Último destino, Sicilia
¡Muy buenas a todos! En la publicación de hoy, despido este blog sobre el crucero por las Islas Griegas que realizamos mi familia y yo, con la última parada que realizó este barco en Sicilia, una región italiana situada al sur de este país, de la cual nos quedamos con ganas de más puesto que, como bien sabéis, en un día es imposible descubrir todos los lugares turísticos o puntos de interés que una ciudad tiene para ofrecer. Sin embargo, sí que aprovechamos al máximo este día visitando dos de las ciudades más famosas de Sicilia, Taormina y Mesina. El barco atracó en el puerto de esta última, donde empezó nuestra ruta del último día de crucero.
A continuación, os cuento qué hicimos o visitamos en estas dos ciudades.
Itinerario de Taormina y Mesina
Nada más llegar al puerto de Mesina, una pareja que habíamos conocido en el barco, mi familia y yo, contratamos una excursión guiada que nos llevaba a Taormina, para pasar la mañana en esta pequeña ciudad situada en lo alto de un monte, a una hora en coche aproximadamente de Mesina. Un chico italiano súper agradable que hablaba genial español nos llevó en furgoneta hacia esta ciudad, mientras nos iba explicando por el camino cómo era la vida en Sicilia, algunos datos históricos o curiosidades de esta isla.
De camino a Mesina, vimos desde la furgoneta la Isla Bella, una pequeña cala de agua cristalina y rodeada de naturaleza, que como su propio nombre indica, es una playa preciosa, ¡de las más bonitas que he visto nunca! Al solo disponer de un día, no pudimos hacer una parada en esta cala, pero bucear en estas aguas o pasar la mañana disfrutando en este paraíso de playa habría sido genial, así que, si estáis de vacaciones por Sicilia y os sobra tiempo, ¡no dudéis en añadir a vuestra lista la Isla Bella!
Cuando llegamos a Taormina, lo primero en lo que nos fijamos fue en el Monte Etna, un volcán que se encuentra actualmente activo. Este se ve perfectamente a lo lejos desde Taormina, y según nos contó nuestro guía italiano, se puede llegar hasta este volcán en coche en unos cuarenta y cinco minutos, e incluso se puede escalar, aunque no nos recomendaron hacer esta actividad en pleno verano, debido al sofocante calor.
Tras hacernos un par de fotos con el Monte Etna de fondo, comenzamos nuestra visita por la ciudad de Taormina, accediendo a su casco histórico mediante la Porta Catania, una la muralla medieval que sirve como entrada a Corso Umberto, la avenida principal de la ciudad. En esta calle peatonal tan transitada y con tanto ambiente, se encuentran la mayoría de las tiendas, restaurantes y atractivos turísticos de Taormina. Además, el encanto y la belleza de Corso Umberto viene ligada, en mi opinión, al estilo italiano de las casitas y los edificios, las plazas o arcos medievales que vas encontrándote a tu paso, etc.
Conforme íbamos caminando por la avenida, vimos varios puntos de interés, como la fachada del Palazzo Ciampoli, o el Duomo de Taormina, la plaza principal de la ciudad, donde está ubicada una gran fuente y la Catedral de San Nicolò di Bari, el lugar religioso más importante de la ciudad. El exterior de este edificio es muy pintoresco y bonito, y aunque su interior es bastante sencillo y carece de decoración, es precioso también.
Continuando por esta calle, llegamos a la Piazza IX Aprile, una plaza llena de ambiente que se encuentra en pleno centro de la ciudad. Desde el mirador de esta plaza, se pueden admirar unas vistas increíbles al Monte Etna, a las playas de Taormina y al mar. Además, sus alrededores están repletos de restaurantes o cafés, en los que tanto turistas como locales se sentaban en las terrazas para tomar algo mientras disfrutaban del encanto de esta plaza.
