¡10 cafés que no hay que perderse en Lisboa! #Parte 1

¡Una bica, por favor! Esta es quizás una de las frases más escuchadas en Lisboa a primera hora de la mañana. Para los que no lo saben, una bica es un expreso, bueno, al gusto portugués. Se puede beber de pie, an la calle, o en los días con más tiempo, en una mesa en la terraza de los sitios más encantadores de la ciudad portuguesa. La cultura del café es una realidad entre los portugueses. ¿Una reunión? En la cafetería. ¿Un amigo que no has visto en mucho tiempo? También. Enfin, es un hábito arraigado, repetido una o más veces durante el día, y es parte de ser portugués.

Para los que quieran tomar un buen café pero también disfrutar de un bello ambiente, una vista que corta el aire o una perfecta elección musical, dejo algunas sugerencias de los sitios que más me gustan de la capital y otros que son consejos de colegas míos que, por supuesto, también han estudiado en Lisboa y conocen cada rincón de ella. Sin más preámbulos, la tan esperada lista:

1 - El brasileño

R. Garrett 120, 1200 - Lisboa

El interior - Fuente

Este es quizás uno de los cafés de Lisboa más icónicos. Situado en la parte superior de la calle que lleva de los almacenes de Chiado al Largo Camões, es un lugar muy popular en la capital, tanto para los turistas como para los residentes. Es un espacio museográfico, decorado según el gusto de la época en que se inauguró - 1905 - por la mano de un portugués emigrado a Brasil y que, a su regreso a Portugal decidió, para asegurar su subsistencia, crear un espacio en Lisboa donde se pudiera beber el verdadero "café do Brasil", importado directamente por él mismo.

El espacio ganó mucha notoriedad y se convirtió en un punto importante en la vida bohemia de la ciudad. Fernado Pessoa, por ejemplo, un gran poeta portugués, quizás uno de los más conocidos dentro y fuera del país por sus heterónimos y su famoso libro sobre el fado portugués, "Mensagem", se convirtió en un cliente habitual. Como homenaje, se colocó una estatua de bronce del escritor tomando café en la terraza, donde se pueden hacer fotos y registrar el momento de su paso por este hermoso lugar.

En el exterior hay una pequeña terraza cubierta, agradable incluso en días calurosos, debido a la sombra que proporcionan los toldos. En el interior, hay algunos asientos y se puede tomar café en la barra. La decoración interior está muy bien cuidada. El techo es un espejo y los empleados van en uniforme. Tiene una atmósfera clásica pero informal. En las paredes hay importantes obras de arte del panorama artístico portugués y atraen a los más previsibles y amantes del arte.

Los precios no son los más baratos de la ciudad, pero eso también es algo que hay que asumir ya que es un café muy popular. Los productos son todos de alta calidad - además del café, como en otros espacios similares, se sirven todo tipo de pasteles y pequeñas comidas. El horario es relativamente amplio, y en verano creo que están abiertos hasta más tarde.

Aunque su presupuesto no le permita muchos caprichos, es indispensable acudir a esta cafetería. Cuenta con mucha riqueza histórica y bellos detalles muy agradables a la vista. ¡Es un lugar único en la ciudad!

2 - Cafetería Mexicana

Avenida Guerra Junqueiro, 30C - Lisboa

Fuente

Este café fue remodelado recientemente y está abierto al público. Se encuentra cerca, muy cerca de Praça de Londres, cerca de la salida del metro de Areeiro. Es un espacio acogedor al que acude la población parroquial y tradicional que aún habita en los alrededores.

Inaugurado en los años 60, fue frecuentado por importantes personajes del surrealismo y modernismo portugués. En el interior, en la sala del té, hay un gran mosaico pintado y firmado por el escultor Querubim Lapa: un sol colorido y vibrante que da calidez al lugar y lo hace único.

En el interior, el espacio se divide en dos pisos: en el primer piso, que comienza en la entrada de los clientes, hay una sala del té que se convierte en un restaurante a la hora de la comida. En el piso inferior, más íntimo y privado, que pasa desapercibido para la mayoría de los transeúntes, hay una cervecería. El salón de té es una gran habitación donde el mobiliario original se ha combinado a la perfección con las nuevas decoraciones. También se conservó una cabina telefónica a modo de reliquia, lo que hace recordar tiempos pasados en que poca gente tenía teléfono en casa.

El piso inferior, la cervecería, es un espacio más informal y del montón. Es muy frecuentado por motociclistas portugueses que pasan por la capital para reponerse con un buen plato de comida. La escalera que lleva al piso inferior tiene forma de caracol y termina en una zona de abrigos trabajada en madera. La sala es de tamaño medio y actualmente sirve cenas, sobre todo platos de carne reconfortantes, diferentes de los aperitivos más refinados que se sirven en la sala superior.

Tengo que decir que la repostería es particularmente buena en este sitio, ya que todo está hecho a mano y en el momento. Es un espacio que merece ser visitado, ya sea para una merienda en el fin de semana o para una comida ligera. Los precios son bastante asequibles para el promedio de la capital.

