Escapada al Oberland bernés

Después de haber visitado un puñado de ciudades, me aventuré a explorar la verdadera belleza de Suiza: sus montañas. Por supuesto, primero miré online y y encontré muchas opciones, como Zermatt, Gstaad, St. Moritz, Interlaken, Davos, Verbier, Grindelwald, etc. Había muchísimas, así que busqué sitios que estuviesen relativamente cerca entre ellos para aprovechar el día y ver más de un solo lugar. Así mi itinerario para el día término siendo Interlaken, Grindelwald, Lauterbrunnen y Wengen. Sí, si piensas que es una locura, estoy de acuerdo. Me pasé casi todo el día en tren, pero sin duda mereció la pena. Compartiré mi experiencia con vosotros en una entrada del blog diferente y añadiré más actividades específicas que se pueden hacer en la región Junfrau.

Después de comprar un pase de viaje suizo por 45 CHF, cogí el tren de Genève Cornavin a las 7:42 a. m. llegando a Interlaken West a las 10:23 a. m. El viaje fue bastante largo pero, como era tan temprano, me lo tiré durmiendo hasta que terminó. El "Oberland bernés" o la "región Jungfrau" es la región central de Suiza, la región alpina del Cantón de Berna. Probablemente sea la zona más pintoresca de Suiza después de Zermatt.

Cuando llegué a Interlaken oeste, fui al centro de información al turista a por un mapa, lo cual siempre es esencial considerando que los teléfonos se quedan sin batería en temperaturas bajas y para mí es más fácil orientarme con un mapa. En el puesto de información turística me indicaron en qué dirección empezar a andar para alcanzar el Altstadt. Pasé por el puente Banhofstrasse, donde aconsejo parar para disfrutar de la belleza de las montañas Interlaken y del lago de enfrente. Siguiendo desde el puente girarás a la izquierda en haupstrasse. Simplemente sigue la carretera hasta el final y llegarás al Aldstadt de Interlaken. Es una pequeña y modesta aldea y me sorprendió bastante lo vacía que estaba cuando pasé por ella. Al final de la carretera llegarás a Unterseen Stadthausplatz (la plaza del ayuntamiento). Aquí veras el Stadthaus, el ayuntamiento y una impresionante iglesia del siglo XIII. También veras el touristik museum, el cual puede ser muy divertido si tienes tiempo para verlo, ya que aprenderás sobre el desarrollo de los viajes suizos y del turismo en la región Jungfrau.

Si vas por una calle llamada Spielmatte, girando a la derecha desde donde viniste cruzarás un pequeño puente y después de 5-7 minutos, a tu izquierda estará la calle Höhweg, la calle comercial principal de Interlaken. Si estas hambriento o simplemente quieres un café, hay una cafetería llamada Café de Paris antes de entrar a la calle.

Si visitas Interlaken en invierno, como yo hice, te encantará pasearte por el mercado navideño, e incluso podrás patinar sobre hielo en el parque höhe matte, enfrente del Grand Hotel Victoria.

Tras pasear por el parque durante unos 10 minutos, llegarás a uno de los sitios más importantes de Interlaken: el Schloss Interlaken, el cual es un castillo construido como monasterio en el siglo XII. Es un edificio de vistas modestas, pero eso es lo que lo hace tan bello. A la izquierda del Schloss Interlaken puedes ver el Schlosskirche y la Röm Katholische Kirchgemeinde; . El primero es un castillo que pertenece a la iglesia y la segunda es una iglesia católica romana.

Lo último que quería hacer antes de irme de Interlaken era pasear por el lago de Brienz, sin embargo no llegué a ir porque me perdí por el camino aunque llevara un mapa. Tampoco quería perder mucho tiempo y arriesgar perder mi tren a Grindelwald. Si tienes tiempo de sobra recomiendo encarecidamente que te des un paseo por ahí, ya que según las fotos que he visto parece un sitio muy agradable. Si sigues andando por la calle de detrás de la estación Interlaken Ost llegarás hasta el lago.

Mi tren a Grindelwald estaba previsto para las 11:37 a. m. Por suerte el camino era bastante corto en comparación a mi llegada a Intelaken, ya que llegue a las 12:09 a. m. a Grindelwald. El trayecto en tren era increíble. Era la primera vez que veía nieve desde mi llegada a Suiza, así que estar rodeada de tantas montañas recubiertas de nieve era hipnotizante. Fue uno de esos momentos en los que me hubiera encantado bajarme en cualquier parada aleatoria y empezar a andar sin destino fijo, pero por desgracia tenía un plan muy estricto y se hubiera frustrado mi itinerario, ya que los trenes pasan de forma muy infrecuente. Algo que recomiendo es que si estas por esta zona más de un día podrías coger el tren y bajarte en paradas aleatorias para poder ver cosas más únicas y disfrutar de la maravillosa naturaleza suiza. Llegando a Grindelwald creía que tenía el viaje bajo control ya que me había estado estudiando el mapa, pero incluso aquí llegué a perderme. Y eso que puedes ver toda la aldea en tan solo 5 minutos. Iba buscando una estación de teleféricos para subir en teleférico a First, una de las montañas que rodea Grindelwald. Incluso dibuje un mapa pero aún así acabé perdiéndome. Después de un poco entré a un hotel para que me indicasen. Es increíblemente fácil: desde la estación tienes que seguir andando recto hasta Dorfstrasse, subir una cuesta hasta que veas una salida a la derecha. Sigues la curva y el teleférico Grindelwald BGF está justamente después de esta, a la izquierda.

