Todos y cada uno de los caminos que llevan a Roma: parte 1
Roma es una de las ciudades a las que más deseo volver. Me dejó débil al entregarme todo su encanto y todo su amor. Me dejó débil al dejarme sin palabras, al apreciarlo de una manera muy especial, al apreciarlo tal y como se lo merece. Le entregué todas mis fuerzas y mi ilusión y me dejó débil, pero me alegro de haberlo hecho.
Fue hace unos años, pero siempre lo recuerdo como algo de ayer. Y es que es normal, me atrevo a decir que incluso natural. Roma nunca deja indiferente a nadie, ¿Por algo será que el deseo que debes pedir en la Fontana di Trevi siempre sea volver a Roma, no?
Y bueno, dicho lo dicho, aquí va la lista de los lugares que son imprescindibles verlos en tu estancia en Roma. No os arrepentiréis de haberlo visitado.
Fontana di Trevi
La Fontana de Trevi es quizás la fuente más grande, simbólica y conocida de Roma, pero también la más bonita del mundo. La fuente se sitúa por el centro de la ciudad, cerca de los Jardines del Quirinal y de la oficina del Gobierno. El acceso a la fuente no tiene complicación, ya que está a poca distancia de atracciones principales como el Coliseo (20 minutos a pie) o La Ciudad del Vaticano.
Además, las líneas de buses en Roma están bien organizadas y hay tres paradas de autobús en las que te puedes bajar si te diriges a la fuente: Corso/Minghetti, L. go Chigi y Tritone/Fontana di Trevi. Nunca cojáis ni tranvía ni tren, ya que no hay paradas disponibles cerca.
Pero no todo gira en torno a la Fontana di Trevi, ya que a sus alrededores podéis encontrar otro lugares de interés, como por ejemplo el espacioso y limpio Palazzo del Quirinale, el lujoso Centro Comercial Galleria Alberto Sordi, la Statua di Carlo Alberto y docenas de iglesias católicas y plazas pequeñas. Una de ellas es la Piazza Crociferi, distinguible por la peculiaridad de tener una iglesia dentro de un bloque, es decir, incrustado en un edificio.
Esto me sorprendió bastante porque la puerta principal de la iglesia era enorme con un estilo parecido a la de “Petra”, en Líbano, y mientras que la iglesia (no de grandes dimensiones) es de color marrón, el edificio a la que está unida es de color mostaza, pero eso le da un toque retro, mezclando lo tradicional con “lo moderno”.
Pero nada me sorprendió más que la Fontana di Trevi, eso sí. Cuando se me presentó en frente después de callejear por todo el casco viejo, vi que no parecía encajar con el resto de la ciudad, parecía una puerta a otro planeta totalmente diferente, ya me sentía estar en otro planeta. La fuente ocupaba toda la plaza y tenía una altura de casi 30 metros y cientos de litros saliendo de la pared mientras miles de turistas lo contemplaban al día, algo alarmante debido a su exceso.
La fuente representa al dios Neptuno, y en ella se puede ver claramente la estatua de “Océano” como protagonista. A sus lados también se pueden ver las estatuas de la Abundancia y de la Salubridad, todos juntos completando la belleza particular de la fuente. Además, el mejor momento del día para visitarlo es a la noche, ya que se ilumina la fuente y el entorno se vuelve mágico.
La plaza en la que se encuentra la fuente está amurallada de casas de color beige y de tiendas de regalos y heladerías que sacaban provecho de la alta cifra de turistas que se concentraban en una plaza tan diminuta como aquella. Pero a la vez de haber muchos turistas, también hay robos, muchos ladrones. Lo descubrí por mi cuenta cuando vi a un hombre intentando robarle el bolso a una mujer adulta cuando estaba sacándole una foto a la obra.
Afortunadamente el acto no tuvo éxito, pero me dio conciencia de la situación y, preocupado, tomé medidas para impedir los robos, como por ejemplo llevar la mochila en el pecho y cerrar los bolsillos con cremallera. Es muy importante guardar con total seguridad vuestras pertenencias cuando estéis visitando Roma. En cualquier lugar, sea la Fontana di Trevi, sea el Coliseo o sea una calle cualquiera.
Pero dejando a un lado la parte negativa de Roma, centrémonos en la razón por la cual es famosa Trevi: la tradición de pedir un deseo en esta fuente. Según cuenta la leyenda, si lanzas una moneda con la mano derecha y hacia atrás, el deseo que pedirás será volver a Roma. Yo pedí el deseo, y todavía sigo ansioso por volver.
