Día a día en Reikiavik

Alguien me ha indicado recientemente, que apenas he escrito sobre mi día a día en Reikiavik. ¡Lo haré encantada!

Las calles aún estaban repletas de turistas cuando llegué aquí hace casi un mes. En parte, es mejor cuando hay mucha gente y aún puedo escuchar otros idiomas además del inglés.

Todas las mañanas voy a la universidad con mi compañera de piso Marguerite, que también estudia geología (15 min. en bicicleta, aproximadamente). Nuestros caseros nos dejan utilizar sus bicis, ¡lo que es un detallazo! Hemos tenido mucha suerte en general con nuestra casa. Mi habitación es relativamente grande. La mitad del espacio está ocupado por una cama enorme; a su lado solo hay sitio para una mesa pequeña, una cómoda para la ropa y una mesita de noche. Comparto un cuarto de baño, un sofá muy pequeño y una nevera con mi compañera de piso. Para cocinar subimos a la planta principal (sí, vivimos en el “sótano”); normalmente lo hacemos juntas. Nuestra casera nos llama a veces, cuando cocina algo islandés, para que lo probemos y aprendamos así más sobre comida islandesa que la mayoría de los alumnos de intercambio.

Los precios en Islandia son parecidos a los de Suiza, incluso un pelín más altos. Por esa razón, la vida aquí es muy cara para muchos estudiantes de intercambio (sobre todo para los de Europa del Este). De ahí que haya muchos que saquean los contenedores por las noches.

No es ninguna broma, ya que el lugar en el que desechan los supermercados el excedente de sus verduras es un secreto a voces. Esto se puede aprovechar para comer sin problemas en caso de necesidad.

Hay un grupo de estudiantes de intercambio que planean excusiones casi todos los fines de semana. A veces se apunta tanta gente que se alquilan directamente varios coches. Lo que se suele hacer en las excursiones es acampar, hacer senderismo, disfrutar, maravillarse, congelarse, etc.

Así fue como vi por primera vez una aurora boreal intensa cuando salíamos de la ciudad en un coche, ya que las previsiones hablaban de cielos despejados y buenas condiciones para auroras boreales.

¡Un saludito con cariño!

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