Mis pensamientos e impresiones después de un mes en Japón. Parte 2
Si os habéis saltado la primer parte, haced clic aquí. Si ya sabéis de lo que va, fantástico. ¡Vamos allá!
6. Baños y aseos
Mis amigos, que habían visitado Japón, me contaron muchas historias acerca de los baños y aseos japoneses y hemos comentado muchas leyendas acerca de lo que leímos en Internet. Bueno, pues ahora sí que puedo confirmarlo. ¡Los baños japoneses son alucinantes!
En las casas, suelen estar separados de los aseos. El asunto es: cada baño está dividido en dos partes con puertas que se pueden cerrar (ya sean las «típicas» de los hogares europeos (correderas) o de las que se tira hacia fuera o hacia dentro).
Una parte es para la ducha o la bañera. Normalmente hay una bañera o una especie de zona cuadrada que se cubre con madera o plástico que se quita antes de usar. En la otra parte hay un lavabo, una lavadora y una secadora. Es decir, una persona puede estar tranquilamente tomando una ducha en el baño mientras la otra se está lavando los dientes o cogiendo la ropa de la lavadora sin verse ni molestarse. Además, la bañera (o el baño, en general) tiene un montón de botones con diferente funciones, que me dieron muchos problemas al principio por no saber usarlos adecuadamente. Cada vez que intentaba poner la «temperatura perfecta» me quedaba paralizado. Es decir, cada vez que abría el grifo, independientemente de si lo hacía hacia la izquierda o la derecha, o hacia arriba o abajo, siempre era el agua caliente, por lo que acababa saltando y maldiciendo.
Algunas veces tuve miedo de causar una inundación, pero por suerte, después de entrar en pánico, aprendí a resolverlo. En otras casas, los iconos puede ser diferentes (o estar solo en japonés). Y con tanto botón con tanto número, me entró curiosidad por saber para qué servía cada uno. Aunque creo que entendí lo que significaba el icono de la «gran fuente» para el inodoro y no lo probé. Ducharse no tiene tanta complicación, puedes meterte en la bañera, quedarte de pie o simplemente sentarte fuera. Toda el agua va al agujero del suelo que está cerca de la bañera.
La mejor parte es que cerca de la lavadora hay una secadora que parece una ducha o algo integrado ya en la lavadora. Los japoneses lavan la ropa todos los días. Durante las dos semanas que pasé con mis familias de acogida, llevé las mismas camisetas todos los días, frescas y limpias. No conocía esta costumbre antes de venir (ahora la sabéis vosotros) y traje mucha ropa, por lo que tuve que dejar alguna. Al parecer, el agua que se utiliza para la ducha o para tomar un baño, se filtra y se reutiliza al usar la lavadora. Supongo que es una especie de truco.
A final de mes, parece que gastan la misma cantidad de agua que nosotros cuando lavamos la ropa cada pocos días. De este modo, tanto la ropa como tú salís limpios cada vez que entráis al baño. No he visto mucha gente que seque la ropa fuera. Aunque los días que hace sol, los que tienen jardín aprovechan para colgarla fuera (si no tienen prisa).
¿A qué botón le doy?
Volviendo al tema de los aseos, o en japonés «toire», creo que el 90 % son... ¿cómo decirlo? ¿Automáticos? ¿Robots? Por suerte, todos tenían escondido en alguna parte la palanca normal para tirar de la cadena. Tuve problemas para acostumbrarme a esto. Los primeros dos días fueron los peores. Olvidaba o pulsaba el botón incorrecto, así que me costó un poco de imaginación «hacerlo funcionar». Recuerdo que en un centro comercial pulsé todos los botones (unos 10 más o menos), ya que no podía encontrar la palabra «FLUSH» (tirar de la cadena) en inglés. Así fue como de pronto sonó una musiquita y tuve que salir corriendo por la fuente de agua que salía disparada a chorro desde el inodoro. Solo tenía que recordar la imagen, que es universal. En fin, utilizamos teléfonos móviles de última generación, pero ellos también tienen inodoros de última generación, que tiran de la cadena de manera automática y se cierran cuando «has terminado de hacer tus cosas». Comenté en la entrada anterior (parte 1) que tuve algunos problemas con el tamaño de los inodoros: o eran muy pequeños o estaban muy cerca de la pared (y tenía que hacer malabarismos con mis piernas).
En Croacia y Australia es más... sencillo. Simplemente tienes que pulsar o tirar de la cadena. Cuando mi invitado japonés vino, dibujé botones y figuras en un cartón y lo puse en el baño para hacerle sentir como en casa.
