Bajo las auroras - parada en Tromso

Creo que fue sobre el 20 de febrero de 2018, poco menos de dos meses después de haber llegado a Noruega, cuando decidí ir a la ciudad por la que yo había venido a este país: Tromso.

Bajo las auroras-parada en Tromso

Bajo las auroras-parada en Tromso

Tromso pertenece al "departamento" de Troms, al norte de Noruega. Por tanto, estamos bastante por encima del círculo polar ártico. Además, es el punto de partida de todas las expediciones por las islas Svalbard, que son el sueño de todo amante del hielo y de los osos polares.

Como iba diciendo, este sitio en concreto fue por lo que me decidí a venir a Noruega y no por casualidad: se trata de una zona perfecta desde la que se pueden observar las auroras boreales.

Bajo las auroras-parada en Tromso

Bajo las auroras-parada en Tromso

Increíble variedad de paisajes

En Tromso, todo es desmesurado y abrumador. La ciudad, situada en una isla conectada mediante un puente con tierra firme, está rodeada de mar y de montañas a la vez. En cualquier dirección, os encontraréis, por un lado con el brillante e infinito océano y, por otro lado, con montañas rocosas cubiertas de nieve perpetua.

Cuando iba de camino a Tromvik, al noroeste de la ciudad, descubrí algo increíble en el horizonte. Entre dos montañas, el mar se extendía cada vez más y, unos kilómetros más lejos, se confundía con el cielo.

Bajo las auroras-parada en Tromso

Bajo las auroras-parada en Tromso

Bueno, no puedo hablaros de los paisajes sin mencionar los colores que bañaban el mar y la tierra. Durante todo el día (que dura poco en invierno), las montañas brillaban con un blanco inmaculado y contrastaban con las aguas sombrías. Luego, por un momento, podéis contemplar la "hora dorada" en el momento en el que el sol empieza a ponerse y su reflejo en el hielo iluminaba todo el valle. Al final, antes de que cayera la noche, las montañas, el cielo y el agua se teñían de rosa y el paisaje parecía un sueño, como sacado de la más fructífera imaginación. Cuando íbamos por la carretera de camino a las islas Sommaroy, junto al mar, vimos el espectáculo más bonito del mundo. Era difícil no parar el coche cada 200 m para capturar en la cámara de fotos las imágenes únicas que teníamos ante nosotros.

Experiencias únicas

Cerca de las islas Sommaroy, viví una de las experiencias más memorables de todo mi viaje. Lo había dicho y lo hice: me bañé en el océano Glacial Ártico. El lugar y el momento eran ideales. Pero, a pesar de la belleza del paisaje, no se me olvida el frío que me congeló la piel cuando me quité el abrigo y los 3 jerséis que llevaba debajo. Estábamos a -15 ºC en el exterior y a 4 ºC dentro del agua. No diría que fue una idea inteligente, pero echaba de menos los retos... Así que, si vosotros también añoráis las emociones fuertes, aquí os dejo unas cuantas reglas que tendréis que respetar, si os animáis a probar la experiencia:

  • No se debe estar en el agua más tiempo que a grados esté el agua. Por ejemplo: si está a 4 ºC, podéis estar dentro 4 minutos. Pero bueno, yo duré 10 segundos...
  • Comed bien antes, pero tened cuidado: esperad después de comer 2 horas como mínimo antes de meteros en el agua.
  • Mojaros la nuca y el pecho antes de zambulliros.
  • Estad seguros de hasta dónde podéis llegar y pedidle a alguien que se quede fuera del agua para vigilaros. Asimismo, tened cuidado con las profundidades.
  • Secaos bien y taparos rápidamente en cuanto salgáis. No dudéis en poneros calefacción.
  • Comprobad que los pies están bien al poco de salir del agua. El frío os los habrá anestesiado y puede que ni lo sintáis si os los cortasen.
  • Si tenéis algún problema de flujo sanguíneo, llamad a emergencias,

    aunque solo sea para pedirles consejo.

  • Si podéis, llevad a alguien que os grabe. De lo contrario, nadie os creerá.

