Todos y cada uno de los caminos que llevan a Roma: parte 2

¡Hola de nuevo! Hoy traigo la segunda parte de mi blog sobre Roma, ya que esta ciudad tiene tantas cosas que ver que es imposible resumirlos en una sola entrada. Espero que os guste y que lo disfrutéis:

La Plaza de España

La Plaza de España es otra parada que es inadmisible dejarlo hacia un lado. Con el nombre de Piazza di Spagna en italiano, esta atracción turística se encuentra un poco “a las afueras del casco viejo”, aunque no sea del todo verdad.

Le acompañan varias otras atracciones en la zona, como la Piazza Barberini y el Hard Rock Café, la Piazza del Poppolo y la Villa Borghese, el Mausoleo di Augusto y la Fontana di Trevi, entre otros. Y, como ya es algo típico de Roma, basílicas y iglesias están por todas partes, y tres cerca de la Plaza de España, en concreto.

El nombre de la plaza se debe a que es en esta plaza donde se ubica la embajada española. La zona se divide en dos partes: la parte inferior, donde se encuentra la plaza física y la Fuente de la Barcaza, fuente muy emblemático y del cual hablaré más tarde, y la parte superior, donde se encuentra la escalinata y el Obelisco Salustiano y la iglesia de Trinità dei Monti (Trinidad de los Montes)

Empecemos por la parte inferior: la plaza es bastante amplia y espaciosa, perfecta para la cantidad de gente que pasea por ella al día ya que es un buen sitio para ir de compras. Esto es porque hay marroquinerías y tiendas de marca por toda la zona de la plaza, tanto dentro de ella como a sus alrededores. Algunas de las tiendas son: Louis Vuitton, Valentino, Sephora, Zara, Giorgio Armani, Gucci (dos tiendas, en concreto), Prada, Dior, Max Mara y Hermes.

Pero todavía no hemos hablado del plato fuerte: la Fontana della Barcaccia y sus vistas a la iglesia. Esta fuente tiene forma de barco, su agua es muy clara y de color turquesa, y tiene un pequeño espacio de piedra en su proa para poder tocar el barco y sacarse una foto, aunque a veces la situación sea compleja por la multitud excesiva de gente. Sin embargo, es de mis fuentes favoritas.

A continuación, tenemos la escalinata. Son unas escaleras anchas y adornadas con flores que conectan la plaza con la iglesia de Trinità dei Monti, y es la zona más fotografiada de toda la zona. Cuando yo fui, las escaleras estuvieron cerradas por las obras, así que desgraciadamente no tuve la oportunidad de acercarme a la Iglesia. Al otro lado de la plaza, encontraréis la Piazza Mignanelli y la Columna de la Inmaculada.

La mejor manera para llegar a la plaza es coger el metro, ya que ésta tiene su propia estación: Spagna. También podéis ir en bus, parando en la estación de Trinità dei Monti.

En general, la Plaza de España es un buen sitio para descansar, sacarse fotos e ir de compras, siempre y cuando tengas los bolsillos llenos, claro.

El Panteón y los licores

El Panteón de Agripa es uno de los más importantes de Italia. Pero no solo es una tumba histórica, sino también una iglesia. Está ubicada en medio de una zona muy estratégica: a su izquierda está la Piazza Navona, a su derecha está el Palacio del Quirinal, al norte está el Centro Comercial Alberto Sordi, al noreste está la Fontana di Trevi, al sur está el Largo di Torre Argentina y al sureste está la Plaza de Venecia, donde se encuentran monumentos importantes como el Altar de la Patria.

Si queréis saber más sobre estas atracciones turísticas, pinchad aquí.

En frente del panteón se encuentra la Piazza della Rotonda con la Fontana del Pantheon en el centro. Es una plaza muy pequeña, pero la cantidad de tiendas que lo forman lo hace más grandioso de lo que parece.

