Memorias de una monitora en South Devon (1/2)
Hace un tiempo tuve la oportunidad de ser monitora, durante dos veranos, de los grupos de estudiantes españoles que hacían un curso de inglés en Torquay, un tranquilo pueblo costero situado en Devon (uno de los dos condados que conforman la famosa Costa Jurásica, en Inglaterra). Pertenece a la región South-west de Inglaterra, como Gibraltar (esto lo comento como curiosidad), aunque el peñón está a algo más que unos cuantos kilómetros de allí.
Todo el grupo a las puertas del Zoo de Paignton
Fue una experiencia más que gratificante, salpicada por decenas de anécdotas, de la que ya solo quedan algunas fotos, muchísimos recuerdos y una gran nostalgia.
Conocí a infinidad de personas y exploré lugares a los que jamás me habría propuesto ir. Me gusta tanto ese área de Inglaterra que he regresado en diversas ocasiones. A continuación entenderéis por qué.
Aeropuerto
Para llegar a Torquay se puede volar al aeropuerto de Exeter, que está a unos 30 kilómetros, aunque los vuelos son bastante caros ya que ninguna compañía low cost opera allí. Así, lo más conveniente y económico es volar a Bristol y desde allí tomar un autobús hasta la estación de ferrocarril de Temple Meads; el trayecto en tren desde Bristol hasta Torquay dura dos horas aproximadamente y suele ser más barato hacer la reserva de billete online, considerando la oscilación de tarifas que normalmente encontramos en Inglaterra.
Pero la última vez, nosotros (49 personas en total contando estudiantes y monitores) probamos a hacer otro recorrido desde el aeropuerto de Gatwick en Londres; el viaje en autobús desde allí duró unas cinco horas y media incluyendo las habituales paradas. La gran ventaja fue que pasamos por Stonehenge y, aunque fuera solo verlo desde la ventanilla, fue un gran comienzo.
Vista de Stonehenge desde el autobús
Alojamiento
Durante mi estancia en Torquay como monitora yo estuve alojada, tanto el primer año como el segundo, con una familia que está formada por una pareja de lo más especial: Caroline es escocesa y Franco italiano. La mezcla es explosiva y son sumamente divertidos pero, lo mejor de ellos, es que son grandísimas personas. Desde que les conocí, siempre que voy allí me quedo en su casa; ya son como parte de mi familia.
Al margen de posibles familias anfitrionas, siempre recomiendo (consejo válido también para el resto de Reino Unido e Irlanda) un hotel que pertenece a una cadena; el Travelodge. Es un hotel básico pero moderno y con todo lo necesario. Los precios, si se reserva con antelación y aprovechando sus promociones, pueden llegar a ser incluso irrisorios. Tengo amigos que han hecho reservas por 19 libras la noche entre tres.
La vida en Torquay
Torquay es un pueblo construido sobre siete colinas, eso ya puede dar una idea sobre lo pronunciadas que son sus cuestas, recuerdo que algún estudiante decía que allí no había calles sino paredes. De hecho, la mayoría de personas mayores van tranquilamente por las aceras con sus scooters eléctricos.
Muy a pesar de sus habitantes, Torquay no tiene consideración de ciudad; pertenece, junto con los pueblos de Brixham y Paignton, al Concejo de Torbay. Lo que nadie les puede quitar es el reconocimiento a Torquay como "Reina de la Riviera Inglesa".
Puerto de Torquay (Fuente)
De lo que sí se sienten realmente orgullosos los autóctonos de Torquay es del protagonismo que la localidad tuvo durante la II Guerra Mundial; en primer lugar, como refugio para centenares de niños que fueron evacuados desde Londres. Además, parte de su línea costera fue elegida como uno de los escenarios para el entrenamiento de las tropas que, a posteriori formarían parte de la Operación Overlord; muchos de los soldados se alojaron en casas de particulares. Durante los preparativos del día D, en Beacon Quay se construyeron dos plataformas para permitir el embarque de algunos de los destacamentos que desembarcarían en la playa de Utah.
Volviendo a la Torquay actual, la calle principal es Fleet Street, con multitud de tiendas donde no falta nada, desde un Primark a un Tesco. Fue en Torquay donde yo descubrí las tiendas "Poundland", todo por una libra... ¡para volverse loca!, y la siguiente vez que fui me encontré con dos nuevos comercios que tenían todo a 0,99; y fueron bajando los precios hasta llegar las tres tiendas a 93 peniques.
Lo que sí os puedo decir es que las compras allí son considerablemente más económicas que en otros puntos de Inglaterra, hablo también de artículos de primera necesidad como leche o huevos; yo que iba desde Londres noté muchísima diferencia.
Moverse por Torbay resulta muy sencillo y no demasiado caro. Una tarjeta semanal para usar en todos los autobuses de la zona cuesta 18 libras. Considerando la situación geográfica del lugar, es casi una necesidad desplazarse cómodamente sentados, aunque no algo imprescindible. Hay un montón de interesantes rutas para hacer a pie.
