Cualquier cuerpo se empieza a acostumbrar al calor después de estar una semana en República Dominicana. Fuimos varias veces a Arroyo Hondo para visitar familia y durante el trayecto veía una zona sumamente verde, parecía una selva. Me contaron que ahí era donde se encontraba el Jardín Botánico Nacional. Descargué algunas aplicaciones para el iphone, esto es muy bueno y recomendable, ya que muchas de ellas son gratuitas y hay de cualquier país que te puedas imaginar. Dentro de las cosas que vi en TripAdvisor y en el iStore, encontré que una de las cosas que valía la pena visitar era el Jardín Botanico Dr. Rafael María Mosoco. No sé si en una de las aplicaciones pusieron que era “el mejor jardín botánico del mundo” solamente para atraer a turistas o si realmente lo era, pero sin duda era una de las cosas que estaba dispuesta a comprobar.
La entrada principal al recinto. Esta foto salió perfecta porque el cielo era perfectamente azul y al momento de tomar la foto hubo una brisa ideal que mantuvo la bandera de República Dominicana hondeante.
La República Dominicana es rica en flora y fauna muy diversa, sin embargo, esto no se puede observar bien en su capital, Santo Domingo. Como todas las ciudades, está muy poblada, con muchos carros y al menos que salgas de ahí podrás observar la verdadera riqueza biológica que tiene esta pequeña pero maravillosa isla. Si es que no puedes salir tanto, lo más cercano que estarás de su verdadera naturaleza será yendo al Jardín Botánico. Yo estudio Ingeniería en Biotecnología, así que por nacimiento soy amante de la naturaleza, aunque he sufrido un poco en este país porque me da fiebre de heno, que es alergia que tengo al polen de los árboles, el pasto y demás. Es por eso que cuando vengo a República Dominicana los síntomas empeoran un poco por el clima de este país, pero con mi crema de hidrocortisona para las ronchas y mis pastillas de zyrtek para la alergia cualquiera sale bien librado.
Un poco de la historia detrás del Jardín Botánico Nacional
El Jardín Botánico ya tiene sus años, sin embargo, no es tan viejo, ya que fue abierto al público en el año de 1976. A la República Dominicana se le suele llamar también isla “La Española”, ya que fue el primer lugar al que llegó Cristobal Colón y fue así como la bautizó. A lo largo de los años, mucha gente se encargó de querer conquistarla, pero pocos se encargaron de conocerla, uno de los que se interesó por ello fue el Dr. Rafael María Moscoso, que fue el primer botánico dominicano que se encargó en escribir un catálogo sobre la flora de este país. Es por eso que el Jardín lleva su nombre.
(Entrando por la derecha te encontrarás con esta hermosa vista. De lejos se encuentra el reloj floral. )
Cuando entres al parque verás una especie de palmera (pero que no es palmera) con hojas extrañas, parecidas a las de un abanico de mano. Estas hojas son las conocidas hojas de Guanito y son muy abundantes en el jardín botánico, así que ahora se han convertido en un emblema del lugar.
¡Entremos al Jardín Botánico!
Cuando somos pequeños y estamos en el colegio, tendemos a tener muchas salidas culturales o recreativas. Pues este es el lugar al que todo dominicano ha ido alguna vez en su vida, ya sea llevado por la escuela o por gusto. Cuando entras es como si estuvieras en una pequeña burbuja que separa la ciudad de la verdadera naturaleza dominicana. Es impresionante que cuando entras sientes mucho más fresco que en la misma ciudad, aunque el clima siga siendo el mismo: tropical, húmedo y muy precipitado.
Recomendaciones de vestimenta y demás
Decidí ir al jardín botánico con vestido y zapatos de vestir (flats), ya lo verán en las fotos. Esto fue un gravísimo error porque el parque es mucho más grande de lo que te imaginarías. Cuando uno escucha “jardín botánico” no te imaginas algo mucho más grande que un parque, tiene aproximadamente 2 millones de kilómetros cuadrados. ¡Es muchísimo! Obviamente no lo recorrí todo, pero recorrimos bastante, como cuatro o cinco kilómetros en total. Prometí volver, pero con un diferente calzado, ya que ir en zapatos de vestir (sólo a mí se me ocurre) es una sentencia de muerte, ya que al final ya no podía caminar bien y aprovechaba cuando se pudiera para quitarme los zapatos para estar descalza.
