Norte de Italia: ¿Qué ver además de Venecia y Milán?

Norte de Italia: ¿Qué ver además de Venecia y Milán?

¡Hola a todas y a todos! Quiero compartirles un poco sobre ciudades que conocí cuando estuve viviendo en Italia, y esta es una de las entradas en la que les hablaré de ello.

Les explico.

Las ciudades más conocidas de la Italia septentrional son Venecia y Milán. Venecia es célebre por la particularidad y belleza de sus canales y por su colorido carnaval, mientras que Milán lo es por ser una de las ciudades más importantes para la moda actual y por su impresionante catedral o “Duomo di Milano”.

Ambas ciudades reciben a millones de turistas cada año, por lo que siempre suelen estar abarrotadas de gente y con precios más elevados en cuanto a alimentos, hospedaje y souvenirs.

Aunque ciertamente recomiendo visitar estas ciudades tan reconocidas, aquí quiero hablar de cuatro ciudades un poco menos famosas y menos frecuentadas, pero igualmente bellas y con muchísimo qué ver y conocer. Aunque también hay bastantes turistas que visitan estas ciudades que propondré a continuación, definitivamente son menos y por ende son ciudades más tranquilas e ideales para los que buscan una ciudad mediana, sin demasiado ruido ni demasiado silencio, en un punto intermedio y con un balance adecuado entre una gran ciudad y un pueblo.

1.     Torino (Turín en español)

Torino es de las ciudades que se encuentran más al norte de Italia. Si estás planeando visitar Francia, el Principado de Mónaco o Suiza además de Italia, Torino es un enlace perfecto con estos países, por lo que podrías darte un par de días para conocer esta ciudad en el camino a tu siguiente destino en alguno de esos tres países.

A mí me parece sorprendente cómo Torino no sea de las ciudades más sonadas y visitadas de Italia, pues es bastante bonita y con demasiadas atracciones y cosas por hacer.

¿Has escuchado hablar de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006? Se llevaron a cabo en Torino, pues esta ciudad se encuentra justo a un lado de los Alpes y conjuga perfectamente las comodidades de una ciudad con los terrenos y el clima necesario para ejecutar los distintos deportes que participan en este tipo de olimpiadas. Esto quiere decir que en invierno Torino ofrece una ubicación óptima para quienes deseen ir a esquiar, o incluso para quienes únicamente desean ver las montañas nevadas.

Un lugar de la ciudad desde el que se puede tener una magnífica vista de las montañas alrededor es el Monte dei Cappuccini, una iglesia situada en la punta de una colina. Desde su estacionamiento y terraza, se logra ver una gran cadena de montañas a la distancia, las cuales ofrecen una vista aún más espectacular en invierno.

El centro de Torino contiene muchas plazas, como Piazza Solferino, Piazza San Carlo, Piazza Castello y muchas otras más. Si se cuenta con poco tiempo, no considero pertinente visitarlas todas, pues son muy similares entre sí. Con visitar una o dos se tendrá una idea de cómo son las plazas de esta ciudad.

Algo imprescindible de esta ciudad son los museos, pues aquí se encuentran algunos de los museos más importantes de Italia e incluso de Europa. El Museo Egipcio es, a mí parecer, la atracción más imprescindible de la ciudad. Es el museo que alberga la colección más grande de piezas de la cultura egipcia, fuera de Egipto claro, motivo por el cual nadie se lo puede perder, pues es como transportarse a la época de una de las civilizaciones más importantes de la humanidad. El boleto de entrada incluye una audioguía donde te explican cada una de las obras y que sirve para administrar el tiempo y la dirección de la visita. (En una próxima publicación hablaré más a detalle de este lugar).

Otro museo sumamente relevante es el Museo de Arte Oriental, que contiene, entre otras, bellísimas obras de arte hindú. Un museo también célebre, aunque por motivos más occidentales, que también puede resultar interesante (especialmente para los católicos), es el Museo de la Sábana Santa, que guarda, como indica su nombre, el famoso sudario donde se marcó el rostro de Jesús.

Otro de los lugares que más disfruté y me pareció realmente agradable es el Borgo medievale o barrio medieval, situado a un lado del río Po en el Parco del Valentino, donde se pueden ver otros sitios de interés tales como un bello Jardín rocoso o la Fuente de los doce meses. El barrio medieval es una reconstrucción del siglo XIX de lo que debieron ser los barrios en la Edad Media. Cuenta con algunas tiendas y talleres especiales que muestran cómo era la fabicación de algunos objetos en la Edad Media, como por ejemplo la fabricación de libros. Es definitivamente uno de los imperdibles de la ciudad.

Otros lugares que debes poner en tu lista son la Catedral, el Palazzo Madama, la iglesia Gran Madre di Dio, la Mole Antoneliana y el Palacio Real de Torino, entre muchos muchos otros.

