Vivir en Florencia mientras estudias en FDA

Nunca había imaginado que podría vivir y estudiar en Europa. Mi único sueño era sólo viajar por Europa con mis padres. Incluso me había dicho a mí mismo que si alguna vez ocurriese, me moriría. Visité Europa por primera vez en el 2009 y volví para estudiar en Italia en el 2012. Mi sueño de viajar con mis padres sigue pareciéndome eso, un sueño. No sé, probablemente estoy asustado de que tenga que dejar este precioso mundo cuando este sueño se haga realidad. Ja ja ja.

Era 2012 cuando empecé con un curso de un año de Diseño Interior en Florencia. Después de casi 10 años trabajando, decidí hacer algo diferente para animar mi aburrida vida.

Al principio, pensé que las clases eran sólo online. Sin embargo, cuando comparé el precio con el de curso presencial, había una mínima diferencia. Después de todo, no hay precio por vivir la experiencia y pensar en estudiar en el lugar donde nació el Renacimiento, es realmente conmovedor.

Busqué ayuda en Mr. Google para que me ayudase a buscar una buena escuela de diseño en Florencia que no exigiese experiencia previa en diseño de interiores, que ofreciese un curso de un año cuya matrícula tuviese un precio razonable. En los meses de búsqueda online, encontré que la mejor opción era la Academia de Diseño de Florencia. Está situada en el corazón de la ciudad, a sólo una piedra del Duomo y todos mis 3 requisitos fueron cumplidos.

Inmediatamente, envié un email a la escuela para mostrar mi intención de participar en el "One Year Interior Design Academic", y en menos de una semana recibí una respuesta con los requisitos de admisión. Sin pensarlo dos veces, envié por email todos lo que me pedían. Me alegro de que la escuela aceptase el envío de los requisitos de forma electrónica. Parecía que todo estaba en orden, y en menos de 48 horas me avisaron de que mi petición había sido aceptada y para empezar con la matrícula necesitaba un pago previo. Inmediatamente, ingresé los 850€ de matrícula el día siguiente. El siguiente pago se arrelará en noviembre, antes de empezar las clases.

Era abril de 2011 cuando mandé mis documentos y la matrícula. Lo siguiente que supe de la escuela fue en julio cuando me avisador de la fecha en la que debía mandar mis documentos para el visado de estudiante. La escuela llamó al Package Visa. Estaba tan emocionado por estudiar fuera que que había aplicado un año antes de la entrada de enero del 2012. Para la Embajada italiana, la visa de estudiante debe pedirse con 90 días de antelación con respecto a la supuesta fecha de llegada a Italia. Así que, la escuela me avisó de que mi Visa Package sería enviada en octubre.

Recibí el paquete de la Visa en noviembre y en menos de dos semanas estaba pidiendo mi Visa de estudiante y la embajada estampó felizmente una entrada múltiple por un año en mi pasaporte. Bienvenido a un año de ambulante por 26 países, más de la mitad de Europa. :) Este es un precioso regalo para una persona que le apasiona viajar como yo.

Llegué a Florencia el 8 de diciembre para ver mi escuela y buscar un apartamento. Cuando llegué a la ciudad, me enamoré de su belleza. Pensar en vivir en esta ciudad tan bonita por un año no estaba todavía en mis pensamientos. Sólo pasé tres días en Florencia y disfruté del espíritu navideño por la ciudad con los preciosos adornos de las vacaciones de Navidad.

El primer día en la escuela. El principio de mi gran aventura, hasta la fecha. Fue un día muy feliz y cansado, lleno de asuntos burocráticos de Italia para hacer mi estancia legal. Todos esos cansados procedimientos y muchas oficinas del gobierno recorridas será el resultado de una tarjeta de plástico, el "permesso di sogiorno".

En mi primer día de clase, conocí a mis compañeros, con los que sólo había hablado por el grupo Erasmus y Facebook. Fue una reunión increíble, todos de diferentes países del mundo, los más lejanos de Mauriania, Indonesia y Mexico, todos dispuestos a descubrir y vivir experiencias en cada rincón de Florencia y para estudiar el arte del diseño de interiores.

El horario de clases no estaba tan ocupado, puedes escoger como mucho una o dos asignaturas por día, pero los trabajos te mantienen ocupado. Mis compañeros eran diseñadores increíbles, sus ideas eran fantásticas y preciosas. Durante las presentaciones de clase, solamente tienes que admirar cómo ellos tuvieron esas terroríficas ideas y conceptos de diseño. Los profesores del colegio son extremadamente capaces y muy complacientes. Todos ellos nos ayudan a expresar nuestras ideas de forma artística.

No os he dicho que las fiestas ocuparán la mayor parte de vuestro tiempo y no puedes olvidarte de viajar. Florencia tiene una vida nocturna muy vibrante a un precio bastante barato, un aperitivo te puede costar alrededor de 8 y 10 euros, incluyendo comida y aperitivo ilimitado. Alrededor de Santa Croce y Santo Spirito hay unos bares increíbles para tomar el aperitivo. Y no te olvides de vestirte para impresionar. Es obligatorio.

Bueno, desde que era una estudiante, y con dinero limitado, lo que mis compañeros y yo hacíamos era ir a casa de uno de nosotros y beber hasta que estuviesemos bellamente destrozados y llegara medianoche, y luego nos entreteníamos por la vida nocturna del centro de la ciudad, bailábamos y éramos felices. Nunca lo olvidaré. Ja ja ja.

Algunas noches, salíamos de fiesta a un bar por Santa Croce para tomar el aperitivo y comprábamos una bebida y nos quedábamos hasta la medianoche. Pero en nuestras mochilas, teníamos botellas de vino y licor para rellenar nuestro vaso vacío, en secreto. Ja ja ja. Recordar esa noches locas de diversión es muy atrayente.

Recuerdo que en una de esas increíbles noches, mis compañeros pasamos el tiempo sentados en las escaleras de una iglesia o una bonita obra arquitectónica del Renacimiento y hablábamos sin parar sobre nuestras aventuras. O dábamos un paseo por el río Arno y disfrutábamos del sol caliente de la primavera o de la ventosa noche de otoño.

Estudiar y vivir en Florencia consiguió revitalizar mi alma cansada. Y empecé a entender y apreciar el mantra italiano: il dolce far niente. Tuve un año para disfrutar de la dulzura de no hacer nada. Ja ja ja.