En la estación compré un billete por 30 CHF, el cual venia con una rebaja del 50 % porque llevaba un Swiss Travel Pass. Si no lo tienes tendrás que pagar unos 60 CHF. El viaje en teleférico dura unos 15 minutos y era muy relajante ver como la aldea se hacía más pequeña conforme iba subiendo la montaña. Cuando llegué a la cima podía ir a la izquierda, donde había un chalet y un paseo emocionante, o podía ir a la derecha, donde estaba el camino de senderismo que daba al lago Balchapsee. Primero fui al chalet para disfrutar de las vistas; no hay palabras para describirlas. Desde el chalet hay un puente de metal flotante que termina en un mirador desde el que hay una vista de las montañas de 360º. Fue una experiencia increíble y aunque me diera miedo por la altura la belleza de la zona me hizo olvidarme de mis miedos.

La segunda parada de mi itinerario en Grindelwald era pasear por el lago Bachalpsee pero, cuando estaba subiendo la montaña me resbalaba mucho porque la nieve era demasiado compacta, así que tuve que volver. Fue un poco frustrante, porque era una de las cosas que tenía muchas ganas de ver, pero la seguridad es lo primero. Si vienes a First puedes ir andando. Lleva como una hora o una hora y media llegar hasta el lago y sin duda te encantará la vista.

Despues de echar un par de fotos y de hacer el camino emocionante, volví al teleférico para bajar a Grindelwald. Desde aquí cogí el tren a Lauterbrunnen a las 14:19. Este tramo también fue espectacular. Para mí, viajar por las montañas es lo más parecido a sentirse dentro de un cuento de hadas.

Llegué a Lauterbrunnen, también conocido como el valle de las 72 cascadas, a las 14:55. Al llegar fui directamente hacia las cascadas. Por suerte se ve desde la estación, así que no hay manera de perderse. Caminé por el pueblo echando fotos por todos lados hasta que llegué a las cataratas Staubbach en unos 15 minutos. Lauterbrunnen probablemente era el pueblo más tranquilo de los tres, lo que hacía que me pareciera aún más bonito. No hay nada que me desagrade más que ir a un sitio lleno de gente. Mi parada en Lauterbrunner fue breve, pero sin duda alguna mereció la pena, ya que era el primer pueblo con cascada en el que había estado. Una de las cosas más bonitas que ver en Lauterbrunner son las cataratas Trümmelbach, las cuales son las cataratas subterráneas más grandes de Europa. Desafortunadamente esta cerrada a visitas en invierno, así que aconsejo ir entre abril y noviembre.

El viaje de Lauterbrunnen a Wengen es absolutamente espectacular. Subes una montaña muy empinada y después tienes una vista increíble de la pequeña aldea. Wengen esta ubicada en el medio de Lauterbrunner y Grindelwald y es un destino muy famoso para esquiar. Leí que las vistas desde la montaña Männlichen son increíbles, así que intenté hacerle un hueco en mi itinerario. El telesilla está a unos dos minutos andando desde la estación, así que me dio tiempo a coger el último viaje hasta la cima de la montaña. Llegué a la cima y vi una bandera suiza tendida en la montaña así que le eché un par de fotos mientras que el sol estaba poniéndose. Era un ambiente muy bello y posiblemente mi momento favorito de todo el viaje. Conseguí coger el telesilla de nuevo a las 16:30 (lo que solo me dejó 15 minutos para disfrutar de la vista). Si tienes más tiempo, hay un chalet en el que puedes sentarte y tomarte una cerveza mientras disfrutas de la vista de las montañas.

El trayecto del telesilla fue muy divertido. El conductor me vio intentando echar fotos a través de las rayadas ventanas del vagón, así que se rio de mí y me dijo que me pusiera en su sitio, donde las ventanas no estaban nada rayadas. Básicamente estaba al lado de todos los botones que conducen el telesilla así que tenía miedo de que mi bolsa presionara algún botón sin querer o algo. Él me dijo que había un antílope en algún lado pero no conseguí verlo. Al bajar fui corriendo a la estación, donde había una vista preciosa de la puesta de sol sobre las montañas. Pasé por las vías del tren ya que no había ningún paso a desnivel. A las 16:36 cogí el tren para volver a Lauterbrunnen y después a las 17:09 cogí el tren de vuelta a Ginebra.

Fue un viaje increíble y una experiencia asombrosa. Iba con mucha prisa y definitivamente hubiera sido mejor estar en esta zona un par de días, incluyendo el Jungfraujoch en el itinerario. También me gustaría añadir que venir en verano es una gran idea porque así podrás hacer las rutas más escénicas hacia las cascadas y los lagos. Échale un ojo a la próxima entrada de mi blog para un itinerario más específico.

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