Una única advertencia sobre los "peligros" de Torquay: las gaviotas son un enemigo, el enemigo diría yo. Su tamaño es descomunal pero, además, si vas comiendo algo por la calle es probable que aparezca alguna y te quedes sin piscolabis. Solo añadiré que mucha gente oculta la comida con algo, como una revista, mientras comen, o incluso se cubren la cabeza con la camiseta para evitar quedarse sin lunch.
Qué hacer en Torquay
La playa de los pingüinos
Hay muchísimas playas, algunas de ellas salvajes; y también existe la posibilidad posibilidad de practicar windsurf y vela. Yo os hablaré sobre la "Penguin Beach" junto a la cual hay un zoo donde las grandes estrellas son los pingüinos. Es una playa a la que se accede a través de un corto y estrecho sendero, algo escondida, el sitio ideal para acabar la noche tomando algo.
Es un lugar precioso pero también una pena que utilicen esa playa para hacer barbacoas; cuando acaban, meten las barbacoas desechables directamente en el agua para apagar las brasas y tirarlas a la basura.
Concierto improvisado en la playa
Uno de los reclamos turísticos es la figura de Agatha Christie, quien nació en Torquay. Hay un itinerario turístico que cubre los lugares por los que pasó la escritora, aunque yo creo que no merece mucho la pena y puede hacerse sin guía en caso de tener interés.
Pero uno de los lugares más visitados es Torre Abbey, resulta un lugar bastante tétrico especialmente en días nublados. Actualmente se celebran exposiciones y hay un salón de té, pero su historia se remonta al siglo XXII y no está exento de leyendas negras, aunque no es el único lugar en Torquay por donde deambulan fantasmas. Este asunto merecería un capítulo aparte sobre Devon y alrededores; de hecho, existe una asociación de cazafantasmas en Paignton, Torbay Investigators of the Paranormal.
Imagen de Torre Abbey (Fuente)
Explanada frente a la playa Torre Abbey Sands
Un sitio muy chulo para ir es la Babbacombe Model Village, donde se puede ver la recreación de una ciudad en miniatura a la que no le faltan detalles; la entrada cuesta unas 11 libras y todo lo que hay es fruto de una gran meticulosidad y paciencia.
Otro gran atrativo de Torquay es una cueva prehistórica, la Kents Cavern; la entrada cuesta 9 libras, precio para estudiantes, y se trata de una visita guiada que está bastante bien. En verano suelen organizar un "Tour fantasmagórico"; el guía, un actor, va contando sucesos ocurridos allí, todo ello con la única luz de un candil. Es muy divertido, sobre todo si se va con niños.
Excursión a Cockington
Y, si hay un lugar precioso donde los haya al que se llega en 20 minutos a pie desde Torquay, ese es Cockington. El recorrido se hace a través de un bosque atravesado por un riachuelo; al final del sendero nos esperan los típicos cottages, un molino de agua y un entorno idílico en una pequeña aldea en la que el tiempo dejó de pasar hace años, casi con toda seguridad. Por cierto, ¿sabíais que los tejados de paja se usaban para mantener el calor y que hay que cambiarlos cada dos años?
Además de tres o cuatro tiendas, en algunas se pueden comprar productos artesanales como jabones, mermelada y chocolate, en esta aldea hay talleres con demostraciones en vivo donde se trabaja el cuero, el cristal y la forja. La visita es bastante entretenida.
También hay una pequeñísima iglesia (St George and St Mary) con lápidas a la entrada. La primera vez que fui y entré, estaba llena de gente y alquien con frac se acercó a saludarme y darme la bienvenida; el caso es que al mismo tiempo vi un ataúd al fondo...bueno, que no he vuelto a entrar. Pero es que, además, ese mismo día, muy temprano y al salir de casa, vi un cortejo fúnebre que me llamó mucho la atención porque el ataud, curiosamente de mimbre, iba sobre una carroza. Dos en el mismo día me pareció un exceso.
Iglesia St George & St Mary en Cockington (Fuente)Algunas casas en la aldea de Cockington (Fuente)
Tienda en Cockington
Cockington Court (manor house) y campo de cricket
Comer fuera
En Torquay hay restaurantes italianos, indios, chinos y de comida local, pero también tiendas de comida rápida para llevar, con el típico fish&chips, pollo rebozado, porciones de pizza, etc. Quizás el restaurante más popular sea el Harvester, en Beacon Quay; pertenece a una cadena y puedes desayunar comer o cenar realmente bien por unas diez libras. Lo bueno de este sitio es que tiene una terraza en la parte superior y está pegado al mar; además, justo detrás y a tres minutos, está la Penguin Beach.