3 - Nicola

Praça Dom Pedro IV 24-25, 1200-091 - Lisboa

Fuente

Otro espacio muy cercano al centro de Lisboa igual de icónico que el Brasileño; tan icónico que da nombre a una gran y conocida marca de cafés en Portugal. Fue uno de los primeros cafés o espacios de este tipo en animar el Rossio, en el siglo XVIII, de la mano de un italiano cuyo apodo es homónimo a lo que luego le dio al café.

La fachada no pasa desapercibida para los transeúntes por las columnas de mármol y el letrero "NICOLA" pegado en la piedra. Los empleados llevan camisas y corbatas negras. Al igual que el brasileño, también fue un importante centro de ambiente cultural de Lisboa, ganando prestigio y sobreviviendo hasta el día de hoy como un punto de paso obligatorio en la capital.

Uno de sus clientes más frecuentes es el poeta Bocage, muy popular en Portugal. Aquí muchos de sus mitos tomaron forma. Hoy en día es un espacio diminuto y castizo, muy buscado por los turistas. El ambiente es un poco más formal y selectivo. Es un espacio de calma, de disfrute del café, donde este producto se convierte en el protagonista. ¡Vale la pena acercarse! Los precios son un poco altos, comparados con el café común de Lisboa.

4 - Panadería portuguesa

Fuente

Una cadena de cafés que surgió hace un par de años pero que ha asegurado una clientela fiel de proximidad del barrio. Los espacios son más que muchos. Para localizar el más cercano, basta con localizarlos en Google Maps: están bien repartidos, casi a partes iguales, en las distintas zonas de la ciudad y tienen la intención de seguir abriendo nuevos espacios en un futuro próximo. Encontrarlos no será un problema.

Los espacios son pequeños pero hermosos, decorados con un estilo retro y limpio. Los empleados suelen ser muy amables y están dispuestos a responder a todas las preguntas. Hay menús para el desayuno, el almuerzo y la merienda, así que son adecuados para todas las horas del día. Los precios son bastante asequibles: la última vez que desayuné allí, creo que pagué 2,5 euros (precios de septiembre de 2016), incluyendo un café, un zumo natural y un bocadillo o croissant.

Mi pastel favorito es el caracol de frutos secos, hecho en el sitio y envuelto en una fina capa de miel. Para el almuerzo, recomiendo la ensalada de salmón ahumado, fresca pero llena de sabor. Las combinaciones son siempre muy originales y muy sabrosas. En ciertos momentos del día puede ser un poco caótico, especialmente en el desayuno y después de la hora del almuerzo. En las zonas más orientadas a los servicios y con empresas cercanas, suele ser muy concurrido a la hora del almuerzo.

Uno de mis locales favoritos es el de Chiado. Está en Largo Camões y tiene dos pisos que se abren a una gran ventana y permiten ver el bullicio de la plaza. La luz del lugar es también magnífica e invita a un café para dos - o más - acompañado de una buena conversación. Ideal para comidas rápidas, baratas y sabrosas, que aunque no son típicamente portuguesas, merecen ser probadas! ¡Te animo!

5 - Pasteles de Belén

Rua de Belém nº 84 a 92, 1300 – 085 - Lisboa - Portugal

Fuente

Ya he hablado de este espacio por separado aquí - ver este link - pero no podría no mencionarlo de nuevo en esta lista. Allí, en el lado de Belém, muy cerca de los Jerónimos, hay una casa tradicional, fundada inicialmente por los religiosos que vivían cerca y necesitaban fondos extra para mantener el monasterio. Aquí podemos probar el verdadero y original pastel de Nata, siendo, según algunos, el mejor de la capital. Cuesta sólo 1 euro/ la unidad (precios de septiembre de 2016). Recién salido del horno y espolvoreado con canela y azúcar en polvo son una verdadera perdición.

En el interior, existe una sala laberíntica, que parece no tener fin, donde puedes sentarte tranquilamente y disfrutar de esta dulzura, quizás acompañado de una bebida caliente o un refresco.

Para los que pasan por aquí y quieren comer algo en el camino, esta también es una buena opción ya que permite comprar para llevar facilmente. Los pasteles los guardan en una caja diseñada para este propósito - esta almacena 6 pasteles y cuesta 6 euros (precios de septiembre de 2016).

Ideal para una tarde en la zona oeste de la ciudad, cerca del río y donde se puede tener una magnífica vista de la puesta de sol. Hay momentos del día en que hay mucha gente y las colas a veces parecen largas, pero no se equivoquen: hay muchos trabajadores preparados para atender a la clientela incluso en los días más concurridos.

Una de las cosas que más me gusta de este espacio son los azulejos azul y blanco portugueses que siempre están presentes en la decoración de los espacios y que le da un ambiente muy lisboeta y típico. Esto es algo que suele gustar mucho a los turistas. ¡No te lo pierdas si pasas por esta zona de Lisboa!

Seguirá una segunda parte con 5 sugerencias más, ya que este post se está haciendo muy largo! ¡Toca salir a la calle y probar todas las recomendaciones!

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