Viaje a Reino Unido: el principio
Siempre había querido ir a Inglaterra, desde pequeña... ¿Cómo iba a saber que iría en décimo curso? ¡Guau! Fue increíble, siempre había soñado con pasear por el verde césped de Reino Unido y contemplar los antiguos edificios y castillos medievales. Siempre me había gustado Inglaterra por su historia, localización, naturaleza, gente, fútbol... ¡Soy fan del Liverpool FC! En mi cabeza todo lo de Inglaterra era maravilloso. Diría que todo empezó con la serie de dibujos de Robin Hood, me encantaba cuando era pequeña. Me gustaban las magníficas fortalezas y valientes caballeros ingleses, los verdes y encantadores jardines con muchas fuentes y flores. Las familias reales con su lujosa ropa y joyas.
Quiero hablaros sobre mi emocionante viaje a Reino Unido, el país más verde y caballeroso que he conocido nunca.
Era la 1 a. m. cuando llegué al aeropuerto internacional de Tiflis, y nuestro vuelo era a las 4 a. m. Nos reunimos con nuestros coordinadores, facturamos, subimos y esperamos a que anunciaran nuestro vuelo.
El avión despegó. Todavía era de noche cuando llegamos al aeropuerto de Kiev y vimos el amanecer mientras esperábamos nuestro vuelo. Vimos cómo salía el sol, poco a poco, delante de nosotros. Los rayos se reflejaban en los aviones y el cielo se volvía cada vez más rojo. Un nuevo día brillante y lleno de esperanzas empezaba en Kiev.
El aeropuerto de Londres-Gatwick era enorme. Tuvimos que cruzar todas las puertas hasta llegar al vestíbulo, donde esperamos a los conductores que mandaban nuestras escuelas. ¡El tiempo era simplemente ingles! Estaba todo cubierto de niebla y llovía, todo era tan verde como mi bote de pintura. Había muchos aviones grandes por todo el aeropuerto.
Le pedimos al conductor que fuera por Londres, pero nos dijo que tenía que tomar un atajo. Así que no pudimos hacer más que dormir, ya que la carretera no nada especial y estábamos muy cansados por las 15 horas de camino a Cambridge, Cambridgeshire, Reino Unido.
Cuando llegamos a Cambridge todo parecía tan familiar (puede que por todas las películas de Inglaterra que he visto) que me sentía como en casa.
Mis anfitriones eran una familia filipina: Vicky, Rudy y un niño de 4 años, Luigi. Eran muy simpáticos y amables.
El segundo día: el domingo fue muy emocionante. Pensábamos que los días en Cambridge serían fríos, nublados y con niebla, pero fue un día soleado. De hecho, resulta que Cambridge es el lugar más seco de toda Inglaterra. Fuimos a la ciudad y no parábamos de sorprendernos con cada edificio, con la gente, el transporte... ¡Guau! Fue una sensación extraña. De alguna manera habíamos llegado hasta ahí y paseábamos perplejos por un país extranjero. Sí, esa es la palabra: ¡perplejos! ¡La ciudad era magnífica! Era tranquila y limpia, como las ciudades de mis juegos de ordenador. Lo más impresionante era la arquitectura, era como una mezcla de casi todos los estilos, pero sobre todo gótico.
Cambridge ha moldeado el mundo en el que vivimos, y mires donde mires da la sensación de que la historia está viva. Cambridge es famoso por su antigua y distinguida universidad, la Universidad de Cambridge. La universidad y sus treinta y una facultades dominan el centro junto con las capillas, jardines y puentes. Cambridge es una mezcla de espectacular arquitectura moderna y de la tradicional e histórica, los amantes de la arquitectura estarán encantados. Como su ciudad gemela, Oxford, tiene mucha arquitectura histórica y contemporánea magnífica. Cambridge se sitúa en el río Cam y hay muchas facultades que le dan a Cambridge parte de su encanto, y que parecen que compiten entre ellas a ver cuál de todas tiene la mejor y más bonita arquitectura. Imagínate un enorme valle verde cercado por esos edificios históricos de Inglaterra. No puedes apartar la vista ni describir cómo te sientes. Es como que te has ido muy, muy lejos de aquí, a las calles del Cambridge medieval, en plano otoño... Te sientes seguro y a salvo. Te sientes como si hubieras estado ahí toda tu vida, un lugar que te resulta tan familiar que aún recuerdas cuando paseabas por ahí.
¿Quién no recuerda Another Brick In The Wall de Pink Floyd? Resulta que Cambridge era el hogar de Pink Floyd y la orilla del río Cam cerca del bar Anchor era uno de los sitios favoritos del grupo para componer. Yo no lo sabía hasta que nos lo contó Tom, que nos llevó de turismo y fue muy amable con nosotros, los georgianos, las siguientes dos semanas, ¡incluso comimos juntos!
Galería de fotos
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- English: Trip to UK. The beginning
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