dijo que la noche parecía prometedora, pues contábamos con todos los factores idóneos; aunque la luna brillaba demasiado esa noche, así que el cielo no sería tan oscuro y las luces no se verían tan brillantes. Pero entonces nos dijo que la luz de la luna también le da un toque distinto a la escena. Es fácil quejarse de que no todo sea lo ideal, pero siempre es mejor encontrar el lado positivo en la situación en la que te encuentras.

Que cuanto menos esperas, más te llega. Creía que sería una noche más e iba a darme una palmadita en la espalda pensando: «bueno, al menos veo las estrellas fugaces» (no era exactamente lo que buscaba, pero siempre es algo bonito de ver) y, justo cuando le murmuraba a las tenues luces lo agradecida que me sentía por estar inmersa en esa experiencia de la vida, apareció la aurora boreal más brillante que nunca y nos dejó con la boca abierta con su mágico baile.

Que tener todos los factores a tu favor no garantiza el éxito. También se necesita paciencia y el momento idóneo, que no está en nuestras manos.

Que no tener todos los factores a tu favor no significa que no sea posible. Puede que la posibilidad sea pequeña pero tú, una pequeña partícula en el sistema solar, no tienes ni idea de cuándo el universo está de tu lado.

Que aunque la búsqueda sea un éxito, puede que no estés satisfecho si lo comparas con otros días con el cielo más oscuro y las luces más brillantes. La belleza es subjetiva, pero la verdad es que todo lo que ocurre es tan bueno como llegue a ser, tan bonito como puede ser justo allí, en ese preciso momento en el que lo vives.

Que puede que pases un rato tiritando por el frío, pero los buenos recuerdos durarán para siempre.

Fuente

Esta búsqueda de siete horas nos devolvió la emoción de «ver algo por primera vez». Conforme crecemos las oportunidades de ver algo por primera vez son cada vez más y más raras. Cuando estaba ahí, bajo las luces que cruzaban el cielo, me abrumó esa sensación de ver algo por primera vez otra vez.

Quién importa más. Si hubiera podido pedir cualquier cosa para que la noche fuera perfecta, sería que mis seres queridos hubieran estado aquí contemplando lo hermoso que es el universo en el que hemos nacido. Aunque le demos mucha importancia a los pequeños problemas en el mundo, siempre que el origen de la vida sea tan bonito, así debe ser la vida.

Gracias, auroras boreales. Espero que oigáis mi gratitud.

Para vivir una experiencia como esta bajo la aurora boreal, echa un vistazo a este post sobre cuándo ver las auroras boreales.