Milán desde otro punto de vista

Era la segunda vez que iba a visitar Milán, pero era la primera vez para mi prima. A ella le gustó mucho su regalo en forma de billetes de avión para dos ciudades diferentes: a Turín y a Milán. Esta es la historia de ese segundo viaje.

Como dije en una de las entradas anteriores, para dejar que la ciudad de Milán te impresione, debes comenzar tu visita desde el centro, el Duomo. Sin embargo, yo esto no lo sabía la primera vez que vine aquí porque estaba tan fascinada que ni siquiera pensé cuál podría ser la razón. Así que llegamos en tren a la estación central de trenes llamada Milano Centrale. La estación en sí es majestuosa, con techos altos y antiguos que dan la impresión de que no fue hecha para personas sino para gigantes. ¡Es algo que hay que ver!

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Hicimos una larga caminata hasta la Piazza Gae Aulenti y la Torre UniCredit. Esta parte de Milán es nueva y brillante con altos edificios modernos cubiertos de cristal. Estos, aunque me impresionaron, no sorprendieron demasiado a mi prima. Creo que esto es porque ya había visto las partes más bellas de esta ciudad y para mí fue como más de lo mismo. Ahora, al tener una vista aún más completa de Milán, me quedé estupefacta. Sin embargo, para ella era sólo un montón de edificios modernos, nada que no hubiese visto antes.

Luego, continuamos por la calle llamada Corso Como, pasamos por Porta Garibaldi y continuamos hacia el centro. Me di cuenta de que a mi prima le gustaba la ciudad y a cada paso que daba estaba más fascinada. Cuando llegamos a la plaza principal, Milán se le había subido a la cabeza. El asombroso Duomo, una catedral de la ciudad o más precisamente, una verdadera obra de arte con picos y estatuas de luminoso mármol blanco, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura gótica. La construcción de esta gigantesca catedral comenzó en 1386 y se completó en 1805 porque Napoleón quería ser coronado como el rey de Italia.

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Cuando pasas por las calles repletas de lujosas tiendas y boutiques, llegas a la plaza llamada Scala, donde se encuentra una de las óperas más famosas del mundo, la famosa Scala de Milán. Aquí, incluso la gente que no es fanática de la ópera y el ballet encontraría difícil no divertirse. Pero al ser una de las óperas más famosas del mundo, es muy cara. De hecho, para ver una actuación, tendrías que pagar al menos 250 euros y con mucha antelación porque, lo creas o no, los asientos se llenan muy rápido.

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Por supuesto, no puedes irte de Milán sin ir de compras. Para nosotras, las famosas boutiques de moda eran tan interesantes como los mejores museos de esta ciudad, o tal vez más. Las boutiques y tiendas de Milán están posicionadas entre las mejores del mundo. Hay miles de ellas y algo para todos los gustos. Y las rebajas no son tan poco comunes. No te pierdas las calles como Montenapoleone, Della Spiga, Sant Andrea y Manconi y descubre las mejores marcas de moda del mundo como Armani, Dolce y Gabbana, Prada, Valentino y Versace.

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