Como puedes observar, son muchísimos los lugares de interés que ofrece esta ciudad tan poco conocida, por lo que yo recomendaría dedicar a su visita al menos dos días.

2.     Verona

Si te suena familiar el nombre de esta ciudad de Verona es por la famosísima obra de William Shakespeare, “Romeo y Julieta”, que tiene como escenario dicha ciudad italiana, a la cual llaman algunos “ciudad de los enamorados”, precisamente debido a la romántica y trágica historia de estos dos enamorados shakespearianos. Sin embargo, Verona es muchísimo más que la ciudad de una historia de amor ficticia, y lo demostraré a continuación con una lista de lugares imprescindibles.

La Arena di Verona es una especie de “coliseo”. Es una construcción romana con miles de años de antigüedad, pero conservada en un excelente estado, incluso más completa que el Coliseo de Roma por lo que respecta a su exterior. Se conserva en tan buen estado que incluso se realizan espectáculos, como concierto, albergando a miles de personas como público ahí adentro.

Castelvecchio es un castillo con su museo incluido que se encuentra a unos minutos de la Arena. Se puede visitar sin tener que entrar al museo, y desde el exterior se puede apreciar su muralla y su jardín. Saliendo del museo y en dirección hacia el río Adigio se encuentra un puente que lo atravies y que forma parte de la misma construcción del castillo, por lo que continúa con las mismas formas de la muralla y le da un toque bastante bello. Desde este puente se pueden tomar fotos muy bellas del castillo, el río y la ciudad.

Otro lugar con vista impresionante de la ciudad e ideal para tomar fotos es el Castel San Pietro, al que se puede llegar caminando a través de unas escaleras o utilizando el funicular. En el camino para subir las escaleras se encuentran otras ruinas romanas, aunque no tan bien conservadas, conocidas como el Museo arqueológico o el Teatro romano.  Una vez que se han subido las escaleras o el funicular, afuera del Castel San Pietro hay algunos restaurantes con terraza y un punto panorámico que permite ver el río con sus curvas y del otro lado la ciudad con sus casitas coloridas y sus tejados rojos. Una ruta para llegar a este punto desde el centro de la ciudad es cruzando el Ponte Pietra, del que también se pueden tener vistas majestuosas del río y, hacia los dos lados, la ciudad.

De las muchas plazas que hay, una de las que más disfruté fue la Piazza dei Signori, pues a su alrededor tiene edificios (palazzi) muy bellos y restaurantes con un ambiente más agradable. En medio de la plaza hay una estatua de Dante Alighieri, y alrededor de vez en cuando se ponen mercaditos de artesanías o productos típicos de la región que, aunque no se vaya a comprar nada, siempre resulta agradable ver qué curiosidades tiene.

Finalmente debo recomendar una visita al Santuario della Madonna di Lourdes, ubicado en la cima de una colina. Recomiendo especialmente llegar ahí al atardecer, si se puede. Para llegar caminando se deben recorrer barrios residenciales muy tranquilos y de apariencia muy bonita. Eso sí, el recorrido es de subida y de al menos veinte minutos, por lo que se requerirán energía y ganas para hacer este trayecto caminando, aunque desde luego se puede ir en taxi o transporte público. La iglesia es bastante bonita, aunque de un estilo más bien moderno y totalmente diferente a las iglesias italianas renacentistas a las que estamos acostumbrados. La maravilla de este lugar reside en su sencillez, su paz, los lindos jardines que lo rodean y especialmente la vista que da de toda la ciudad en su conjunto, desde un punto más alto que los otros miradores que he recomendado, y por lo tanto con más alcance. Ver el atardecer de Verona desde este lugar es una de las experiencias más mágicas que podrán tener en esta ciudad.

Otros lugares famosos son iglesias como la Catedral o la de Santa Anastasia, pero debo confesar que no entré a ninguna porque cobraban la entrada. También están, desde luego, las casas de Romeo y de Julieta, creadas para diversión de los turistas, pues, como espero que sepan, la historia fue un mero invento de Shakespeare, pero tuvo tal éxito que la ciudad se volvió famosa por ello y debió aprovechar esta fama de alguna manera. En la casa de Julieta está el famoso balcón de la historia, y afuera de ella hay una escultura de la joven enamorada; las turistas suelen tomarse fotos con ella y tocarle los senos porque, cuenta la tradición, eso trae suerte en el amor. A la casa de Romeo no fui, por lo que no tengo mucha información sobre ella, solo puedo decir que no se encuentra muy alejada de la de Julieta.

3.     Ferrara

Ferrara es una ciudad con una belleza impresionante y hasta cierto punto muy medieval todavía. Contiene callecitas y callejones encantadores con un aire muy antiguo que le dan ese toque medieval del que hablo. No tiene tantos monumentos imprescindibles en sí como las ciudades anteriores, pero simplemente pasear por sus calles, probar su pan y caminar por sus parques es algo que vale la pena.

