Descubriendo Portugal: Oporto
Oporto es un destino que debes ver, un lugar que tienes que poner en lo más alto de tu lista de sitios que ver antes de morir. Además del hecho de que es un sitio fascinante y Patrimonio de la Humanidad, también es la ciudad de los puentes y la cuna de uno de los mejores vinos del mundo, el vino portuense. Visitamos este lugar durante el verano de 2014, y gracias a dicho viaje, nos hemos interesado inmensamente por todo el país y en sus simpáticos habitantes.
Oporto está localizado 300 km al norte de Lisboa y es la segunda ciudad más grande de Portugal. Está conectada por cinco puentes al pueblo al sur del Río Duero llamado Villa Nueva de Gaia.
Día 1
Estuvimos 3 noches en un hotel, no muy lejos del centro por lo que fácilmente pudimos visitar los destinos turísticos más atractivos andando. Al llegar, dimos un paseo al Palacio de Cristal, donde podréis admirar un parque muy bonito e incluso algunas panorámicas aún más bonitas del Duero. Este lugar es el típico en el que te echas miles de fotos, porque te sentirás como que nadie podrá captar lo que ves con tus propios ojos. Lo que también ocurre es que querrás tener una prueba de dicho lugar, algo que pueda recordarte que no fue un sueño.
Con el cansancio que teníamos por estar todo el día viajando hacia Oporto y luego nuestro paseo relajante alrededor del parque, fuimos a buscar un buen sitio para cenar y volver al hotel a descansar y coger energías para el próximo día.
Día 2
Desafortunadamente amaneció un día lluvioso y nublado, que nos impidió la visita de algunos lugares planeados. Cogimos el metro para llegar a un bonito mirador, donde puedes ver la orilla del río y los grandiosos puentes. De nuevo, estuvimos bastante tiempo haciéndonos fotos, que enseñamos presumiendo a nuestros amigos y familiares. Simplemente, la estructura de la ciudad te deja con la boca abierta. Es imposible evitar cruzar el río por el famoso Puente de Luis I el cual tiene hasta línea de metro bajo él.
Como he mencionado anteriormente, el tiempo no era el mejor así que nuestro punto a destacar fue cuando probamos el plato portuense tradicional, la Francesiña. Básicamente es un sándwich, aunque no hay manera de adivinarlo por su aspecto. La leyenda dice que fue creado a mediados del siglo XX por Daniel Silva, un hombre que emigró de Francia y quería adaptar la "croque-monsieur" y convertirla en un plato portugués.
Los principales ingredientes son pan, jamón serrano y salchicha, con queso derretido por encima. El sándwich está cubierto por una salsa cuya receta se mantiene en secreto. Cada restaurante tiene sus variaciones pero lo esencial es la cerveza. Tiene un color naranja rojizo, pero cuando lo juntas todo, el sabor es delicioso. Si vas a Oporto, ¡no te lo puedes perder!
Día 3
Nuestro tercer día fue perfecto al 90%. Tuvimos un día bastante soleado, y además nos informamos en la recepción de un hotel de un ticket de 20€ que incluía una entrada al autobús mirador, un paseo en barco a lo largo del río de unos 20-30 minutos y una cata de tres vinos diferentes. Parecía un precio razonable, y como solo se vive una vez decidimos comprarlo. Primero, cogimos el autobús mirador, que nos llevó casi todo el recorrido por la zona de mar. Fue una manera muy agradable de conocer la ciudad: estuvimos sentados en el autobús, disfrutando de los rayos de sol y escuchando a la guía por los auriculares.
Después del tour en autobús, tuvimos que esperar un rato para subir al barco, por lo que decidimos dar una vuelta por la zona vieja de Oporto, el Cais de Ribeira. Esta zona está llena de restaurantes ofreciendo vino portuense, así que si no hubiésemos tenido ningún ticket gratis, probablemente lo habríamos probado de todas maneras. Muy acertadamente, elegimos un bar a orillas del río para tomar algo mientras dimos de comer a los peces del río.
Un poco más tarde, subimos al barco lleno de turistas esperando salir. Como de costumbre, estaba preparado para hacer fotos, pero la verdad es que en aquel momento prefería disfrutar el momento y dejar la cámara en la mochila. Aunque no pueda subir fotos del paseo en barco, puedo aseguraros que merece mucho la pena.
Más tarde, como teníamos mucho hambre, decidimos sentarnos en uno de esos restaurantes a pie de río, sabiendo que el precio sería más elevado debido a las esas vistas tan valiosas. Afortunadamente, siempre compartimos la comida y la bebida, así el precio está más a nuestro alcance. Pero aquí viene la razón por la que nuestro día solo tuvo de perfección el 90%. Todos sabemos que en algunos bares de España, algunos entrantes como el pan y los picos son gratis. Aunque actualmente, eso está siendo cada vez más inusual, pero en el pasado era muy típico. Pues en Portugal es todo lo contrario.
Por supuesto, al ser primerizos en visitar el país, no lo podíamos saber todo, además de que esos entrantes parecían como si hubiesen estado todo el día esperando a ser comidos y en vez de tirarlos, simplemente nos los sirvieron. Justo en el momento en que nos trajeron almejas lo sospechamos, pero no nos dimos cuenta que iban a hacernos pagarlo. Mi novio probó las almejas, pero no le supieron muy buenas.
Después de pedir, estuvimos esperando pacientemente y teniendo una conversación sobre lo fantástico que era Oporto; cuando llegó una pareja mayor que nosotros y aparentemente adinerada y se sentó en la mesa de al lado. Entonces empezaron a hablar de lo caro que era el pan. Literalmente, la comida de nuestra boca se congeló cuando nos dimos cuenta que debíamos pagar por el pan, y pusimos todos los platos lo más alejado posible de nosotros.
Al acabar los platos principales, que por el contrario estaban deliciosos, esperamos con miedo la cuenta. Nuestro último hallazgo se convirtió en realidad, pero lo más ridículo fue que para la mala calidad que tenían esos entrantes, nos cobraron por ellos el doble de nuestros platos normales. Sin embargo, no pasó por nuestras mentes por un segundo que íbamos a pagar por ello. Terminamos haciendo una escena en medio del restaurante. Amenazaban con llamar a la policía, pero estaba claro que acababan de ver una oportunidad en nosotros: una joven pareja inexperta a la que poder engañar. Lo intentaron de muchas maneras diferentes, incluso mintieron diciendo que nosotros habíamos pedido aquellos platos, ¡pero eso no era verdad! Pero al final, salimos victoriosos del bar pues solo pagamos los pares de platos que pedimos.
Tras una tarde como esa, lo único que queríamos era estar tranquilos en el hotel, y así lo hicimos.
Día 4
Teníamos pensado dejar Oporto por la tarde, pero la la cata de vinos era demasiado atractiva como para perdérnosla. Pero no fue una buena decisión por dos razones. Lo primero fue que Guille tenía que conducir de vuelta a casa y él solo pudo probar un par de copas, que fue muy duro ya que estaban muy ricos. La otra razón fue que yo tuve que estar bebiendo todo el tiempo y no tengo mucho aguante... Así que diría que al final de la cara, yo estaba en mi mundo felizmente.
Por último, nuestra aventura en Oporto fue coronada por una última Francesiña. De verdad, nos gustó mucho.
Definitivamente, Oporto es una bonita ciudad, a mi me impresionó bastante.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Discovering Portugal: Porto
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- Português: Descobrindo Portugal: Porto
- Italiano: Alla scoperta del Portogallo: Porto
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