Playa de Joaquina

Como buena amante de los deportes con tabla (acuáticos o de invierno) que soy, me llevé una gran sorpresa cuando fui de viaje a Brasil: sandboarding. Los básicos son como si estuvieras en la nieve: montaña abajo con una tabla bajo los pies pero, claro, aquí no hay nieve ni frío, en absoluto; la montaña es, en realidad, una duna gigante, y no necesitas mucha más ropa a parte de un bañador.

Florianópolis es la ciudad perfecta para probar este deporte. Hay un sitio en la playa de Joaquina en la que alquilan tablas. Ahora viene lo difícil: subir la duna. Vas a echar mucho de menos los ascensores que suele haber en las montañas en las que se hace snowboarding. Caminar por la arena no es tarea fácil, menos aún si tienes que subir una cuesta. Obviamente, no querrás bajar solo una vez, así que tendrás que repetir el camino varias veces, pero, oye, ¡al final se hace bastante ejercicio!

Una vez llegues a la cima de la duna, tendrás unas vistas impresionantes de la playa y sus alrededores. Es demasiado bonito como para ser verdad, y le añade mucha diversión al sandboarding. Ahora, manos a la obra: ponte la tabla bajo los pies y ¡deslízate!

Como aficionada al snowboarding, tengo que decir que me lo esperaba más fácil de lo que acabó siendo. No puedes hacer los mismos giros porque la tabla es diferente, así que estás limitado a ir en línea recta, que es algo a lo que cuesta acostumbrarse. Eso sí, cuando le cojas el tranquillo te lo pasarás en grande.

Incluso aunque estés muerto de haber subido la duna tres veces y una caída en bikini por la arena no sea la situación más cómoda del mundo, el sandboarding es una experiencia emocionante y muy divertida. Si tienes la oportunidad, ¡pruébalo!