El Capitolino - 2/7 Colinas de Roma

La Colina Capitolina es una de las colinas más importantes de las Siete colinas de Roma. Aunque sea una de las más pequeñas, es la que más historia tiene detrás.

Uno de los "problemas" de vivir en Roma es que puedes visitar muchos sitios increíbles sin saber la historia que hay tras ellos. Recuerdo haber estado en la colina Capitolina, llamada Capitolino o Il Campidoglio, unas cuantas veces sin saber que era una de las Siete colinas de Roma. De hecho, vine este verano con mi amiga Molly mientras buscábamos el Foro de César. Recuerdo llegar a los escalones y pasar por la plaza del Campidoglio sin ni siquiera parar o echarle una foto, ya que íbamos tarde a nuestro tour. El otro día volví con mi padre y descubrí lo importante que es esta plaza en relación a la historia de Roma y me gustaría compartirla con vosotros.

La Colina Capitolina está estratégicamente posicionada en una colina muy empinada, con fines defensivos. Está compuesta de dos cumbres. La cumbre norte se llama Arx y la cumbre sur, que es más grande, se llama Capitolinum. Estas dos cumbres estaban conectadas por lo que antaño fue un refugio, donde se hallaba la Roca Tarpeya, desde la cual los romanos arrojaban a los traidores.

La Colina Capitolina en el pasado:

El templo de Júpiter:

El templo de Júpiter, tambien conocido como “Il tempio di Giove Capitolino”, fue un antiguo templo dedicado a Jupiter, Juno y Minerva. Era el monumento central y el más importante de la Colina Capitolina. Se dice que fue construido en el siglo VI por el rey Lucio Tarquinio Prisco, el primer rey etrusco de Roma. Este templo fue usado para las reuniones del senado y ceremonias importantes. Desafortunadamente, no queda mucho de este bello templo excepto una reconstrucción de sus cimientos, el cual se puede ver en el Palazzo Caffarelli, en el museo Capitolino.

Templo de Venus Erycina:

Es un pequeño templo muy importante dedicado a Venus Erycina. Este templo fue construido por Quinto Fabio Máximo, quien prometió crear un templo dedicado a Venus Erycina y a su culto.

Templo de Véjove:

En la cumbre de la colina, se erigió el templo de Véjove en honor al dios Véjove; un dios joven, protector de la fertilidad y de los bosques sagrados. Tampoco queda mucho de este templo excepto unas pequeñas ruinas que se alojan en el museo Capitolino.

Tabularium:

El Tabularium era un edificio increíble situado situado en el Campidoglio, de cara al Foro. Era donde se guardaban los archivos públicos del Estado. Estos archivos incluían procedimientos y escrituras legales, órdenes administrativas y tratados de paz. Estos documentos fueron grabados en “tabulae bronze”, tablas de bronce (tablas antiguas usadas en la Edad de Hierro). Hoy en día, el Tabularium forma parte del museo. Este edificio se ha reemplazado por el Palazzo Senatorio.

Roca Tarpeya:

Aunque suene mal, probablemente es una de las leyendas más interesantes de Roma, sea verdad su historia o no. El nombre de Roca Tarpeya se origina de una mujer joven llamada “Tarpea” quien abrió las puertas de roma al ejército sabino. Estos intentaron invadir Roma por sorpresa. Entonces arrojaron a Tarpea desde la colina hacia las rocas. Los Romanos empezaron a usar esta zona para castigar a sus traidores.

La Colina Capitolina actualmente es tan importante como lo era en el pasado.

Qué puedes ver hoy en día en la Colina Capitolina:

Piazza del Campidoglio:

No se que es más mágico, la plaza del Campidoglio o las escaleras blancas que te llevan hacia ella. Estos escalones se llaman “Cordonata” y fueron diseñados por Miguel Ángel en 1536. Al final de las escaleras hay dos estatuas gigantescas de Castor Y Pólux, dos hermanos gemelos de los cuales uno era mortal y el otro una divinidad. En la parte izquierda de la plaza veras el Palazzo Nuovo, diseñado de nuevo por Miguel Ángel en 1655 y, en la parte derecha, está el Palazzo dei Conservatori. Estos dos edificios alojan los museos del Capitolino.

Los museos del Capitolino:

En estos museos se pueden ver una gran variedad de antiguos artefactos. Hay un pasadizo subterráneo que une los dos edificios (el Palazzo Nuovo y el Palazzo dei Conservatori) por el que puedes disfrutar de una vista espectacular del foro. Si te gusta la arqueología este museo es algo que debes de ver. No solo puedes admirar cuadros antiguos de varios autores (como de Velázquez y de Caravaggio entre muchos otros) y esculturas (de Bernini), también puedes ver muchos restos de los antiguos templos.

Palazzo Senatorio:

Este es el edificio en el que fue construido el Tabularium. Hoy en día constituye el ayuntamiento de Roma. En la parte delantera del edificio hay una fuente que contiene una gran escultura de lo que se cree que es Minerva, la diosa de la guerra. Hoy en día se cree que la diosa Minerva representa a la diosa de Roma. No olvides pasear por este edificio, ya que en la parte izquierda hay un balcón desde el cual puedes disfrutar de una increíble vista de Roma y de otras tres colinas más: Quirinale, Viminale and Esquilino.

Estatua ecuestre de Marco Aurelio:

Esta majestuosa estatua fue trasladada a la Colina Capitolina en 1538 y representa a Marco Aurelio montado a caballo. En ella, el brazo levantado de Marco Aurelio representa su poder. Esta estatua está en el medio de la plaza, reemplazando la original, la cual esta dentro del museo Capitolino. Se dice que esta estatua una vez estuvo recubierta de oro. Después se cubrió en bronce y los romanos decían que cuando el oro se volviera a ver, significaría que el día del juicio final estaba cerca.

Santa María en Aracoeli:

Justo antes de terminar las escaleras que llevan hasta la Colina Capitolina verás otras escaleras que llevan a una iglesia. Esa iglesia es Santa María en Arcoeli y fue construida donde estaba el templo a Juno Moneta. Esta basílica fue construida inicialmente en el siglo VI pero fue reconstruida más adelante al principio del siglo XIII. Se compone de tres naves separadas por columnas. El interior contiene obras de arte increíbles y adornos muy bellos. Ademas, si entras en la basílica no te olvides de mirar arriba, ya que el techo es la parte más bonita de la iglesia.

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