Bajo las auroras-parada en Tromso

Bajo las auroras-parada en Tromso

Segunda experiencia memorable en el norte: fue la primera vez que caminaba sobre un lago congelado o, para ser más exactos, sobre un fiordo cuyos confines estaban completamente congelados. Al igual que para el baño, caminar sobre un lago helado requiere una serie de precauciones especiales:

  • Comprobad la solidez del hielo. Una opción es ver si la gente de la zona se atreve a pasar por encima.
  • No juguéis con fuego: una vez que estéis encima, no os vayáis demasiado lejos de los bordes.
  • No saltéis sobre el hielo y no os mováis en grupos demasiado numerosos.

Finalmente, la última experiencia, pero no por eso menos importante: las auroras boreales. Había ido hasta allí para verlas y había tenido mucha suerte porque habían acudido a nuestra cita todas las noches. La primera vez, hicieron que me parase en la carretera: enormes ráfagas blancas que iluminaban el cielo, haciendo suaves ondas, cruzaban el valle de montaña en montaña. Entonces, cogimos las telecabinas que llevaban hasta el lugar desde donde se veía Tromso. Y allí estaban, resplandecientes a nuestro alrededor. Las luces de la ciudad las atenuaban un poco, pero aun así disfrutamos viéndolas. La siguiente ve, las sorprendimos en la carretera cuando volvíamos a casa. La última vez que las vimos, estábamos en el avión de vuelta. Entonces, el personal de a bordo apagó las luces y nos pidió que mirásemos por la ventana. Estábamos rodeados por las luces. Había estado soñando con ese momento durante todo el día y no me creía que estuviese ocurriendo de verdad. En ese momento, tuve claro que tenía que volver. En cuanto a las auroras boreales, también tengo algunos consejos para vosotros:

  • Alejaos de la ciudad y de sus fuentes de luz para verlas por la noche aun mejor. Aunque, como he dicho antes, estar justo sobre Tromso no nos impidió ver las preciosas luces.
  • La estación de las auroras va desde noviembre hasta marzo. Yo las vi en febrero y mis amigos las habían visto tanto a finales de noviembre, como a finales de enero.
  • Si el cielo no está despejado, es muy poco probable que las veáis. Sin embargo,

    cuando estás junto al océano el cielo cambia muy rápido, así que hay que estar alerta.

  • No esperéis ver llamas verdes en cielo. Más bien, estad atentos a los halos de luz blanca con matices verdosos.
  • Si echáis fotos: poned la cámara en apertura máxima. Tendréis que esperar bastante entre foto y foto, así que os recomiendo que llevéis un trípode o que, al menos, intentéis poneros lo más estables posible.

Bajo las auroras-parada en Tromso

Bajo las auroras-parada en Tromso

Para acabar con las experiencias, si sois tranquilos y pacientes, Tromso es también la ciudad ideal para vosotros. No por casualidad se habla del centro cultural más al norte del círculo polar ártico. Hay muchos museos en el centro de la ciudad. Yo visité el museo contemporáneo, que aunque es pequeño tiene una colección de obras muy bonita, y el Polar Museum, que recrea la historia de los cazadores de las islas Svalbard. Fue una visita muy enriquecedora. Bueno, hay para todos los gustos.

Los detalles prácticos

Durante este viaje, me alojé en un Airbnb, que estaba a 40 minutos de la ciudad. También hay algunos en el centro de la ciudad. Los precios pueden subir considerablemente, pero si lo buscáis con la antelación suficiente, encontraréis precios asequibles.

Para poder disfrutar al cien por cien de vuestro viaje al norte, creo que es imprescindible tener coche. Hay muchas páginas web de alquiler de coches y en el aeropuerto también hay algunas agencias (recomiendo Sixt y Europcar). Tened cuidado cuando alquiléis un coche porque aparte del precio del alquiler que tenéis que pagar al llegar, la agencia se queda con una fianza, que cargan en vuestra cuenta bancaria (en mi caso fueron 600 €). Así que, comprobad que os podéis permitir pagar esta cantidad, sin tener que estar a pan y agua durante el resto del viaje. Para moverse por una ciudad como Tromso, siempre es aconsejable que el coche cuente con neumáticos de invierno. Además, os aconsejo que contratéis un seguro que os cubra los arañazos y los golpes de gravilla porque las carreteras no suelen estar en buen estado.