Trastevere
Si vais a Roma no os lo podéis perder, es el barrio que mejor representa la cultura y las raíces italianas. Sus calles antiguas y pintadas de ternura con motos “Vespa” y bicicletas aparcadas en lugar de vehículos como coches o autobuses y con plantas trepadoras apoderándose de fachadas de restaurantes o macetas llenas de flores colocadas por las esquinas de las callejuelas. Es hermoso.
Lo mejor es perderse a propósito por las calles. Esta zona de la Ciudad Eterna es perfecta para pasear tranquilamente con algún sonido de guitarra de fondo y para enriquecerse de la cultura italiana desde la perspectiva del ciudadano nativo, es decir, mirando desde su modo de vida tradicional, procurando que lo moderno tenga el mínimo poder sobre ello.
En este barrio no hay ni estaciones de metro, ni de tranvía ni de tren, los autobuses no pasan por el centro y apenas hay coches. Tampoco hay rascacielos ni hoteles de lujo, ni restaurantes que sirvan comida extranjera.
Todos los restaurantes que hay son de comida italiana, y cada una de ellas con una pequeña terraza plantada en medio de la calle. Algunas adornadas con plantas, sombrillas y pequeñas farolas que suavizan el atardecer.
Todos los restaurantes son recomendables, ya que en esta zona suelen cocinar platos bastante buenos y sabrosos, pero mi consejo es comparar precios de restaurantes antes de elegir una en concreto. Puede que en algún restaurante el servicio del camarero cueste más que en otra, o puede que en alguna te cobren por ir al baño. Por eso hay que fijarse bien y pensar con cabeza.
Y en cuanto a la hora del día, yo recomiendo visitar Trastevere por la tarde. Y a la noche, lo indispensable sería cenar en uno de sus restaurantes, ya que gozáis al completo de la vida nocturna italiana entre luces suaves de las farolas y música romántica mientras degustáis un plato de lasaña o pasta.
Es una autentica maravilla.
Hard Rock Café
Si lo vuestro es comprar recuerdos de la ciudad a la que habéis viajado, no os podéis perder el Hard Rock Café. Es una cadena de restaurantes muy famosa y extendida por todo el mundo, la mayoría de las veces están establecidas en las capitales.
Yo he estado en bastantes de ellas como en la de Madrid, Copenhague y Estocolmo, pero ninguna se compara con la de Roma. Es un local gigante situada cerca de la Piazza Barberini, al final de una cuesta ubicada al sureste de la Piazza di Spagna y al noreste de la Fontana di Trevi.
Su interior es muy peculiar ya que tiene un techo con forma de capilla, pintado de azul y decorado con dibujos antropomorfos y nubes voluminosas. Todo eso sujetado por columnas de estilo dóricas y rebañadas en color bronce, el mismo color que las mesas y las sillas, y rodeado de cientos de cuadros colgados por las paredes.
Además, el restaurante cuenta con una terraza cubierta de cristal para los días fuertes de calor y las lluvias. Esta muy bien ambientada y acomodada.
Pero Hard Rock Café no solo es una hamburguesería, sino que también es una tienda de ropa en el cual venden prendas de su propia marca. Y eso es a donde quería llegar yo. La más típica de esta marca es la sudadera gris con el logo, y según la ciudad en la que la compréis el logo cambiará de palabras, es decir, si lo compráis en Roma, en la sudadera aparecerá "Hard Rock Café Roma".
Por eso recomiendo ir a este restaurante y comprarse alguna prenda, me parece un buen suvenir. Así podéis presumir de vuestro viaje a la capital italiana delante de vuestros familiares o amigos con la sudadera de "Hard Rock Café Roma".
Si alguna tarde no sabéis qué hacer (aunque eso sea difícil conociendo Roma) y os apetece pasarla entre música rock y buen ambiente, os recomiendo entrar a Hard Rock, aunque no tiene porqué ser en una tarde libre, también puede ser al anochecer después de visitar la Plaza de España, por ejemplo.
Lo que sí sé es que es un lugar imperdonable de perdérselo.
Largo di Torre Argentina
Puede que ésta pase siempre desapercibida y que no la tengáis en vuestra lista de lo que hay que ver en Roma. Por eso la voy a mencionar aquí.
Largo di Torre Argentina es una plaza de gran valor arqueológico en la cual se pueden ver claramente los restos de la antigua Roma, y concretamente los de la plaza en la que asesinaron al emperador Julio César.
