Deambulando por Roma

Visitar Italia era más que un sueño, y le doy las gracias a Dios por haberme ayudado a cumplirlo. Pero, ¿por qué era un sueño? En el mundo hay muchos otros lugares increíbles. Hay una historia detrás y trataré de narrarla lo más rápido posible porque tal vez ya no sea tan importante. Me seleccionaron para hacer el Servicio Voluntario Europeo de Erasmus en Sicilia, Italia, pero me denegaron la solicitud de visado dos veces. La principal razón era mi nacionalidad. La embajada no estaba convencida de que fuera a volver a mi país al expirar mi visado, a pesar de que había adjuntado a mi solicitud cartas de apoyo muy buenas y pruebas.

De todas formas, en mi semestre de intercambio la embajada de Polonia me concedió una Visa de tipo D de entrada múltiple que me permitía desplazarme por el Espacio Schengen libremente. Así que cuando planeé este viaje por cinco países, Italia tenía que estar allí. Y así fue.

Junto con un amigo, cogí un bus desde Zúrich hasta Roma que duró 12 horas. Ahora soy una experta en este tipo de viajes largos, simplemente tienes que llevarte tu almohada y algo de comer y todo irá bien. A parte de que después de todas las aventuras en Zúrich, estábamos tan cansados que dormíamos en cualquier sitio.

Habíamos reservado nuestro apartamento en Roma con Airbnb, pero estaba un poco en las afueras del centro de la ciudad. Los dueños eran muy majos, vinieron a buscarnos a la estación y nos llevaron al sitio. Solo por mencionarlo: si sois alérgicos a los sitios llenos de gente, los metros y trenes de Roma seguramente no os gusten, pero supongo que Roma hay que visitarla una vez en la vida.

Así que después de llegar al apartamento descansamos un poco y nos fuimos a vivir una nueva aventura. Me aseguré de llevar mi bandera pakistaní, ya que sabía que estaba cerca de cumplir mi sueño.

Casi estaba saltando y gritando de alegría una vez que llegamos al Coliseo. Saqué mi bandera y le mandé a mi amigo que me hiciera muchas fotos con ella, sujetándola con orgullo. De nuevo, estaba abarrotado pero no fue un problema. Era increíble, pero en ese momento me di cuenta de que estaba más interesada en la naturaleza que en la arquitectura. Echaba de menos la vegetación de Lungern. También estaba descontenta porque estaban restaurando una parte del Coliseo. Quiero decir, ¿no perderá su valor? Tiene que ser original.

El Foro Romano estaba bastante cerca. Es un sitio con ruinas de los antiguos edificios del gobierno, templos, basílicas... Antiguamente era uno de los lugares más importantes y se remonta aproximadamente al siglo VII a. C.

Luego nos entró el hambre y encontrar un restaurante sur asiático con comida halal fue bastante fácil, pues hay muchos. Comimos comida rápida y continuamos nuestra aventura. Decidimos visitar la Ciudad del Vaticano.

Sabíamos lo importante que era pero no nos imaginábamos la cantidad de gente que habría. De hecho, incluso pensábamos en ver al Papa. Así que inconscientemente entramos por una puerta que no era, la que quizás estaba reservada solo para el personal oficial de allí, y el guardia casi para a mi amigo con una gran pistola. Fuimos tranquilos, se dio cuenta de que éramos turistas y nos mostró la entrada correcta.

La plaza de San Pedro era grande y tiene una identidad y un ambiente propios que podría cautivar a cualquiera. ¡Conocer al Papa! Bueno, ni siquiera pudimos entrar en la Basílica debido a la larga cola. Nos quedamos allí durante un largo rato.

Compré este llavero precioso en un puesto que estaba cerca. Es de buena calidad y solo me costó un euro.

Luego visitamos el Castillo de Sant’Angelo. Es interesante que este castillo, que ahora es un museo, una vez fuera el edificio más alto de Roma. En principio se construyó como un mausoleo para el emperador romano Adriano y su familia. Estuve un buen rato fascinada por cómo todos los lugares estaban relacionados. Allí en Antalya, Turquía, uno de los sitios turísticos mas famosos es la Puerta de Adriano, que se construyó en su honor cuando visitó la ciudad en el 130.

Había buena música en directo cerca del castillo. Nos sentamos allí un rato y luego caminamos hasta la otra punta de la ciudad, cruzando el increíble Puente Sant'Angelo. Mi amigo trató intencionadamente de fastidiar las fotos de los demás saludando y sonriendo a las cámaras que no le querían sacar a él, sino a los demás. De cualquier modo, algunos ni se enteraron y otros fueron lo suficientemente amables como para ignorarlo.

El sitio que visitamos después fue una basílica: la mejor que he visto en mi vida, especialmente el interior. Era la Basílica de Santa María de Aracoeli. No sólo era santa, sino también una mezcla de lo real, sagrado y divino. Se encuentra situada en la cima más alta de la Colina Capitolina, que es una de las siete colinas de Roma y da una vista asombrosa de la ciudad. Ver las puestas de sol desde allí podría ser una gran idea.

Justo al lado de la Colina Capitolina está el Altar de la Patria, conocido también como el monumento nacional a Víctor Manuel II. Como su nombre indica, este monumento se construyó para honrar a Victor Manuel, que fue el primer rey de la Italia unificada a mediados del siglo XIX. Como cualquier otro lugar de Roma, también representa la excelencia y superioridad de una arquitectura que sólo se puede encontrar en esta ciudad.

También era un buen sitio para fotografiar la plaza de Venecia y el Foro de Trajano. La plaza de Venecia es una de las más famosas de Roma y también es el núcleo de la ciudad.

También recomendaría visitar las escaleras de la plaza de España y la plaza Navona. Nosotros las vimos mientras visitábamos la ciudad pero no pudimos pararnos mucho debido a que teníamos poco tiempo. De todas formas, siento que serían tan interesantes como los otros sitios.

Nuestro próximo destino era una de las fuentes más famosas del mundo. Sí, estoy hablando de la Fontana de Trevi. Creo que la mayoría de la gente la ha visto, si no en la vida real, entonces definitivamente en las películas. De una forma u otra, nos paramos a por un gelato, ya que eso es obligatorio en Roma, ¿verdad?

Pero pronto estábamos ya delante de esta belleza mágica. Debe ser aún más encantador a la luz del sol, aunque no es menos a las sombras de la tarde. Estaba llena de gente, otra vez, como cualquier otro lugar en Europa. De todas formas, conseguí ponerme lo más cerca posible. Me di cuenta de que la fuente estaba llena de monedas. Me informé acerca de ello y encontré algunas leyendas muy interesantes que me gustaría compartir con los lectores. Lo primero es que la moneda se debe tirar con la mano derecha y por encima del hombro izquierdo, eso asegurará que en el futuro regresarás a Roma. La segunda leyenda es en la que se basó la película «Creemos en el amor» (“Three coins in the Trevi Fountain”). Te anima a tirar tres monedas en vez de una: la primera te asegurará la vuelta a Roma; la segunda, un nuevo amor; y la tercera, el matrimonio. Así que en caso de que viajéis con vuestra pareja, mejor no tiréis la segunda moneda.

Y lo que es más interesante: según una estimación, cada día se arrojan alrededor de 3000 euros a la fuente, dinero que se utiliza para financiar un supermercado para ayudar a los pobres.

Cenamos en un restaurante indio y volvimos al apartamento. Este fue nuestro primer día en Italia. No es un lugar muy caro para viajar. Podéis comprar un bono de día para el transporte por unos 7 €, y algo de comida por unos 5 €.

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