7. Idioma y sistema de escritura
Los japoneses hablan... japonés. Más o menos. Hay distintos dialectos y diferencias según la región. La zona en la que estaba, si lo recordáis, era Kansai y el japonés de aquí (o el dialecto) se llama Kansai-gengo. Bueno, yo soy el único que lo llama así. En realidad es Kansai-ben. Gengo significa «idioma». Por ejemplo, en lugar de arigatou, dicen ookini. «Arigatou» proviene de Tokio y como el idioma vernacular de Tokio fue elegido para ser la base del japonés estándar, utilizan «arigatou» en lugar de «ookini». (Si os interesa aprender más sobre el Kansai-ben, aquí tenéis un vídeo muy útil).
La característica principal del japonés es que las sílabas forman las palabras. Por eso, mi nombre Grgo se tiene que adaptar al japonés añadiendo vocales, una de las soluciones sería «Gurego». La vocal «u» se suele omitir en el oral y es por eso que escriben muchas cuando escriben palabras en otro alfabeto (Gurego se pronuncia Grego).
¿El idioma es difícil?
No soy un experto y aún no he profundizado en el idioma, pero os puedo contar mis impresiones tras intentar aprender algo día a día. El idioma en sí no parece muy difícil de aprender (dominarlo y hablarlo de manera fluida es otra cosa). Es totalmente normal tener problemas con el vocabulario: el japonés no pertenece a los idiomas indoeuropeos, por lo que todo es nuevo, otro mundo. Sin embargo, teniendo en cuenta que parecía que las palabras en japonés iban sin ningún sentido, el problema del vocabulario no era para tanto. Por ejemplo, no tienen la misma raíz (ni parecida), algo típico de las lenguas indoeuropeas. No puedo deducir por lógica el significado de las palabras que tengan una raíz parecida o igual (por ejemplo florido, florecer, florero... «flor» es la raíz). Los verbos van al final de la oración y su relación con las palabras se marca utilizando las partículas wa, ga, go, no, etc. Tengo entendido que para los hablantes de alemán es más sencillo, porque el verbo en alemán siempre va al final de la oración. No tienen un sonido para la L, lo que supone un gran problema cuando intentan hablar inglés (o comprenderme al principio). Palabras como béisbol, cola, girlfriend (novia) o lunch (almuerzo) se convierten en baseboru, cora, garufrendu o ranchu.
¿La leche viene en latín, glagólico, cirílico y jeroglífico?
El idioma no es muy problemático, pero el sistema de escritura es la parte más espeluznante, sobre todo si queréis aprender japonés como debe ser o integraros en en la sociedad por completo. ¿Por qué?
El japonés no utiliza ni uno, ni dos, ni tres... ¡sino cuatro sistemas de escritura! Los dos japoneses son: hiragana, para las palabras de origen japonés y katakana, para las palabras extranjeras. Y los mezclan en las oraciones. Lo más parecido para mi lengua nativa, croata (o para los de occidente) sería combinar el alfabeto latino con el cirílico en una frase. Sin embargo, el alfabeto japonés consta de unos 46 símbolos que representan las sílabas. Cada alfabeto unos 46 símbolos. Por lo que leer textos en este alfabeto (que puede estar bien después de un tiempo) significa conocer 92 símbolos. ¡Y para hacerlo más divertido aun, no utilizan espacios!
Pero... No nos olvidemos del kanji, los símbolos que proceden de China. Estos son, literalmente, una «patada en el culo», ya que hay miles de ellos y tienes que seguir aprendiendo constantemente.... bueno, hasta que te mueras supongo. Si te olvidas del significado del símbolo no puedes ni leer ni comprender el texto. O viceversa. Algo muy complicado. Por lo que he podido ver, a los japoneses tampoco les gusta mucho, ya que complica sus vidas. Aunque la parte buena es que son prácticos, tienen un símbolo para cada cosa. Siempre hay pros y contras. Y no sería Japón si eliminamos eso. Pero tenemos que aprender de ellos.
¿Y el cuarto alfabeto? Es el romanji. Ese es el nombre que recibe el alfabeto latino (romano) en japonés. Significa que dominan y utilizan 4 sistemas de escritura al día.
Me sentía como Indiana Jones cada vez que lograba «descifrar» el significado de algún símbolo hiragana o algún kanji. Por ejemplo, la información de un bote de leche o las señales de las calles.
8. Los japoneses y las lenguas extranjeras
Otra pregunta típica es sobre sus habilidades con los idiomas extranjeros. Por lo general, salvo por la gente joven que suele conocer las lenguas extranjeras (aunque es relativo, igual que aquí, no podemos pretender que todos hablen lenguas extranjeras), el inglés es mucho más útil que otro idioma.
