Éxtasis sensorial en Marrakech
Éxtasis para todos los sentidos, hasta los que no sabías que tenías
En el transcurso de mi segundo semestre de vida Erasmus decidí que debía viajar sin importarme tanto nada más... ¿mi destino de noviembre? Marruecos. Casualmente una amiga de Perú que conocí en Toledo y un compatriota regiomontano también deseaban realizar ese viaje, así que unimos deseos, nos pusimos la mochila en la espalda y nos fuimos muy al sur a tierras desconocidas.
Caras de emoción y un Oscar barbón para estar en sintonía con el mundo árabe.
¡El mundo es tan grande y sorprendente! Cuando llegamos a Marrakech me sorprendió lo parecido que podía ser ese exótico país a mi México lindo y caótico (risas risas) Gente amable, mucho color y aromas mezclados nos recibieron en la ciudad, guiándonos hacia nuestro hotelito donde descubrimos lo lindo que es que te ofrezcan delicioso y calientito té a donde quiera que vayas. Repito: a donde quiera que vayas.
Nuestro hotel se encontraba muy cerca de la plaza principal de Marrakech, yo la verdad como en todos los viajes que hasta entonces había realizado, poco sabía o había investigado al respecto. Creo que lejos de ser algo malo es ideal para mi, ya que al no esperar algo en especial, puedes simplemente dejarte sorprender por los detalles y magnitudes que se te presenten en tus viajes.
Las callecitas por las que se camina antes de llegar a la plaza se encuentran famosamente repletas de objetos inimaginablemente bellos y económicos, como consejo de viaje recomiendo comprar muchos souvenirs para amigos y familiares que insisten en obtener algún objeto de nuestros viajes :)
Además, todo el mundo marroquí ¡puede intentar venderte hasta a su madre! Y no se bromea cuando intentan hacer "trueque" con las mujeres, aunque en mi caso no ofrecieran camellos, sí ofrecieron tiendas que imagino serían muy provechozas para mi amigo, sin embargo decidió conservarme por algún motivo de amistad (haha).
Hay muchas personas que me han comentado que no les gustó Marruecos por esta misma gente tan inistente, pero les aseguro algo, en lo personal me encantó, todos intentan hablarte en mil idiomas... bueno, de hecho tienen una capacidad creo que mágica para adivinar nacionalidades e intentar acoplarse hasta culturalmente a tu persona con tal de vender. La mayoría de las veces atinaban conmigo, aunque una vez me dijeron "Japanisse". ((:
Al llegar a la plaza la explosión de olores que vienen de los puestos de comida, los colores siempre vivos, el sonido de canciones árabes, el borboteo de la gente que va y viene entre turistas acalorados y motocicletas alocadas sin control vial ¡es simplemente maravillosa! Mi corazón no pudo haber sido más feliz entonces...
Paseamos por toda la plaza, compramos objetos y comida ¡claro! con una buena Coca Cola en árabe y platicando con quien se nos pusiese enfrente.
Tuvimos la experiencia de un incendio leve en uno de los puestos de comida... lamentamos mucho lo sucedido pero por la tranquilidad de las personas parece que es algo que sucede normalmente.
Nos vimos atrapados en la necesidad de tatuarnos algo con henna, siempre me ha parecido algo hermoso y nos explicaron que esos tatuajes se hacen normalmente a las mujeres en situaciones especiales de la vida, como por ejemplo un matrimonio, para realzar la belleza en general. Yo decidí hacerlo porque me gusta y porque mi situación especial era ser feliz.
Hace algún tiempo de esta experiencia y aún sonrío cuando recuerdo todo lo sucedido, si eres ERASMUS España ¡no dudes en vivir estas experiencias!
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