Seúl, Corea del Sur
¿Qué decir de Seúl? Solo puede decir que probablemente sea el mejor lugar que he visitado en mi vida.
Voy a explicarlo un poco más en profundidad. A pesar de que llegamos muy tarde, nuestro hostal fue muy fácil de encontrar y estaba mucho más organizado que el desastroso Hostal en Hong Kong.
Cafeterías y murales
El primer día consistió en hacer un recorrido por muchas cafeterías. Habíamos leído que Seúl está repleto de cafeterías con temáticas muy monas y únicas. En el primero nos encontramos con dos perros Shiba Inu que se paseaban por el local mientras nos tomábamos nuestro café y engullíamos unos «brownies».
Estuvimos allí sentadas un rato decidiendo qué hacer. En Seúl todas las visitas guiadas a pie son los fines de semana y tienes que reservarla con anterioridad, aunque por suerte conseguimos un hueco en la visita a los palacios para el día siguiente. Así que decidimos explorar la famosa aldea de los murales Ihwa.
Acompañadas con nuestros abonos para el metro con dibujos de Line Friends nos dirigimos a Ihwa Dong y recorrimos sus calles hasta que nos encontramos con los murales. Fue encantador. Había murales pintados por todo un pueblo situado en una colina y que estaba repleto de cafeterías y pequeñas tiendas de ropa y bisutería. Entramos en una que vendía gafas de sol y bisutería muy chulas y el dependiente, un chico muy simpático con un sentido de la moda impecable, nos persuadió para que nos compráramos una pulsera y un par de gafas de sol cada una. Queríamos comprarlo todo. ¡La moda en Corea del Sur es la mejor!
Felices con nuestras adquisiciones, nos paseamos por el pueblo sacando fotos a todos los murales.
Después fuimos a Dongdaemun para contemplar la Dongdaemum Design Plaza (DDP). De camino nos encontramos con la tienda de Line Friends que es todo un fenómeno en Asia y que nunca entenderé. Line Friends son un grupo de figuras de animales muy monos con cabezas enormes que consiguen recaudar una gran cantidad de dinero gracias a la venta de «merchandising». ¡Bienvenidos a Corea!
Tras pasearnos por la increíble Dongdaemum Design Plaza buscamos en Google algún lugar bien recomendado donde comer barbacoa coreana y que estuviera por la zona.
Tuvimos suerte ya que había uno a diez minutos andando. Una vez dentro nos dimos cuenta de que ese restaurante en particular servía una de las barbacoas coreanas más lujosas y que costaba más que el resto. Todo estaba riquísimo y fue una gran experiencia, pero en los restaurantes más baratos puedes encontrar lo mismo por un precio más bajo.
Después fuimos al mercado de Dongdaemun, el cual estaba repleto de puestos que vendían comida increíble. Volvimos varias veces en los seis días siguientes y comimos gofres, «dumplings» y cuencos de fruta.
La mejor cafetería del mundo
Íbamos a pasar seis días en Seúl así que teníamos tiempo de sobra para verlo todo e incluso para premiarnos a nosotras mismas con unas horas extras de sueño. A la mañana siguiente nuestra misión fue encontrar el Thanks Nature Café, una cafetería donde venden gofres deliciosos y pan con miel.
No es un sitio muy barato, pero merece la pena por las ovejas. Sí, las ovejas. En el café hay una pequeña área cerrada con unas vallas en la que viven las dos ovejitas más monas, amigables y suaves. Estuvimos allí durante horas tan solo descansando con las ovejas. ¡Fue fantástico!
De turismo
Habíamos reservado una visita guiada gratuita así que nos pusimos de camino al palacio. Llegamos justo a tiempo para ver la ceremonia de cambio de guardia en el palacio de Gyeongbokgung, el cual fue construido en 1395. La ceremonia fue similar a la de Londres, pero con colores más brillantes y más vello facial. Fue... interesante. Después los guías nos llevaron a la calle principal para hablarnos de las diferentes estatuas y edificios. Conforme iba avanzando el día, más guías se unían a la fiesta y al final estábamos siete turistas con cinco guías. Una proporción muy buena ya que así era fácil hacer preguntas y conocer a los locales. Era como si estuviéramos de paseo con amigos y aprendimos mucho sobre Seúl, su historia y su futuro. Una visita guiada siempre es una buena forma de aprender cosas que no hubieras descubierto si hubieras caminado solo por la ciudad.
Una vez finalizó la visita, Aoife y yo nos dirigimos a la localidad de Bukchon Hanok donde hay una serie de casas tradicionales coreanas. Las casas son muy bonitas y fueron fáciles de encontrar ya que había muchos asistentes para turistas en la zona. Muchas mujeres llevaban el vestido tradicional coreano, el cual puedes alquilar por unos 12 euros y que te da acceso gratuito a muchos de los museos de la ciudad. Los vestidos eran preciosos y muy coloridos y la verdad es que me hubiera gustado probarme uno.
Esa noche fuimos al área de Hongdae y cenamos en otro local de deliciosa barbacoa coreana. Como era sábado por la noche nos pedimos una botella de «soju» y empezamos a beber. Descansamos un poco en el hostal y miramos varias opciones de «bar crawls» en la zona. Después de contactar con alguno de ellos, descubrimos qué ruta iban a seguir y nos juntamos en uno de los bares que sugerían. La zona estaba hasta los topes ¡Todo el mundo estaba de fiesta! Encontramos un bar con música de la vieja escuela en el que todo el mundo estaba bailando. Las bebidas eran baratas y los cócteles una pasada. Conocimos a mucha gente, tanto coreanos como extranjeros. Nos habían advertido que la fiesta en Seúl dura toda la noche así que eso es lo que hicimos. Llegamos al hostal en torno a las siete de la mañana atravesando la intensa lluvia. No hace falta decir que el domingo fue un día de resaca en el que solo comimos y dormimos.
