Monasterio de la Rábida

¡Vamos al monasterio de la Rábida!

Está situado a unos 15 km del centro, el monasterio forma parte del top de "¿Qué hacer en Huelva? "

Además tuvimos la oportunidad de disfrutar del jardín bajo el sol otoñal típico de la costa de la luz. ¡Qué guay!

La entrada al monasterio es de cuatro euros y una pequeña bonificación, las audioguías son gratuitas. Los comentarios son ciertamente un poco largos pero para los más impacientes, y que entiendan un poco de español, en los bordes de las obras está todo escrito en español.

El monasterio consta de varias salas con lienzos o frescos de varios metros de longitud.

La visita continúa hacia un patio lleno de plantas y flores de todo tipo.

Mezclándose así las obras artísticas y la naturaleza consiguiendo vuestro mayor clímax.

Luego volvemos a la parte religiosa del monasterio donde se celebra la misa todos los miércoles, sábados y domingos.

Las paredes de la salita consagrada a la Virgen está llena de detalles, es un lugar digno de admiración. ¡La arquitectura de las puertas que atraviesan la bóveda sobre Cristo es simplemente magnífica!

En la segunda parte del monasterio, se puede contemplar el patio rodeado de geranios.

¡Una verdadera maravilla! Nos tuvimos que parar obligatoriamente para sacar una foto de esto.

El resto de la visita se centra más en los viajes de Cristóbal Colón, y en las maquetas de las tres calaveras que se pueden ver cerca de la sala de las banderas. Una pared entera también está dedicada a la firma del navegante, siendo esta última casi tan famosa como él.

El paso por el pasillo como fin de la visita también fue muy agradable, ¡sobre todo con ese sol que hacía!

También para aquellos que lo deseen, hay un pequeño parque no muy lejos (a unos diez minutos en coche) ¡donde descubriréis reproducciones a tamaño real de las calaveras!

En resumen, es un lugar realmente bonito, que vale la pena visitar aunque no se sea muy católico. La parte dedicada al descubrimiento y a los diferentes viajes de Cristóbal Colón despertó mi curiosidad. Además, se puede visitar por el mismo precio que un par de chupitos y tendrás muchos más recuerdos y fotos preciosas de esta visita que una noche en el bar. ¡jaja!