Los primeros dos o tres días fue muy difícil moverme, ya que no entendía nada y ellos no me entendían a mí. Utilizaba mucha gesticulación: saludar con las manos, saltar o dibujar en un papel. Pero también fue una de las mejores cosas que me pasó. Nunca había estado en esa situación. Me había preparado antes de venir, puse un diccionario Japonés-Inglés en el móvil, pero encontré otro más útil después. Y dos días antes del viaje, tenía un papel o una pequeña libreta y un lápiz que llevaba siempre conmigo, además de mi diccionario electrónico. Poco a poco la comunicación mejoró.
Después de unos días, tenía folios llenos de notas, de bocetos del vocabulario japonés y frases que solía leer y repetir durante mis descansos, muy rápido todo para aprender más. Solía leer y escuchar frases y vocabulario en mi aplicación (y aprender hiragana y katakana) antes de irme a dormir o cuando tenía problemas de jet lag, que me pasaba una hora por la noche o por la mañana temprano. Traté de utilizar el vocabulario para poder memorizarlo.
La mejor oportunidad que tuve de aprender y practicar japonés fue en el restaurante Anchin, en el que ayudé unos días. Mis habilidades mejoraron del primer día al último que estuve ahí. Lo escribía y repetía todo y mis compañeros me animaban mucho (también otra gente que conocí), fue divertido aprender con ellos. Podéis imaginar la situación, un chico extranjero que viene de la otra punta del planeta y se pone a decir «ookini, iie iie, boxu wa doko desu ka? », etc. La mayoría del vocabulario japonés que recuerdo es del tiempo que pasé en el restaurante. He olvidado todo lo que aprendí después (o cuando volví de Japón). Después de un tiempo, al tratar de entender la estructura y la lógica de las oraciones, pude usar frases sueltas.
Los japoneses aprecian mucho que lo intentes y te esfuerces en aprender su idioma. Te ayudarán y te animarán a continuar. Nadie se ríe de cómo hablas ni son groseros o arrogantes al corregirte los errores. Se sorprenden mucho. Creo que la mayoría de ellos piensan que el japonés es muy difícil para los extranjeros, pero esta mentalidad está cambiando. Debo mencionar que conocí a muchos japoneses (y algunos leerán esta entrada) que hablaban muy bien inglés, y sabían algo de alemán o francés.
Lo aprecio y les animo mucho a mejorar su inglés o cualquier otro idioma. Algunos se ríen incluso (como un amigo que dijo: «Guys, please sh*t down», aunque no se dio cuenta), pero no podemos olvidar que ellos no conocen las lenguas indoeuropeas como nosotros. Algunos europeos no son capaces ni de hablar bien su propia lengua o alguna de las lenguas que llevan estudiando durante 8 años. Muchos jóvenes les cuesta hablar inglés (a pesar de que lo escuchamos todos los días) y se les da peor aún en la segunda lengua extranjera. El japonés (y para ellos el inglés) es un idioma muy diferente.
¿Me entiendes? - Sí. -¿De verdad? - No.
Pero aún hay más. Cada vez que hablaba con mis amigos en inglés, si sabían algo, intentaba hablar con frases sueltas o en plan Tarzán para que me pudieran entender. «¿Me entiendes? - Sí». Pero no les creo y cuando les pregunto en japonés lo mismo, me responden otra cosa: «wakaru? - lie, wakarimasen» (no, no te entiendo). Luego tratamos de torturarnos solo con japonés, pero al menos no nos preocupamos.
Algunas frases útiles
So so so so = Sí, bien, justo ahí.
¡Mata ne! = ¡Hasta luego! (es una frase esencial, pero siempre se ríen cuando la digo, no sé por qué).
¡Arigatou gozaimasu / gozaimashita! = ¡Muchas gracias!
¡Chotto matte ne! = ¡Espera un momento! ¡Espera! (también se ríen con esta).
¡Sugoi! = ¡Fantástico! ¡Genial! (la usan cuando se sorprenden por algo).
Subarashii = ¡Perfecto! ¡Excelente!
¡Ohayo! = ¡Buenos días!
¡Konnichiwa! = Buenos días (para ser exactos es buen día o buena tarde).
¡Konbanwa! = ¡Buenas tardes!
¡Oyasumi! = ¡Buenas noches!
¡Daijboobu! = Todo está bien, no hay problema.
¡Oke oke! = esto es parte del idioma universal para confirmar algo, preguntar, sugerir, etc. Lo pones al final de la frase y lo dices ambos rápidamente (y muchas veces) y ¡todo bien!
¡Atsui! = ¡Calor! (lo dicen siempre que hace mucho calor fuera).
Kudasai = Por favor.
¡Sumimasen! = ¡Perdona!
Toire wa doko desu ka? = ¿Dónde está el baño? (mi primera frase cuando llegué al aeropuerto).
¡Gracias por leer! Espero que la lectura sea interesante y divertida. Pronto la parte 3.
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