El panteón es enorme, eso hay que admitirlo. Tiene una forma cilíndrica y una docena de largas columnas sujetando su fachada principal. El monumento es tan grande que puede transmitir dos sensaciones diferentes: la primera, esplendor y asombro, y la segunda, un poco de miedo. A mí me recordaba a algún edificio de una película de terror, es como si de alguna manera, parecía transmitir que estaba encantada.

Además, en su parte superior se podían ver agujeros y grietas,  seguramente debido al desgaste del tiempo. Pero lo que no puedo justificar es la cantidad de palomas (y algún cuervo) volando alrededor de su tejado. Eso fue lo que me produjo miedo.

Para entrar al interior no se necesita hacer ninguna cola, al menos cuando fui yo. En aquel entonces, la entrada era gratuita, y lo sigue siendo, pero parece ser que ahora cobran por el acceso con guía: unos 35€ euros. Pero merece la pena.

Su interior es tan grande como el exterior, pero mucho más espacioso. No os esperéis un techo lleno de mosaicos y cuadros y las paredes llenas de estatuas como lo esperaríais del Vaticano o del Castillo Sant’Angelo. Es verdad que cuenta con varias estatuas y tumbas a lo largo de su sala, pero del techo no os esperéis nada, porque observaréis que ni siquiera está cubierta del todo.

Sí, lo que oís: hay un agujero considerablemente abierto en medio de la cúpula por el cual entra un rayo de luz celestial. Ese es uno de los encantos y peculiaridades del panteón, y solo por eso se merece una visita.

En cuanto a las tiendas, veréis que alrededor del panteón hay muchas tiendas de licores. Pero no de licores cualquieras, sino de los típicos italianos: Spritz, Limoncello… De los mejores que he probado. Una botella de tamaño medio puede costar unos 15 euros, pero también hay en formato pequeño que cuestan 5 euros aproximadamente.

La verdad es que es bastante caro para tener pocos centilitros, pero las botellitas pequeñas se suelen usar más como suvenir que como bebida (para consumirla, digo). Además, las botellas mini suelen tener formas muy interesantes, como forma de bota, de jarrón, de corazón y de mil formas más.

Si tenéis la oportunidad de degustar el Limoncello (licor de limón), aprovechadlo. Una vez probada no podréis resistiros a comprar una botella.

Castel Sant’Angelo

El Castel Sant’Angelo es un castillo ubicado en la orilla del río Tíber, en frente del Puente Sant’Angelo y a poca distancia de la Ciudad del Vaticano. Es un monumento muy importante ya que fue construido para ser un mausoleo, y para ser tan grande debió ser para alguien muy importante. Tiene tres iglesias católicas a su alrededor y el Tribunal Supremo a su izquierda.

Es de forma cilíndrica y de color marrón. A través de todo el puente se pueden observar varias estatuas (la mayoría de ángeles) de mármol y miles de turistas cruzándolo al día. La vista de la fortaleza desde el puente es esplendida y magnífica. Se muestra una simetría muy harmoniosa. Pero el puente también ofrece buenas vistas del río y de Trastevere a lo lejos.

Su interior se clasifica en cinco plantas. Cuando entréis a la fortaleza veréis que todavía no estaréis en su interior, ya que hay un pequeño espacio entre la muralla y el castillo. Es en ese espacio donde se compran los billetes, con un coste aproximado de diez euros.

El castillo puede parecer un poco laberintico debido a su cantidad de escaleras, patios y pasadizos, pero no es fácil perderse. Lo mejor del castillo son las cámaras  de color mármol, mucha iluminación y cientos de mosaicos. Si queréis que os diga la verdad, termine con dolor de cuello de tanto mirar hacia arriba y a las esquinas. Y me deberían haber dolido los ojos de tanto agrandar mis pupilas. 

Además, el castillo también dispone de un bar y una cafetería en su interior, con terrazas encantadoras y arboles que hacen sombra y protegen del sol.

Otras de las mejores partes es la azotea. Ahí te puedes dar cuenta de la gran dimensión de Roma y de su belleza completa. Y el río, por supuesto.

