Guarda do embaú: joya de la naturaleza:
No solo las playas de la isla de Florianópolis merecen la pena, y es que a pocos km en el continente se localiza una de las playas más bellas, originales y completas del litoral catarinense, llegando a ser considerado un veradero tesoro.
DÓNDE ESTÁ Y CÓMO LLEGAR:
La playa de Guarda do Embaú, se sitúa en el municipio de Palhoça SC, a unos 50 Km al sur de la capital (Florianópolis) y a unos 440 Km al norte de la ciudad de Porto Alegre.
Lo más cómodo para llegar es alquilar un coche si no dispones de uno. Si eres intercambista y conoces a alguien con coche, puedes aprovecharte de ello y proponerle el plan, o, sino, entre varios podéis alquilar un coche para dirigiros a la playa. Para llegar, si visitas google maps o cualquier pagina que te indique, resulta bastante fácil.
Es mucho más cómodo disponer de coche, pues ir en autobuses urbanos es un auténtico engorro en alguna época. Existen varias empresas que hacen ese trayecto pero a horas muy concretas e incluso teniendo que hacer trasbordos, en los cuales puedes perder bastante tiempo. Si decides ir en verano, recomendaría que te informasen en las múltiples empresas de transporte, pues la vez que visité la famosa playa fue en coche y no dispongo ni conozco la disponibilidad de transporte público. Solo sé que por ejemplo la empresa Paulotur (puedes acceder a sus autobuses en la terminal del centro de Floripa) tiene algún viaje directo hasta Guarda de Embaú, pero a horas muy concretas y muy pocos viajes son directamente, pues en la mayoría debes hacer conexiones (normalmente en la carretera que se comunica con Pinheira) y allí esperar el próximo autobús.
Es un destino tan deseado por los turistas, que viene gente de todo el continente, incluso empresas argentinas (Flecha Bus/Pluma) o uruguayas (Boquerón) salen desde sus capitales y modifican sus trayectorias para pasar por este punto.
Para llegar en coche desde el centro de Florianópolis, deberemos conducir unos 68 kilómetros dirección Sur por la autovía BR-101 y coger el desvío que está perfectamente indicado hasta llegar por una carretera de un único carril para cada sentido hasta el mismo centro de este bonito pueblo de pescadores.
QUÉ ES Guarda do Embaú:
Guarda do Embaú es un pequeño pueblo pintoresco, muy humilde, limpio, con adoquines en sus calles y casitas de madera. La pesca es su principal fuente de sustentación, junto con el turismo (fundamentalmente en verano), que atrae a gentes de todo el mundo que además de playa, quieren disfrutar del deporte al hacer surf o kayak, increíbles trilhas (senderimso) entre las gran cantidad de naturaleza que ronda la zona, pasear por toda la playa a lo largo de sus 6 Km de extensión, o sencillamente pasar un tiempo tranquilo con los peques de la familia.
Esta localidad acoge a una de las playas más bellas y originales del litoral catarinense. Creereis que esto puede decirse de todas las payas y que es una opinión muy personal, pero veréis, porque esta playa se caracteriza por un hecho muy curioso que hace de ella única. Esta playa está cortada por el Rio Madre que la atraviesa, para desembocar en el Atlántico (proporcionando un medio idóneo para los paseos en kayak). Este es un paisaje único, cuya “faixa de areia” contenida entre dos áreas de agua entre río y mar, le otorga gran vistosidad, dentro del Parque Estadual da Serra do Tabuleiro.
NOMBRE / HISTORIA:
Antiguamente, este pueblecito estaba destinado a la cría de ganado y un poco más tarde (después del año 1728 tras la llegada de los portugueses) se convirtió e una región de paso para los “tropeiros” que se dirigían a ciudades más al norte.
Es curioso nombre de esta localidad, viene de siglos atrás cuando una tripulación pirata que navegaba en un navío naufragó y ellos mismos se vieron obligados a esconder todos sus tesoros en baúles (“guardados em baú”) (guardados en baúl) en esa parte de la costa.
Esta leyenda se fue extendiendo hasta que los moradores hacían creer que había tesoros bajo sus tierras, tomando nombre la localidad por aquel entonces.
Al llegar, CÓMO MOVERSE
Una vez allí, es necesario atravesar el Río Madre ya que transcurre de manera paralela entre el terreno del pueblo y la franja de arena.
Si el nivel del río es bajo, puede atravesarse andando o a nado, pero en muchas ocasiones esto no es posible debido a que llevas una cierta cantidad de cosas (aunque únicamente sea una toalla). Por ello los pescadores ofrecen hacer el traslado en sus barcas por un precio de 3 reales, permitiendo el acceso a la playa.
CLIMA Y TURISMO. ¿Cuándo ir?