Un ejemplo de como no ir vestida al Jardín Botánico Nacional, lamentablemente aquí yo fui la que puse el ejemplo.
En mi maleta hay cientos de vestidos y shorts, pero me parece increíble sentir mucho menos calor cuando me pongo mis jeans, deberían de intentarlo. Aunque el calor sea asfixiante, yo lo encuentro más llevadero con pantalones, así que una vestimenta adecuada para mí serían jeans, una playera ligera y unos buenos y cómodos tenis. Aunque algunas áreas del parque están cubiertas por cientos de árboles y no da el sol, recomiendo mucho llevar protector solar y algún sombrero o gorra. También el estar caminando te deja muy sediento y sólo venden botellas de agua en la entrada, durante los senderos no hay tiendas, así que te recomiendo llevarte una botella de agua para que tu camino por los senderos y por el jardín botánico sea mucho más llevadero.
Aunque el parque parecería el ideal para andar en bicicleta, debes de evitar llevarla. También evita pelotas, patines, animales domésticos y bebidas alcohólicas. Puedes entrar con comida, de hecho mucha gente suele llevar una caja de pizza o canastas con comida para hacer un picnic, sin embargo recuerda siempre tirarlos en los botes de basura del parque que están divididos en “biodegradables” y “plásticos”.
¿Qué día es el más recomendable para ir? ¿Y a qué hora?
El parque abre los siete días de la semana durante casi todo el año, excepto en navidad (25 de diciembre), viernes santo y en el aniversario del Jardín Botánico Nacional (25 de agosto). Sin embargo, estamos próximos a su 40 aniversario, así que cada martes desde junio de este año, la entrada será gratis. (Aunque no sé durante cuánto tiempo esté así. )
Ahora, el Jardín Botánico Nacional abre de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Yo recomendaría ir un martes a la 1 de la tarde para entrar gratis y tener cuatro horas para recorrer lo que yo quiera.
¿Cuánto cuesta la entrada?
El Jardín Botánico no es gratuito, pero se podría decir que “casi”. Ya que la entrada para los adultos cuesta $70 pesos dominicanos y para niños $50 pesos dominicanos, lo que vendrían siendo aproximadamente $1. 52 y $1. 08 dólares americanos respectivamente.
Pero, aquí hay algo que no me encantó. Para los extranjeros adultos y niños hay un precio diferente, de $5 dólares para adultos y $3 para niños. Afortunadamente, yo no tuve que pagar nada de eso porque la mamá de mi novio compró los boletos en taquilla y pidió tres que se los vendieron a precio normal. Lo difícil sería ir a comprarlos cuando no eres de aquí porque te detectan el acento. Yo sugeriría o intentar imitarlo o pedir a alguien más que los compre por ti.
Este tipo de flora y fauna tan bien protegida no la encuentras en cualquier ciudad y mucho menos a un precio tan amigable con los turistas. Parecería que estás en una selva.
¡Ahora sí, que comience el tour!
Afuera de la taquilla y antes de entrar al parque se encuentra un mapa detallado del parque. Tal vez sea cansado para ti recorrerlo todo en un día, pero puedes señalar los puntos de interés. Yo te recomiendo que le tomes una foto con tu celular para que sea tu guía dentro del parque, ya que una vez adentro no verás muchas señalizaciones, lo que puede confundir a cualquiera que no conozca el parque y hasta podrías perderte.
El mapa también está en internet, pero le tomé foto para que ustedes la descarguen en su celular por si se les olvida.
