Visita a París - el día del viaje

Desde que empecé mis prácticas en Ghent en Bélgica, había ya programado una escapada de más días a la espléndida capital. Finalmente, a finales de mayo de 2019, se presentó la ocasión debido a la fiesta de la ascensión que ese año caía en puente de cuatro días. Por ello, el jueves 30 de mayo de 2019, puse mi coche en marcha y me fui camino a París.

Para ahorrar gasolina, ya que hacían falta cuatro horas de viaje, utilicé la aplicación BlaBlaCar para ofrecer un asiento a todas aquellas personas que tenían necesidad de hacer el mismo camino; de esta forma pude cubrir la mayor parte de los gastos de la gasolina.

Dado que la carretera desde Ghent a París es larga, decidí hacer una parada en Amiens para comer. Esta característica ciudad de la Picardía, la región más al norte de Francia, es conocida por su magnífica catedral gótica que domina el centro histórico; además, esta cuenta con un barrio muy pintoresco a lo largo de los canales del río Somme que se llama Saint Leu. Por otra parte, Amiens fue durante décadas el lugar de residencia de Jules Verne, autor de romances de viajes y aventuras que aprecio mucho, cuya casa es visitable y está a las afueras del centro histórico.

Una vez llegado a París, había encontrado alojamiento gratuito a través de Couchsurfing en casa de un señor francés muy hospitalario que vivía en el suroeste de París cerca de Versalles, por lo que para llegar allí, atravesé el Bois de Boulogne parándome en el moderno pabellón de la fundación Louis Vuitton; este se encuentra al norte del parque, cerca de los relucientes rascacielos de cristal de La Defence, y me llamó mucho la atención por la solemnidad de sus blancas velas que lo protegen como en una cápsula.

Finalmente, llegué a mi destino en la localidad de Velizy-Villacoublay, un barrio periférico de París muy bien cuidado y seguro con una óptima comunicación con el transporte público (bus, tranvía y tren RER). En general, si queréis encontrar un alojamiento económico en las afueras de París, aconsejo escogerlos por los pueblos de la parte oeste de la ciudad.

Así que estuve alojado en casa de Serge, un señor francés muy hospitalario y simpático que me dio mucha información útil sobre París. Es más, antes de cenar se ofreció para llevarme a dar una vuelta con su coche por el centro de la ciudad, por lo que tuve la oportunidad de pasar por delante de todos los monumentos principales del centro histórico y hacerme así una idea acerca de cómo organizar mis visitas; el momento más épico fue cuando nos adentramos en la gigantesca y caótica rotonda dell'Arc du Triomphe en la que todos buscaban de abrirse camino pitando... ¡qué gran confusión!

El día por tanto fue bastante intenso y necesitaba descansar bien antes de comenzar la verdadera visita a la capital francesa, por lo que me fui a la cama antes de lo habitual.

Descubre aquí lo que hice el primer día oficial de visita.

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