Bajo las auroras-parada en Tromso

Bajo las auroras-parada en Tromso

En cuanto a la alimentación en la ciudad, lo único que os recomiendo es que hagáis la compra en el supermercado y cocinéis donde os estéis alojando. Tal vez, podáis permitiros ir a un restaurante o a una cafetería, pero os arriesgáis a que os cobren precios desorbitados. Para haceros una idea, el chocolate caliente que me tomé en Sommaroy después de mi baño de agua fría me costó 7 €... Otra opción más asequible son los restaurantes de comida rápida.

Por último, tenemos que hablar de la ropa que llevar (puesta) en el norte. En cualquier estación del año, es importante que llevéis algo con lo que taparos porque las temperaturas pueden llegar a ser extremadamente bajas. A finales de febrero, hacía una media de -15 ºC con picos de hasta -21 ºC y una temperatura máxima de -7 ºC. Por otro lado, siempre caminaréis sobre la nieve. Aquí os dejo una lista de los básicos que yo llevé:

  • Los zapatos y los calcetines: buenos zapatos para andar, que sean altos e impermeables. No hace falta que os arruinéis. Con un par por 80 € que me compre de Decathlon me bastó para tener los pies secos y calientes. Recordad compraos una talla más de la que uséis normalmente para poder poneros calcetines de esquí o calcetines de lana como complemento. Cuidado: al contrario de lo que se suele pensar, no sirve de nada ponerse varias capas de calcetines. Si lo hacéis, os arriesgáis a que los pies vayan demasiado apretados y no les llegue bien la sangre.
  • La parte de abajo: yo siempre llevaba unas mallas de lana o unas mallas de atletismo bajo mi grueso pantalón de esquí. Claro que todo esto ocupa espacio en la maleta y puede hacernos sentir ridículos, pero os prometo que luego se lleva bien. Un pantalón impermeable más fino es suficiente si pasáis el día en la ciudad.
  • La parte de arriba: es lo más divertido de todo. Lo importante es practicar la técnica de la cebolla, que es muy eficaz. Yo escogía la siguiente combinación: top + camiseta de lana merino (es una lana fina y os aconsejo que llevéis 2 o 3 porque es un material increíble) + jersey/sudadera + abrigo. Llevaos un abrigo calentito, impermeable, largo y con capucha.
  • Los complementos: ¡indispensables! Para temperaturas como las que os encontraréis aquí, primero hay que tapar las extremidades. En mi caso llevaba lo siguiente: bajo-guantes finos (son un tipo de guantes de seda o guantes de atletismo) + guantes gordos de esquí para las manos; un gorro de lana con forro polar para las orejas. También llevaba un pasamontañas (más cómodo que una bufanda) para tapar la parte superior del cuello, la boca y la nariz. Por otro lado, os aconsejo que llevéis gafas de sol para protegeros del reflejo de la luz en la nieve.

Bajo las auroras-parada en Tromso

Bajo las auroras-parada en Tromso

Creo que ya os lo he contado todo y llegamos al final de la historia. Para acabar, os diré que durante toda mi estancia no puede montar en trineo tirado por perros, ni hacer ninguna excursión por el glaciar, ni dar una vuelta en barco para ver las ballenas. Y, aunque esto habría añadido más experiencias a la aventura, espero que no os desaliente. Aunque ahora no os podáis permitir estas experiencias, ya las haréis más adelante. Mientras tanto, id, poneos en camino tranquilamente y, como primera visita, ya tenéis bastantes cosas que hacer. Aunque, id con cuidado porque, en mi caso, solo con pasar 5 días en Tromso ya he empezado a replantearme mi carrera profesional y mi vida en general. ¡Buen viaje!


Galería de fotos



Comentarios (0 comentarios)


¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?

Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!

¡Quiero crear mi blog Erasmus! →

¿No tienes cuenta? Regístrate.

Espera un momento, por favor

¡Girando la manivela!