Si queréis subir a la azotea, os aconsejo hacerlo por la noche. No tengo nada más que decir en cuanto a eso.

El Coliseo

El Coliseo es el que está un poco lejos del centro, pero es seguramente el lugar más conocido de toda Italia, así que al fin de al cabo, no cuesta tanto andar un poco de más cuando se visita una auténtica maravilla del mundo. El Coliseo es una antigua sede de combates de gladiadores en muy buen estado que se sitúa a pocos metros del Foro Romano, a diez minutos de la Plaza de Venecia y a otros diez hacia el sur del Circo Máximo.

Como ya hemos visto anteriormente, y por lo tanto no se nos hace sorprendente, el coliseo está totalmente rodeado de basílicas e iglesias, pero también de parques, termas, museos, arcos y otros restos arqueológicos como la Porta Magica, Resti del Tempio di Iside, etc.

El coliseo tiene 50 metros de altura y casi 200 de diámetro. Es asombroso imaginarse que hace dos mil años gladiadores y leones peleaban en este recinto. Cada año lo visitan 6 millones de personas, siendo uno de los monumentos más visitados mundialmente.

Para llegar hasta aquí, la opción más rápida y cómoda es coger el metro y parar en Colosseo. Además, también hay estaciones de tranvía y de autobús (bastantes, por cierto) cerca. Su entorno está decorado por pinos piñoneros y muchas ruinas, incluido el Arco de Constantino, pero desgraciadamente, hay demasiado tráfico en la zona, por lo que rompe discriminadamente el sonido de la naturaleza.

El interior del coliseo es otro mundo. La entrada cuesta 12 euros y siete para los adolescentes (para los menores de edad es gratis). Una vez dentro, se pueden observar la entrada de los gladiadores a la arena, el pódium y las gradas. Estaba todo muy bien conservado, y aunque no quedara mucho de las gradas, hacerse una idea de lo que sería en su época e imaginárselo es tarea fácil. Es verdaderamente impresionante.

Mientras gozáis de las vistas del interior del coliseo, también podéis gozar las del exterior. Sabiendo que el Foro Romano se encuentra prácticamente al lado del Coliseo, yo os animo a echarle un vistazo desde arriba, desde algún balcón del Coliseo. Las vistas son preciosas. Dentro del Coliseo también se encuentra una tienda de regalos, para que podáis comprar algún llavero, imán o camiseta de una de las maravillas del mundo moderno.

Y esto no termina aquí, ya que todavía hay más: hace mucho sol, tenéis calor, tenéis sed, tenéis hambre. ¿Alguna solución? Acercarse y picar o tomar algo en el Snack Bar Pizza, ubicado cerca de la parada de metro, debajo de la sombra de unos pinos piñoneros. Apuntadlo.

 

Piazza del Poppolo

La Plaza del Pópolo está en el comienzo de lo que viene siendo el casco viejo, el centro de la ciudad. Se encuentra a veinte minutos del Castel Sant’Angelo y a diez de la Plaza de España. Para llegar hasta aquí, la mejor manera es coger tanto el tren, como el tranvía, como el autobús, como el metro. Y todas las paradas tienen el mismo nombre: Flaminio.

La Piazza del Poppolo significa “La Plaza del Pueblo”, y fue construida para ser la entrada a la ciudad. En la plaza podemos ver diferentes zonas. La primera es la zona norte, donde se sitúa la Basílica Parroquial de Santa María, el cual sería la puerta a la plaza.

La segunda zona es el centro de la plaza, donde un obelisco de casi 30 metros lo domina. A los lados este y oeste, se encuentran dos fuentes: en el lado oeste, la Fontana di Nettuno, y en el este, la Fontana della Dea di Roma. Finalmente, la tercera zona se ubica en el lado sur, en el lado donde las iglesias gemelas católicas de Santa María resaltan entre todos los edificios y monumentos.