Un sitio que tengo que mencionar, donde las hamburguesas dejan sin habla, es el Park Lane, en Torwood St, y lo de los postres aquí es para hacérselo mirar porque están como para no parar de comer. Se puede cenar muy bien por unas 20 libras. Y después, allí mismo te puedes tomar unas copas porque funciona también como club.
Para mí hay un lugar con mucho encanto, es el pub más antiguo de Torquay, del siglo XVI: Hole in the wall sirve comida local a un precio bastante razonable y el plus es el sitio en sí. Por cierto, este es de los pocos pubs en los que la sidra, ya sea de pera o manzana, la sirven fría.
Si hay dos productos tradicionales en Devon estos son la sidra y unos bollos denominados scones; estos dulces suelen formar parte del popular "Cream tea" que incluye té o café y cuyo precio normalmente no baja de 5 libras. Si alguna vez vais a Torquay, no os perdáis una merienda en Angels at Babbacombe...sencillamente espectacular. Y después podéis ir a la playa de Oddicombe, usando el funicular, y vuestro día será completo disfrutando del espectáculo que conforman los impresionantes acantilados.
Scones con nata batida y mermelada (Fuente)
Salir de fiesta
En Cary Parade y Victoria Parade se encuentran la mayoría de discotecas y, sobre todo en fin de semana, es difícil no coincidir con una despedida de soltero o soltera. Cierran a las 3.30 de la madrugada. También en Torwood St hay una gigantesta sala (The Foundry) donde ofrecen conciertos y suele haber DJs.
La Sanidad en una ciudad como Torquay
Ya sé que en un blog normalmente no se habla de asuntos como la Sanidad pero me gustaría contaros una experiencia en particular, que no fue la única pero sí la que más quebraderos de cabeza nos dio. Uno de los chavales, entusiasta a la par que inexperto en parkour tuvo una caída y, desafortunadamente, se rompió uno de los tobillos por tres sitios. En principio tuvimos que llamar a emergencias, así que contactamos por teléfono con el director de la escuela y amablemente nos facilitó un número; tras llamar, y después de una larga conversación y muchas preguntas por parte del operador en relación con el estado del muchacho, nos comentaron que teníamos que marcar el 112 (la primera en la frente, no teníamos ni idea que dicho número de emergencias es el que se utiliza en toda la Unión Europea además de en algunos otros países). A partir de entonces todo fue muy rápido: las mismas preguntas, de nuevo en inglés, y en unos diez minutos llegó una doctora muy simpática que ya diagnosticó en el sitio que se trataba de una rotura. Ella misma llamó a una ambulancia que no tardó ni cinco minutos en llegar para trasladarnos al Hospital General; una vez allí, al chaval le atendieron con mucha rapidez y amabilidad. Todo el personal, tanto los médicos como los enfermeros, nos hablaban muy despacito, vocalizando muy bien, para que les entendiéramos sin dificultad. Tras verificar el diagnóstico inicial, procedieron a poner una escayola fina y, lo sorprendente fue que, como el chico estaba muy nervioso, le sedaron para mantenerle tranquilo durante el escayolado.
Ya para entonces estaba puesta en marcha la "operación padres", quienes llegaron allí dos días más tarde. El muchacho estuvo ingresado en una unidad con otros enfermos, eran unas ocho personas, y allí se quedaría unos días más hasta que le operaran y se recuperara un poco antes de volver a España. La primera noche me dejaron quedarme a mí con él, a pesar de que allí no está permitido, e incluso me ofrecieron un chocolate, galletas y un sandwich. Si algo recuerdo bien de esa noche es que fui al baño y no encontraba el interruptor para apagar la luz al salir así que vi una cuerdecita, que ya había visto otras veces en otros sitios, y tiré de ella...¡comenzó a sonar una alarma de forma escandalosa! Ya podéis imaginar mi cara ante la situación, menos mal que las enfermeras lo solucionaron en un par de minutos.
Cuando los padres llegaron, se comenzaron a ocupar ellos de todo. A pesar de haber estado durante días hablando sobre la operación, los doctores decidieron que sería mejor dejarlo y que le operaran en España. Tras una larga semana, los padres del chaval, una hermana suya que también estaba allí y él regresaron a Santander en ferry desde Plymouth. El propio hospital se hizo cargo del traslado de toda la familia en ambulancia hasta el puerto y proporcionaron un "packed lunch" a todos ellos para que comieran algo durante su regreso en barco.
La verdad es que allí la gente se queja sobre los recortes, como aquí en España, especialmente en el área sanitaria, pero la verdad es que yo solo puedo tener buenas palabras por la atención prestada por todos los profesionales.
Dejando al margen esas experiencias, si creéis que esto ha acabado, os equivocáis. En la siguiente entrada os hablaré sobre otros sitios que merece la pena visitar en esta zona de Inglaterra y también viajes que pueden hacerse desde Bristol. Espero que disfrutéis de vuestra estancia si algún día os dejáis caer por allí, algo que os recomiendo con entusiasmo porque para mí son rincones muy especiales.
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