El clima de Guarda do Embaú, a penas restringe las visitas Días más calurosos y días menos, es posible que no puedas tumbarte al sol como un lagarto, pero siempre te ofrece la oportunidad de disfrutar de la playa aunque tengas que llevar puesta una camiseta. A pesar de que tiene las cuatro estaciones diferenciadas, la temperatura siempre suele ser agradable, bailando en una media de 27 ºC los días más calurosos, y descendiendo en invierno hasta unos 16ªC.
La primera vez que fui, el tiempo era un poco cambiante, un poco nublado, un poco despejado, por lo que no se podía tomar el sol en bikini, pero si nos permitió tumbarnos con una camiseta y disfrutar de un par de estrellas galicia (con lo difíciles que son de conseguir en brasil! )
Es posible que tengas la mala suerte de ir y que te sorprenda un chaparrón, pero no suele ser habitual, pues las horas de sol son muchísimas más que las de lluvia, que acostumbran a ser ú´nicamente esporádicas. Rara sería la ocasión que es día no te permitiese disfrutar de la maravilla de paisaje y agradable lugar.
Hay que tener en cuenta que hay determinadas temporadas a lo largo del año en el que los lugareños limitan el acceso a esta playa (hacer surf en esta época está prohibido) por la pesca de la “tainha” (pescado autóctono muy reconocido).
Los meses de mayor afluencia turística son al igual que en España los meses fuertes de verano, que allí corresponden a Enero y Febrero. La playa puede estar completamente abarrotada, aun a pesar de su extensión: todos los días hay oportunidad de conocer a nuevas personas y fiestas en la playa, principalmente en año nuevo (donde todos acostumbran ir vestidos de blanco) y Carnaval.
Su paisaje ecológico y la extraña fisonomía, hacen de él un destino idóneo tanta para brasileños como extranjeros.
Sin embargo, a pesar de ello, no es un ambiente cargante ni agobiante, por lo que si la tranquilidad reina igualmente en verano, imaginaos los meses de “invierno”.
Cuando disfruté por primera vez de Guarda do Embaú, fue en el mes de Abril. Aunque bien es cierto que no puede ponerme en bikini, sino que debía estar con una camiseta, no exagero al contar únicamente tres personas al margen de nosotros y los pescadores en la playa. Estaba completamente desierta, lo que hizo que fuese todavía más increíble.
Es similar a los pequeños pueblos costeros que te encuentras por Galicia, pero todavía más aislado, agreste y de encanto aldeano. Ofrece alojamiento, bares y restaurantes pero en el ambiente sencillo de Embaú, no encontrarás ni bancos ni casa de cambio. Cuando visites un pueblo de estas características, ten en cuenta que deberás llevar efectivo en la moneda local, si no quieres desplazarte hasta la ciudad más cercana, que en este caso sería Palhoça (aun así, existen algunas posadas y restaurantes que aceptan tarjetas, pero no te confíes porque no es lo más común).
El alojamiento en Embaú es asequible. Debes tener en cuenta que los meses fuertes de verano y durante el carnaval, los precios suben, mientars que en temporada baja pueden rondar entre 110 reales una suit más “lujosa” o por unos 40 reales podrás disfrutar de una habitación más típica de la zona.
La tranquilidad en este pueblo aldeano, es un punto fuerte de atractivo turístico, acorde con el estilo de vida de los lugareños. Parece que nunca ha ocurrido ningún altercado grave, ni suelen ocurrir robos. Es un entorno seguro lo que aumenta el turismo e incluso lo hace más adecuado si cabe para el descanso de familias.
QUÉ HACER:
Los planes en este pueblecito son demasiados para poder realizarlos todos en un periodo de vacaciones. Todos ellos se basan en disfrutar, recorrer y conocer la naturaleza que forma parte del lugar.
También incita a disfrutar paseos por el rústico pueblo conociendo a los vecinos, incluso compartiendo con ellos algunas anécdotas o historietas, a dar paseos al atardecer por la orilla, disfrutando en verano de fiestas nocturnas en la playa o de las terracitas de los pintorescos bares y restaurantes del pueblo, que abren sus puertas al público con la esperanza de hacerles pasar un rato agradable.
Surf
El clima de Embaú lo caracteriza como un destino muy demandado por los turistas más deportistas, pues sus olas son constantes en determinadas zonas de la playa. Tiene una cala entre dos formaciones rocosas a la que solo se puede acceder a nado o por una trilha de corta duración. La playa tiene la capacidad de mostrarse más embravecida en esta cala, y resultar más tranquila en el resto de su extensión.
La playa es mundialmente conocida, y frecuentada por surfistas de nivel avanzado, sirviendo incluso de escenario para campeonatos regionales. Es tan conocida que en invierto se congestiona la playa con tanta práctica de surf.
