Otro sitio agradable descubierto a la aventura, que, para vuestra información, ¡empezó tan solo el martes!
La casa Bonilla, en pleno centro de Huelva, podría asustar a algunos: mosaicos, candelabros de cristal y todo eso...
Pero pese a la apariencia un tanto elegante del local, el precio de las tapas es bastante asequible. Treinta euros por cuatro personas con vino, cerveza, las tapas que quieras y un toque dulce y todo al final de la comida. Además, los onubenses suelen ir al local, prueba de que no es una trampa para los turistas.
En el menú: pulpo, patatas, chorizo, etc. Vamos, un poquito de todo lo típico español.
Tenéis que probar sí o sí las patatas bravas, una sola porción puede con el más glotón. Además, las croquetas y el pescado vienen servidos con patatas fritas (todo fritura).
Ya hemos hablado mucho de lo salado, ¡vienen los postres! Solo hay cuatro o cinco para elegir en el menú, pero confiad en mí, si aún os queda hueco, daros el capricho de la tarta de queso o la de tres chocolates. ¡Buenísimas!
La única pega es que la carta es algo cutre, plastificada como si fuera la de una heladería, pero bueno, que es un detallito porque el servicio es rapidísimo. Acabábamos de pedir y la camarera ya nos estaba poniendo el pulpo en la mesa. ¡Nada malo que decir sobre el ambiente o los platos! Aún me estoy chupando los dedos...