Luego, nos encontramos con el Palazzo Corvaia, otro edificio importante de la ciudad. La entrada a su patio interior es totalmente libre, y vale bastante la pena visitarlo. A continuación, nos dimos cuenta de que habíamos llegado al final de la avenida Corso Umberto, ya que está delimitada por dos grandes entradas: la Porta Catania, por donde accedimos, y la Porta Messina, otra muralla medieval, esta un poco más pequeña que la de Catania.
Interior del Palazzo Corvaia
El punto fuerte de la visita a esta ciudad italiana se situaba al final del recorrido, el monumento histórico más importante y famoso, el Teatro de Taormina, de origen greco-romano. Venir a Taormina y no visitar este teatro podría considerarse como un delito, ya que es el emblema turístico de la ciudad y merece muchísimo la pena verlo. Este antiguo teatro es enorme, está bastante bien conservado, y sus vistas al mar y al Monte Etna son impresionantes. No recuerdo el precio del ticket, pero se puede comprar fácilmente allí mismo en taquillas y nosotros no tuvimos que esperar mucha cola.
Tras visitar el teatro greco-romano, volvimos a recorrer de nuevo la calle Corso Umberto para ir hacia el inicio de nuestro recorrido por Taormina, a Porta Catania, donde nos esperaba el guía italiano para llevarnos de vuelta hacia Mesina.
Una vez llegamos a Mesina, almorzamos en un típico bar italiano y optamos por dedicar nuestras últimas horas y la última tarde de crucero paseando por la ciudad antes de subirnos al barco.
Mesina tiene varios atractivos turísticos que ver o visitar, pero es bastante pequeña por lo que unas horas podrían bastar para ver los monumentos o lugares principales. Empezamos viendo la fachada de la iglesia de la Santísima Annunziata dei Catalani, y luego continuamos andando un par de minutos hacia la Piazza Duomo, la plaza principal de la ciudad, donde se encuentra la Fuente de Orión y la Catedral de Mesina, el monumento más famoso de esta localidad italiana. Uno de los elementos más característicos de este edifico religioso, y sin duda lo que más llama la atención de él, es su Reloj Astronómico, situado en el campanario anexo a la catedral. Además, en esta torre hay también balcones con figuras bañadas en dorado, lo que hace que el campanario sea aún más original.
El interior de la Catedral de Mesina nos sorprendió bastante, ya que no lo esperábamos tan bonito. Sus paredes laterales están repletas de esculturas, y también se pueden observar decenas de arcos sujetos por columnas que delimitan el pasillo principal.
Por último, estuvimos andando un rato más por la ciudad, hasta llegar a la Plaza de la Unidad, donde se encuentra el monumento a la Fuente de Neptuno, con una gran escultura de la figura de este dios romano.
Tras haber dado una vuelta por la ciudad y descubrirla un poco más, el tiempo se nos echaba encima ya que el barco estaba a punto de partir, así que nos fuimos para el puerto, despidiéndonos no solo de Sicilia, sino también de nuestro viaje en crucero, sin duda uno de los mejores de mi vida.
Desde el barco, se puede apreciar el monumento a la Madoninna del Puerto de Mesina, una columna enorme que sujeta a una figura dorada que representa la Madoninna, la patrona de la ciudad. Con esta imagen, nos despedimos de Sicilia, y pusimos rumbo hacia el puerto de Roma, donde finalizó esta experiencia tan increíble.
Aquellos que hayan hecho un viaje así o hayan leído mis publicaciones sobre este crucero por las Islas Griegas podrán hacerse una idea de lo genial que puede llegar a ser este tipo de viajes en barco, mientras descubres ciudades o lugares llenos de historia y con culturas distintas, y todo esto en una franja de tiempo muy pequeña.
En mi opinión, hacer un viaje en crucero, ya sea con familiares, amigos o pareja, es una manera maravillosa de conocer mundo, así que os lo recomiendo 100% a todos los que podáis organizar un viaje así, ya que ¡no os arrepentiréis!
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