¡¡Hola a todos!! En esta publicación os quiero hablar de un lugar que descubrimos de casualidad y que nos sorprendió mucho y para bien: Bohemio-La Laguna.
Día de San Valentín
Llegó el día de San Valentín y a mi novio y a mí se nos echó un poco el tiempo encima. Llamamos justo el día de antes al sitio donde queríamos ir a cenar y nos dijeron que no sería posible ya que estaban a tope. Llamamos a un segundo sitio e igual, no nos daban mesa en ningún sitio, así que cuando llegó la noche, salimos por las calles de La Laguna a buscar algún sitio que no estuviese a reventar la noche de San Valentín.
Había quedado con mi chico a cinco minutos de casa y fue solo ese camino que encontré este restaurante. Me fijé porque afuera tenía una pizarra donde ponía un menú de San Valentín con varios colores, lo cual me hizo pararme y vi que estaba muy bien:
Era un menú afrodisíaco que tenía muy buena pinta por tan solo veinte euros cada uno. Cuando me asomé al local lo vi muy vacío, solo había un par de mesas ocupadas, pero era precioso, me extrañó mucho todo eso, que no estuviese a reventar esa noche, pensé que algo raro tenía que tener. Me fui al final de la calle donde había quedado con mi novio y le dije que había visto este local. Cuando lo vió también le encantó a él así que decidimos quedarnos, ¡y qué buena elección!
El servicio
Nos atendieron muy bien. La camarera era siciliana, lo cual me agradó mucho ya que el pasado curso estuve de erasmus en Sicilia.
No entendimos por qué estaba tan vacío una noche como la de San Valentín, quisimos atribuirlo a que fuese nuevo, ya que nunca antes nos habíamos fijado que estuviera ahí, y eso que pasábamos por esa calle dirariamente. La puerta del local era muy pequeñita, quizás por eso no nos dimos cuenta antes de la existencia de este local. También pensamos que no habría tanta gente por su ubicación, ya que está bastante cerca del centro (cinco minutos) pero no es pleno centro. En el casco histórico, la zona peatonal de La Laguna, hay mil de bares y restaurantes, y supongo que todo el mundo pensó en ir para allá en San Valentín. Tuvimos mucha suerte encontrando este sitio.
La decoración
La decoración era preciosa, muy vintage, con unos azulejos muy italianos, todo muy limpio y ordenado. Estuvimos muy a gusto.
La comida
La comida no defraudó. Comimos muchísimo y muy bueno todo. Pedimos el menú de San Valentín, por lo que era un menú cerrado.
- Entrante italiano: nos pusieron un poco de queso parmiggiano con miel y nueces que estaba espectacular. A mí chico no le gusta el queso así que le pusieron un pan con tomate y aceite por encima, también muy italiano. Fue todo un detalle, ya que la tabla de queso que nos trajeron en un principio era el entrante que venía con el menú, pero hicieron la excepción y además a él le ofrecieron este pan. Aunque en la pizarra ponga que el queso venía con uvas, ahora que caigo no recuerdo que nos las pusieran.
- También para empezar nos ofrecieron un prosecco bien con jugo de fresa o melocotón. No queríamos elegir así que nos pedimos uno de cada. Estaba muy bueno, venía genial para empezar.
- Hubo un segundo entrante más cotundente, el coctáil de gambas con aguacate y gazpacho picante. No ofrecieron la posibilidad de que no fuese picante y lo preferimos, estaba también buenísimo.
-El plato principal fue pasta, como no siendo un italiano. Era pasta con taleggio (un queso) y setas. Como a mi novio no le gusta el queso (como ya dije antes) le ofrecieron otra pasta con una salsa de gambas o algo así. De nuevo fueron flexibles con el menú y nos ofrecieron otra alternativa. A mí personalmente me gustó más el mio de setas.
- El postre: cuando ya no podíamos más pedimos el postre. Era como un helado de nata con sirope de fresa, buenísimo. Era uno para cada uno, pero como sabíamos que no podríamos comerlo entero pedimos uno para los dos para no ser tan consumistas.
- Vino: además, todo esto acompañado de una copa de vino tinto que también estaba realmente bueno
En resumen, fue todo un triunfo encontrar este sitio, si no, creo que no nos hubieran dado de comer en ningún otro por la alta ocupación esa noche. Decoración ideal, comida buenísima y precio idóneo.
