¿Visitar tantos lugares bonitos de Portugal como pueda? ¡Acepto el reto!

¡Hola a todos!

Os voy a hablar de uno de mis lugares favoritos en mi país favorito.

Algarve - Una región soprendentemente bonita que me recordaba a Grecia

Ir a una de las regiones más cálidas de Portugal en autobús desde Oporto no fue una idea tan mala, ya que viajábamos por la noche y tardamos siete horas. Esto fue el 20 de octubre, así que había tanto días soleados como lluviosos, como puedes ver en la ropa que llevo en las fotos (sí, vestida como una cebolla). Echa un vistazo a esto si no sabes de lo que hablo.

Visitamos algunas ciudades costeras como Albufeira, Faro, Portimão (nuestro alojamiento estaba aquí), Lagos y el fin del mundo, Sagres.

¿Por qué lo llamo el fin del mundo?

Bueno, porque eso es lo que los europeos creían que era Cabo de San Vicente hasta el 1400.

Se creía que la puesta de sol era mucho más larga que en cualquier otro sitio. Por desgracia, en el poco tiempo que pasamos allí, no pude ver cómo se hundía el sol en el agua (iba con una agencia de viajes así que no organizaba yo el horario).

Lagos

Este es el sitio que más estimulaba mi creatividad con las formaciones de rocas a lo largo de la costa. Tienen nombres interesantes como: «Elefante», «El beso» o «El camello».

Aquí está la prueba:

En algún momento empecé a preguntarme si los habitantes de allí los habrían modificado, así que le pregunté a un marinero y lo negó... ¡La naturaleza es maravillosa!

Viaje en barco

¡No te lo puedes perder! Así puedes contemplar las rocas tan inusuales de cerca y puedes entrar en algunas cuevas secretas en las que te encuentras el agua de un color turquesa intenso. Me atrevería a decir que es uno de los colores más bonitos que he visto nunca.

Otra ventaja de este tipo de aventuras es que los marineros suelen tener historias interesantes que contar. También puedes pedir que te recomienden comida. ¡Los lugareños conocen los mejores sitios!

Nadar en el océano

En el sur de Portugal la temperatura del agua es más alta que en Oporto, donde intenté surfear en pleno septiembre y acabé congelada.

Así que cuando me metí por primera vez en el océano Atlántico y sus olas estaba encantada. Pero en cuanto me di cuenta de las fuertes corrientes elegí un punto de la playa en el que fijarme para saber si me estaba alejando de la orilla. ¡Haz lo mismo!

El final del viaje también fue muy especial

¡Nunca pensé que me sentiría útil para tanta gente!

¿Te preguntas por qué?

No eran de Oporto, la última parada de este viaje, era muy tarde y habían perdido el último tren que los llevaba a su ciudad. Así que los invitamos a quedarse con nosotros.

Les pido perdón otra vez a nuestros compañeros de piso por esto. ¡Un abrazo, Karolina y Ewelina!

Escribir sobre estas experiencias me da una sensación de «saudade» (algo como la tristeza por echarlo de menos, pero felicidad por haberlo vivido).

Dicen que nunca lo entiendes de verdad hasta que te vas de Portugal... Bueno, aquí estoy.

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