Si subís las escaleras que pasan por al lado de la Fontana della Dea di Roma, llegaréis a la Terraza del Pincio, uno de los mejores miradores de Roma junto a la del Castel Sant’Angelo y del Altar de la Patria.

El jardín en el que éste se ubica se llama Pincio, y ofrece múltiples actividades para hacer dentro de ella, como montarse en un segway, asistir a un club de baile o alquilar una bicicleta. También cuenta con un relajante y tranquilo parque, un teatro de marionetas y un reloj de agua en un pequeño estanque. Además, a veinte minutos hay un jardín japonés encantador que recomiendo muchísimo verlo.

Si os interesa comer o cenar por esta zona, cerca de la plaza está el río Tíber, y en concreto, el restaurante flotante de Baja. Recomiendo visitarlo y echarle un vistazo al menú.

Villa Borghese

Villa Borghese es probablemente es el parque más grande de Roma. Se encuentra pegado a Pincio y a pocos minutos de la Plaza del Pópolo. Este parque es muy visitado debido a su variedad de actividades y a su gran atracción turística. Entre algunas de las actividades, podemos ver con claridad que el parque cuenta con dos cines, cafeterías como la Casina del Lago, cinco museos (Pietro Canonica, Casino dell’Orologio, el de zoología, Borghese y MACRI), un centro deportivo, un teatro, servicios de alquiler de bicicletas, áreas para perros, un reptilario y un zoo.

Como atracciones turísticas, podemos ver la muralla de Porta Pinciana al suroeste, Propilei Egizi y la Fontana di Esculapio al noroeste, la Puerta de Los Leones, el monumento de Goethe, el Templo de Diana, la Plaza de Siena, otro par de fuentes, plazas, Prospettiva del Teatro y el famoso Templo de Esculapio junto al lago, entre otros. Podéis llevar un día entero explorando el parque y os aseguro de que no lo terminaréis de ver entero.

Desde luego, Villa Borghese está muy completa. No le falta nada.

El Foro Romano

El Foro Romano es el foro central de Roma, ubicado entre el Coliseo y la Plaza de Venecia. Para llegar hasta ahí, coged tanto el tren, como el metro, como el tranvía, como el autobús y parad en las paradas del Coliseo. Desde ahí, muy cerca del Arco de Constantino podréis encontrar las largas filas que suele haber para entrar al Foro.

La entrada al Foro cuesta 8 euros, y hay varios tornos (parecidos a las del metro) en la entrada. La zona está bien controlada y es seguro. Es de las atracciones turísticas principales de Roma, ya que refleja claramente el Imperio Romano. Es un lugar muy interesante, y merece la pena visitarlo y pasear por él por varias horas.

 El territorio es gigantesco, y en él se pueden ver varios lugares de interés, como por ejemplo:

• Una docena de templos: el Templo de Venus, el Templo de Saturno…

• La Via Sacra, la antigua calle principal.

• Arco de Tito, el primer arco que cruzaréis nada más pasar los tornos.

• Arco de Severo Séptimo, el arco más importante del foro.

• El Templo de Antonino y Faustina, el templo más alto, mejor conservado y  más destacado, con unas columnas larguísimas y una puerta colosal.

• La tumba de Julio César

• La Basílica de Majencio, el edificio más importante del Foro, ubicado al lado de Palatino, otra zona muy importante de Roma, donde están las ruinas de la residencia imperial junto a unos jardines.

Además, desde el foro os podéis acercar a la Plaza del Ayuntamiento (Campidoglio), el Altar de la Patria, el Jardín de las Naranjas (Giardino degli Aranci), y el resto de los foros. Pero el Foro Romano es una visita obligada, eso sí.

¡Y aquí termina el tour por Roma! En general, la capital italiana es otro mundo totalmente diferente, y ni siquiera con una semana entera es posible recorrer toda la ciudad y conocer todo lo interesante que tiene por ofrecer.

Y dicho esto, me despido de vosotros. ¡Hasta el próximo artículo!

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