Reloj floral
Una de las primeras cosas que verás al entrar al parque es este enorme reloj floral que presume ser de los más grandes en todo el mundo con su altura de casi cuatro metros y 20 metros de diámetro. Las agujas de 5 metros con las que marca la hora no estaban funcionando cuando fui, pero no es pretexto para admirar su belleza. Es imposible subir al reloj porque está rodeado por un estanque con múltiples peces y plantas acuáticas, entre ellas muchos nenúfares que se ven preciosos.
Se puede apreciar más el reloj floral, rodeados de estas hojas de guanito que forman parte del símbolo del parque.
Las plantas acuáticas que te puedes encontrar alrededor del reloj floral.
Si eres fanático de los nenúnfares, aquí te podrás encontrar bastantes.
Estas bellas bellas flores son parecidas a las Paulinias, excepto que en vez de tener un color blanco tienen como un color naranja o salmón bastante vivo.
Sendero del Jardín Botánico
Del reloj caminamos hacia la derecha, donde seguimos un sendero que se veía algo oscuro, pero bastante confiable (el Jardín Botánico es un lugar bastante seguro). Había árboles bastante altos y múltiples palmeras, por lo que se tapaba la luz del sol.
Esta foto me gusta mucho porque se puede apreciar mejor la altura de los árboles que llegan a tapar bastante la luz del sol.
Había en el camino muchos puentes de madera que daban un panorama bastante lindo, sobre todo para los amantes de la fotografía.
¿A quén no le gustaría perderse dentro de este mágico lugar? ¡Anímate a ver a donde te llevan los puentes!
Debido a que por la zona fluye una corriente de agua, esto ayuda al ambiente y escenografía que hay dentro del jardín botánico. Esta corriente es de aproximadamente un kilómetro y medio y desemboca en el Río Isabela. El microclima que genera esta Gran Cañada favorece el crecimiento de toda la flora y la fauna, y es lo que genera que este lugar sea especialmente húmedo. Y en mi opinión personal, considero que el estar escuchando el constante fluir del agua genera una sensación de tranquilidad añadida al caminar por los senderos.
En ocasiones, podrás encontrarte unos miradores como este, donde podrás escuchar mejor el fluir del agua y te podrás inspirar un poco.
A mí me gusta que esta corriente de agua esté un poco inalcanzable para los visitantes, ya que sólo la puedes escuchar, pero el acceso a ella es complicado, ya que se encuentra como veinte metros abajo del sendero y no hay algún camino peatonal para llegar a ella, sólo hay muchas flores y arbustos resbalosos que lo hacen hasta peligroso, pero al menos eso evita un poco más que la gente aviente basura o intente contaminar este pequeño río.
Plantas endémicas
A lo largo de los senderos, podrás ver muchas plantas endémicas de la República Dominicana, una de ellas es el aceituno, podrás ver sus frutos caídos en el sendero, parecidos a un limón café verdoso y un poco alargado.
También podrás ubicar a la campana criolla, que es fácil de ubicar porque sus flores están a una altura menor a dos metros y son parecidas a unas campanas verdes colgando juntas y todas mirando hacia abajo. Muchas de estas especies endémicas lamentablemente se encuentran el peligro de extinción.
Esta foto se la tomé a la campana criolla de abajo hacia arriba.
Presta especial atención en las plantas que te mencioné y también en La Sabina, que es de la familia del ciprés y en la Camelia roja, que es muy parecida a la rosa pero con un color más vivo y mucho más pétalos.
Nunca supe el nombre de esta flor, pero fue de mis favoritas así que si la conocen no duden en sacarme de la duda.
El Jardín Japonés
Uno de los lugares que más insistían para que fuéramos era al jardín japonés. Cuando los dominicanos se gradúan del colegio hacen una sesión de fotos ya sea en la playa, en la zona colonial o en el jardín japonés, es una tradición. Me tocó ver una sesión de fotos de una niña que cumplía quince años y ahora entiendo por qué la quiso hacer aquí, el jardín es uno de los más bonitos que he visto en toda mi vida.
El bellísimo lago del jardín japonés.