Día de «spa»
Hicimos el intento de ir a Siloam Sauna and Spa, el cual habíamos encontrado en Google. Fuimos hacia allí a última hora de la tarde. Fue una experiencia bastante desalentadora y la verdad es que no sabíamos muy bien qué hacer. No quiero ser mojigata, pero me sorprendió bastante cuando entramos en el vestuario femenino y todo lo que vimos fueron tetas y mucho vello púbico. Todo el mundo estaba danzando por ahí completamente desnudo y yo no estaba muy segura cómo de cómodo me iba a resultar esto. Nos dieron un interesante conjunto de pantalones anchos y una camiseta amplia y naranja fosforito.
Primero subimos las escaleras hacia un montón de habitaciones extrañas en diferentes pisos y cada una de ellas tenía un interior distinto con diferentes temperaturas. Por ejemplo, una de las habitaciones tenía el suelo cubierto de pequeñas piedras que estaban muy calientes, tanto que te quemabas los pies al caminar sobre ellas. Otras eran algo más frías con el suelo más liso. También había una sala con una temperatura de unos 100 °C y otra de hielo, pero nosotras no entramos a ninguna de las dos. Era todo muy extraño. Fuimos abajo emocionadas con la idea de poder meternos en la piscina, pero para nuestra desgracia nos dijeron que no podíamos entrar con el bañador sino que teníamos que entrar en pelotas, con la mata de pelo al aire libre y todo. No soy una persona a la que le encante su cuerpo y andar por ahí con las tetas al aire cuando todo el mundo podía verme no era algo que quisiera hacer, así que las dos decidimos dar el día por acabado y volver al hostal. Nunca en un millón de años me pasearía desnuda y menos en frente de Aoife, pero las dos nos sentimos un poco derrotadas y fracasadas por no haberlo intentado. El sitio era muy raro. Lo recomendaría solo para aquellos que estén 100 % cómodos paseándose con el culo al aire.
Monte Namsan
El lunes fuimos al monte Namsan, una colina desde la que se ve Seúl y que tienen una torre en su cima. Nos costó un rato encontrarla y tuvimos que esperar una cola de media hora para poder coger el teleférico que te sube al monte.
Las vistas estaban bien y en la cima nos dimos un paseo mientras sacábamos unas fotos y comíamos un helado. De allí fuimos al interior de la torre y cogimos el ascensor hasta la última planta. Fue agradable dar una vuelta e incluso los baños eran interesantes. En cada cubículo había una ventana desde el suelo hasta el techo. Eso sí que es hacer pis con buenas vistas. Por suerte estaba tan alto que nadie podía verte haciendo tus necesidades, aunque nunca sabes qué clase de bicho raro se esconde tras los arbustos con unos prismáticos. Yo solo lo dejo caer.
Después nos dirigimos al mercado de la Express Bus Terminal donde esperábamos encontrar cientos de puestos vendiendo baratijas para turistas, pero no había nada. Nos habíamos desviado de nuestro camino para ir hasta allí y básicamente solo era una estación de autobuses moderna con muchas tiendas pequeñas y restaurantes, pero nada fuera de lo común. Volvimos al hostal y nos recompensamos a nosotras mismas con otra barbacoa coreana.
Lo más cerca posible de Corea del Norte
El martes era nuestro último día completo, así que decidimos apuntarnos a una visita a la DMZ que nos llevaba hasta la frontera de la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur. La visita estuvo bien, pero ten en cuenta que no llegas a entrar en la zona, ni mucho menos en Corea del Norte. Así que no podemos apuntar este país en la lista, pero estuvimos bastante cerca. Pudimos usar prismáticos para espiar al negligente país vecino y además aprendimos mucho acerca del conflicto entre los dos países y de los esfuerzos que se están llevando a cabo hoy en día con el fin de que haya paz y armonía.
También nos enseñaron un túnel que supuestamente crearon los norcoreanos con la intención de invadir Corea del Sur, aunque, por supuesto, los primeros niegan tales afirmaciones. Aun así, estuvo muy bien. Tuvimos que descender una colina de 300 metros de altura con un 11 % de pendiente para llegar al túnel que está 160 metros bajo tierra y, aunque no parezca muy empinado, el camino de vuelta nos costó algo de esfuerzo. Nos dieron cascos y no se permitían cámaras dentro del túnel. Con un vídeo un tanto extraño de los años 90 nos explicaron más cosas acerca del túnel y de la DMZ. Mi poco conocimiento acerca de la historia coreana era bastante ridículo, así que me esto me permitió tener una idea muy amplia de qué pasó y qué pasa en Corea.
Después de la visita volvimos al hostal para hacer las maletas y pasar una noche tranquila caminando por la ciudad antes de dirigirnos al aeropuerto a la mañana siguiente. Corea fue increíble, todo el mundo fue muy simpático y con un gran estilo, además el buen tiempo fue como un milagro después de lo de Hong Kong y Vietnam. Volvería a Seúl con toda seguridad y me gustaría descubrir otros lugares del país si alguna vez tengo la oportunidad. Después de seis días nos subimos a un avión que nos llevaría a China, nuestro último destino antes de volver a casa.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Seoul - South Korea
- Polski: Seul - Korea Południowa
- Italiano: Seul - Corea del Sud
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (0 comentarios)