Yo tengo predilección por las ciudades pequeñas y tranquilas, y fue por esto que me encantó Ferrara. Se puede caminar y caminar por sus calles, tanto en el centro como en las afueras, y en todos los lugares se encuentra una misma sensación de paz y calma que es tan difícil de encontrar en otras ciudades.

Los lugares que más recomiendo visitar son la Catedral, el Castillo de los Este o Castillo Estense, la iglesia y cementerio de San Cristoforo alla Certosa y los diversos museos.

Sobre la catedral no puedo decir gran cosa porque, lamentablemente, se encontraba en arreglos cuando visité la ciudad. Sin embargo, por lo poco que pude ver desde afuera, es una iglesia impresionante y vale la pena detenerse a verla por fuera tanto como, me imagino, por dentro. Además, la plaza de Trieste, que es donde se encuentra la catedral, es bastante bonita y agradable, y se puede disfrutar aún más cuando hay algún mercadito para ver los productos de la zona, en su mayoría comida que tiene pinta de ser deliciosa.

El castillo es una construcción bastante grande y bonita. Para entrar en él hay que atravesar un gran puente levadizo debajo del cual hay una especie de estanque ancho y profundo, justo como se ve en las películas. Los Este fueron una familia bastante importante en el norte de Italia, como lo fueron los Medici en Florencia o los Sforza de Milán, por lo que su castillo fue una fortaleza bastante importante y al día de hoy es de las joyas más bellas de la ciudad. Al interior del castillo hay un museo que no recorrí, pero del que se pueden encontrar reseñas fácilmente para saber si vale la pena o no.

San Cristoforo alla Certosa es el único lugar que visité sin haberlo encontrado recomendado en internet. Simplemente iba caminando por afuera, me entró curiosidad y decidí visitarlo. Es una iglesia bastante bonita, con la belleza que generalmente tienen las iglesias italianas, pero también con sus particularidades. Como atrio hay un extenso jardín bastante bonito, y alrededor de la iglesia se encuentra el cementerio, bastante grande y con los rasgos característicos de este tipo de lugares, y sin embargo con algunos monumentos o construcciones interesantes en algunas de sus tumbas.

Los museos más sobresalientes de la ciudad son la Pinacoteca, que contiene muchas obras medievales de gran belleza, la casa de Ludovico Ariosto, donde la última etapa de su vida este importante escritor, y el Museo Arqueológico Nacional de Ferrara, que además de las distintas piezas históricas y la canoa romana que resguarda tiene un jardín bastante bonito y el edificio en general tiene muchos detalles que apreciar.

4.     Bologna (Bolonia en español)

¿Qué no les puedo decir de Bologna? Viví ahí por seis meses y puedo afirmar que se trata de una ciudad con un poco de todo: vida nocturna a todo lo que da todos los días, gastronomía inmejorable, un centro bonito para visitar y buenos museos. Es una de las ciudades con más vida que puede haber gracias a la importancia de su Universidad y los miles de estudiantes, tanto italianos como extranjeros, que viven ahí y alegran con su energía y juventud las calles de esta ciudad medieval.

Ya he hablado de Bologna sobre lugares para comer, los trece datos que hay que saber sobre Bologna y sus siete secretos, así que aquí simplemente enlistaré los lugares que ningún visitante se puede perder:

Son imperdibles las dos torres, y especialmente la visita a la Torre degli asinelli, que es la construcción más alta de la ciudad por sus más de noventa metros. La iglesia de San Petronio, que no es la catedral, pero sí la iglesia más grande de la ciudad, dentro de la cual pasa un meridiano. Afuera de esta se encuentra la Piazza maggiore y a un lado la Piazza del Nettuno, imprescindibles ambas. En esta misma zona del centro se debe de visitar el Archiginnasio, edificio bellísimo que contiene murales impresionantes, una biblioteca hermosa y uno de los teatros anatómicos más antiguos que existen. Finalmente, otro sitio que nadie que visite Bologna se puede perder es el Santuario di Nostra Madonna di San Luca, hermosísima iglesia ubicada lejos del centro, en la punta de una colina, que tiene unas vistas increíbles de la ciudad y de los campos, ofreciendo belleza y nada más que belleza tanto en su interior como a su alrededor.

Estas fueron las ciudades no tan famosas, pero tampoco tan desconocidas, que conocí al norte de Italia. Las cuatro me parecen verdaderas joyas del patrimonio italiano y definitivamente se merecen una visita o incluso más. Espero que les sea de ayuda si planean viajar al Norte de Italia y quieren alejarse de las muchedumbres de turistas.

¡Gracias por su atención y hasta la próxima!

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