Viaje de un día a Meteora
Todavía recuerdo el momento en el que llegué a la ciudad de Kalambaka y las vistas que nos dieron la bienvenida: unos pilares de piedra enormes que sostenían en sus cimas antiguos monasterios. Era Meteora, uno de los paisajes más famosos de Grecia. Estaba más que feliz de tener por fin la oportunidad de visitarlo. Su nombre me recordaba a la palabra "meteoro", pero en realidad significa "que flota en el aire" y hace referencia a los monasterios que están construidos en lo alto de las rocas. Casi parece que vayan a tocar el cielo.
Meteora se creó hace millones de años debido a la actividad volcánica y a muchos terremotos que llevaron a la creación de estos enormes pilares. Más tarde, muchos riachuelos empezaron a fluir por el valle y separaron las rocas, lo que produjo que las piedras se modelaran con esta forma. Sin embargo, en algún momento el agua se secó y nació este valle tan verde que acompaña a los pilares.
Entorno al s. XI. muchos monjes empezaron a asentarse en esta zona y por ello empezaron a construir los primeros monasterios en lo alto de las rocas. Con el tiempo se acabaron de construir los dos primeros y durante la ocupación otomana los construyeron aún más arriba para que nadie pudiera alcanzarlos.
Un dato curioso sobre la construcción de los monasterios es que los monjes utilizaban cestos enormes y cuerdas llenas de rocas para poder construirlos y más tarde utilizaron esas herramientas para subir a la gente hasta la cima o que les enviaran comida y agua para cubrir sus necesidades. Actualmente se sigue usando uno de esos cestos en los monasterios aunque están bien conectados entre ellos a través de caminos asfaltados.
Los griegos veneraban estos templos porque, durante la ocupación otomana, eran el lugar donde la religión y la cultura se mantuvo intacta. También eran los centros religiosos para los griegos que buscaban salvarse y, además, muchos poetas, pintores y filósofos se encerraban allí a crear su obra.
Meteora se hizo famosa por su increíble paisaje y los monasterios construidos en lo alto de las rocas. Es un lugar increíble que visitar y normalmente hay mucha gente, sobre todo en los meses de verano. Además, es necesario que planeéis vuestra visita con mucha atención porque los seis monasterios que se pueden ver tienen diferentes horarios de visita y tenéis que contar con ello. Tened en cuenta que debéis llevar ropa adecuada porque no dejan que la gente entre con falda, pantalones cortos o tops que dejen los brazos al descubierto. En la mayoría os pedirán que os cubráis el pelo, sobre todo a las mujeres. Por ese motivo, antes de ir a Meteora pasamos mucho tiempo planificando nuestro viaje al detalle, ya que queríamos visitar cuantas más cosas mejor en nuestro único día allí.
¿Cómo llegar a Meteora?
Meteora está a tres horas en coche de Tesalónica. En tren o autobús se tarda más o menos lo mismo. Al principio pensamos ir en transporte público e investigamos mucho. Queríamos viajar desde Tesalónica, pero finalmente decidimos que era mejor ir en coche. Nos salía más barato y nos iba mucho mejor. Sin embargo, os dejo aquí toda la información al respecto porque creo que podéis necesitarla en un futuro.
Viajamos hasta Meteora desde la península de Sitona y el viaje duró 5 horas. La autopista estaba en bastantes buenas condiciones y no había obras, pero tuvimos que pagar un peaje, así que tenedlo en cuenta, al igual que después de la autopista el camino hasta Meteora es muy complicado porque hay muchas curvas, pero es soportable. Cuando llegamos a Kalambaka, seguimos en dirección a las rocas haciendo caso al GPS, que era bastante bueno, así que no tuvimos ningún problema en encontrar nuestro destino.
Se organizan viajes a Meteora en autobús por 20 €. Se puede coger desde la estación central de autobús de Tesalónica o desde casi cualquier ciudad grande de Grecia. Sin embargo, en el billete figurará que la última parada es Trikala porque desde allí podéis que coger otro autobús hasta Kalambaka que cuesta unos 5 €.
Por último, pero no menos importante: también podéis coger el tren desde la estación principal de Tesalónica hasta Kalambaka. Cuando fuimos, pregunté cuánto costaban los billetes y me dijeron que unos 18 €, así que prácticamente es el mismo precio que el del autobús, pero os deja directamente en Kalambaka. Yo creo que si no hubiéramos tenido la opción de ir en coche, habríamos optado por ir hasta Meteora en tren.
¿Qué ver en Meteora en un día?
Cuando llegamos a Meteora ya eran casi las once de la mañana, así que no teníamos tiempo suficiente para ir a todos los sitios que queríamos ver. Consultamos rápidamente los horarios de apertura de cada monasterio y empezamos nuestro viaje.