Trilhas / senderismo
También cabe destacar las múltiples trilhas ecológicas que se pueden realizar, de más o menos dificultad, a gusto del participante. La naturaleza que enmarca el paisaje del pueblo es deslumbrante y ofrece rutas verdaderamente atractivas.
Sin embargo, hay que tener cuidado con la hora del día en que inicias la travesía, pues algunas de ellas te conducen entre los matorrales y la densidad de forestación no deja atravesar a penas rayos de luz, por lo que es importante saber bien cual vas a hacer, y siempre es preferible partir a una hora temprana, para que la oscuridad no te sorprenda y te dificulte el camino de vuelta, pues la visibilidad es francamente mala y dificulta la orientación.
1. PEDRA DO URUBU:
Cuando fuimos nosotros a este paraíso, decidimos hacer la trilha de la “Pedra do Urubu”, la más conocida. Se trata de una piedra que ejerce de mirador, desde donde se puede aprecias todas las vistas no solo de Embaú y de toda la extensión de su playa, sino incluso de Palhoça.
Esta es la trilha que decidimos hacer nosotros y por lo que os comentaba nos quedamos a mitad de camino (o quien sabe, ni eso porque nunca llegamos a terminarla). Partimos muy tarde y empezó a oscurecer poco a poco. Valientes seguimos avanzando hasta que caímos en la cuenta de que si estaba resultando difícil ir, la vuelta sería imposible ya que entre toda la vegetación no se veía nada, además teníamos docenas de mosquitos acompañándonos en la ruta.
2. PRAINHA:
Otra de estas es la que desemboca en una playa escondida y aislada. Es menos frecuentada quizá por no ser tan conocida. Es una playa totalmente virgen sin ningun tipo de construcción, lo que hace que resulte más atractiva.
Cuando nos decidimos a hacer la ruta del Urubu, en la primera bifurcación que nos encontramos, al no estar indicado escogimos el camino de la derecha, pues parecía más inclinado. Elección errónea pero igualmente fue una sorpresa llegar a esta playa. Un verdadero paraíso y completamente desierta. No quisimos quedarnos mucho ya que nuestra intención en un comienzo era ascender hasta el pico Urubu (una pena porque hubiera merecido la pena quedarse allí a ver atardecer).
He ido a esta playa en dos ocasiones. La primera me fascinó lo rústico y pintoresco que es el pueblo. Hasta el momento estaba acostumbrada a que todas las playas estuviesen explotadas hacia el turismo con chiringuitos de playa, grandes hoteles y tiendas de pareos y recuerdos de la isla. Sin embargo, me llamo la atención su similitud con ciertos pueblecitos de la costa gallega. Todo aquello que tienen dirigido al turismo (restaurantes, alojamientos, tiendas…. ) se mantiene en la línea de construcción del pueblo y no desentona, lo que lo hace más entrañable.
La playa es sin lugar a duda un paraíso. El marco que la encuadra deja ver que es un paisaje natural con variedad de cosas de las que disfrutar. Primero, nos paseamos por el pueblo y después pedimos amablemente a uno de los pesqueros si podía llevarnos a la zona de la playa. Por tres reales nos hizo el viaje y pudimos disfrutar prácticamente solos de la playa. A lo lejos en la cala de surfistas, veíamos a algunos practicando el deporte, y en nuestra parte de la playa únicamente podían contar unas tres personas a mayores de nosotros.
Es cierto que la playa cuenta además con una torre de socorrista, pero ese día no había nadie, deduzco que solo se demandará el puesto en meses de verano.
Ya demasiado tarde, decidimos regresar, dejamos las cosas en el coche y nos fuimos de ruta. Toda la gente que no había en la playa nos la encontramos volviendo de los diferentes senderos. Al final pudimos conocer A Prainha, esa playa escondida y recóndita pero no llegamos a alcanzar el pico Urubu.
Otra de las veces que fui, era ya de noche, volvíamos un grupo de intercambistas españoles de hacer un viaje por el sur del estado y decidimos parar porque había gente que todavía no conocía la playa. Ese día, no había pescadores que nos llevase hacia la franja de arena que constituye propiamente la playa así que, mientras unos se quedaron en tierra, otro pequeño grupito fuimos a hacer el pequeño caminito que nos llevaba a la cala de los surfistas. Estuvimos allí un buen rato, haciendo fotos a un perro que nos acompañó, caminando entre las rocas y disfrutando del paisaje, hasta que se nos hizo verdaderamente tarde y decidimos volver.
Un lugar totalmente recomendable para visitar, sobre todo a aquellos que os gusten los sitios más apartados sin tanto ajetreo de turistas, y os guste compartir unas risas o tener una conversación con los lugareños, que pueden explicaros las historias del pueblo o simplemente haceros pasar un rato divertido.