Desde el momento en el que entras, tiene una entrada enorme de madera color naranja, muy al estilo japonés, esta entrada se llama “Torii” que significa “Portal del cielo” ¡y con toda la razón!. Los paisajes de este lugar te dejan sin aliento, ya que parecería que está encerrado en otro mundo muy diferente con respecto a la flora y fauna del resto del jardín botánico. Podrás ver muchísimos bambués, desafortunadamente algunos han sufrido un poco de vandalismo, pero es mínimo.
Vas a ver cientos de estos árboles.
Podrás ver muchos como el anterior, pero este árbol es único dentro de todo el parque. Mira la forma que tienen sus raíces, están un poco aplanadas. El pequeño monumento de piedra a su lado derecho me gusta mucho, porque le da un toque muy especial.
Nos encontramos un árbol lleno de cienpiés, ¿Cómo les llaman en tu país?
También podrás ver aracuarias y sabinas, todo esto le da un toque oriental junto con los lagos, las tortugas, los animales, las piedras y los pequeños puentes. Estar aquí te da una tranquilidad de otro mundo, simplemente te transporta a un lugar perfecto para la meditación y para estar en paz. Este lugar es perfecto como para traer un libro y sentarte por horas a leer, la verdad es que no hay mucha gente y eso le da un toque aún más perfecto.
¡Ideal como un lugar para tener una cita romántica y eco friendly!
Las tortugas miden como 30 centímetros de largo, son bastante grandes y amigables con los turistas.
Esta foto del puente fue de mis favoritas, ya que se conserva el estilo japonés del jardín y se puede observar un poco del sendero de piedra que forma parte del mismo. Para mi fortuna, nadie se metió en mi foto así que salió perfecta.
Tiendas y reciclaje
A lo largo del Jardín Botánico hay una tienda de regalos, llamada Zombia Gift Shop y otra más donde comprar aguas, jugos y algunas frituras. Considera que si quieres hacer un picnic debes de llevar comida de fuera, porque ahí pueden vender algunos antojos, pero no comida como tal.
La tienda de regalos.
También hay muchos huertos porque el departamento de educación ambiental tiene como objetivo educar a la población y compartir el gusto de la naturaleza. Otros departamentos del Jardín son el de Botánica y el de horticultura.
El tren del Jardín Botánico
El Jardín Botánico cuenta con un tren gratuito que te lleva por casi todo el recinto dejándote en el Jardín Japonés durante diez minutos para después seguir con su recorrido. Mucha gente lo pierde porque ¡es imposible quedarse en el Jardín Japonés únicamente diez minutos! Sin embargo, caminar dentro del lugar es una experiencia muy agradable, yo pienso que el tren no es imprescindible, es más bien un lujo innecesario cuando te rodeas de múltiples especies de flores tan bellas.
Gran parte de los senderos están pavimentados, por lo que es fácil que circule el tren.
El Jardín Botánico como discípulo de la ciencia y la biología
Dicen que no hay mucha cultura sobre ciencia y biología en la República Dominicana, sin embargo, también dicen que el Jardín Botánico es uno de los pocos lugares donde la promueven. Dentro del parque tienen su propio centro de investigación que publican en su propia revista, la “Revista Científica Moscoso” que no solo se publica en el país sino de manera internacional también. Aunque no tiene tanto apoyo del gobierno, si lo tiene de diversas instituciones biológicas y científicas.
Me fui sin saber el nombre de este arbusto, si me dicen mándenme mensaje.
¡Hasta pronto, Jardín Botánico!
Si algo me queda claro es que no es un adiós definitivo, porque me faltó recorrer más. A la próxima terminaré de recorrerlo todo, incluyendo el herbolario. También vendré con una canasta para hacer un rico picnic y disfrutar a lado de los seres queridos. Como soy también un alma solitaria, vendré con el libro que estoy leyendo “Pinocchio” para terminarlo al lado del lago del Jardín Japonés. Me vendré mejor preparada, con agua, una buena gorra y mis tenis.
¡Hasta pronto chicos Erasmus!