El monasterio de Roussanou
Nuestra primera parada fue el monasterio de Roussanou, uno de los primeros que hay en la subida hacia la cima de las rocas. Se construyó a mediados del s. XVI y se llega fácilmente a él por una escalera que hay cerca de la carretera principal. Desde allí seguimos subiendo otros veinte minutos hasta llegar a la cima. Por suerte, la escalera estaba en sombra gracias a los árboles que nos protegían del sol abrasador. Fue algo que agradecimos mucho.
Cuando llegamos arriba, tuvimos que pagar 3 € y ponernos ropa adecuada para tapar las zonas de nuestro cuerpo que quedaban al descubierto. Después entramos en el pequeño monasterio, que estaba lleno de pinturas y símbolos religiosos. También había un mapa de Meteora. Por dentro tenía una estancia muy pequeña, pero era muy acogedora y fresquita. Fue una experiencia increíble. Al lado había una tienda en la que se podían comprar recuerdos, miel y vino producido en el valle. Cerca del monasterio estaban los jardines, llenos de flores preciosas, que añadían más belleza aún a las vistas del monasterio Varlaam, que estaba del otro lado.
Cuando visitéis el monasterio de Roussanou, tened en cuenta que está abierto de 9 a 17 h. Tenéis mucho tiempo para visitarlo comparado con los horarios de apertura de otros.
El monasterio Varlaam
Justo después de visitar el monasterio de Roussanou, fuimos directos al monasterio Varlaam, que es el segundo más grande de Meteora. Abre de 9 a 15 h.
Cuando llegamos, tuvimos que subir una escalera de caracol hasta la entrada del monasterio. Se tarda un poco en entrar porque suele haber mucha gente esperando para visitarlo y, en un punto concreto, el camino que está cavado en la roca se hace tan estrecho que solo puede pasar una persona.
Nosotros tardamos en subir unos 20 minutos y en la entrada tuvimos que pagar lo mismo (3 €) para acceder al interior. El monasterio era bastante grande, tenía una gran iglesia con muchos frescos y motivos religiosos en las paredes, un jardín con una fuente, una cocina enorme y muchas habitaciones en las que se podía ver cómo y dónde vivían los monjes que, aún a día de hoy, siguen allí. También hay un gran barril de madera que se utilizaba hace un par de siglos para almacenar el agua.
La historia cuenta que el monasterio lo construyó un monje que se llamaba Varlaam a mediados del s. XIV. Para ello usó cestos y cuerdas que le ayudaban a subir los materiales a lo alto de la roca. Le llevó mucho tiempo, pero finalmente consiguió terminar el monasterio.
Después de visitar el monasterio Varlaam, paramos en el mirador de Meteora desde donde pudimos disfrutar de las vistas del valle y de la mayoría de monasterios. Aparcamos allí el coche y tuvimos que escalar una pequeña colina pedregosa para tener mejores vistas aún. Desde allí pudimos ver el monasterio Varlaam, el de Roussanou, el de la Santísima Trinidad y el de San Esteban. Las vistas eran increíbles. Si vais, debéis parar en este mirador.
El monasterio de San Esteban
Sobre las 16 h llegamos al monasterio de San Esteban, al que se llega fácilmente cruzando un pequeño puente que lleva hasta la entrada. Abría de 9 a 13:30 h y de 15:30 a 17:30 h. Entrar costaba lo mismo que en el resto de monasterios que ya habíamos visitado, así que pagamos antes de acceder. Me gustaría decir que el personal de este monasterio era el más estricto de todos respecto a la ropa de los visitantes y hacían salir a mucha gente porque no estaban vestidos adecuadamente.
El monasterio de San Esteban se construyó aproximadamente en el s. XII y no es tan grande como el de Varlaam, pero también es muy bonito. Tiene dos iglesias, una de ellas bastante deteriorada, pero que aún se conserva. Sin embargo, en ambas había frescos de un valor incalculable y simbología religiosa construida por los monjes que viven allí. En el interior también pudimos ver libros antiguos que los monjes leen durante las liturgias que se celebran en las iglesias. Por desgracia, no tuvimos mucho tiempo para explorar el monasterio porque cerraba pronto, así que tuvimos que irnos.
Después de visitar Meteora, estábamos bastante cansados y nos dirigimos a nuestro próximo destino, donde habíamos reservado un alojamiento para pasar la noche. Sinceramente, este viaje a Meteora fue uno de los mejores de mi vida. Es un sitio espectacular y el hecho de pensar en todo el esfuerzo y dedicación que hicieron para poder construir estos monasterios me pone la piel de gallina. ¡Era increíble!
Galería de fotos
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- English: A day trip to Meteora
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