La vida universitaria flamenca desde dentro: el cantus

Siendo fundada en el año 1425, la KU Leuven es la universidad más antigua de Bélgica y, además de su renombre en cuanto a lo académico, es conocida por su ambiente universitario. Podría decirse que estudio y ocio en Lovaina viven en simbiosis, poniendo por ejemplo una escultura situada cerca de la catedral, bautizada “Fuente de la Sabiduría” o “Fonske” (1975).

Esta estatua representa a un estudiante leyendo un libro mientras derrama sobre él un vaso, haciendo una alegoría al conocimiento incesante, que fluye sin parar hacia su cabeza como el agua de la fuente. Si te acercas, se aprecian en el libro unas fórmulas que dan como resultado la palabra “Geluk”: en neerlandés, felicidad. Aun así, otra teoría popular (y la que me parece más divertida) afirma que lo que vierte sobre sí mismo es un vaso de cerveza. Como tradicionalmente se dice, la realidad a veces supera a la ficción, por lo que voy a hablaros de una fiesta muy popular entre los estudiantes flamencos: el cantus.

Cada vez que he tenido que explicar qué era un cantus, he intentado empezar por una imagen conocida. ¿Habéis visto alguna vez un episodio de Los Simpson titulado “Homer el Grande”? Probablemente, esto no os diga nada, pero si veis el vídeo de los “Canteros” cantando “Nosotros” puede que se os refresque la memoria.

Los cantus son unas fiestas organizadas por las asociaciones de estudiantes de la KU Leuven, en sus respectivos Fakbar (o bar de la facultad) para cantar y beber cerveza (como los “Canteros” del vídeo). Se llevan celebrando en países de habla neerlandesa probablemente desde la Edad Media, teniendo raíces comunes con otras de origen alemán y noreuropeo.

Normalmente, tienen un número de sitios limitado, aunque se han hecho cantus multitudinarios al aire libre en Ladeuzeplein. Las puertas del Fakbar se abren a cierta hora y tienes que estar dentro antes de entonar la primera canción del cantus: el Io Vivat (que se canta con la mano sobre el pecho), normalmente una media hora después de abrir las puertas. Al llegar, en las mesas hay distribuidas grandes jarras de cerveza (que van recargando los novatos de cada facultad o “schachten”), y unos pequeños libros con canciones tradicionales en latín, neerlandés, francés, alemán e inglés: el Codex. Normalmente las canciones están en latín y neerlandés; pero los cantus internacionales suelen tener un repertorio más amplio. Lo más común es que el Codex sea de papel, pero cada facultad tiene el suyo propio: los de los estudiantes belgas son de tapa dura, tan grueso como una enciclopedia. Además, los cantus organizados para estudiantes internacionales cuentan en su repertorio con canciones pop actuales, y no solo tradicionales.

Las mesas están orientadas hacia el Presidium, el cual está compuesto por el comité organizador de la facultad. Hay dos figuras especialmente relevantes: el Senior y el Cantor, los cuales dirigen el cantus, y te explican y te hacen seguir las normas en todo momento. Te las explicarán después del Io Vivat, dirigiéndose a ti como parte de la Corona (los asistentes). Entre las normas está que no se puede grabar, sacar fotos ni usar tu teléfono; no se puede aplaudir ni derramar cerveza (lo cual es muchísimo más complicado de lo que parece); y no se puede fumar. A continuación, te explicarán que la comunicación entre el Senior y la Corona (los asistentes) se produce a través de una serie de fórmulas en latín:

-          No puedes levantarte y sentarte cuando quieras. Para levantarte, el Senior dirá “Surgite”, a lo que la Corona responde “Surgimus”. Para sentarte, el Senior dirá “Omnes ad sedes”, a lo que la Corona responde “Sedimus”.

-          Solo se puede ir al baño durante los descansos (normalmente hay dos), señalizados por la expresión “cantus ex, tempus in” para su comienzo, y “tempus ex, cantus in” para volver a donde se está celebrando el cantus.

-          No puedes dirigirte al Senior directamente, para, por ejemplo, pedirle ir al baño.  Normalmente, se tantea primero al Cantor, y después, deberás decirle al Senior:

o   “Senior, peto verbum” para pedirle permiso para hablar, a lo que podrá darte la palabra con un “habeas”, o no con un “non habeas”. El Senior no está obligado a dejarte hablar.

o   Si la respuesta ha sido “habeas”, puedes decir lo siguiente “Senior, peto tempus personalis”, donde (¡por fin!) podrás pedirle ir al baño. Pero tampoco tiene por qué dejarte hacerlo.

-          Debes respetar al Senior cuando habla, y si no, puede mandarte callar con un “Silentium”, a lo que deberás contestar “Tripletz”, y acto seguido, callar.

-          El Senior también puede encomendar beber a la Corona después de cantar. En ese momento, se dirige a ella con la fórmula “Prosit Corona, …” lo cual puede ir acompañado de “Ad Libidum” (bebe cuanto quieras) o “Ad fundum” (un hidalgo). En ninguno de los cantus a los que he ido se ha pronunciado un solo “Ad libidum”, por lo que la Corona siempre hemos respondido “Prosit Senior, Prosit Corona, Ad fundum”.

-          Una fórmula no hablada para mandar beber a un compañero de mesa es aprovechar si se deja el Codex abierto. En ese momento, puedes poner tu vaso de cerveza sobre su Codex, retándole a beber Ad fundum.

Por supuesto, si algún miembro del Presidium piensa que no estás cumpliendo las normas, podrá castigarte poniéndote pruebas o que hagas un Ad fundum de una manera un poco más creativa (por ejemplo, sin usar las manos o bebiendo de un embudo). Los castigos son tan variopintos como Senior pueda haber, y dependen en cierta medida de si el cantus está más enfocado a estudiantes internacionales o a belgas (teniendo estos últimos fama de más severos).

Aunque esta cantidad de normas puede parecer abrumadora y propia de las novatadas universitarias, esta fiesta se caracteriza por estar cantando a pleno pulmón, intentar cumplir los retos que te proporciona la Corona y el Presidium (ponerle la melodía de una canción pop a una canción en latín del Codex, o levantar la mesa con tus compañeros subidos a vuestras sillas mientras cantáis sin derramar la cerveza) y sobre todo, que todo el mundo disfrute. Es verdad que la idea de normas en una fiesta parece contradictoria, pero en realidad, nunca se pierde de vista el principal objetivo: pasarlo bien.

Definitivamente, si quieres experimentar la vida universitaria belga, te recomiendo que vayas, al menos, a un cantus.

(Como podréis imaginar, conservar un Codex de papel es bastante complicado: se moja y se rompe muy fácilmente. Sin embargo, conseguí conservar el del último cantus al que fui. Os dejo unas fotos para que veáis algunas de las canciones).