Está situada en el centro de la ciudad, muy cerca del Foro Romano, de Trastevere, de la Isola Tiberina, del Panteón y de una plaza muy importante de la ciudad, pero ya hablaré de ella más tarde. Además, el largo se encuentra entre algunas de las calles más movidas y visitadas por los turistas ya que docenas de tiendas, hoteles y pizzerías se encuentran aquí.
Esta plaza es considerablemente grande, y conserva columnas, paredes y calles en muy buen estado, es perfecta para los aficionados de la historia y de la cultura romana, pero también para cualquier otro tipo de público como lo soy yo y muchos otros. Además, algunas veces suelen hacer representaciones callejeras y teatrales cerca de ésta, como fue en mi caso, que descubrí una de estas puestas en escena callejeras representando el asesinato de Julio César mientras descubría tambien el largo del que nunca me habían hablado.
Si por casualidad estáis callejeando en busca de restaurantes o tiendas y cruzáis por al lado de Largo di Torre Argentina, paraos y exploradlo un poco. Puede que hasta os encontréis con una cuadrilla de disfrazados de soldados dialogando muy alto e incluso llevando a cabo un duelo con espadas falsas.
Campidoglio, Altare della Patria, Colonna Traiana...
Y cerca del Foro Romano se encuentra el corazón de Roma, donde “mires donde mires, siempre habrá algo interesante que ver”.
Este corazón consiste en unos pocos kilómetros cuadrados, los cuales son ocupados por aproximadamente cuatro plazas, varios foros, un antiguo mercado, iglesias católicas, largos y muchas otras atracciones turísticas. Puede que os lleve la tarde entera en verlo todo. Ni siquiera yo pude hacerlo.
Si queréis ver bien esta zona, primero os aconsejo visitar el Foro Romano y desde ahí acceder a lo que viene siendo “el comienzo”: Largo Corrado Ricci. La verdad es que no hay nada interesante para ver por aquí, pero éste es el punto en el que os podéis desviar a tres caminos:
La primera, a la Via Cavour, calle con restaurantes de calidad y a buen precio, como por ejemplo “Delizie e Sapori”.
La segunda, a la Via dei Fori Imperiali, calle que os guiará a lugares impresionantes como la plaza del Ayuntamiento y al Coliseo (si tomáis la dirección incorrecta).
La tercera, a la Via Alessandrina, calle que os llevará al resto de los foros, plazas e iglesias.
En el caso de que empecéis con la Via Alessandrina, que lo que os recomiendo, presenciaréis una larga cola de foros y ruinas. En esta calle se encuentran un total de cuatro foros, si no recuerdo mal: el de Nerva, el de Augusto, el Trajano y el de César. Estos foros se conservan bastante bien y todavía mantienen su color original. Además, creo recordar que era posible atravesar y pasar por debajo de un edificio del Foro di Augusto y terminar en frente de un restaurante muy elegante y volver a encontrarte callejeando entre casas de colores cálidos.
Era impresionante ver cómo Roma está infestada de ruinas y de foros, es una ciudad moderna que no puede despegarse de su pasado histórico y cultural.
Volviendo al tema, también os recomiendo ver detalladamente cada uno de los foros hasta finalmente llegar a la Colonna Traiana (Columna de Trajano) y a la Chiesa del Santissimo Nome di Maria al Foro Traiano junto al Palazzo Valentini. Y pese a tener un nombre tan largo que desmotiva, la iglesia tiene mucho que dar a los visitantes. Es un lugar mágico y brillante debido a su color blanco puro. No tuve el honor de entrar a ella por falta de tiempo, pero con solo mirar su fachada y su tejado tan detallado, la iglesia (y su entorno) se ganó mi respeto. Sinceramente, no me pudo gustar más esta zona de Roma. ¿Qué digo gustar? ¡Encantar!
En cuanto a la Via dei Fori Imperiali, también tengo mucho de qué hablar.
La calle está alineada con pinos piñoneros, árboles muy típicos italianos. Me recordaba mucho al paisaje mediterráneo costero, así me sentía yo. Antes de llegar al final de la calle, es decir, a la Plaza Venecia, hay una cuesta al lado izquierdo y junto a un aparcamiento. La cuesta os llevará al Museo Centrale del Risorcimento y, más arriba, con unas vistas preciosas de los foros, llegaréis al Campidoglio con la estatua de Marco Aurelio en medio y con el Ayuntamiento, dos palacios, la gran Fontana della Dea Roma y un convento a su alrededor.
