Viaje a París - primer día
¡Por fín había llegado el momento de visitar París! Serge, siendo propietario de un pequeño kiosko me preparó el abono más rentable para mis tres días de visita: una tarjeta universal de transportes que incluye trenes, tranvía y bus en área urbana y suburbana por sólo 22 € en total por los tres días.
Gracias al tren RER que atraviesa el corazón de la ciudad, pude llegar en frente de la tour Eiffel y del Palacio de los Inválidos, pudiendo así comenzar la visita desde el centro de París.
Paseo por la Place des Invalides hasta el Louvre
Lo primero que hice nada más bajar del tren fue pasar por la enorme Place des Invalides, atravesé el monumental puente de Alessandro III, bordeé los palacios expositivos del Grand Palais y Petit Palais y después crucé la larga avenida de los Campos Eliseos
Atravesando los jardines de la avenida, me tomé luego con la Place de la Concorde, en el centro de la cual se sitúa una bonita fuente de criaturas marinas y un obelisco original que Napoleón ordenó traer desde Egipto. Además, en esta plaza se encuentra también el hotel más caro de París (Hotel de Coislin) donde alojarse durante una noche puede costar nada más y nada menos que 20.000€.
Desde esta plaza empiezan los jardines del Louvre, todo a lo largo del mismo eje de los Campos Eliseos, por lo que tuve que pasear durante bastante tiempo hasta llegar al palacio al que parecía que no iba a llegar nunca. ¡Es increíble como las calles y las plazas de París son tan exageradamente inmensas y largas de recorrer!
Visita al museo del Louvre
Si los jardines del Louvre eran ya gigantescos, el museo del Louvre lo era todavía más. De hecho, ocupa en planta casi toda el área del edificio y cuenta con cuatro plantas que contienen todo tipo de géneros artísticos, desde estatuas romanas a pinturas nórdicas.
Por fortuna me enteré de que todos los museos parisinos son gratuitos para los jóvenes hasta 26 años de edad (de la UE) y yo tenía todavía 25 años durante un par de meses más.
La entrada está constituida por la famosa pirámide de cristal situada en el centro del patio del edificio; una vez dentro, en su interior si baja al amplio vestíbulo desde el cual se puede acceder a todas las otras alas del museo. Al haber varios accesos y huecos de escalera resulta bastante difícil orientarse dentro del Louvre y optimizar el recorrido.
Personalmente, buscando hacer el recorrido recto, caminé sin parar dutante unas dos horas y aún así no fue capaz de ver todas las secciones del museo. Se necesita un día entero para visitarlo bien pero no soy una persona a la que le gusta pasar un día entero dentro de un museo. De todas maneras, me encantaron la parte romana, los lujosos apartamentos de Napoleón y los restos del viejo castillo que hay en la parte de abajo, mientras que no me terminaron de gustar el excesiva saturación de gente en la galería de pinturas italianas (incluída la Gioconda).
Ile de la citè
Salí un poco aturdido del museo y atravesando el Pont Neuf fui a la Ile de la Citè, la islita situada en medio del río Sena sobre la cual fue fundada hace siglos la colonia romana Lutetia Parisii.
Como era la hora de la comida, encontré un poco de tranquilidad para comer en la pequeña punta de la isla donde están los jardines Vert-Galant. Es muy bonito sentirse protegido del agua del río que te rodea. Sentados en los bancos había muchas familias con sus hijos.
Después de esto, intenté echar un vistazo a Notre Dame pero por desgracia, a causa del reciente incendio en la cubierta no sólo de la iglesia sino también de las zonas de alrededor, estaba aún cerrada al público, por lo pude de ninguna forma acercarme sino sólo mirarla desde la otra orilla del río. Qué angustia ver el techo derrumbado y los grandes ventanales y vidrieras destrozados; temo que para reparar todos los daños provocados por el incendio, harán falta al menos dos años para que la famosa catedral vuelva a ser visitada por turistas. Por suerte, los trabajos de reconstrucción se pudieron iniciar en seguida gracias a una generosa y rápida recaudación de fondos que han aportado gente de todo el mundo.
Finalmente, me encantó el colorido y perfumado Marché aux Fleurs - Reine Elisabeth II, dos pequeñas estructuras de madera con la sombre de los altos árboles en los que se van todo tipo de flores y decoraciones para el jardín.
Por el río Sena hasta el barrio latino
Saliendo de la isla para ir hacia la típica parada del metro parisino, con la entrada en estilo Art Nouveau, caminé un poco más a lo largo del Sena y encontré una serie de espacios con gradas en los que la gente se paraba para admirar el panorama del río o para desarrollar alguna actividad creativa; en particular, me quedé un rato embobado mirando un grupo que bailaba con música tradicional.
La parada de metro que debía coger se encontraba en el conocido barrio latino, en las proximidades de la Gare d'Austerliz, por lo que dí una vuelta rápida también por allí. En concreto, recorrí algunas de las calles típicas llenas de locales internacionales, visité el Jardin des Plantes con sus numerosos invernaderos y el pintoresco templo de la Gloriette sobre una colina y justo a la salida del parque, me paré a admirar la bella mezquita blanca.
En busca del barrio secreto de París
Hacia mitad de la tarde, había visto que entre varios eventos de Couchsurfing había el de hacer una visita por la París no turística organizada por gente local, por lo que me dió curiosidad y me uní al grupo.
Bajé en la parada de Ourcq, yo junto con mis nuevs compañeros de visita, exploramos un barrio completamente lleno de graffitis y murales situados especialmente a lo largo de Rue Germaine Tailleferre y Quai de la Loire.
Luego subimos como valientes exploradores encima del puente ferroviario abandonado y, siguiendo las vías hacia el Parc des Buttes-Chaumont, nos encontramos con una casa en un árbol y con lugares significativos de la Segunda Guerra Mundial y de la resistencia francesa.
No satisfechos aún, decidimos entrar en un jardín secreto de la Rue de Crimee para visitar una misteriosa iglesia rusa ortodoxa de madera escondida entre los árboles y las viviendas.
Después de haber comprado algo para de comida para compartir hicimos picnic todos juntos en el frecuentado Bassin de la Villette con las barcas de alquiler que animaban el reflejo del agua.
¡Una forma muy original e inesperada de terminar el primer día de mi visita!
Descubre haciendo clic a continuación, lo que vi de interesante durante el segundo día.
Galería de fotos
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- Italiano: Visita a Parigi - primo giorno
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