Preparativos para Ámsterdam

El tiempo ha pasado volando, pero ya me estoy preparando para irme a Ámsterdam. Al principio, no me sentía cómoda con tener que mudarme, pero ya ahora tengo ganas de este nuevo comienzo. Creo que siempre es así: primero no te quieres ir porque es un rollo, pero al final es una buena decisión. Siempre es una experiencia importante. Le haré caso a la frase: «Cada experiencia es importante. ¡Ve a por ello! ». Además, creo que no quiero ir solo porque debo hacerlo. Si me tuviera que quedar, seguramente me quejaría de no estar viajando. Después de Francia, me he obsesionado con viajar y explorar cosas nuevas. Me preocupa que nunca sea suficiente. Ya estoy haciendo planes para este verano. Aunque si estoy estudiando en dos universidades a la vez (la checa y la holandesa), igual sería mejor volver a Praga a terminar mis estudios, pero ya veremos qué pasa. Los dos meses en la República Checa han pasado volando. No he tenido tiempo de hacer todo lo que quería, pero sí la mayor parte.

Primero, fui a ver a mi padre y a mis abuelos. Me da pena porque les prometí volver antes de irme, pero no creo que pueda hacerlo porque me voy en menos de una semana. Siempre es genial ver a mi familia, pero viven bastante lejos (a una hora de Hradec) y a veces me cuesta hasta ir a ver a mi madre y mi hermana. Por eso tendré que ir más adelante, cuando vuelva de Ámsterdam. ¡También vi a muchos amigos a los que no había visto desde hacía siglos! Empezó con David, Sasa, Kelly, Luca y gente de Hradec. El viernes veré a mi amiga del baile, Charlotte, y me muero de ganas. Ayer vi a Honza y comimos juntos. Además, estoy pensando en hacer una pequeña fiesta de despedida el domingo, pero aún no lo tengo claro.

En Adelitas cada día es más triste que el anterior porque me tengo que despedir de alguien. Hoy es mi último turno con Misa. Planeo ir a tomar unas cervezas el sábado por la noche, cuando tenga mi último turno allí. Sigo igual de emocionada por este trabajo porque me encanta y siempre tengo ganas de ir. Hoy tuve el ejemplo perfecto de ello. Tenía que ir a Provident y solo pensarlo me deprimía tanto que al final no fui. En Adelitas es distinto. Aunque a veces me da pereza ir, sé que lo pasaré bien con la gente. Claro, que depende de la situación. Por ejemplo, ayer el restaurante estaba casi vacío y no lo pasé demasiado bien. Espero que hoy vaya mejor. ¡También tengo que ir a La Casa Blu a ver a gente allí! ¡Planeo ir el viernes! También voy a hacer un turno extra en Adelitas el viernes.

Respecto a Provident, no lo hice nada bien. De camino a Budapest me di cuenta de que les podría avisar de que me voy pronto. Decidí mandarles por lo menos un correo. He de decir que fueron muy amables y me respondieron deseándome suerte. Hoy fue aún peor porque cuando vi que tenía que ir a trabajar otra vez, acabé pasando. No sé por qué, pero hoy estoy cansadísima. Seguí durmiendo y les mandé un correo diciendo que ya no iba a trabajar más allí y que podía ir a firmar el fin del contrato y a devolver mi tarjeta de entrada. Volvieron a ser muy majos y me dejaron hacerlo. Por tanto, fui a devolver la tarjeta. Me sentía genial sabiendo que no tenía que volver nunca. Respecto al seguro de viajes, fui a mi agencia de seguros y firmé un contrato. ¡Tengo que acordarme de que debo mandarles una prueba de que estoy estudiando allí y volver a tramitarlo todo cuando termine el curso!

También le he escrito una autorización a mi amiga porque no estaré aquí el día que tenemos que confirmar que estudiaremos en Praga. Es un cielo, lo hará en mi lugar. Mi madre y yo hemos pagado también la tasa de matrícula. ¡Por fin! Por tanto, ya tengo alojamiento, billete de bus y matrícula lista. Es gracioso que haya elegido viajar en bus de lunes a martes porque no quiero estar antes en Ámsterdam. Estoy leyendo un montón de artículos sobre salir por Ámsterdam, pero aún no me interesan. Además, quería tener al menos dos días para hacer la maleta, pero solo tendré un día y medio. Por eso llegaré a Ámsterdam el martes a las siete de la mañana. Seguramente tendré que coger un taxi para llegar al alojamiento, espero que mi compañera me esté esperando. ¡A las 9:00 empieza el día de presentación! No sé qué esperar... Estoy asustada y emocionada a la vez.

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