Es una plaza muy importante y de grandes dimensiones, ya que absolutamente todo es de gran tamaño, excepto una copia de la estatua de Luperca ubicada al lado del Ayuntamiento. Tanto la plaza como la anchura de la entrada principal, como las estatuas colocadas en los lados de la misma entrada son grandes, altas y amplias. Es algo que no se puede dejar atrás en un viaje a Roma.
Y junto al Campodiglio está la Basilica de Santa María, en una altura suficientemente necesaria como para que sus largas, viejas y anchas escaleras, las cuales están mejilla a mejilla con las del Campodiglio, te quiten las ganas de subirlas y de ver la basílica desde cerca. Aún así, os animo a subirlas peldaño a peldaño, seguro que merece la pena.
Pero esto no termina aquí, ya que detrás de la basílica se encuentra la guinda del pastel: Altare della Patria. Es un monumento al primer rey de Italia (Vittorio Emanuele II) totalmente blanco y hecho de mármol con dos grandes banderas italianas en los costados y con múltiples estatuas colocadas con harmonía. Es un monumento que conmemora la ciudad de Roma, y también es uno de los más altos de la ciudad, con una altura de aproximadamente 70 metros. Se sitúa en frente de la Plaza de Venecia, donde termina la tan mencionada Via Alessandrina.
Dentro del monumento se pueden ver, como ya lo hemos mencionado también anteriormente, el Museo Central (en su parte trasera) y la Tumba al Soldado Desconocido, el cual siempre está protegido por una llama y dos soldados. Una llama, sí. Fuego.
También tenéis la posibilidad de subir a lo más alto del monumento y gozar de las vistas panorámicas a la ciudad entera. La entrada cuesta unos siete euros, y hay un ascensor que te lleva hasta la azotea. Yo lo hice, y os aseguro que no salí decepcionado. Altare della Patria es muy respetable, y su gran tamaño lo hace saber.
Piazza Navona
Ésta es de mis favoritas. La Piazza Navona es una plaza llena de esculturas y mucha belleza, ubicada en mitad de todo el casco viejo, cerca de Castel Sant’Angelo y de la Ciudad del Vaticano, a quince minutos a pie del Altar de la Patria y a diez de la Fontana di Trevi.
La plaza es larguirucha y está formada por cuatro pilares fundamentales: las tres fuentes y la iglesia de Sant’Agnese in Agone.
La primera fuente es la del Moro (Fontana del Moro), se ubica en la parte sur de la plaza y representa a un hombre moro luchando con un delfín. La segunda, la que se ubica en el centro de la plaza y en frente de la iglesia, es la más importante. Se llama Fuente de los Cuatro Ríos (Fontana dei Quattro Fiumi) y simboliza los cuatro ríos principales del planeta (el Nilo, el Ganges, el Danubio y el de La Plata) con un obelisco egipcio en medio con cuatro estatuas alrededor. Es la que más me impresionó, ya que en persona era mucho más grande de lo que me imaginaba.
Finalmente, la tercera es la de Neptuno (Fontana di Nettuno) y representa al dios Neptuno atacando a monstruos marinos. En cuanto a la iglesia, es bastante imponente y grande, ocupando gran protagonismo sobre la plaza. Se puede acceder a su interior, y es totalmente gratuito.
Además, la plaza está repleta de pintores callejeros, bares, restaurantes, tiendas de regalo y heladerías, y pese a estar en una atracción turística tan emblemática como es Navona, los negocios no son muy caros. Si os apetece un helado mientras echáis un vistazo a las fuentes y al ambiente que los cubre, os aconsejo ir a la heladería Tre Fontane, hacen helados caseros y muy ricos. La de yogur sobre todo.
Pero si queréis ir más allá y disfrutar de una comida o de una cena, os aconsejo mirar el menú del restaurante Vacanze Romane, su plato fuerte es la lasaña, y los camareros son bilingües, a diferencia de muchos otros restaurantes de la zona.
Si deseáis explorar mejor la zona, os recomiendo mirar por el norte y el este de la plaza, donde podréis encontrar iglesias, museos, galerías de arte, más plazas, un centro comercial y el Panteón, a menos de medio kilómetro.
Es toda una aventura explorar Roma, nunca hay tiempo necesario para verlo todo, es prácticamente imposible.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Italiano: Tutte le strade portano a Roma
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